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Soñé por dannydekaul

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Notas del fanfic:

Mucha ausencia de mi parte, lo sé, pero dicen que para inspirarse bn, el autor necesita tiempo xD Ojala les guste esta historia, ya tenia tiempo con la idea y me alegra que ahora si haya podido plasmarla en un fic. Espero sus comentarios. 

Notas del capitulo:

Como saben la musica es mi mayor amor y pasión, y si no lo sabian, ps ya se los digo jeje y pues estoy tremendamente feliz de que al fin otra maravillosa canción, en mi parecer, me haya inspirado en esta cancion, si ya la conocen y les gusta me daran la razon, y si no, se las recomiendo mucho.

Es mas, les dejo el link para ke la cheken, si la oyen mientras leen este fic es mejor, pueden repetirla las veces que quieran.

 

Caminaba  en la noche a paso lento rumbo a mi automóvil, me sentía muy cansado. Sin duda el trabajo de productor musical de una discográfica no era lo más sencillo del mundo, pero me gustaba, era lo que siempre había querido después de tantos años de estudiar al respecto.

 

Tenía hambre, mi estomago me lo decía con esos extraños ruidos que provenían de el, ya tenía un buen rato de no haber comido desde el almuerzo en el estudio, pero aun no me decidía si ir con los demás chicos a cenar al nuevo restaurante del que tanto me habían hablado hace unos días.

 

Sin más que hacer decidí ir, estacionando el coche en un lugar libre al llegar y tome mi saco colocándomelo, los chicos sonrieron al verme y me aproxime de inmediato.

 

-       ¡¡Tom!! Creíamos que no venias, con eso de que siempre nos dejas plantados- exclamo Georg, mi mejor amigo y socio. Un chico de cabellos largos y castaños.

-       No siempre- refute- ¿Ya ordenaron algo?- cuestione indeciso.

-       Si, bueno lo mayoría lo hizo. Aunque no lo creas yo siempre ordeno al último para  esperar a ver si llegas y no pidas algo tu solo- indico Georg.

-       Vale, gracias- dije sonriente y luego me alcanzaron un menú para ver que podía pedir- Los espaguetis suenan tentadores- exclame hambriento.

-       Pues lo que tu pidas yo también lo ordeno socio, que se vea esa unión- dijo mi amigo y yo rodé los ojos ignorando ese último comentario, el era algo irritante a veces pero ya me había acostumbrado.

 

Ordenamos y enseguida nos sirvieron, disfrutábamos nuestra comida acompañada de una buena cerveza e hicimos un ademan de brindis, no era por presumirlo, pero éramos un equipo muy unido.

 

Un rato después me dieron ganas de ir al sanitario, excusándome con mis compañeros fui hacia allá, al salir me di un breve vistazo en el espejo al lavarme las manos, acomode una que otra de mis trenzas negras y salí de ahí, pero cuando iba de regreso choque brevemente con otro chico.

 

-       Discúlpeme- dijo con voz preocupada- no vi por donde iba.

-       Descuida- susurre sonriendo mientras lo miraba a los ojos y proseguí mi camino enseguida.

 

Un escalofrió me recorrió al instante y me quede inmóvil un instante antes de seguir, sacudí levemente la cabeza y llegue con mis compañeros.

 

-       ¿Qué te ocurre Tom? Parece que viste un fantasma- expreso uno de los chicos.

-       Na… nada, solo que me sentí un poco mal. Creo que ya tengo que irme, me siento algo fatigado y me gustaría ir a descansar- respondí enseguida calmándome.

-       Como digas, es un gusto que al fin hayamos podido reunirnos de nuevo sin que el motivo sea el trabajo- dijo Georg contento.

-       Seguro, tratare de ya estar más con ustedes. Nos vemos- dije despidiéndome y saliendo de ahí.

 

De camino a mi casa no pude sacarme de la mente a ese chico con el que tropecé saliendo de los sanitarios, trate de restarle importancia pero el simple recuerdo de su mirada me hacia tenerlo muy presente. Al llegar a mi casa suspire de cansancio y dejando mis cosas sobre uno de los sofás me dirigí a la cocina para servirme un vaso con agua y luego deje el vaso vacio en el lavaplatos.

 

Entre a mi habitación y me descalcé, tome el control remoto de mi estéreo poniéndole play mientras me aflojaba la corbata, enseguida comenzó a sonar una canción peculiar, una de esas que había escuchado en uno de mis tantos viajes de negocios por el mundo pero que pude recordar sin problema.

 

Luego el tiempo, aquel momento
en que mi mundo se paraba entre tus labios,
solo para revivir, 
derretirme una vez más mirando tus ojos negros.

 

Me recosté sobre la cama cerrando los ojos, al instante el recuerdo de aquel chico volvió a mi mente, pero esta vez le puse toda la atención recordando su aspecto. Alto, de cabellos rubios, una ligera barba, un par de piercings en ambos costados de su labio inferior y otros repartidos en su nariz y ceja derecha, y  un color de ojos que no distinguir ver bien debido a la poca iluminación de esa parte del restaurante, pero su mirada fue cautivante.

