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Stay with me till the end por nyyu

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Las ocho de la noche, la obscuridad abraza las calles pintadas con pequeñas luciérnagas de colores amarillentos; cada farol en la esquina de una cuadra.

 El chico de cabellos plateados se para debajo de una, un sombrero cubriendo su rostro y una capa abrigando su vestuario. Para un coche, sube y hace el camino de todas las noches.    

 

El chico de cabellos rubios ya lo espera en la morada, sus pantalones entallados y una camisa blanca  abrigada por el saco verde sobre sus hombros. Toma otro sorbo de vino mientras espera sentado sobre la cama mirando la pequeña farola que se asoma por la ventana. Oye la puerta abrirse y se voltea justo para ver a su amor entrar por ella, enfundado en la misma vestimenta que el, pero en color azul.   

 

Se acerca y el beso dice cuanto se han extrañado a pesar de que no han estado ni un día sin verse, el calor aumenta, los cuerpos se despojan de lo innecesario. Un poco de más vino y los cuerpos se hacen uno, nada como una unión cuerpo y alma para demostrar lo que el mundo no puede ver.   

La unión se ha hecho, gritos y gemidos inundan la habitación, choques de carne y palabras expresadas denotando la falta de aire. Un beso y los dos quedan tendidos en la cama, uno al lado de otro; chocando respiraciones y antes de dormir se vuelven a fundir en ese intercambio de almas y esperanzas por medio del beso.  

 

El de cabellos plateados besa la coronilla del más pequeño y lo acurruca en sus brazos antes de ceder ante la dulce delicia del sueño.  

 

-Luhan, Luhan amor despierta. Ha amanecido  

-Tan rápido?- el de ojos color miel se levanta para plantar un beso en los labios ajenos y apretar sus brazos alrededor de su cintura - Quedémonos otro rato   

El según le acomoda el flequillo mientras una sonrisa se extiende en su rostro -Sabes que no podemos, estamos arriesgando mucho   

Todo se queda en silencio, casi se puede oír el murmullo del sol en el cielo y a las nubes susurrar los buenos días.  

-Dame dos días Luhan, sólo dos   

El nombrado se para de la cama y se dirige al baño, sabiendo que ese segundo es el último que tiene de ver a su amante.       

 

 

Han pasado dos días y se encuentran en una cafetería lejos de su ciudad, los dos enfundados en sudaderas, con las mochilas en la cajuela del carro y grandes sonrisas en los rostros. Uno sentado frente al otro sin decirse nada por que no hay nada que decir cuando los ojos hablan por sí solos. Toman sus bebidas y emprenden el camino.    

 

El departamento es amplio, con un gran ventanal que da una vista maravillosa de la ciudad. Un comedor y una cocina moderna, una habitación bastante amplia y un baño cómodo.   

Las noches y días solitarios han desaparecido en los recuerdos, cada día es una sonrisa y cada noche es una cálida sensación de casa cuando los cuerpos se unen.   

Luhan trabaja como profesor de niños pequeños mientras Sehun sigue asistiendo como empresario en la empresa de su padre. Nadie lo sabe y nadie debe saberlo.   

Un día Luhan pensó que un infante podría alegrar más sus días pero ambos saben que es imposible, ambos saben que siempre tendrán que esconderse. Pero eso no evita que siempre que Luhan esta mal Sehun se acerque y lo abrace hasta que el segundo se sienta seguro.  

 

 

A pasado un año y las cosas en el país han ido empeorando, la gente a perdido el cariño; todos hacen lo que sea con tal de ser aceptados por la sociedad. La vergüenza se ha perdido.  

Ha pasado un mes donde han sobrevivido, comida nunca les falta y la comodidad de la casa siempre esta presenté en su corazón. Una tarde, una tarde de esas en las que los dos han logrado tener un descanso; se encuentran frente a la televisión. Uno en brazos del otro, disfrutando del simple toque y la esencia.  

 

Sólo un toque, un fuerte toque en la puerta es lo que destruyo lo que ellos habían formado con tanto esmero y en tanto tiempo. Los agentes vestidos en trajes negros de cuero, armas en mano y violencia en cada uno de sus poros entraron en la casa y como sí fuera una película los arrastraron fuera. En cuanto tocaron los fríos pisos de la camioneta fueron separados.  

 

Ojos vendados y sollozos por todos lados fue lo que los acompaño en todo el camino. Olor a sangre y miados llegaba hasta las fosas de Luhan.   

La fuerte luz los cegó cuando llegaron a su ´nueva casa´, como solían llamarla los agentes. Color ocre en cada pared y puerta. El tiempo se hacía presente en cada puerta puerta, en cada balcón; en cada cama.  

Sehun no era arquitecto pero podía deducir las dimensiones de la habitación. 5x6 no más de eso, pudo contar a veinte personas, todas sobré futones en el piso, abrazadas unas a otras. Mujeres con mujeres, hombres con hombres.  

