-¡Hyung llegaste! –gritó desde las escaleras un pequeño de 11 años. Con una sonrisa adornando su infantil rostro bajó a toda prisa, saltando en el último escalón para apresar ese cuerpo varonil que recién había entrado a su casa. Ambos cuerpos dieron un par de vueltas por la sala, terminando en el sillón, donde el mayor acomodó al pequeño sin que la sonrisa se fuera.
-Sabes que no me perdería una noche a tu lado Minnie – las mejillitas del menor se tiñeron de rojo. Adoraba cuando hyung le llamaba así.
-Oh, ya estás aquí – habló un joven de cabellos castaños que salía de la cocina.
-¡appa Minho hyung vino! –chilló el menor. Jonghyun se situó a su lado, acariciando los rubios cabellos de su hijo.
-¿Y tu esposa? –preguntó el joven Minho.
-Arriba. Ya sabes cuánto tarda en arreglarse para salir. Gracias por cuidar de Minnie – el alto negó con la sonrisa aun en su rostro.
-sabes que para mí es un placer –Jonghyun palmeó el pequeño y menudo hombro de su hijo y asintió.
-lo sé, pero a omma no le gusta que digas eso. –Minho se dedicó a contemplar el bello y fino rostro del pequeño Taemin. Su carita tan delicada solo le incitaba a acariciarla. Al igual que ese par de mejillas redondas y regordetas, sus pequeños labios rojizos de seguro apetitosos y los ojitos color avellana que se le quedaban viendo.
Como amaba a ese niño.
Y si no fuera por la madre sobreprotectora que el niño se cargaba, ya le habría confesado su amor.
¿Estaba mal enamorarse de un niño siendo un adulto de 21 años? Minho no lo creía. Y estaba 100% seguro de que Taeminnie se sentía igual que él.
-¡Bebé! –gritó un chico de cabellos rubios aun en la puerta de la habitación del segundo piso.
-¿Nee? ~ -- preguntó con la vocecita tan tierna y el adorable pucherito que a Minho se le antojó besar.
-¡Sube! –gritó de nuevo la voz chillona. El pequeño no quería despegarse del sillón pues allí se encontraba la persona que le hacía sentir mariposas en su estomaguito y que lo hacía sonrojar con sus besos en la mejilla. Pero si no subía, lo más probable era que omma se enojaría y eso solo significaba decirle adiós a los caramelos y no más banana milk.
Se bajó del sillón rojo y corrió por las escaleras en busca de su omma.
-¿Cuál crees que se me ve mejor? –preguntó su omma en frente del gran espejo. En sus manos traía dos playeras elegantes.
-la que sea omma. De todas formas appa te ama aun si llevas una playera blanca –su omma se volteó para apretar las regordetas mejillas de su pequeño y le besó la frente.
- Cierto. Tu appa me ama aun si no llevo nada puesto. –una risita se le escapó y Taemin rodeó los ojos.
A sus cortos 11 años ya sabía que sus padres eran unos calientes que ni siquiera se preocupaban si traumaban a su hijo por las noches.
Pero los amaba como fueran, porque Jjong appa se encargaba de consentirlo y mimarlo y Key omma a pesar de que le llamaba la atención y lo sobreprotegía, lo amaba más que a su vida y eso ambos se encargaron de dejárselo en claro, que desde el día en que nació había sido un solecito en sus vidas.
-Te quiero omma ~ -soltó de la nada. Kibum se volteó viendo a su hijo mover sus piernitas sobre la gran cama matrimonial. Su corazón se apachurró un poco de felicidad.
-¡aigoo! ¡Tengo un hijo tan hermoso! ¡Pareciera que apenas ayer te cargaba en mi vientre! –soltó en lo que sus brazos acorralaban el menudo cuerpo. -siempre serás mi bebé y jamás te irás de mi casa ¿Entendiste? –Taemin rió internamente, Key umma era tan sobreprotector. Asintió y correspondió el abrazo.
-¿Y Minho hyung podrá vivir conmigo? – Key se soltó de su pequeño y lo miró confundido.
-¿Por qué esa rana fea viviría contigo? -preguntó y Taemin creyó ver un aura negra alrededor del delgado cuerpo de su omma.
-Por –porque Minho hyung y yo nos casaremos y viviremos felices como umma y appa –comentó con la penita instalada en sus sonrosados mofletes. Key se paró mirándolo inquisidor. Salió de la habitación y gritó con todas sus fuerzas el nombre de su esposo.
Nadie, absolutamente nadie iba a quitarle el amor de su bebé. Y mucho menos ese batracio cara de rana de laboratorio.
-¿Qué pasa? Minho se asustó por el grito. –habló Jonghyun entrando a la habitación. Se encontró a su esposo con las manos en la cintura y se le antojó demasiado sexy.
