Por las calles de Tokio caminaba tranquilamente un rubio oji-azul… su nombre: Naruto Uzumaki.
Mantenía las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, ese sin duda no había sido su día, ¿Por qué le tenían que pasarle esas cosas? ¿Por qué justo a él? De todas las personas que hay en este basto mundo lleno de seres vivientes... tenía que ser él quién poseía la peor suerte de todos.
Nunca fue el hijo o el alumno perfecto, pero por lo menos trataba de ser una buena persona, ayudaba a la gente desinteresadamente, cuando le era posible visitaba a sus abuelos, trataba de hacer el bien y nunca lastimar o perjudicar a las personas.
Entonces… si él trataba de no hacerlo ¿Por qué entonces tenían que hacérselo a él?...
Las lágrimas descendían por sus mejillas. ¿Cuándo había comenzado a llorar? Ni el mismo lo sabía.
Caminó un par de cuadras más hasta que llegó a un parque. El lugar estaba casi vacío, pues eran alrededor de las 6 de la tarde y a esa hora ya no había mucha gente caminando por ahí.
Su celular comenzó a sonar… observo la pantalla unos segundos para después apagarlo. ¿Cuánto daño más pretendía hacerle? ¿O es que acaso no le había bastado con el que ya le había hecho?
Lentamente se acerco a un árbol, de este colgaba un columpio algo viejo, pero se veía que era muy resistente. Sin ánimos de llegar a su casa se sentó en el, al fin y al cabo no tenía otro lugar a dónde ir, pues si llegaba a su casa en ese estado sabía que sus padres lo bombardearían con preguntas que a decir verdad quería evitar.
Lentamente comenzó a mecerse sobre aquel columpio. La brisa movía suavemente su rubio cabello mientras los rayos del atardecer, que lograban traspasar las ramas de aquel árbol, le iluminaban la acanelada piel de su rostro. Las lágrimas no dejaban de salir aún en contra de su voluntad.
Unos metros delante de él se encontraba una banca de metal, se dedicó a observarla detalladamente. Esta era de un color blanco y detrás de ella se encontraba una amplio pastizal donde crecían varios arboles y flores. El lugar no era inmenso, pero si era lo suficientemente grande como para poder recostarse allí o jugar con la familia.
No supo cuánto tiempo se quedó mirando ese lugar, ni cuando fue que se había hundido en sus pensamientos. Solo supo que reaccionó de su letargo cuándo un chico de cabello azabache se sentó frente a él. Justo en aquella banca que momentos atrás había observado tan tendidamente.
Aquel chico lo observo por unos instantes, con sus ojos negros y profundos. Esa mirada lo hizo estremecerse y sin darse cuenta las lágrimas dejaron de fluir por un momento.
Naruto lo siguió observando mientras el chico sacaba una guitarra de su estuche. Un instrumento que el rubio siempre deseo tocar, pero que jamás aprendió a hacerlo. Era de un bello color azul con los bordes negros, sin duda una guitarra digna de su dueño.
Aquella persona solo le dedicó una ladeada sonrisa a Naruto y comenzó a pasar sus finos dedos por las cuerdas, produciendo una melodía llamativa y un tanto suave. El Uzumaki solo se dedicaba a ver la maestría con la que aquel hombre dominaba el instrumento, lo hacía ver tan fácil.
La gente comenzó a acercarse, no podían dejar pasar desapercibida aquella melodía tan llamativa. El chico comenzó a cantar mientras miraba de reojo a Naruto.
- Hey, ¿Ese no es Uchiha Sasuke? El vocalista de Taka – le preguntó una de las chicas a su amiga.
- Si, es cierto – le susurro ésta. – es él.
Escúchame, sabes que me gustaría
decirte que todo irá bien,
pero tienes que entender
que lo vuestro se acabó,
que terminó.
Las lágrimas comenzaron a salir de nuevo. Y todo lo que vivió unas horas atrás lo agobió nuevamente.
Realmente deseaba que todo fuese un sueño, un horrible sueño que terminaría al sonar su despertador. Pero él sabía que eso no era verdad, sabía que todo era parte de la triste y cruda realidad.
Pero le era tan difícil hacerse a la idea de que todo había terminado, que cuando pensaba en ello simplemente quería morir. Tal vez si las cosas no hubiesen sucedido de esa manera no le dolería tanto…
Olvídale, por mucho que te duela,
tienes que ponerte en pie.
