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Amargos Giros, Dulces Comienzos por Misakii212

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Notas del fanfic:

FELIZ CUMPLE kira uzumaki!!!!!

Ya se que me tarde un poco, pero aún aspi espero que te guste!!

Notas del capitulo:

Primero que nada debo aclarar que nunca ni en mis sueños más locos había imaginado crear este tipo de fic, ya que en el manga ODIO a Ijuuin, bueno quizas no tanto de odiarlo, pero ando BIEN enojada porque secuestro a Misaki en el ultimo cap del manga

Segundo, al principio me costo horrores imaginarme esta historia, pero para ser sincera al final hasta lo disfrute n_n

ESTE CAP VA PARA MI LECTORA kira uzumaki!!!!

 Los personajes de Junjou Romantica no me pertenecen son de la maravillosa mangaka Shungiku Nakamura

Por fin volvía a casa, después de haber pasado el último mes de viaje en Kyoto por un curso de la editorial. Le daría una gran sorpresa a Usagi-san pues le había dicho que no regresaba hasta la siguiente semana.

Abrí la puerta del departamento y me sorprendió ver un par de zapatos desconocidos en la entrada ¿quizás Isaka-san estaba aquí?  Oh no, si ese era el caso entonces Usagi-san ya sabía que yo llegaba hoy, seguro estaría molesto por la mentira.

Tal vez por eso me habían dicho por teléfono que ojala regresara antes ya que tenía que hablar muy seriamente conmigo.

Subí las escaleras y entre al despacho de Usagi-san, pero no estaba ahí ¿Seguiría dormido?

Al entrar a la habitación no podía creer lo que veía… La cama en la que tantas veces me demostró su amor, en la que tantas veces me dijo que me quería… ¿Por qué era Sumi-sempai quien estaba durmiendo a su lado?

- Usagi-san- dije con ahogo.

En ese momento sus ojos se abrieron y cuando me vio se levantó de golpe completamente asustado.

- Misaki… esto… yo…- las palabras no le salían.

- Entonces esto es de lo que querías hablar ¿por eso me pediste que regresara tan rápido?- le pregunte con coraje, me dolía, me dolía mucho.

Usagi-san me miro lleno de culpa, yo quería que me dijera que me equivocaba, que era sólo un malentendido, que lo que yo creía no era la verdad. Pero lo único que hizo fue bajar la mirada hacía Sumi y sonreír con tristeza.

- Lo siento Misaki- esas fueron sus únicas palabras.

En ese momento algo se rompió dentro de mí. Quería llorar, gritar, incluso golpear, pero no frente a él, nunca más frente a él.

Me di la vuelta y salí corriendo, escuche los gritos de Usagi-san llamándome pero no me detuve, tenía que salir de ahí, no podía verlo y no quería hacerlo nunca más.

 

 

Camine durante horas por las calles y finalmente llegue a un parque por el que me puse a deambular.

¿A dónde iba a ir? No quería quedarme con mi hermano pues sólo le ocasionaría problemas y ahora que lo pensaba él estaba de vacaciones con su familia en Londres. Un hotel no era una opción ya que no tenía dinero. Además de Sumi realmente no tenía más amigos… bufe ante la ironía de aquello, yo sabía que a sempai le gustaba Usagi-san pero jamás pensé que siendo mi “amigo” haría algo así, mucho menos que Usagi-san…

Caí en cuenta de que por primera vez en mucho tiempo estaba sólo. Me deje caer en una banca del parque y ahí me quede sin moverme, quizás incluso podría dormir ahí.

- ¿Misaki?

Levante mi vista y me encontré con un par de ojos grises que me veían con sorpresa.

- Ijuuin-sensei- me puse de pie  rápidamente para saludarlo, pero perdí el equilibrio y termine cayendo hacía su pecho.

- ¿Estas bien?- pregunto preocupado, alzo una mano para tocarme la frente-. Estas ardiendo ¿Pero qué crees que haces sentado así en la lluvia?

