Capitulo 2: Descubriendo más sobre mí presa.
Mi nuevo objetivo: Choi Minho, es una persona arrogante, que solo se preocupa por su bienestar, a pesar de tener una mirada melancólica, no lo demuestra en sus acciones, no habla con nadie a pesar de ser uno de los chicos más famosos del colegio, todo el mundo lo evita, pero al terminar la clase, todo el mundo pasa por su ubicación y se despiden educadamente de él, deben hacerlo, ya que su padre es el dueño del colegio, pero a él no parece importarle.
—Joven Kim, me gustaría saber si seguirá asistiendo a mi clase — Onew me saco de mis analogías, no me había dado cuenta que la clase había terminado.
—Claro profesor, tendré que pasar por mi horario—. Contesté, aunque no le preste mucha atención a su clase, él parecía una muy buena persona.
— ¿Aún no te acostumbras cierto? — Me sonrió— es Onew o Jinki… vete con cuidado, adiós— se despidió
— Adiós Onew, cuídate—. Mientras Onew iba a la salida dirigí mi mirada al salón, aún se encontraba en su puesto, sin despegar la vista de la ventana.
— Que tiene de interesante esa ventana, ¿un mapa del tesoro?- no pude evitar preguntarle, de todos mis objetivos este era uno de los mas interesantes, aunque me seguía ignorando.
Me dirigí a la salida, hasta que algo me detuvo, no me di cuenta, que estaba tras de mí.
— No te despedirás…— su voz era gruesa, pero había algo en ella que me inquietaba.
— Adiós chico listo…— le sonreí y salí hasta el pasillo, ni siquiera lo mire al irme, debía buscar el archivo que posee el colegio en relación a mi nuevo objetivo.
Llegue al lugar donde se encontraban las oficinas, había una chica de unos 30 años aproximadamente, era la secretaria del director. Comencé a dar vueltas por ahí para reconocer el terreno.
— ¿Se te ofrece algo? —escuche hablar a la secretaria.
— Buenas tardes, sabes me podrías ayudar, soy nuevo aquí el profesor me dijo que quería ver mi archivo educacional, ¿sabes donde puedo buscarlo?—. Sonreí, sus mejillas adquirieron un color rojo intenso.
— he… si claro, solo debes decirle a Onew que entre al sitio del colegio y que su contraseña esta escrita en la parte de atrás de su agenda—. Yo no le había nombrado al profesor Jinki.
— ¿Cómo sabes que es Onew?
— Es que es el único que aún envía por los archivos escritos de los estudiantes, él es muy buen profesor, aunque un poco olvidadizo— se comenzó a reír— desde el año pasado que todo esta digitalizado.
— Muchas gracias… hasta luego— si es así será demasiado fácil hackear* los archivos del colegio.
Me conducía a la salida, cuando observe que mi objetivo estaba corriendo en la pista de atletismo, completamente solo. Tal vez era mi oportunidad para ir a su casa y averiguar un poco más sobre él.
Cuando llegue estacione mi auto a 2 cuadras de la casa mi nuevo objetivo, me cambie de ropa, por algo mas cómodo, salí en dirección sur, entraría por el muro que se encontraba atrás. Todos mis instintos estaban alerta, me excitaba saber sobre mis objetivos, escale sin problemas el muro de aproximadamente 3 metros de altura. Caí como un gato sobre el pasto, lo sentí entre mis manos. Comencé a correr, escale el muro de la gran casa de los Choi, para dirigirme hasta la cuarta ventana, la única que tenia balcón, que era la habitación de mi objetivo.
Entre sin problemas, pensaba que la seguridad era mayor, pero aún así no debo bajar la guardia. Comencé a observar y recorrer la estancia, era muy amplia, se encontraba una cama en el extremo de la habitación, al lado había una mesita de noche, sobre esta una lámpara y un portarretrato con una fotografía de una mujer de edad avanzada abrazando a dos niños pequeños, uno de ellos era Choi Minho, pero el otro no le conocía. Abrí el cajón, solo había un par de lápices, una cadena de plata rota, y una caja musical. Tome esta última, en la parte de abajo decía:
… “Recuerda siempre que lo más hermoso aparecerá cuando abras esta caja”…
Accione el mecanismo, la canción ‘Kiss the rain’ de Yiruma comenzó a sonar, pero en el centro no se encontraba la típica bailarina, si no un espejo, el cual reflejaba perfectamente mi rostro. Elaborado especialmente para mi objetivo, tal vez fue un regalo de su madre, lo deje nuevamente en su lugar. Seguí inspeccionando, no encontré nada que me fuera útil, así que decidí esperar a que llegara. Salí por el balcón y me subí al techo, viendo el hermoso atardecer.
Comencé a pensar sobre mis días de entrenamiento, cuando debía pasar más de 2 semanas siguiéndole la pista a un objetivo, con prácticamente nada de comer más que solo un par de dulces en la cartera de mi pantalón.
Sentí abrirse la puerta del balcón, ahí estaba mi objetivo, se notaba que recién había salido de la ducha, de su cabello resbalaban pequeñas gotas de agua, tenia colgado en su cuello una toalla, y solo tenía puesto un pantalón de pijama, se veía atractivo, si no tuviera que matarlo, habría pasado un muy buen momento con él. Ya era tarde, mi objetivo entro a su habitación, cuando observe que estaba todo despejado, baje al balcón, y comencé a espiarlo desde ahí.
Se encontraba sobre su cama, entre sus manos se encontraba la caja musical, la miraba con nostalgia, de repente, su expresión cambio y tiro la caja al piso de su habitación, saltaron todos los pedazos en diferentes direcciones, creí que se levantaría a recogerla, pero solo se acomodó en su cama y apagó la luz.
Al observarlo dormir me di cuenta que tenia pesadillas, se revolvía en la cama como si estuviera luchando contra alguien o algo, por lo menos no todo es maravilloso para el niño rico.
Subí otra vez al techo para comerme un chocolate que metí en mi bolsillo antes de salir del departamento, de pronto un fuerte ruido hizo que dejara mi barra de chocolate para después. Al bajar, observe inmediatamente al interior de la habitación, esperaba que no hubieran contratado a nadie más para hacer el trabajo, pero no era así, el chico estaba tirado en el piso de su cuarto, inconsciente, era la oportunidad perfecta para poder llevar a cabo mi trabajo, ya que después de esté quería tomarme unas vacaciones.
Entré muy sigilosamente, me puse de rodillas en el piso inspeccionándolo, tenía el cuerpo cubierto de sudor, temblaba, al acercar mi mano a su frente note que estaba ardiendo en fiebre, no pude evitar tomarlo en brazos y ponerlo sobre su cama, cuando me disponía a salir algo tomo mi mano.
— Por favor… no te vayas…— susurro, si no fuera por que tengo un muy buen oído, no lo habría escuchado.
Tome su mano y me senté en su cama, como su temperatura no bajaba decidí ir a su baño, mojar una de las toallas de mano y ponerla sobre su frente. Eran las 5 de la mañana y por fin la temperatura había disminuido, por lo que salí de ahí en dirección al techo para observar el amanecer.
Porque no lo mate, pues no sé que fue lo que ocurrió, mis instintos de asesino dejaron de funcionar, era como si algo me dijera que debía ayudarlo, pero trabajo es trabajo Kibum, y te quedan solo 6 días para llevarlo a cabo.