17 de Julio, 23:50
Choi Minho permanecía sentado sobre su cama inmerso en sus pensamientos, unos pensamientos que esa hora de la noche le impedían conciliar el sueño.
Sus grandes ojos se posan unos minutos en aquella personita que dormía plácidamente a su lado abrazado a su enorme peluche en forma de rana. Un regalo por su último aniversario de noviazgo. Sonríe ante la tan tierna imagen, su Taemin era hermoso incluso dormido. Su belleza no dependía de su expresión facial, estaba impresa en su rostro. Se acerca unos centímetros para correr esos pechones rebeldes que tapaban los ojos cerrados del castaño.
Hace cinco años que se conocían, que formaban parte del mismo grupo musical. Tres años desde aquel “Me gustas” apenas susurrado seguido de ese tímido y cálido primer beso.
Desde el primer día, desde la primera vez que sus miradas se cruzaron, desde que vio su hermosa sonrisa y sus mejillas sonrojadas tuvo la certeza que Lee Taemin lo cambiaria todo, que sería el gran amor de su vida y así lo fue. Taemin se volvió todo su mundo.
Mañana les esperaba un evento especial, mañana seria el cumpleaños número 21 de Taemin. No importaba que ya era mayor de edad, para el resto de los miembros de SHINee –incluso para el propio Minho- el seguiría siendo el pequeño maknae, ese niño tímido e inocente con cabecita de hongo.
Quiero hacerte un regalo
Algo dulce
Algo raro…
Un regalo. Ese era el motivo de su insomnio. Su mente no hacía más que barajar las incalculables y posibles opciones que tenía al alcance. ¿Qué podía ser apropiado para Taemin? ¿Qué podía otorgarle en ese día tan especial? Sinceramente no sabía que elegir, necesitaba ayuda.
Siente como el menor se mueve un poco bajo las sabanas, estas se corren y dejan ver sus hermosos hombros desnudos. Minho acaricia la nívea y aterciopelada piel con la yema de los dedos, era tan suave al taco, jamás dejaría de sorprenderse por eso. Amaba su piel y todo de él, amaba completamente a Taemin.
Era verano pero aun así no deseaba que el pequeño castaño sufriera un resfriado por lo que tomo las sabanas y volvió a cubrirlas sobre el cuerpo de este. Lo sabía, Taemin ya era alguien mayor e independiente pero no podía evitar cuidarlo y protegerlo a costa de todo como siempre lo había hecho, como juro que siempre lo haría.
Deposita un pequeño beso en la mejilla izquierda del menor y ve como sus labios rosas se curvan en una efímera pero bella sonrisa, no pudo evitar sonreír también.
Quiero donar tu sonrisa a la luna así que
de noche, que la mire, pueda pensar en ti
Se levanta en la cama intentando hacer el menor ruido para no despertar a su compañero, algo que resultaba imposible. Taemin tenía el sueño muy pesado.
Toma una camiseta y un pantalón del suelo y se viste. Antes de salir de la habitación le dedica una última mirada al bello durmiente que continuaba abrazado a su peluche.
-Creo que no notaras mi ausencia Minnie- dice desde el umbral de la puerta.
Era ridículo, ¿Cómo podía estar celoso de un objeto inanimado que el mismo le había regalado? Se regaña mentalmente y cierra la puerta con suavidad.
El departamento estaba completamente a oscuras y en silencio. Todos dormían.
Baja las escaleras en dirección a la cocina, quizás un poco de agua lo ayudaría a pensar con claridad o, en caso contrario, dormir. Para su sorpresa se encuentra con la luz encendida de la habitación y alguien sentado bebiendo una taza de té. Cuando sus miradas, se encuentran el joven rubio sonríe levemente.
-Choi Minho despierto, eso sí que es extraño- dice en tono burlón.