“¿Lluvia?” Observe un poco más a mi alrededor y vi a varias personas con paraguas, incluso Ijuuin-sensei traía uno, mire al cielo, estaba gris y varias gotas caían hacia mí, aunque eso no importaba mucho ya que yo ya estaba empapado.

- Vamos, tenemos que ir a un lugar seco- me dijo Ijuuin-sensei.

Estaba a punto de contestarle cuando sentí que mi cuerpo dejo de responder y un adormecimiento se apodero de mi cabeza, me tambalee una vez más y lo último que recuerdo es ver cómo era cargado.

 

 

Cuando abrí los ojos no distinguía bien nada, pero escuchaba una voz llamando mi nombre… ¿era Usagi-san? ¿Acaso todo había sido una pesadilla? ¿Me había emborrachado con dulces otra vez?

- ¿Usagi-san?- pregunte débilmente.

Cuando por fin pude ver bien me topé con Ijuuin-sensei y todas mis esperanzas se fueron tan rápido como llegaron.

- Gracias a Dios que despertaste- suspiro con alivio.

- Sensei- comencé a levantarme pero sus manos me detuvieron.

- Calma, aún tienes fiebre así que mejor descansa, ya después hablaremos- me ayudo a acomodar mi cabeza en la almohada.

Me dolía mucho la cabeza y sólo cerrar los ojos hacía que me mareara así que me quede mirando a Ijuuin-sensei. Me puso una toallita con agua fría en la frente y me dio una cariñosa sonrisa.

- Duerme un poco Misaki- me pidió.

Negué lentamente con la cabeza, no quería soñar, porque si lo hacía lo más probable era que ya no quisiera despertar.

- Tendré pesadillas- dije como excusa-. Además tengo frio.

- Mmm… en ese caso no hay opción- dijo resignado.

Creí que me dejaría solo, pero por el contrario se subió a la cama y se metió debajo de las sabanas conmigo.

-O-o-o-oye ¿Qué crees que haces?- le dije asustado.

- Shhh tranquilo, estabas empapado y helado cuando llegamos y parece que cambiarte de ropa no fue suficiente, así que te prestare mi calor corporal. Ven, acércate- me ofreció abriendo sus brazos.

“¿Me cambio de ropa?” mi cabeza era un desastre y aunque la idea de estar en sus tibios brazos era tentadora simplemente no podía hacerlo, sería demasiado vergonzoso.

- Bien, si tu no lo haces tendré que ser yo- dijo decidido.

Tomo mi brazo y me jalo suavemente hacia él, puso un brazo en mi cintura y el otro alrededor de mis hombros para abrazarme. Sorprendentemente era mucho mejor de lo que había pensado, era tan cálido, tan suave y olía tan bien. Poco a poco comencé a cerrar mis ojos y me quede dormido.

No sé cuánto tiempo paso, pero cuando desperté todo estaba oscuro, aunque aún sentía como los brazos de Ijuuin-sensei me abrazaban posesivamente. Trate de apartarme pero no logre moverme, Dios, era tan fuerte como Usagi-san cuando jugaba a que yo era Suzuki… el pecho me dolió terriblemente ante el recuerdo de lo que había visto esta mañana. Usagi-san ya no me quería, me había dejado por Sumi-sempai.

- Misaki ¿qué tienes?- pregunto Ijuuin-sensei- ¿Por qué lloras?

Me aferre fuertemente a su camisa y deje que todo saliera, comencé a llorar con fuerza y a gritar de dolor, sabía que era injusto usar a Sensei para desahogarme, pero simplemente ya no podía parar.

Ijuuin-sensei acarició mi cabeza y me susurraba palabras tranquilizadoras.

- M-me engaño… me dejo… ya… ya n-no me am… ya no me ama…-le dije con la voz cargada de angustia y tristeza.

Comencé a hiperventilar y el aire comenzó a faltarme.

- Tranquilo, respira, todo va a estar bien- trataba de consolarme Ijuuin-sensei.

- Pero… e-es que yo… n-n-no pue… no puedo…

- Misaki- me abrazo con más fuerza-. Tranquilo, sácalo todo, aquí estoy y no te dejare sólo.