Él no se merece ni tu llanto ni tu dolor,
compréndelo.
¿Ponerse en pie?... eso era verdad. Después de todo era mejor darse cuenta de las cosas antes de que fuese demasiado tarde.
Y aunque hubiese preferido 1000 veces un “terminamos” o un “ya no te quiero” se alegraba de no seguir siendo engañado…
Pensar que solo unas horas atrás era totalmente feliz…
Flash Back
Caminaba rumbo a la casa de su actual pareja… Sasori. Todo parecía indicar que el día sería perfecto, el cielo era de un hermoso color azul y las pocas nubes que se veían estaban totalmente blancas. Sin duda un día hermoso.
Aquella sería la tarde en la que Sasori iría formalmente a pedir la mano de Naruto a sus padres, pues si bien apenas llevaban un año y medio de relación ellos ya querían dar el gran paso.
Aquella tarde era su aniversario, cumplían 2 años de conocerse, así que pensaron que no había una fecha mejor para hablar con los padres del rubio…
Pronto llego a la casa, toco un par de veces pero nadie atendió, así que saco de su bolsillo la llave que unos días atrás Sasori le había entregado.
- Quizás se este bañando-pensó el rubio.
Con la intención de darle una sorpresa a su novio, se dirigió a la habitación. Pero jamás pensó que el sorprendido seria él. Pues al abrir la puerta de la recamara se encontró con una escena, por demás, dolorosa.
Su novio se encontraba sobre la cama embistiendo fuertemente a un rubio de cabello largo mientras este se aferraba a su cuello devorando sus labios…
Poco a poco fue retrocediendo mientras se cubría la boca para no gritar, jamás creyó capas de algo así al pelirrojo. En ese instante lo único en lo que pensó fue en huir, en salir corriendo lo mas lejos posible y no volver jamás.
Lo último que quería era que se percataran de su presencia, pero para su desgracia eso no sucedió así, pues sin querer chocó con un mueble que se encontraba a sus espaldas provocando un fuerte ruido.
Sasori al voltear se encontró con la azulina mirada del Uzumaki, quién aún no salía del shock en el que se encontraba al ver tal escena.
- ¡Naruto! – exclamó el pelirrojo sorprendido - ¡Espera! ¡No es lo que crees!
Pronto se levanto de la cama para tratar de acercársele al rubio, pero este no se lo permitió y salió huyendo del lugar… herido y decepcionado.
Ya no supo si lo siguió o no. Y tampoco es como si le importara, pues en ese momento lo único que quería era morir…
Fin Flash Back
¿Qué no era lo que creía? ¡Estaba desnudo junto con otro tipo, en la cama!, ¡¿Cómo no iba a ser lo que creía?! ¡Tenia su pene dentro del otro sujeto! ¿Entonces que era? ¿Un picnic?
Confía en mí,
lo último que yo querría sería verte sufrir.
Déjale que siga su camino con otro amor,
será mejor.
Aquel azabache seguía cantando, y cada estrofa se le clavaba como un cuchillo en el corazón…
Tal vez aquella rara y muy oportuna canción tenía razón… si Sasori no era para él, lo mejor sería dejarlo pasar, aunque le fuese difícil. Quizás y solo quizás, aquel chico correría una mejor suerte que él y no sería engañado. Como también, quizás aquel rubio fuese el verdadero amor de Sasori.
Deja de sufrir,
debes retirarte,
la partida para ti llegó a su fin.
Sé que lo apostaste todo pero te tocó perder,
olvídale.
Debía dejar de pensar en el.
Debía de ser fuerte.
Debía salir adelante.
Debía renunciar a ese gran amor que sentía. Pues bien sabía que el amor era un juego de azar, en el que a veces se gana y en su mayoría se pierde.
Un juego de azar en el que alguien siempre sale lastimado, y para su desgracia ése alguien fue él. Un juego en el que apostó el corazón y el alma, y por desgracia los perdió. Un juego… eso fue lo que significo para Sasori… Un juego.
Tienes tanto que ofrecer a alguien mejor,
no te empeñes en seguir un viejo amor.
Sé que hay mil recuerdos en tu corazón,
pero llegó el momento de decir adiós.