-Veo que tú tampoco puedes dormir Key- responde a su vez caminado hasta el refrigerador para sacar una jarra con agua. Posteriormente busca un vaso en la alacena y vierte el líquido en su interior. Se voltea y mira rubio a los ojos mientras bebe un pequeño sorbo.
-Es difícil dormir luego de las giras. El cuerpo tarda en acostumbra a los cambios- responde tomando el resto de su té.
El castaño asiente. Hace un par de días que terminaron sus giras promocionales por su último álbum. Fueron días de arduo trabajo en donde tenían casi nulo tiempo libre y escasas horas de sueño. En verdad era difícil regresar a la vida tranquila de una persona normal. Todos quedaban agotados luego de las presentaciones y personalmente él dormía por días enteros pero esta vez fue diferente, no le sorprende que Kibum haya bromeado al respecto al verlo despierto.
El rubio le hace una seña para que se sentara en la silla continua a la suya. Sabía que algo le pasaba, nadie podía engañar al todopoderoso. Minho lo obedece y toma asiento.
-Ahora dime, ¿qué te preocupa?-. El más alto entorna la ceja al escucharlo.
-¿Tanto se nota?-. El rubio sonríe ampliamente.
-Tus ojos de rana no mienten, algo te preocupa y teniendo en cuenta que día es mañana puedo deducir que se trata de Taemin.
El alto abre los ojos en demasía, nunca dejaría de sorprenderse en lo perceptivo y certero que podía ser este chico con aires de diva. Su “instinto maternal “jamás fallaba.
-¿Seguro que no eres vidente?- acato.
Kibum rio de buena gana y negó con la cabeza.
-No Minho, no lo soy. No necesito serlo para saber qué te pasa- bebe el resto de su té y centra sus ojos felinos en él al momento que deja la taza sobre la mesa-. Es el regalo, ¿no es así? Aun no te decides.
-No. He pensado en muchas cosas pero aun no que podría gustarle más- dice cabizbajo.
No un regalo común
De los que perdiste o nunca abriste
Que olvidaste en un tren o no aceptaste...
De los que abres y lloras
Que estas feliz y no finges
Taemin era lo más valioso y hermoso que tenía en si vida. Se merecía lo mejor, el regalo más grande del mundo. Sabía que Key lo comprendía, sabia lo mucho significaba para todos y mucho que él lo amaba.
-Pude ser cualquier cosa o algo en específico pero ¿dime una cosa Minho?, ¿Crees que Taeminnie dejara de amarte si no le dieras el regalo indicado en su cumpleaños?
El castaño lo mira en silencio y luego de unos segundos niega con la cabeza. Kibum sonríe.
-Tu eres la persona que mi bebe eligió. Lo conoces mejor que nadie, incluso más que yo aunque odie admitirlo- rueda los ojos-. Sé que tu corazón le ayudara a descubrir lo que Tae desea.
Se levanta y le da una palmaditas en su hombro.
-Que descanses Minho.
-Tú también Key y… gracias- dice con una gran sonrisa.
Este hace un ligero movimiento de cabeza y sale de la cocina dejándolo solo.
Minho permanece unos segundos meditando en la conversación que acababa de tener con su compañero, lo que este le había dicho. Una pequeña idea pasa por su cabeza haciéndolo sonreír. Bebe otro sorbo de agua y camina hacia la habitación que compartía con el futuro cumpleañero. Debía descansar, algo le decía que el día de mañana sería muy largo y deseaba dormir abrazado a su amado niño hasta el nuevo día los despierte.
Te dedicaré
Mi regalo más grande
~**~
18 de Julio, 08:00
Lee Taemin abre lentamente sus parpados al sentir como algo sedoso y aterciopelado acariciaba suavemente la piel de sus hombros. Frota un poco sus ojos para apartar el sueño de su persona y al ver a su alrededor se encuentra con un sonriente Minho inclinado a su lado con una rosa en su mano.