 

¿Por qué amar a alguien tenía que ser un delito? ¿Para quien es un delito? Es sólo amor.  

Tomo con fuerza la mano de Luhan en cuanto se acercó, escondiendo de ese enlace a quienes los escoltaban.    Los rastros de lágrimas se podían observar en cada cuerpo que ahí yacía. Una sonrisa tal ves dos furtivas. Palabras de aliento siendo un susurro entre ellos. Cuerpo y almas destrozados, ese era el verdadero aroma del lugar.   

-Cuidalo- fue lo que le dijo un chico de piel apiñonada antes de hacerles lugar en su futon -Querrán tocarlo- fue lo último que le dijo antes de que se acurrucara junto a uno de cabellos negros.

-¿Por que nos atrapan? No cometemos ningún delito- le dijo su Rubio llorando entre sus brazos.  

 

-A levantar!! Muévanse!!

-nuevos- le susurro el de piel apiñonada a Sehun y Luhan -párense, rápido.  

 

Después de bañarse como ratas se encontraban en el laboratorio. Inyecciones por todos los lados posibles cubrían los cuerpos de todas las parejas. Cabellos largos desaparecieron.   

 

Noche. Todos estaban acostados en los futones y ese día Sehun se dio cuenta que el de cabellos obscuros; Kai, tenía razón. Luhan había llamado la atención de los guardias, Sehun vio como lo tomaban de los brazos pero no estaba dispuesto a esperar su destino.  

Se aventó sobre uno de ellos estrellando su puño directamente sobre la quijada mientras el otro lo tiraba de la camisa hacia atrás. Un cuerpo sobre el que fue fácil derribar con un golpe, otro golpe atestado sobre la cara de alguien más y en minutos ya había más de los que el era capaz de manejar.    

Sehun estaba en el suelo con miles de cortadas y moretones en cara y cuerpo, con un Luhan a su lado llorando.  

-Yo lo curo- dijo el de ojos grandes que se encontraba siempre con Kai, y de algún lado sacaron vendajes y medicamentos.  

-¿Nadie lo tocara ahora? - pregunto Sehun al de cabellos obscuros a su lado  

-Nadie te lo aseguro- le contesto Kai    

 

Dos meses, dos malditos meses que la pareja seguía encerrada en ese lugar. Día tras día de experimentos sin sentido y sufrimiento gratuito los estaba consumiendo poco a poco por dentro. El cuerpo se había convertido en vehículo de algo que había escapado hace tiempo. Las esperanzas se fueron borrando de los ojos miel del chico rubio.   

 

Luhan sintió un brazo deslizarse por su cintura y una respiración chocar con su cuello.   -No tienes que hacerlo si no quieres- le dijo el de cabellos plateados que de encontraba a su espalda. El rubio sólo se acurruco más sin responder.    

Los sonidos de las sirenas y las pistolas cubrían el aire ensordeciendolos. Las pisadas de los agentes detrás de ellos parecían alcanzarlos a cada segundos y la desesperación se comía sus vidas. La adrenalina adornaba sus frentes y hacia más fuerte ese enlacé de manos.   

Abrieron la puerta y el gélido aire choco contra sus caras entumeciendolas. Sus ojos se cruzaron y esa llamarada de esperanza volvió a nacer entre ellos. Un beso. Dos besos, tres besos y se encontraban en el filo del techo del edificio. Un movimiento y se convirtieron en plumas cayendo hacia el vacío, pero siempre unidas.  

~~•••••~~~~  

 

Sehun se despertó alterado, la respiración le fallaba, el corazón le dolía y las lágrimas se apoderaban de sus ojos sin que el lo pudiera evitar.   

Se sentó sobre la cama y observo a un lado. Luhan lo observaba preocupado incorporandose en la cama.   

Toco su mejilla y el contraste fue tan doloroso y hermoso -Pasa algo?- pregunto el de ojos color miel   

-Tuve un mal sueño- respondió el otro con una sonrisa mientras repetía la acción del otro  

-Crees que esto es un delito?- se preguntó Sehun más a sí mismo que al chico a su lado, quien lo miro extrañado y como respuesta le dio un beso  

-El amor no puede ser un delito- le dijo antes de recostarse los dos y volver a dormir.  

Los gemelos se encontraban en la cama bañados por la luz de la luna, adornando sus cabellos que parecían oro. Por qué un dicho Japonés dice que si dos amantes cometen suicidio tendrán que renacer como gemelos.  

Por qué el amor puede ser la cosa más cruel y dulce en este universo.      

Notas finales:

Que les puedo decir ?  salió así estaba viendo una película y esto nació. Si hay una parte que les recuerde a V de vendeta es por que de ahí la tomé ^^


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