-Pasa que ese estúpido bastardo quiere quitarme el cariño de mi bebé –chilló mientras apresaba un poco fuerte el cuerpo de Taemin.
-Ay Honey, si a Taeminnie le gusta no hay nada que podamos hacer ¿cierto Minnie? –el pequeño asintió desde la cama de sus padres. El mayor se acercó y acunó las mejillas rosadas del rubio y besó sus labios acorazonados –aparte, sabíamos que esto pasaría. – Kibum chasqueó la lengua y fijó su vista en otro punto de la habitación.
-Pero el no. No lo quiero para mi bebé, es feo, demasiado alto y un total pervertido.
-Bebé, es mi amigo
- con más razón. Si es de tu círculo, lo más seguro es que termine robándole la inocencia a mi precioso tesoro. –Jonghyun soltó una sonora carcajada y negó besando los labios rosas de nuevo.
-Vamos amor, llegaremos tarde al teatro.
Entre sobornos, regaños, gritos y amenazas al pobre muchacho, la pareja inusual se fue, y con Kibum gritándole que lo mataría si le ponía un dedo encima a su bebé.
Y allí se encontraban, viendo la televisión en un profundo silencio. Minho había hecho palomitas pero ninguno de los dos se atrevía a coger del tazón.
-Esta película me aburre –comentó el menor, cruzándose de brazos.
-Entonces la cambiaré. ¿Quieres venir a mi lado? –preguntó palmeando el asiento vacío entre ellos. Taemin sonrió y en menos de un segundo se encontraba al lado de Minho hyung, con su cabecita acomodada en el fuerte pecho.
Minho tomó el control remoto y fue pulsando los botones para pasar los canales.
Apenas eran las 9 de la noche, pero las películas buenas no parecían mostrarse. Siguió con los canales y en eso sintió a Taemin removerse entre su cuerpo.
-Iré por un banana milk ¿hyung quieres algo? –se contuvo de contestar algo estúpido como “a ti” y solamente negó.
Siguió en su búsqueda por la televisión cuando se encontró con esa escena tan peculiar que solo pasaba en las cosas que buscaba en internet o cuando rara vez estaba con una mujer.
La pareja de la televisión se besaba con desespero, la chica moviéndose sobre el chico sentado en el sillón y este jugando entre la ropa interior de la castaña.
Entonces se dio cuenta que había dado con el canal privado que Jonghyun había contratado para pasar sus ratos libres.
¡Era un canal pornográfico! Y lo peor era que su hijo podría verlo…
-¿Qué es eso? –como en ese preciso momento. Por algún motivo Minho no podía cambiar el canal y Taemin allí parado no ayudaba en mucho.
Se sentía caliente luego de haber visto como la mujer era penetrada en la siguiente escena y con Taemin en frente, se dio cuenta de que el menor llevaba unos cortos shorts amarillos y una camiseta holgada.
Dios, sus lechosas piernas se mostraban apetitosas y deliciosas. Por un instante se imaginó a Taemin haciendo lo que la chica le hacía a su pareja en esa escena.
Y creyó desfallecer al notar como algo duro se formaba entre sus pantalones.
Ok, era un maldito pervertido que necesitaba explotar…
Se quedó estático, sin nada que decir. Solo pudo observar como el pequeño rubio se subía a horcajadas sobre su miembro erecto, como ese par de montañitas suaves se amoldaban a su entrepierna.
-¿Ta-Taemin? –balbuceó cerrando los ojos y echando la cabeza para atrás.
-¿Sabe Minho hyung…? Jjong appa y Key umma hacen esto muy seguido… - habló cerca de su oído, excitándolo aún más.
-¿ah sí?
-Nee~ y yo… quiero hacer cositas con usted~ -finalizó dejando un pequeño beso en la comisura de sus labios.
¿Cómo ese niño podía ser tan sensual y provocativo?
Solo podía pensar en follarse al pequeño en ese momento. Pero dado a que era Taemin, su pequeño y precioso niño, tenía que ser especial.
-Vamos a tu habitación –la voz ronca y sensual le removió el pequeño cuerpo. Se sentía tan caliente junto a Minho hyung, haciendo esas cosas que sus papás hacían en las noches. El igual quería gritar que le gustaba y pedir por más, así como umma le pedía más a appa.
Colgó ambas piernitas en la cadera del mayor sin dejar de moverse. Minho depositó varios besitos sobre la cara sonrojada del menor, sintiendo esa necesidad de poseerlo, de hacerlo suyo.
Cuando llegaron, depositó al pequeño sobre la cama de colchas azules. Se tomó unos segundos para admirarlo y acto seguido se posicionó encima de él, besando sus lindos labios. Todo Taemin era perfecto y el sabor de sus labios comenzaba a crear una adicción a besarlos.