-Buenos días Tae- susurra con su grave y profunda voz. Una voz que el pequeño amaba escuchar por las mañanas y el resto del día. Solo Minho pronunciaba su nombre de esa manera, solo Minho lo hacía feliz con esas simples palabras.
Se voltea perezosamente en la cama para quedar frente a él y sonríe.
-Buenos días Hyung- dice con voz algo adormilada-. ¿Y esa rosa?
-Es para ti- responde entregándola-. Lo es al igual que todas las demás y el desayuno- dice señalando el enorme ramo de flores que había sobre la cómoda. A su lado, había una bandeja que contenía una botella de leche de plátano, una taza de café humeante, unas tostadas y una rebanada de pastel de chocolate.
Taemin cubre su boca con una mano preso del asombro mientras la otra sostenía la rosa que Minho le había otorgado, la misma con la que hacía unos segundos lo despertó con sus caricias. El castaño sonríe y se levanta de la cama para buscar la bandeja con los alimentos y el ramo de rosas.
Segundos después deposito con cuidado la bandeja sobre el regazo del menor y retomo su lugar a su lado.
-Servicio a la habitación, My Lord- dice depositando un pequeño beso sobre la mejilla izquierda.
-¿Esto es para mí?- pregunta con el rostro iluminado por la emoción. No podía creer lo que veía, se sentía muy feliz.
-Así es. Es el primero de los muchos regalos que tengo para ti. Ahora toma tu desayuno, el día recién comienza y necesitaras energías- anuncia guiñando un ojo.
El pequeño sonríe ampliamente con las mejillas sonrojadas y asiente. Comienza a devorar su pastel y beber su leche de plátano mientras Minho se limita a adorarlo en silencio como había todas las mañanas, como deseara que fuera así hasta el final de sus días.
Porque tu amor para mi es importante
Y no me importa lo que diga la gente
-Esta delicioso Hyung, ¿quieres un poco?- dice ofreciendo una rebanada de pastel.
-Está bien Tae, es para ti- se detiene el ver el pequeño puchero que hace el menor, ríe suavemente por ello y abre la boca para que lo alimente.
Taemin sonríe complacido y alimenta a su Hyung. Adoraba como lo consentía y no le negaba nada por más simple o complicado que fuera. Minho siempre lo había hecho sentir especial, protegido, querido justo como ahora.
-Es verdad, el pastel esta delicioso- dice mientras busca un poco más.
-No Hyung, es mío. Tú lo dijiste- aleja el plato del alcance del alto.
-Solo un poco más Tae, vamos- estira el brazo para alcanzarlo y por un segundo sus mirada se encuentran.
Los ojos de Minho pasan de Taemin hasta sus labios rosas, labios que estaban cubiertos de chocolate. Muerde su labio inferior, era muy temprano pero deseaba tanto… El castaño menor lee sus intenciones y pasa un brazo por el cuello acercándolo a su cuerpo, sintiendo el cálido aliento del alto sobre sus labios.
-Hyung…
Minho acorta la distancia y posa sus labios sobre los del menor. Lo besa son calma, abriendo su boca poco a poco hasta colar su sinhueso dentro la boca del pequeño y recorrer su cavidad bucal. Sus lenguas se encuentran haciéndolo gemir y una oleada de calor inunda sus cuerpos por la intensidad del beso. El dulce sabor de la boca de Taemin estaba ahora combinado con el chocolate y la leche de plátano, esa combinación lo volvió loco deseando probar más de él. Deseo que no pudo cumplirse porque la puerta de la habitación se abrió de par en par obligándolos a separarse.
-FELIZ CUMPLEAÑOS BEBE!!!- Grita Kibum entrando a la habitación como si nada seguido de Jonghyun y Onew. Se acerca y le da un gran abrazo al pequeño castaño.
-Gr-gracias Umma- dice con una sonrisa nervios por su repentina aparición. Pasa su lengua por su labios, a un podía sentir el sabor de Minho en ellos.
