Pov Asmita
aquella mañana me levante más temprano que todas las demás, hoy vendría mi futuro esposo para hacer el anuncio oficial de nuestro unión, yo realmente no quería esto, mi padre no lo entendía, el solo quería una unión para fortalecer las tropas y aumentar los ingresos del reino, eso no era justo, pero desde pequeño me inculcaron que los interesas del pueblo debían ser primero; un pueblo que jamás he visto a causa de mi ceguera de nacimiento, es irónico verdad.
Las doncellas me despertaron como todas las mañanas después de haber preparado mi baño, lavaron mi cuerpo con dedicación, el agua olía siempre a rosas para que ese olor se impregnara en mi cuerpo, siempre me decían lo hermoso que era, pero realmente ¿¿qué es la belleza??, no es solo algo efímero? Pasajero, que con el paso de los años va desapareciendo como las huellas en la arena al paso del viento?.. La belleza no era importante para mí, yo solo veía lo que me mostraba el corazón.
Mi señor… ya debe salir de la ducha, debemos arreglarlo bien para su futuro esposo… -creo que ellas estaban más emocionadas que yo por todo esto, con gusto les dejaría mi puesto para yo poder ser libre de hacer lo que realmente deseo-
No entiendo cual es el apuro… solo es un hombre más…. –me deje llevar por ellas y arreglarme, peinaron mis cabellos trenzándolos a un lado de mi cabeza, adornaron la tranza con pequeñas flores blancas y me pusieron un kimono tradicional rojo con flores blancas del mismo tipo del que tenía en la cabeza, ellas estaban emocionadas por todo-
Mi padre me mando a llamar cuando faltaban pocos minutos para que el hombre llegara, me pare a su lado en el salón principal, suspire y el puso su mano sobre mi hombro.
has tomado una buena decisión Asmita… me siento orgulloso de ti… -fruncí mi seño-
No olvides que la decisión la has tomado tu padre…. Yo no tengo voz ni voto aquí… -apenas dije esas palabras aparto su mano de mi hombro y yo me cruce de brazos exasperado-
Las trompetas sonaron, las puertas de roble se abrieron, todos los que estaban en la sala dieron una exclamación de asombro y murmullos se escucharon por todo el lugar, más de la población femenina y de los donceles del reino.
Pov Aspros
Cuando las puertas se abrieron escuche un murmullo general, pero yo solo tenía ojo para la joya de la corona, aquel muchachito rubio tan hermoso que solo había visto en fotos, el tenia 16 años apenas y yo 27, me daba igual que me llamaran roba cuna, pero quería tenerlo todos los días y noches en mi cama.
No me importaba que esto fuese arreglado si el premio mayor era una belleza como él, me reí para mis adentros, lo que hace un padre por algo de dinero y tropas.
Fui hacia ellos y me agache frente al chico, tomando su mano, ya sabía de su condición, pero eso no era importante, era un pequeño defecto comparado con toda su perfección, podría pasarlo por alto.
Bese aquella suave mano viendo como crispaba su rostro algo molesto, pero no la aparto de mí.
No pensé que tu belleza fuese aun mas abrumadora en persona… realmente eres como un ángel bajado del cielo mi Asmita querido… -sonreí e hice una seña para que mis empleados vinieran con los presentes para Asmita y su padre, oro para el mayor y joyas y kimonos de las telas más caras y hermosas para mi futuro consorte.
Asmita.. da las gracias por los presentes que ha traído Aspros… -su padre sonreía de oreja a oreja, pero aquella sonrisa se fue en cuanto su hijo abril la boca-
No puedo dar gracias por algo que no veo padre…. –su rostro se veía sereno, sin cambio de expresión alguno, mas sin embargo su padre estaba que moría de la rabia, esto iba a ser bastante difícil, pero definitivamente yo domesticaría a esta fierecilla.