Estuve llorando durante horas hasta que por fin comencé a calmarme, no fue fácil pero deje de llorar y me senté recargándome en la cabecera de la cama.

- Lo siento mucho- dije haciendo una reverencia.

- No tienes que disculparte de nada Misaki- dijo acariciando mi rostro-. No entiendo muy bien lo que paso y no te preguntare nada al respecto, pero si quieres hablar estaré totalmente dispuesto a escucharte.

 - Gracias Ijuuin-sensei- le agradecí.

- Por favor llámame Kyo- me dijo con un suave tono.

Me sentí apenado al escuchar eso, pero si eso era lo que quería entonces así sería.

- Ahora vamos a la cocina que ninguno de los dos ha comido nada- se levantó y yo lo imite, pero me sentía muy débil por lo que casi caí al suelo.

- En verdad no tienes remedio pequeño osito- fue hacia mí y me cargo estilo princesa.

- Hey ¿Qué haces?- le pregunte avergonzado.

- Llevarte a comer- dijo con una sonrisa divertida.

Como sabía que quejarme no me servirá de nada deje que me llevara. Me sorprendió ver que no estábamos en un apartamento sino en una casa, bastante linda y modesta aunque bastante grande para una sola persona ¿vivirían más personas en la casa?

Llegamos a la cocina y Ijuuin-sensei me dejo en una silla del comedor, el cual era de seis piezas, lo que me hizo preguntarme una vez más si no vivía sólo.

Un delicioso aroma llego desde la estufa y vi que Ijuuin-sensei estaba sirviendo una sopa de fideos.

- Espero que te guste, yo mismo lo prepare- dijo mientras ponía dos platos en la mesa y se sentaba junto a mí.

- Si, muchas gracias Ijuuin-sensei- le dije al ver la sopa frente a mí, se veía realmente buena.

- Te dije que me llamaras Kyo- me regaño.

- Oh si, lo siento, lo olvide- me disculpe rápidamente-. Kyo-san.

Caí se atraganta con su sopa.

- No, sólo Kyo- dijo un poco frustrado.

- Me temo que eso es imposible- le dije apenado.

- Bueno, ya te acostumbraras

Comimos en silencio, la comida me cayó de maravilla y hasta hizo que me dejara de doler la cabeza.

Termine de comer y me quede mirando mi plato vacío sin realmente pensar en nada, entonces mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo.

- ¿No vas a contestar Misaki?- me pregunto Kyo-san.

- No- respondí.

Sólo asintió y ya no dijo nada. Si era mi hermano la verdad no quería preocuparlo más, después le mandaría un mensaje, pero no quería oír su voz pues seguro me soltaría llorando otra vez. Y si era Usagi-san… aún no estaba listo para hablar con él, de hacho no quería volver a hacerlo jamás.

Una vez que el teléfono dejo de sonar lo saque para revisarlo. Para mi desgracia la llamada había sido de Usagi-san. Decidí mandarle un mensaje a mi hermano diciéndole que por razones personales me había ido de casa de Usagi-san, pero que no tenia de que preocuparse pues estaba en casa de un amigo y que por el momento no hiciera preguntas.

Sin esperar a que me respondiera apague el teléfono y lo guarde.

- ¿Quieres más Misaki?- me pregunto Kyo-san mientras recogía nuestros platos.

- No gracias- le respondí lo más amable que pude.

Se fue a la cocina y volvió con un vaso con agua y una caja de medicina.

- Debes tomar algo o te refriaras- me dijo ofreciéndome las cosas.

- De acuerdo, gracias Kyo-san- me tome dos pastillas-. Y ¿vive con su familia?

- No, tengo una casa grande porque mis ayudantes de vez en cuando se quedan hasta muy tarde y se quedan a dormir, además tengo mi estudio de trabajo y uno de fotografía… ah sí, también el de los regalos de admiradoras, ese tiene que ser limpiado cada semana.

- Eso es sorprendente- le dije sonriendo, de verdad era una persona importante.

EL silencio de los siguientes minutos fue muy incómodo. Y ahora ¿A dónde iba a ir? No podía regresar a la casa de Usagi-san y no había ningún otro lugar en donde me pudiera quedar. No quería pedir esto, pero no había otra salida.