-Woh Minho, en mi cumpleaños quiero un desayuno como este- dice Jonghyun sentándose al borde de la cama mordisqueando una tostada.
-Jonghyun, eso es de Taeminnie- le regaña con los puños sobre su.
-¿Qué? Tengo hambre además a Tae no le importa, ¿no que no?- dice buscando el permiso del menor.
-No Hyung, puede comer una.
Jonghyun sonríe triunfante mientras Key frunce los labios. Minho se limita a observarlo sintiéndose totalmente desplazado. El precio de tener que compartir a su novio con los demás miembros.
-Feliz cumpleaños Tae, esto es para ti- habla el líder del grupo entregándole un regalo de colorido envoltorio.
-Gracias Onew-hyung, no se hubiera molestado- abre el envoltorio y se encuentra con un pequeño peluche de un pollito-. ¿Un pollito?
-Sí, Cuando hicimos “Hello Baby” tenías un disfraces de pollito muy lindo pensé que te gustaría tener un peluche así.
-Gracias Hyung- sonríe y el mayor le responde con otra sonrisa. Era un lindo regalo y se lo agradecía aunque los pollos eran cosas del líder y no suyo.
-¿A eso le llamas regalo Onew?- le critica el moreno comiendo otra tostada.
El aludido se encoje de hombros y lo mira.
-¿Y tú que tienes para el Jong?-pregunta interesado.
-¿Que tengo? Pues mi presencia. Él está feliz de que este aquí, ¿verdad Tae? Nadie canta el feliz cumpleaños como yo.
El pequeño ríe sonoramente y asiente. El morenos sonríe ampliamente.
-Y tu Key, ¿qué le compraste a Tae? Y no me digas que ropa- bromea.
El rubio bufa fastidiado y se acerca a su hijo.
-Para tu información esta vez no Jonghyun. Toma bebe, este es mi regalo- dice entregándole un sobre blanco.
-¿El regalo de Tae es un sobre?- dice Onew sorprendido.
-No tonto, lo que contiene dentro sí. Ábrelo Minnie.
El menor obedece y se encuentra con dos boletos para el musical en honor a Michel Jackson que tendría lugar en el teatro de Seúl. Una presentación que él deseaba con todas sus fuerzas asistir. La sonrisa de felicidad en su rostro no se hizo tardar.
-GRACIAS UMMA!!!- grita dándole un fuerte abrazo poniendo algo incomodos y celosos a los demás por no haber obtenido esa reacción del cumpleañero. A todos, especialmente a Minho que mirada todo con sepulcral silencio.
“Maldito Kibum y su regalo perfecto” pensó internamente.
-De nada bebe, tú te mereces esto y mucho más- responde acariciando sus pómulos y luego centra sus ojos en el alto-. Bueno Minho ahora si Minnie es todo tuyo.
-¿Qué?- esas palabras lo toma desprevenido no solo a él sino a Taemin.
-Así es. Key, Jonghyun y yo debemos ir a un programa de radio. Le pedí al manager que les conceda el día libra a ustedes dos por el cumpleaños de tae- explica Onew con su habitual sonrisa.
-Así que ustedes disfruten del día mientras nosotros trabajamos- dice Jonghyun algo ofendido por la injusta situación-. Aunque si quieren que los acompañe, yo encantado.
-No Jonghyun, no puedes hacerlo. Ahora ven conmigo y ayúdame a buscar los papeles que necesitamos- dice tirando de su oreja y levantándolo de la cama.
-Auch, duele Bummie. Auch, auch.
-Deja de quejarte y vamos que se nos hace tarde.
-Bummie cuando estemos solos que juro que…- el resto de la oración quedo acallada por la puerta al cerrarse, por el bien de los demás.
-Bueno, debo irme yo también. Que tengas un lindo día Tae, Minho cuídalo mucho.
-Lo hare Hyung- segura Minho.
-Gracias Hyung y por el pollito- dice abrazando el peluche.
