Inevitable problema.
Otro segundo, otro minuto, otra hora, otro día, otra semana, otro mes en el que Ichigo Kurosaki no podía moverse ni un poco de su cómoda cama acolchada. Se sentía fatal y con un nudo en la garganta por no poder hacer algo. Si no hubiese ocultado tanto sus sentimientos quizás Sousuke ahora estaría junto a él leyendo libros o haciendo cualquier estupidez entretenida, pero como su mala suerte siempre se hacía presente, tuvo que perderlo. “Cuando me acostumbro a alguien, y le quiero mucho, siempre se va de mi lado.” El dicho se hizo por primera vez presente cuando su madre murió. Después cuando su tía viajo a estados unidos. Los únicos que no se habían ido de su lado, eran su padre y sus hermanas pequeñas.
Era un asco, un terrible asco entregarse a las personas porque después siempre lo dejaban tirado como si de un perro vago se tratase. Decidió cerrar su corazón en ese tiempo, cuando era nuevo en la preparatoria, pero cuando conoció al castaño, con tiempo, fue dejando su lado tierno y amable. Se había entregado de nuevo, había caído en ese sentimiento de bien estar, que al final, se volvía inseguridad y tristeza. No era algo tan malo que Sousuke tuviese novio, ya que Ichigo sabía su orientación sexual, sabía que algún día la relación de ellos dos se tenía que terminar de alguna forma.
Sin embargo, descartó la idea de que su amigo se casara con Tesra. Tesra le llevaba la delantera si se trataba de lo físico, según él. “Es obvio que lo prefiere, es demasiado perfecto, y es mucho mejor que yo en lo físico.” Rubio, alto, de ojos celestes casi verdes y caminar adorado por las mujeres de la universidad. También practicaba deportes por las tardes, estaba inscrito en academias caras, su familia era muy rica y su voz era fina e hipnotizadora. En cambio él, peli naranja, ojos avellana, caminar despistado y muchas veces inestable que lo hacía quedar como un idiota. Algunas veces practicaba futbol con los chicos de la universidad y no estaba inscrito en academias porque su padre tenía el dinero justo para los tres en casa, pero si escribía en computador para páginas de fanfictions. Su voz era ronca e algo temblorosa. ¿Con quién se quedaría alguien? Ichigo pensaba que era obvio que con Tesra.
“Es una comparación innecesaria.” Repetía mentalmente cuando Sousuke besaba a su prometido delante de él en la cafetería. El castaño nunca le había mirado de esa forma, entonces se dio cuenta de que su amigo estaba enamorado hasta, literalmente los pies. Muchas veces había querido decirle en la cara a su amigo: ¡Date cuenta de que te está engañando con todas en su club de mierda! Pero no quería arruinar la felicidad de Sousuke.
- Hermanito, tienes que comer. –Interrumpió los pensamientos su hermana castaña.
- Lo siento, no tengo hambre.
- Pero no has comido en muchos días, Karin y papá están preocupados tanto como yo. Por favor, come algo aunque sea.
- Todo me sabe a vómito, comeré más tarde. –Su hermana asintió y se marchó cerrando la puerta.
Por el inevitable problema también había dejado de ir a la universidad, si fuese actualmente a hacer acto de presencia, de seguro todos los profesores se lanzarían encima de él para que se fuera de la universidad porque debía muchas notas, trabajos y exámenes de distintos ramos. Eso había logrado su “depresión” y lo sabía bien. Dejar los estudios era una buena opción, al menos hasta que Sousuke saliera graduado, para él volver a la universidad.
Por la tarde, mientras “veía” televisión, un golpe en su puerta le llamó la atención. Sus hermanas y su padre entraban cuando querían a su habitación sin la necesidad de golpear, algo normal en la casa.
- ¿Quién es? –Pensó que se trataba de un ladrón.
- Ichigo, soy yo.
- Adelante.
Estaba arrepintiéndose de decir eso ya que ni siquiera sabía a quién le pertenecía la voz, pero esa persona sabía su nombre así que alguien desconocido no podía ser, a no ser que fuesen secuestradores o detectives privados que venían a sacarlo a la fuerza para que fuese a la universidad. “¿Quién será?” La puerta se abrió lentamente dejando ver a su amigo. Seguía igual físicamente, pero su tono de voz estaba cambiado y también un poco su cabello.