No fueron 2 días, ni 2 semanas… ni siquiera 2 meses, fueron 2 años los que compartió con el pelirrojo. Fueron muchas cosas las que vivieron juntos.
No todo fue bueno, pero tampoco puede decir que fue malo, las cosas que compartió con el de ojos cafés no se irían de la noche a la mañana, ni tampoco le dará amnesia solo con desearlo. Pero si Sasori pudo encontrar a alguien más, Naruto sabía que el también podía…
No vuelvas la vista atrás,
no pienses más en él,
eso sólo hará que sufras más.
Es muy duro renunciar a tanto junto a él
pero el tiempo curará tu corazón.
Tiempo… alguna vez alguien le dijo que tiempo es lo que más hay en esta vida. Así que lo mejor sería eso, dejarle las cosas al tiempo, el cual es sabio y siempre ayuda.
El amigo tiempo que es justo y siempre pasa para todos. El tiempo que ayuda a curar las heridas…
.:.:XxXxXxX:.:.
Tienes tanto que ofrecer a alguien mejor,
no te empeñes en seguir un viejo amor.
Sé que hay mil recuerdos en tu corazón,
pero llegó el momento de decir adiós.
Había pasado ya un año y medio desde que aquello sucedió… Ahora se encontraba sentado a lado de Sasuke, justo en la misma banca donde le conoció…
Nunca creyó que una canción tendría tanta razón. Y tampoco creyó que por una canción conocería a un teme bastardo como Sasuke.
Aquella tarde después de terminar de cantar, el azabache se abrió paso entre la multitud y le tendió una mano al rubio, este sin saber porque la acepto y desde aquel instante todo cambio.
No vuelvas la vista atrás,
no pienses más en él,
eso sólo hará que sufras más.
Es muy duro renunciar a tanto junto a él
pero el tiempo curará tu corazón.
Desde el momento en que tomó la mano de Sasuke, no tuvo la necesidad de volver atrás. Pues su primer gran amor quedo como un recuerdo… un recuerdo que agradecía, pues sin el y sin su engaño, jamás había encontrado la felicidad a lado del arrogante azabache.
Fue duro saber la verdad y fue aún mas duro saberla de ésa forma. Pero se sentía feliz por ello ya que le evito el vivir engañado...
Y ahora, justo en ese momento se encontraba apostando de nuevo, jugándose el todo por el todo con ese gran amor que sentía por el oji-negro, ahora solo esperaba esta vez no perder.
No vuelvas la vista atrás,
no pienses más en él,
eso sólo hará que sufras más.
Es muy duro renunciar a tanto junto a él
pero el tiempo curará tu corazón...
pero el tiempo curará tu corazón...
pero el tiempo curará...
Tu corazón... Tu corazón!
Sasuke termino de tocar aquella canción a la que tanto le debía. Guardo el instrumento en su estuche y sin previo aviso beso a Naruto. Fue un suave y tierno rose, pero en el transmitía todo lo que sentía hacia el rubio. Al separase le susurro:
- Vámonos Naruto.
- ¿Eh? Pero yo me quiero subir al columpio – hizo un puchero.
- Mañana te subes al columpio – frunció el seño- ahora vámonos.
- ¡NO!
- Bien, entonces no abra ramen.
- ¿Qué esperas? Ya vámonos…
Llámenlo destino, suerte o coincidencia si así lo desean, pero algo es seguro… una manera mejor para que ellos se unieran no pudo haber.
Quizás no todo se dio en ese mismo instante: un año había tardado para que todo cicatrizara debidamente. Un año pasó para que el rubio se diera una nueva oportunidad. Un año le tomó a Sasuke conquistar el corazón de Naruto… Pero fue un año bien desperdiciado para ambos, pues fue el tiempo necesario para conocerse y darse cuenta de lo que sentían, de que ya no podían estar el uno sin el otro (Aunque eso Sasuke lo supo desde el momento en que Naruto tomo su mano…)
Y si alguien se pregunta sobre Sasori… se podría decir que perdió a un rubio, pero no estuvo dispuesto a darse el lujo de perder a otro, así que se diría que las cosas no salieron del todo mal…
- Sasuke ¿Estas seguro que no te llamas o llamaste tiempo en alguna vida pasada? – pregunto un día cierto rubio oji-azul cabeza hueca.
SnA