Onew sonríe y sale de la habitación dejándolos solos como el castaño mayor deseaba hace minutos.
-Y bien ¿ahora qué Hyung?- pregunta expectante.
Minho voltea a verlo y toma siento a su lado, le regala una linda sonrisa.
-Ahora debes tomar una ducha porque nosotros también vamos a salir.
El menor sonríe y pasa sus brazos por el cuello del alto, se muerde su labio inferior.
-Quiero que nos bañemos juntos y luego vamos a donde quieras- susurra sobre sus labios.
Una oleada de calor recorrió el cuerpo de Minho por completo. ¿Al día seria capas de negarle algo a su “aparentemente inocente” novio? Sinceramente le resultaba casi imposible.
Se apodera de los labios del castaño y toma su cuerpo entre sus brazos para llevarlos al baño. Segundos después el cuarto de baño se inundó de espuma, risas y besos hasta que ambos se vieron obligados a salir del agua para que sus cuerpos no se enfríen y caigan resfriados.
Minho seca con delicadeza el menudo cuerpo del menor mientras repartía pequeños besos sobre la tez pálida en el proceso causando las risitas de este. Ayuda a vestirlo y peinar su cabello como si fuera un niño pequeño, Taemin se limitaba a dejarse querer por su novio. Se sentía afortunado de tener alguien como el a su lado.
Y si llegara ahora el fin que sea en un abismo
No para odiarme sino para intentar volar y..
Y si te niega todo esta extrema agonía
Si aún la vida te negara, respira la mía
Ya listos y correctamente preparados salen de la mano del departamento. Comienzan a caminar a una dirección desconocida para el menor.
-¿A dónde vamos Hyung?
-Ya lo veras Tae, estamos cerca.
Cuando llegan los ojos de Taemin se abrieron de par brillando de emoción mientras llevaba sus manos a ambas mejillas. Frente a él se encontraba una habitación con videojuego y pistas de baile por doquier, un bar, locales de comidas rápidas, la heladería más grande que vio en su vida y hasta un karaoke. En paraíso terrenal.
-WAAA!!! GRACIAS HYUNG!!!!- grita colgándose de su cuello y cubriendo su rostro de sonoros besos. Minho no hiso más que reír.
Había dado con este pequeño centro comercial por casualidad y pensó que sería un lugar adecuado para pasar el cumpleaños de Taemin.
-Y bueno ¿qué estamos esperando? ¿Qué juego quieres jugar primero?- le pregunta quitando sus brazos de su cuello y tomándolo de las manos.
-vamos a los de carrera, no, a los de disparos. No, no a los de aventura- . Su entusiasmo causaba las carcajadas del alto. Era tan adorable.
-¿De verdad ya eres mayor de edad Tae?
El menor frunce los labios y le da la espalda cruzándose de brazos.
-Claro que los soy Hyung- responde ofendido haciendo que el mayor ría aún más.
Se acerca a él y lo abraza por la espalda haciéndolo estremecer.
-A ver niño mayor de edad, veamos si me ganas en los bolos- susurra sobre su oído antes de besar su mejilla. Taemin no puedo evitar sonreír, no podía estar enojado con él. Jamás.
-Vamos Hyung, alcánzame- dice echándose a correr hacia el interior del centro.
-Eres un tramposo Minnie!- se queja corriendo tras él.
- - -
-La última carrera la gane yo Hyung, mi auto llego primero- le acusa dándole una mordida a su hamburguesa.
-Está bien Tae, soy un buen perdedor- responde bebiendo un sorbo de gaseosa.
Jugar tantos juegos realmente le abrió el apetito. En verdad fue difícil mantener controlado su costado competitivo y permitirle ganar uno que otro juego al menor pero sinceramente se divirtió mucho.
-¿Cómo estar Umma y los demás?- estaba feliz de pasar todo el día junto a su Hyung pero sentía un poco de pena por los demás. Minho nota su pesar y acerca su mano para acariciar la mejilla izquierda de este.