Arregló un poco su cama sacando las migas de pan y restos de patatas envasadas en las sabanas, movió su pelo dejándolo igual y se restregó los ojos para que el otro no se diera cuenta de lo mal que estaba por su casamiento aunque sus ojeras lo delataban de igual forma.
- ¿Qué le pasa a tu cuarto? –Preguntó moviendo su mechón graciosamente- Pensé que siempre eras ordenadito con tus cosas.
- No sabía que vendrías, pensé que estarías pendiente de… otras cosas.
- ¿El casamiento? Oh, es la próxima semana, para eso vengo, tontito.
- ¿Vienes a qué? –Susurró a punto de explotar en lágrimas.
Tenía que aguantarlo. “Ahora no puedes flaquear.” Recibió una tarjeta rosácea con letras elegantes escritas en la misma. Quería golpear, masacrar y no dejar de torturar a su amigo, que estaba frente a él calmado, con una sonrisa casi de burla. Pegó una maldición en murmuro y frunció el ceño ya no aguantando la rabia.
- Disculpa por no avisarte antes, eres un muy buen amigo y no te di la carta antes, lo siento.
- ¿Crees que es eso lo que me enoja? Qué hijo de perra.
- No me insultes, por favor. –Tomó el insulto como una broma del peli naranja.
Se vería patético llorando en el pecho de Sousuke rogándole que no se casara y que estuviese con él siempre. A su amigo no le gustaban las personas débiles y sentimentales, fue por eso que se hizo su amigo, Sousuke solo era agradable y chistoso con él, con nadie más. Los dos eran tan iguales que no podían separarse ni un minuto, hasta que Tesra empezó a seguir como loco a Sousuke en las academias particulares de arte. Ichigo tomaba esas persecuciones como graciosas y se reían con su amigo nunca creyendo que llegaría el día en el que realmente Tesra llegara al corazón del castaño.
- Te siguió hasta que lo consiguió. Los dos son una mierda. –Lanzó la invitación al suelo- Vete de mi casa.
- ¿Bromeas? Eres mi amigo y vengo a conversar contigo. Has faltado mucho a la universidad.
- No hay de que conversar, vete, no quiero verte.
- Nunca he entendido tus cambios de humor, bueno, no faltes a la ceremonia, eres muy importante, demasiado. Adiós, hermano perdido. –Frunció el ceño cerrando la puerta cuando Sousuke lo llamó “hermano perdido”. Odiaba eso.
Odiaba sentirse como un hermano. Como un estúpido “hermano” que siempre servía para excusas baratas. Tomó la invitación entre sus dedos y la hizo pedazos. No aguanto la tristeza y se lanzó a llorar cayendo de rodillas en el suelo alfombrado de su habitación, sintiéndose una basura al lado del prometido de su amigo. “No quiero verlo nunca más.”
Como sus hermanas y su padre habían salido, tenía la casa para él solo. Lloró lo más fuerte que pudo lamentando su mala suerte. Se puso de pie para tomar las pastillas de dormir y tener un “buen sueño” este sueño quizás sería diferente, más largo y profundo que los demás. Eso quería, tener un sueño más profundo para soñar que estaba aún en preparatoria con su amigo, bromeando y los dos solteros con tiempo solamente para ellos mismos.
“Tesra es una mala persona y está con él.” Pensó mientras tomaba la última pastilla que quedaba en su frasco, recordando cuando vio al rubio besarse con una peli negra en la estación de buses.
***
Despertó en otra habitación, una que tenía las paredes de color verde oscuro y las cortinas azules, supuso que era un cuarto de hospital, pero no había señales de nada médico, incluso la alfombra le parecía familiar, como si antes ya hubiese estado en el lugar. La lámpara de al lado le dio la pista completa para saber de quién era el cuarto. “¿Cómo llegué aquí?” El cuarto era de su “jodido” amigo castaño. La diferencia era que ahora ya no estaban los posters de bandas y animes. La habitación era más “madura” a diferencia de antes cuando en la preparatoria lo visitaba.