- Kyo-san, no quiero molestarte y de verdad no te pediría esto si no tuviera opción, pero… ¿me podría quedar un tiempo en tu casa?- me atreví a preguntarle- Sólo en lo que consigo un lugar donde vivir- me apresure a aclarar.

- Por supuesto que si Misaki, siéntete como en tu casa por el tiempo que quieras- me respondió, se veía bastante feliz.

- Te puedo ayudar haciendo el quehacer de la casa, también se cocinar y puedo…

- ¿Dormir conmigo?- pregunto de pronto.

- ¿Eh?- exclame confundido.

- Pregunte si dormirías en mi cama conmigo- pregunto sonriendo.

- Etto… yo…

- Me siento muy solo en esta casa tan grande, no te preocupes que no pienso hacerte nada- aclaro.

- Bueno yo… si es sólo dormir no creo que haya problema- le respondí.

- Entonces ya está, ven ¿quieres ver una película?- dijo levantándose y haciéndome señas para que lo siguiera.

No estaba muy seguro de haber tomado una decisión, después de todo Ijuuin-sensei me había dicho lo que sentía por mi tiempo atrás, pero confiaría en él y si llegaba a intentar algo simplemente le diría que no y listo.

Nos sentamos lado a lado en el sofá de la sala y encendió la tele, lo primero que salió fue algo llamado Koi Soru Bokun, me daba igual lo que viéramos así le dije a Ijuuin-sensei que ahí le dejara.

- No creo que quieras ver eso Misaki- me dijo Ijuuin-sensei.

- Se ve entretenido, así que está bien- necesitaba distraerme y cualquier cosa serviría.

- Luego no digas que no te advertí- dijo serio.

Lo ignore, pero poco después descubrí la razón de sus comentarios ¿Quién en su sano juicio guardaba esa clase de cosas en su departamento y deja como si nada a su amigo ebrio? ¿Lo habría hecho a propósito? La siguiente escena probo que no había sido intencional pero sí que le beneficio… espera ¿enserio lo va a…?

- I-Ijuuin-sensei, mejor le cambiamos- le sugerí.

- Mmm… lo habría hecho si no me hubieras llamado así- dijo torciendo la boca.

“Oh rayos, olvide llamarlo Kyo-san”

- Lo siento Kyo-san, pero por favor ¿podríamos ver otra cosa?- la voz me temblaba un poco.

Me miro y sonrió divertido, se inclinó hacia mí, demasiado cerca de mi rostro.

- ¿Porque te incomoda tanto Misaki?- acaricio mi rostro y se acercó aún más.

- ¡NO!- le grite empujándolo tan fuerte como pude.

Cayó al suelo y abrió los ojos como platos. Me sentí muy mal, no lo había hecho a propósito, es sólo que… yo…

- Lo siento Misaki, no quise asustarte- se levantó rápidamente-. Por favor no me odies- dijo suplicante.

Se me acerco despacio y me rodio con sus brazos y yo le permití quedarse así.

- Lo siento- susurro en mi oído.

 

 

Así pasaron dos semanas, yo me quede en la casa todo ese tiempo, gracias al cielo su biblioteca estaba lleno de mangas, incluso algunos tomos de The Kan que nunca salieron y eran de la colección privada de Kyo-san, también aprendí a llamar a Ijuuin-sensei  por su nombre.

A pesar del incidente del sillón seguí con la petición de Kyo-san y dormía con él todas las noches, y como prometió no me intento hacer nada.

Lo curioso es que aquí había el mismo ambiente que había cuando los editores pasaban por los “periodos” pues Kyo-san de estar tan arreglado y fresco comenzó a descuidar su apariencia y sus ayudantes estaban en las mismas condiciones, no me extrañaría si todos ellos mueren jóvenes.

- Hola muchachos, les traje té de sakura y unos mini sándwiches- anuncie desde la puerta.

Entre al estudio donde tres de los ayudantes ya se arrastraban por el suelo, dos más estaban dibujando como si la vida se les fuera en ello aunque se veían casi  histéricos y finalmente Kyo-san estaba recostado sobre su mesa de dibujo y parecía un cadáver.