- Estarán bien, ellos no querrán que te preocupes sino que disfrutes de este día-. El castaño asiente y su celular comenzó a vibrar dentro del bolsillo de su chaqueta.
Durante el día, escasos fueron los momentos en que el menor no recibió mensajes y llamados por motivo de su cumpleaños. La situación molestaba y hasta despertaba sentimientos de celos en Minho. Era absurdo, sabias que su novio era un chico muy queridos por colegas, personas del medio, fans y demás personas. Frunce los labios y mira a su alrededor permitiendo que Taemin contestara la llamada.
Este sonríe y emito una que otra risita durante la conversación pero sus ojos se detiene en una hermosa y delgada mujer que se acerca a ellos ofreciéndole un menú de postres a Minho con una sonrisa para nada inocente. Sonrisa que no le agrado en lo más mínimo a Taemin.
-Debo cortar Kai, gracias por llamar adiós- se escusa y clava sus ojos en esa mujer que no deba de sonreírle a SU Minho.
-Tenemos cremas heladas artesanales y sundaes, ¿Cuál le gustaría degustar?- dice con una voz sobreactuada.
Minho se limitaba a mirar el menú. Eleva sus ojos y nota que Taemin había terminado su conversación, sus miradas se encuentran y le regala una tierna sonrisa.
Aun con celos sé que me protegías y se
que aun cansada tu sonrisa no se marcharía
-Tienen cremas heladas con salsa de chocolate amor, ¿quieres una?- pregunta sin dejar de sonreír.
El rostro de la mujer era la viva imagen del desconcierto al oír como Minho llamaba a su acompañante, mira al menor como si no hubiera notado su presencia antes, cosa que así era. Taemin sonríe ampliamente y estira su mano sobre la mesa para alcanzar la del alto.
-Claro cielo, sabes que me encanta el chocolate- dice al momento que acariciaba su mano.
-Lo que tú digas amor. ¿Puedes traernos dos ordene por favor?- Minho le devuelve el menú.
-Eh…Está bien. Enseguida se los traigo- dice decepcionada tomando el menú y marchándose con paso lento.
Taemin la sigue con la mirada hasta que desaparecía del todo y voltea para ver a Minho.
-Odio como te miraba aun cuando yo estaba aquí. No me gusta Hyung- se queja como un niño pequeño.
El alto ríe suavemente. Ambos eran iguales, igual de celosos e igual d posesivos. Se levanta un poco de su asiento, toma el rostro de Taemin por la barbilla y lo besa con intensidad. Antes de separase muerde el labio del menor con picardía.
Y estaba atento a no amar antes de encontrarte
Y descuidaba mi existencia y no me importaba
no quiero lastimarme más amor, amor, amor...
-Para mí no existe nadie más que ti Tae, nunca hubo nadie más. Te amo solo a ti- susurra sobre sus labios.
-Hyung…- Las mejilla del menor se sonrojan, moría de amor cada vez que escuchaba esas palabras-.Para mí también… siempre has sido tú, solo cuando te conocí supe lo que era el amor. Te amo.
Minho sonríe y vuelve a unir sus labios con los de su novio sin importarle que la mujer llegara con su pedido, que se ganaran la mirada de todos los presentes.
Porque tu amor para mi es importante
Y no me importa lo que diga la gente
Y tu...
---
Caminan de la mano por las calles cuando las estrellas comenzaban a adornar el cielo nocturno de Seúl.
-Me divertí mucho Hyung- dice con una gran sonrisa abrazándose al brazo izquierdo-. Ya deberíamos volver ¿o no?
-Aun no Tae, falta una cosita más- le anuncia.
-¿Algo más?- el castaño asiente-. Es demasiado Hyung.
-Vamos, nos quedan unos minutos- lo toma de la mano y lo guía hasta un elegante hotel que dejo sin habla a Taemin apenas ingresaron.