Entre caricias, la ropa fue sobrando, con la necesidad de sentir el cuerpo ajeno, con las manos recorriendo cada centímetro de la piel que se le entregaba perfecta y pura. Con sus gruesos labios besaba desde el blanco cuello hasta el vientre plano y fino.
Taemin se sentía morir entre las manos de su hyung. Era una de esas mágicas sensaciones y su corazón latía como loco cada vez que Minho hyung tocaba su piel o pasaba sus labios por su pecho.
-Minho hyung~ -gimió al sentir uno de sus botoncitos entre los dientes del mayor. Se sentía bien, se sentía rico. Para Minho esos gemidos eran el canto de los ángeles y su incentivo a continuar con lo que hacía. –me…me gusta mucho ~ -admitió el pequeño, removiendo su cuerpo entre la cama, en busca de más contacto.
-Te haré sentir mejor bebé~ -susurró cerca de su oído, mordiendo el lóbulo y depositando besos por todo su cuello.
Sus manos se encargaban de recorrer todos los rincones del cuerpo de Taemin, necesitaba hacerlo sentir bien.
Con cuidado se deshizo de la ropa interior del menor, percatándose de la pequeña erección del menor. Sonrió enternecido y depositó un pequeño beso en la punta a lo que Taemin gimió por el contacto y las nuevas sensaciones en su parte privada.
Se metió el miembro del pequeño a la boca, jugando con su glande y lamiendo desde la base hasta la punta. Taemin arqueaba su espalda de puro placer que la boca de hyung le hacía sentir.
Sin dejar de atender la erección, comenzó a tantear el terreno virgen con sus dedos, acariciando la rosada entrada y metiendo un dedo con cuidado.
-Uhm hyung~ -suspiró sintiendo algo de incomodidad en su trasero.
-Tengo que prepararte Minnie, aguanta un poco –el menor asintió dejándose llevar por la magnífica felación que el mayor le daba. Sintió un cosquilleo en su parte baja y trató de sacar su miembro de la boca del mayor.
-Hyung… algo quiere salir…uhm, yo…~ -pero los labios de Minho absorbieron un poco más fuerte, haciendo que Taemin soltara su semilla.
Dios, esa había sido una de las mejores sensaciones de su vida. Había experimentado su primer orgasmo.
Sintió un par de dedos jugar en su entrada y se sentía bien. Movió sus caderas en busca de contacto, lo que le hizo a Minho saber que ya estaba listo.
-¿Preparado? –preguntó. Vio la adorable mirada del menor y besó sus labios con cuidado. Posicionó la punta de su miembro en la entrada dilatada y lo sostuvo de las caderas. Con muy poca fuerza comenzó a empujar para adentrarse en ese mar de sensaciones.
-¡Duele! –gimió el menor, conteniendo sus lágrimas. Hyung sí que era muy grande.
-Aguanta un poco más Minnie, ya casi. –sugirió el mayor. Tomó su pezón y comenzó a jugar con él, al tiempo que besaba su cuello, para distraerlo. –ah~ -esas paredes lo estrujaban de una manera casi divina, si no quería correrse solo así, debía de moverse ya. -¡Ah Dios! –gemía, porque era condenadamente rico estar dentro de Taemin. Dio una pequeña embestida, sacándole un suspiro al menor. Minho tomó eso como una señal para continuar.
-Hyung… muévase por favor –rogó sintiendo el calor recorrerle el cuerpo. Se sentía bien tener a hyung adentro. La fricción entre su miembro y su entrada era magnífica.
Minho comenzó el vaivén lento, acostumbrando a Taemin al movimiento y un grito por parte del rubio le indicó que había conseguido tocar su punto dulce.
Taemin pidió que incrementara la velocidad y así lo hizo, perdiéndose entre sus piernas, adorándolo más, sintiéndose dichoso de haber conocido a Taemin.
El Taemin que amaba a pesar de que fuera un niño.
Las embestidas duras aumentaron, y Minho sabía que el final estaba cerca. Tomó la pierna de Taemin y la colocó en su hombro, tratando de llegar más profundo. Unas estocadas más y se liberó en su interior, marcando como suyo al pequeño. Ambos soltaron un gemido de placer y sonrieron.
Minho salió del interior del menor y se acostó, acomodando a Taemin encima de él.
-Ya soy de hyung~ -sonrió feliz.
-Siempre has sido mío bebe, te amo –confesó besando los labios delgados. Taemin sintió su corazón crecer un poco más y se hundió en el cuello del mayor.
-Yo también lo amo hyung y quiero casarme con usted. –Minho sonrió enternecido por la adorable confesión y prometió estar a su lado por siempre.
Ya se encargaría de los problemas con los padres de Taemin. ~