 

Tengo ganas de ser aire,
y me respires para siempre; 
pues no tengo nada que perder.

 

Y con esa evocación me quede profundamente dormido, no supe ni en que instante ocurrió, lo que si es que ni en mis sueños me libre de él, lo soñé.

 

Al despertar lo hice con los ojos abiertos de par en par. Me levante con muchos ánimos, desayune y me fui a trabajar. Más tarde, para relajarme un rato fui a la cocineta por un café encontrándome a Georg ahí dentro.

 

-       Hoy si te levantaste con ganas- murmuro mi amigo sonriente.

-       Que va, es un día como cualquiera- conteste relajado preparándome mi café- ¿Harás algo hoy a la salida?- le pregunte como sin nada.

-       No. ¿Y eso?- expreso confuso.

-       Solo para saber si podemos ir a algún lugar saliendo de aquí- propuse sonriéndole.

-       Pues estaría bien. ¿A qué se debe que me invites a salir después de tanto tiempo?- exigió curioso.

-       Nada en particular, solo salir, eso es lo que hacen los amigos. Tiene mucho que no salimos tú y yo solos- me justifique sin dejar de sonreír.

-       Vale- dijo inseguro marchándose y yo suspire.

 

Al momento se me vino a la cabeza otra vez el chico rubio del restaurante, no podía creer que solo habíamos cruzado algunas palabras y su recuerdo se me hubiese quedado tan marcado. Era algo loco, pero tenía ganas de buscarlo, de hablar más con él, de quitarme esa sensación de tenerlo tan presente, tal vez si lo volvía a ver mi reacción no sería la misma y podría seguir mi vida tranquilamente como hasta ahora.

 

Todo el tiempo estoy pensando en ti,
en el brillo del sol, en un rincón del cielo.
Todo el tiempo estoy pensando en ti,
en el eco del mar que retumba en tus ojos, soñé

 

A la salida, Georg me alcanzo en los elevadores y cruzamos algunas palabras, abordamos nuestros coches y condujimos rumbo al restaurante de ayer, le propuse que fuéramos ahí de nuevo con la excusa de que la comida me había encantado, la verdad es que esperaba ver de nuevo  al joven blondo.

 

Estuvimos un rato ahí comiendo, bebiendo y charlando pero el chico no apareció, eso me desilusiono un poco, así que mejor nos marchamos de ahí. No sabía qué hacer, enserio quería verlo de nuevo.

 

Con desgano conduje de regreso a mi casa con el semblante contrariado, ya no sabía ni que pensar, ese chico se me estaba metiendo en la cabeza hasta el grado de desesperarme, y lo peor es que no sabía porque causaba tanto impacto en mí.

 

Y como si mis ruegos hubiesen sido escuchados, lo vi, caminaba serenamente en la calle, su delgada y alta figura resaltaba entre la multitud que caminaba por la avenida, mis ojos lo siguieron un instante hasta que recordé que iba manejando y voltee de nuevo al frente perdiéndolo de vista.

 

Llegue a mi casa con una sonrisa boba, aspire hondo y me deje caer sentado sobre el sofá, el verlo de nuevo me había hecho muy feliz, pero a la vez me confundió mas, pues ahora sentía una extraña calidez en mi estomago y me regañe mentalmente por ello. Lo más curioso fue que al momento que voltee a verlo en la calle él igual lo hizo como si nuestras miradas se conectaran. Sin duda verlo me hacia bien, mucho bien.

 

Solo para revivir, 
derretirme una vez más mirando tus ojos negros.
Tengo ganas de ser aire,
y me respires para siempre; 
pues no tengo nada que perder.

 

Era sábado, fin de semana, me libraba del trabajo por un par de días, así que aproveche para descansar ese día en mi casa. Vi películas, ordene comida y me relaje totalmente hasta que la tarde comenzaba a caer.

 

Me metía  a darme una ducha y me vestí arreglándome ligeramente, quería salir, no sé porque pero me dieron ganas. Conduje hasta el centro y luego me dirigí a la zona de clubs nocturnos, busque donde estacionarme y una vez afuera comencé a caminar sin rumbo fijo, entre por inercia a un lugar, era un bar tranquilo, había una banda de rock tocando en vivo así que ocupe una mesa cerca del escenario. Mire hacia todos lados, como buscando algo, y lo encontré.

 

Camino con paso decidido hacia mí y me encaro, yo sonreí  sin despegar la vista de él y el igual esbozo una sonrisa.

 

-       ¿Desea ordenar algo?- pregunto amablemente sin borrar su gesto.

-       Un Vodka, doble por favor- conteste tranquilo.

-       ¿Algo más, señor?- ofreció tímido.

-       Por ahora seria todo- dije serio- solo, no me digas señor. Me haces sentir viejo, dime Tom- aclare sonriéndole de nuevo.

