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Secuelas del alma por Elle Trancy

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Notas del fanfic:

Vale, llevo escribiendo este "fic" desde hace ocho meses, y queria publicarlo porque SÍ. La verdad, si no lo publicaba no iba a poder seguir con mi vida, ni con Situations... en fin. 

 

Por si no lo leyeron este "fic" contiene GENDERBENDER, si no saben que es, consulten San Google xD 

Notas del capitulo:

Como siempre. El primer capítulo es un pequeño prólogo, es como una tradición hacer algo así para mi. 

 

Enjoy it!

 

Pd: Olvidé mencionarlo pero, son tres historias, dos principales y un extra. Tranquilos, se darán cuenta de cuando cambie de escena. 

 

 

 

1

 

 

 

La primera vez mi corazón pálpito así, fue cuando le vi por primera vez.

 

Para ese momento, en el que me debatía entre lo que mis padres me habían inculcado como <correcto> y lo <incorrecto> había creído que los valores y el alto moral inculcado por mis progenitores se había ido irremediablemente al carajo. Por un insano momento de poca lucidez creí dejar de lado toda expectativa.

Ahora comprendo cuan inmaduros fueron aquellos pensamientos teniendo en cuenta mi edad, la de un adulto joven.

 

Pasó mucho tiempo después antes de que me revelara quien era en realidad. Y yo me asuste aún más de mi mismo. Nunca se tiene la edad suficiente para comprender las complejidades de nuestro vasto y casi infinito mundo. Tarde un poco más en auto convencerme que: como cualquier otro ser humano, nosotros también teníamos segundas oportunidades y por efecto, el derecho de amar y ser correspondidos.

 

Pero esto, como lo dije en un principio, paso años después.

 

Fue durante un atardecer que le vi. Yo esperaba que el semáforo cambiara de rojo a verde cuando me percate de la cantidad de chicos y chicas con sus uniformes perfectamente pulcros salir de “Saint Rose”, un colegio católico hacia sus hogares. Entre la multitud que se iba dispersando mi mirada solo se poso en la de un chico, no tendría más de catorce, iba con su usual uniforme, lo que me llamó la atención es que lo llevaba un poco desaliñado en contraste con los chicos que iban saliendo y dispersándose hacia las calles abarrotadas aquel miércoles fresco. Ibas con la camisa blanca abotonada hasta el cuello, pero fuera de los pantalones de algodón azul, con el corbatín torcido y el chaleco a juego con los pantalones colgando de su mano derecha, junto a su maletín negro. Llevaba un cabello naranja, de un pelirrojo natural poco más debajo de las orejas. El semáforo cambio a verde y la multitud me empujó al tráfico, pero mis ojos seguían absortos en esa figura pequeña y delicada que recibía el sermón de despedida de una regordeta monja que tenía que ver hacia abajo para reprenderlo de alguna travesura que habría realizado, llegué a la esquina donde estaba él sin dejar de mirarlo, justo para darme de lleno contra un poste en la frente y que a él se le ocurriera voltear hacia mi dirección, yo me cubrí la parte herida mientras intentaba de la misma manera, cubrir la vergüenza que sentía.

 

Cuando volví la vista de nuevo hacia él este asentía frenéticamente hacia la monja mientras de ponía su chaleco y sonriendo se dirigió hacia mi soltando una carcajada resuelta y una exclamación al pasar por mi lado.

 

-          ¡Auch!

 

Pero en lugar de enojarme, aquello me hizo reír a mí también a pesar del sonrojo que se apoderaba de mí.

Creo que esa fue, definitivamente, el encuentro más ligero y fresco que tuvimos – Por no decir el único – durante el tiempo que nos conocimos. Sin embargo, pocos meses después tuve que irme a estudiar a la capital y además, cuidar de mi esquizofrénica hermana menor.

 

-            Y esa es una historia muy larga que seguiré escribiendo cuando vuelva – Se dijo así mismo mientras dejaba de lado el lapicero y abandonaba la habitación desolada.

 

 

 

 

 

 

 

 

2

 

-          En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. – Dijo el padre.

-          Amén.

 

Gabriel terminó sus oraciones y tras persignarse  se levanto de sus rodillas junto con su familia, salieron al auto y lo abordaron en silencio. Solo el sonido del motor aplacaba el inminente y seco silencio que se cernió en la familia. El rubio miraba por la ventana absorto en sus pensamientos, disfrutando de la suave brisa que revoloteaba sus lisos cabellos. Al cabo de poco tiempo el sonido de su beeper lo hizo salir de su pensamiento. Era Marco, y a juzgar por la hora, estaría justo ahora esperándole frente a su casa, probablemente con unos auriculares y algún cassette reproduciendo para él mientras seguramente estaría sentado en el banco que da a su ventana.

 

Bien que conocía a su mejor amigo, puesto que exactamente así es como estaba esperándole. En cuanto llegó se bajó del auto y corrió hacia el de tez morena que su familia tanto aborrecía sólo por ser de descendencia afro americana.

 

Solían decir “Los negros y los chinos son un error que Dios no ha podido corregir, aún” y Gabriel se deprimía al no tener el valor de contradecirlos.

 

-          ¿Estuviste esperándome mucho? – Le pregunto sentándose a su lado.

 

-          Para nada – Sonrió mostrando aquellos huequillos característicos a cada lado de sus mejillas. – Hoy iremos con Michelle al Diablo, ponte tu ropa más sucia.

 

 

-          Pero… aún no nos dejan entrar.

 

-          Michelle ha conseguido alguien que puede dejarnos pasar, venga, anímate.

 

El rubio se lo pensó un rato antes de decidirse. Si bien sus padres pasaban más a Michelle por ser de tez clara y cabello pelirrojo, no dejaban de negarle la compañía de alguien que se comportaba como amigo del demonio. Sin embargo, ir al Diablo era el sueño de cualquier adolescente, y no dejaba de ser un total misterio el qué había en ese lugar.

 

-          Sabes que mis padres no me dejaran ir. – Sus ojos grises se posaron en los Oliva de Marco pidiéndole con la mirada que le convenciera.

 

-          ¿Y quién le dijo que ellos se van a enterar?

 

 

 

Notas finales:

Espero os haya gustado, y como siempre un comentario es muy bien recibido, sin embargo, si es una critica DESTRUCTIVA, por favor abstengase de darme su opinión. Gracias. 

 

Nos vemos posiblemente la próxima semana. 

 

Pd: Quienes lean situatios, chic@s ya estoy en eso. 

 

Matta ne (? 


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