-Esta es su habitación Señor Choi. Que disfruten su estadía- dice el botones antes de salir.
-Gracias.
-Hyung… ¿nos quedaremos esta noche aquí?- pregunta mientras recorría la hermosa habitación con la mirada.
-Así es, nuestros Hyungs ya lo saben así que no te preocupen por ellos- le asegura. Lo toma de la mano nuevamente y lo lleva hasta el balcón.
-¿Hyung?- mira expectante al castaño mientras este tenía sus ojos fijos en su reloj pulsera.
-Mi último regalo estará en… 3, 2, 1. Ahora.
En ese momento miles de juego artificiales iluminaron el cielo dejando a Taemin completamente sorprendido y maravillado. Sus ojos brillaron de emoción por décima quinta vez en el día mientras su corazón latía a mil por hora de la felicidad que lo embargaba.
Porque es el regalo más grande, es
Sólo nuestro para siempre
-Hyung, no sé qué decir. Es… es bellísimo- dice apartando un segundo sus mirada de esas coloridas y únicas luces.
-Yo… quería darte algo especial- dice con timidez-. Algo que realmente te gustara.
Taemin ríe suavemente y toma el rostro del mayor entre sus manos para que sus miradas se encuentren. Este lo mira expectante y el castaño sonríe de esa manera tan especial que- según el propio Minho- podía descongelar hasta los polos.
-Cualquier regalo está bien Hyung, no era necesario que te esforzaras tanto.
-Debía hacerlo Tae, era una ocasión especial. Es tu cumpleaños.
El castaño menor creyó que podría morir de amor en ese preciso momento por las palabras de su novio. Su Minho era tan considerado, tan amable… y él lo amaba tanto.
-No era necesario, ¿sabes porque Hyung?
-No, ¿porque Tae?
-Porque tú ya eres el regalo perfecto para mí. Desde que te conocí, desde que estamos juntos soy muy feliz. Tu eres el regalo más grande que podría tener- dice esbozando una gran sonrisa.
Amor negado, amor robado y nunca devuelto
Mi amor tan grande como el tiempo, en ti me pierdo
Amor que me habla con tus ojos aquí enfrente
Minho se contagia de su felicidad lo abraza por la cintura acercándolo más a su cuerpo. ¿Cómo no hacerlo cuando Taemin era tan hermoso, tan irresistiblemente lindo?
-Te amo, te amo Lee Taemin- susurra sobre sus labios.
-Yo también te amo. Te amo Hyung.
Acorta la poca distancia que los separaba y besa esos labios que tanto adoraba. Cierran los ojos. Ese fue un beso especial, un beso que refleja amor, amor y nada más que amor. Un beso por el cumpleaños de su amado Taemin. Por unos segundos se olvidan de lo que habitaba en su alrededor, en el mundo entero solo existían ellos dos besándose como nunca.
Se separan finalmente y ambos sonríen juntan sus frentes. Minho le acaricia los labios hinchados con el pulgar y lo observo con una mirada tan tierna e intensa que resulto ser más letal que el resiente beso.
-Feliz cumpleaños Tae- dice antes de unir sus labios nuevamente en un beso apasionado, totalmente desesperado que despierta por completo sus sentidos, la urgencia de estar juntos.
Taemin pasa sus abrazos por el cuello del mayor y este toma su cuerpo entre sus brazos y los lleva hasta su habitación donde en poco tiempo la ropa caería una por una al suelo y se perderían bajo la sabanas entre palabras de amor y caricias. Sus cuerpos serian uno otra vez.
Un final feliz para este día tan especial… Un regalo único.
Porque a veces ni todos los regalos materiales del mundo se pueden comparar con el amor que te otorga esa persona especial, esa persona que es tu sol, tu luna, tu mundo entero.
Y eres tú
Eres tú
Eres tú…
El regalo más grande.