Mi novio me toca todas las noches…
¿Qué debería hacer?
¡Estaba arto! ¡Ya no podía soportarlo más!
Con paso lento camino entre los pasillos del supermercado, tomando entre sus manos algunos productos necesarios para su despensa. Poco a poco fueron cayendo dentro del carrito un paquete de papel higiénico, jabón, carne, yogurt, leche, pan, huevos, verduras congeladas, pasta dental, entre muchas cosas más.
Debajo de sus ojos unas pronunciadas ojeras se notaban fácilmente. Aun debajo de ese grueso armazón de lentes que trato de utilizar para disimularlas.
Estaba seguro de que si en ese preciso momento se topara con Itachi, este le diría algo como “Oh que emoción… mi pequeño otouto quiere parecerse a mí” o alguna estupidez parecida… y es que de solo pensarlo le daban ganas de esconderse bajo una roca y jamás salir.
¡Estúpidas ojeras!
¡¡Pero es que todo era culpa de Naruto!!
Porque así era, por culpa de Naruto el pobre de Sasuke no había podido dormir como dios manda por una semana completa.
Desde hacia un tiempo atrás (casi un año) Naruto se había mudado con el a su departamento. Y es que ese no era el problema, después de todo ¿Qué de malo tenia vivir con tu pareja?
Pero su desgracia comenzó hacia un mes atrás. Todo, gracias a un apagón.
Cuando recién se fue la luz serian como la 10 de la mañana, pero comenzaron a aburrirse cuando después de casi 7 horas esta no llegaba. Ya habían hecho todo lo necesario quedándose sin opciones para combatir su aburrimiento. Ya un poco desesperado Sasuke comenzó a dar vueltas por la casa tratando de distraerse un poco. Ahí fue cuando la brillante idea de su novio izo acto de aparición.
- “¿Y si te toco?”- Fue el sencillo comentario del rubio hacia su persona.
Y bueno, tomando en cuenta la situación y sobre todo sopesando la proposición un “Porque no” salió de los labios del pelinegro.
Había de admitir que la idea de que el rubio le tocara le gustaba, después de todo ¿A quien lo le gusta que tu novio te toque un poco?
Pero ese fue su gran error…
Y es que ahora se arrepentía profundamente de admitir que le gustaba la idea de que el rubio le tocase. ¡Maldito sea el momento en que pronuncio ese “Porque no”!
Y es que desde aquella ocasión, el rubio le tocaba cada que tenia oportunidad (ósesele diario). A principio no le tomo importancia, e incluso le agradaba que lo hiciera. Pero después de la primera semana la situación comenzó a incomodarle, después a fastidiarle y mucho después a irritarle.
¡Porque no mejor le propuso jugar algún juego de mesa!
Sasuke se sintió aliviado al recibir la noticia de que debido al término de ciclo escolar, Naruto ya no tendría tanto tiempo libre, ya que se tendría que dedicar a calificar y corregir los exámenes de sus alumnos.
Y es que casi le pone un templo al tipo que invento los exámenes finales, en agradecimiento.
Pero su felicidad no duro mucho, ya que debido a que el rubio no tenía tiempo en las tardes comenzó a tocarle por las noches.
Así es, señoras y señores; Naruto se metía a las 3 de la mañana a su habitación y comenzaba a tocarle mientras dormía.
¡¿En verdad había sido tan malo en su vida pasada para merecer ese castigo?!
Comenzaba a creer que si, y que en esa vida el fue un emo vengador que asesino a su hermano y traiciono a sus amigos solo para ir detrás de una serpiente pervertida y su lame botas. Y ni con una vida así se creía merecedor de tan cruel castigo.
¿Es que acaso era mucho pedir un poco de paz y tranquilidad para poder dormir?
…
Verificando que no le faltara nada se dirigió a la caja para pagar todas sus comprar. Esperaba poder llegar a su casa para poder prepararse psicológicamente para esa noche.
Y es que ahora estaba considerando seriamente echar a la calle a patadas a Naruto si no cesaba ya toda esa locura y dejaba de tocarle todas las noches… o mejor dicho madrugadas.
Sasuke estaba mas que seguro que esa noche el rubio nuevamente entraría a su habitación y comenzaría a tocarle “solo como a el le gusta”
Y es ahora cuando el azabache se arrepentía enormemente de haberle sugerido al rubio tomar unas clases de guitarra…
Quizás solo bastaría con esconder el dichoso instrumento o romperle un par de cuerdas…
SnA