Se levantó con dolor de cabeza y un calor infernal. Aquí era más cálido que en su casa y está habitación era diferente a la de él.
- ¡¿Hay alguien que venga a decirme porque estoy en este lugar?! –Gritó
- Presente.
Se giró y vio a Sousuke parado en el marco de la puerta, casi desnudo, con una toalla diminuta en su parte delantera. Sus pupilas se dilataron al ver aquello. “Creo que las pastillas hicieron efecto.” Como estaba seguro de que eso era un sueño, caminó lentamente hasta llegar a Aizen. Juntó su mirada con la de él, mezclando la avellana con un deseoso chocolate caliente.
No podía creer tan maravilloso suceso, esto era una fantasía que supuestamente en la realidad no se haría verdad ya que Sousuke estaba comprometido con Tesra y se casarían. ¿A qué hombre a punto de casarse se le ocurriría andar en paños menores delante de su amigo enamorado? Aunque claro, Aizen no sabía que Ichigo estaba enamorado de él.
Su amigo frunció el ceño con una molestia demostrativa.
- Sou, ¿Qué te ocurre? ¿He hecho algo malo? –Preguntó inocentemente creyendo que el sueño era demasiado real.
- ¿Me puedes decir porque trataste de matarte?
La realidad cayó de golpe haciendo que Ichigo se arrepintiera de lo antes dicho, entonces… estaba en la casa en verdad. ¿Cómo sabía Sousuke que Ichigo había tratado de acabar con su vida? Fácil, había escuchado los llantos del peli naranja antes de que se fuera del lugar, se preocupó y cuando llegó a la habitación de nuevo para ver que le pasaba a su deprimido “Wesley*” encontró a Ichigo en la alfombra, dormido.
N/A: Wesley: Apellido de Ron Wesley en Harry Potter, hace referencia al color de cabello de Ichigo parecido al de este personaje.
- Yo… estaba triste.
- Me di cuenta, para tomarte un frasco de casi veinte pastillas es probable que no mientas.
- No me tome veinte pastillas, solo fueron doce. –Chasqueó la lengua.
- Doce que podían haber acabado con tu vida o dejarte en el hospital con intoxicación. Dejaremos la anterior pregunta, ahora quiero que respondas la que voy a hacerte ahora, quiero sinceridad, Ichigo. –Dijo en tono serio mostrando su lado menos divertido- ¿Por qué estabas triste? ¿Qué cosa tan mala pudo pasar para que hicieras aquello y estuvieses de mal humor?
No sabía responderle eso, ¿Qué respondería? ¿Qué estaba triste porque él se casaría? Movió su cabeza vacilante y sonrió fingidamente ganándose una mirada fulminante por el gesto. No se le ocurría nada bueno, ni una sola excusa. “Se sinceró” Se imaginó siendo un cero deforme, lo que le causo una risa pequeña, Sousuke lo miró más serio aún por burlarse de su preocupación de amigo. Hablaría con la verdad sin dejar un solo punto de su mentalidad sin decir.
- ¿Quieres la verdad y sinceridad? No creo que te guste pero te voy a decir todo de una buena vez, es por el bien de los dos. –Aguantó su sensibilidad de nuevo- Me gustas. Me gustas desde la preparatoria. Te encontraba y te encuentro perfecto como nadie lo es. Me siento débil, triste, sin ganas de vivir porque te casaras con él, con Tesra. –Su voz empezó a temblar- Y no quiero eso. ¡Te quiero solo para mí!
Sousuke entreabrió los labios, confundido por la aclaración del peli naranja, estaba confesando aquello cuando desde hace tiempo creía que era un heterosexual hecho y derecho. Si hubiese sabido que él también tenía esas tendencias, sin dudar estaría con Ichigo. Pero las cosas estaban ya hechas, y no olvidaría tan fácil a Tesra.
- Sabes que amo a mi prometido, ¿Verdad?
- Sí, y es lo que más me duele. Te mentí por tanto tiempo, no merezco tu amistad.