-       Como digas, Tom- respondió apenas- ahora te traigo tu bebida.

 

Se marcho rápidamente y suspire profundo, creo que ahora debería seguir más a mi instinto, ya que este me hizo toparme con él de nuevo. Tenía que saber su nombre.

Pasaron un par de minutos y el volvió trayéndome mi bebida, su sonrisa disimulada podía notarse al igual que el pequeño rubor en sus mejillas. Dejo el vaso en la mesa y me miro fijamente.

 

-       ¿Algo más que pueda hacer por ti?- cuestiono cordial.

-       Tu nombre, dime tu nombre- pedí nervioso.

-       Solo por curiosidad.  ¿Para qué quieres saberlo?- dijo extrañado.

-       Como tú dijiste, solo por curiosidad. Por favor- exigí sereno.

-       Bill, soy Bill- susurro pero pude escucharlo.

-       Gracias, Bill- respondí igual en un murmullo, él hizo una leve reverencia y se alejo.

 

Todo el tiempo estoy pensando en ti,
en el brillo del sol, en un rincón del cielo.
Todo el tiempo estoy pensando en ti,
en el eco del mar que retumba en tus ojos.

 

Me quede ahí hasta muy tarde, por lo que se veía faltaba poco para que cerraran y yo era el único ahí dentro, vi a Bill acercarse apenado y yo lo mire astuto.

-       Disculpa Tom, pero ya vamos a cerrar. Tengo que cobrar tu cuenta para hacer corte- requirió con voz baja.

-       Seguro, solo dime una cosa más- exprese armado de valor.

-       Te escucho- atendió calmado.

-       ¿A qué hora sales? Quiero esperarte- ofrecí cohibido mirándolo.

-       Si sales ahora, en unos 20 minutos. Te veo en la entrada- exhalo murmurando.

 

Asentí rápidamente y observe mi cuenta, le di el dinero y le dije que guardara el cambio, salí de ahí rápidamente, no quería retrasarlo más. Estaba ansioso, pero más nervioso, no sabía qué hacer ahora, mi ofrecimiento de esperarlo a que saliera fue involuntario, así que menos imagine que aceptara.

 

Paso el tiempo acordado, y sin demora el apareció caminado perturbado, tal vez ni el esperaba esa invitación. Llego hasta mí y nos miramos nuevamente, le sonreí y él me correspondió inocente.

 

-       ¿Y bien?- dijo de pronto rompiendo el silencio.

-       Yo… no sé. Tengo coche, puedo llevarte a algún lugar- tanteé inseguro.

-       A mi casa estaría bien, me siento cansado- contesto con voz pesada, pero sin dejar de sonreír ni mirarme.

-       Vamos- anuncie afirmando y empezamos a caminar hacia mi coche.

 

Abordamos mi auto y enseguida lo encendí poniéndonos en marcha, conduje unos diez minutos, el transcurso del camino ocurrió tranquilo, sin mucha charla pero el silencio no era incomodo, con breves miradas mutuas y sonrisas fugaces. Era como si nos leyéramos la mente y no tuviésemos que decir mucho.

 

En cuanto llegue a la dirección dada seguida por sus instrucciones, el bajo y yo lo acompañe hasta la entrada de su domicilio. Sin pensarlo tome sus manos y lo mire intensamente a los ojos, su mirada igual se clavo en mi y sentí algo cálido dentro de mí.

 

Sus ojos brillaban, nos quedamos quietos mirándonos no se cuanto tiempo pero eso no importaba, ese momento no lo cambiaba por nada. Yo no lo planeé, creo que él tampoco, pero al instante unimos nuestros labios en un beso, un largo pero tímido beso.

 

Nos separamos, me miro de nuevo con la vista menguada, sabía que significaba la hora de partir. Sin decirnos nada me volteé rumbo a mi auto, el entro a su casa mirándome por última vez antes de cerrar la puerta y yo igual volví a unir nuestras miradas. Ambos sonreímos, y con esa expresión en el rostro me fui.

 

Esa noche fue la mejor de todas, al acostarme en mi cama suspire largamente cerrando los ojos, y entonces lo vi nuevamente.

 

Todo el tiempo estoy pensando en ti,
en un brillo del sol, y una mirada tuya, soñé
Si te soñé, y te soñé y te soñé una vez más...
si te soñé, y te soñé y te soñé una vez mas...

 

Notas finales:

¿Gusto? Por favor, dejenme sus comentarios, todos sus reviews son bienvenidos, son lo que aliementan a los autores para saber si le siguen con esto o se dedican a otra cosa :P en mi caso ps tambn haha pero ps mas que nada yo lo que haog es escribir y compartirlo con ustedes, igual los comentarios nunca me sobran, asi que animense a dejarme los que quieran. Nos leemos muy pronto, y mi proximo regreso sera con una historia mas larga esta vez. Salu2 y ¡¡GRACIAS!!


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