- Yo también te mentí. Le mentí a mi familia, a mis amigos y a mí mismo pensando en que mi relación con Tesra iría bien. No nos casaremos.
- No entiendo. –Ichigo movió la cabeza.
- Hablé con él ayer y me dijo que no me amaba, pensaba que estaba con él porque amaba a su dinero. Pero nunca fue así, en verdad lo quería.
- ¿Más que a mí?
- Sí. Más que a ti. –Se sintió mal al decir eso- No compares cariños.
- No lo comparo, es solo que… siempre pensé que era lo más importante para ti. Ahora saber que lo amabas más me ha hecho reaccionar.
- No reacciones, por favor.
Acercó su rostro al contrario buscando la mirada del menor, este no lo miraba, tenía la cabeza gacha con sus hermosos ojos mirando el suelo. “Nunca me quiso tanto.” Siguió mirando al suelo aunque su amigo trataba de levantar su cabeza como podía.
- Ichigo, perdóname. Sabes que siempre he sido un frío de mente, una persona sin muchos sentimientos hacía los demás, o al menos no sentimientos verdaderos. Contigo y con Tesra fue la excepción.
- No quiero ser una excepción. Sé frío conmigo, trátame mal, no me busques siempre, no hables conmigo. –Murmuró destrozado.
- Sabes que jamás podría lograr hacer todo eso.
Rodeó con sus musculosos brazos al peli naranja, fundiendo la cabeza de su amigo en su desnudo pecho. Ahora se sentía extraño, mucho más extraño que antes, cuando abrazaba a Ichigo. Este abrazo era diferente, como si fuese la última vez que se vieran y eso le causaba una terrible culpa interior. Por parte del otro, estaba feliz, no podía parar de llorar en el pecho de Sousuke.
- No me dejes nunca más.
- No lo haré.
Sin pensarlo, pasó sus manos por la espalda de Aizen, bajando hasta llegar al amarre de la toalla, bajando la tela que le impedía ver a la otra perfección de su amor secreto. Se preguntó si ya había tenido relaciones sexuales con Tesra.
- ¿Ya lo hicieron?
- No. Nunca quise hacerlo con él, no era el momento. En nuestro noviazgo nunca fue el momento.
- Es raro verte tan serio.
- Es raro verte tan caliente. –Los dos sonrieron.
- Es que contigo es difícil no ponerse así.
- Wesley estúpido.
- No me digas así.
Como Sousuke no ponía resistencia en lo que hacía, se puso de rodillas en el suelo y con su mano izquierda, lentamente toco el miembro del castaño. No quiso mirar hacia arriba por vergüenza, pero sabía que le gustaba por los gemidos de placer que daba. Oh, eso era la gloria. “Hacerlo gemir, me hace querer gemir.” Desabotonó sus pantalones y bajó el cierre rápidamente bajando la pieza de ropa junto a su calzoncillo. Empezó a masturbarse con su mano libre sintiendo un espasmo en su espalda.
***
El calor embriagador, las respiraciones entrecortadas, los gemidos fuertes, sus cuerpos empapados de sudor, subían la temperatura cada vez más entre los dos mejores amigos. Ya se estaba haciendo de noche, y los dos seguían disfrutando de ese contacto sexual y placentero. Ichigo recibía todo lo que Sousuke le entregaba, porque así llegarían a sentir una unión, aunque sea sexual.
- Quiero estar dentro de ti siempre. –Con sinceridad, embistió.
- No tendría… problema con eso. E-espero que… puedas olvidar a Tesra.
- Creme que puedo olvidarlo rápidamente, ahora tengo motivos. Tú.
- Demonios, es demasiado bueno. –Apretó las sabanas con sus manos llegando al orgasmo gracias a las estimulantes penetraciones en su próstata.
Ichigo se dio cuenta de que ahora también había un inevitable problema. Tendría que hacer que Sousuke olvidara a Tesra para que no se sintiera tan triste junto a él, pero lo lograría. El otro inevitable problema era que Sousuke hostigaba demasiado. ¡Podía encontrar miles de Inevitables problemas! Pero todos tenían relación con algo bueno y eso lo hacía sonreír junto a su novio que alguna vez, fue su mejor amigo.
Fin.