Pero todos levantaron la vista hacia mí con ojos brillosos y se acercaron caminando estilo zombi.

- Eres un ángel Misaki-kun- dijo una de las ayudantes mientras bebía su té.

- Exageras Mika-chan- le dije dejando la charola de sándwiches en una mesa.

- Si lo eres- dijeron todos al mismo tiempo.

Les sonríe con algo de compasión y fui a darle su taza a Kyo-san pues él no había tenido las fuerzas para levantarse.

- Vamos Kyo-san, ya falta poco- lo apoye.

- Sólo lo dices porque ya quieres leerlo- dijo pesimista.

- No es la única razón, sé que trabajas duro, además piensa que entre más rápido termines más rápido descansaras- le dije animado.

Tomo la tasa y se bebió el té de un solo trago.

- Tienes razón Misaki, gracias- me dijo con una suave sonrisa.

Mi corazón comenzó a acelerarse con sólo verlo ¿Qué significaba eso? ¿Acaso yo…? No, no, no, no.

Tome la taza vacía y me lleve todo lo demás, los muchachos me volvieron agradecer y reanudaron con más ganas su trabajo.

Lave los trastes y comencé a preparar la cena. Me había acostumbrado muy bien a este estilo de vida y me gustaba poder ayudar aunque fuera un poco a Kyo-san. Un par de horas después todos los muchachos salieron del despacho y se despidieron de mí, parecía que por fin habían terminado a tiempo el trabajo.

Sonó el timbre de la casa, seguro seria la editora de The Kan que venía a ver cómo iba el manuscrito. Cuando abrí la puerta me encontré con una cara terriblemente conocida.

- Isaka-san- dije atónito.

- ¿Chibi-tan? ¿Pero qué haces aquí?- pregunto confundido.

- Yo… ehmm… me estoy quedando aquí- dije nervioso.

- Akihiko ha estado muy preocupado por ti, voy a llamarlo- dijo sacando su celular.

- NO- grite-. Por favor no le diga donde estoy, no lo quiero ver y no quiero que me encuentre.

Alguien me tomo por la cintura y me jalo hacia atrás  para esconderme detrás de él.

- ¿Qué pasa aquí?- pregunto serio Kyo-san.

- Ijuuin-sensei ¿Por qué no me dijo que Misaki estaba aquí? Todos hemos estado muy preocupados por él- reclamo Isaka-san.

- Que raro porque nunca me llamo para decirme de ello- le objeto Kyo-san.

- ¿Por qué tendría que estar contigo? Pensábamos que estaría con su hermano o en algún hotel, pero no lo localizábamos, especialmente Akihiko…

Me encogí ante la mención del nombre y creo que Kyo-san lo noto porque afino su agarre y me apretó más contra él.

- Pues ya saben dónde está y que está bien, compromiso Isaka-san- sin más le cerró la puerta en la cara.

Kyo-san volteo a verme y yo no me atreví a sostenerle la mirada.

- ¿Vas a explicarme las cosas?- me pregunto serio.

- S-si- dije rendido.

Nos sentamos en la sala y le conté lo sucedido, desde las llamadas de Usagi-san para decirme que teníamos que hablar, cuando llegue a la casa y como lo encontré engañándome y él no lo negó, como salí corriendo y llegado al parque.

- Ese maldito ¿Cómo se atrevió a hacerte algo así?- el hombre no cabía en sí del coraje.

- No importa ya Kyo-san, a mí… ya no me importa…- no sonaba muy creíble cuando la voz se me quebraba de esa manera.

- Misaki- tomo mi rostro entre sus manos y me dio un tierno beso-. Ya no sufras por favor, sé que has sufrido mucho, estoy aquí para ti y lo estaré para siempre, Misaki yo te amo.

Volvió a besarme y se inclinó sobre mí acariciando mi cabello y mi cintura, deslizando sus manos de arriba abajo.

- Kyo-san… no… espera…- comenzó a besar mi cuello dulcemente arrancándome suspiros y sin darme cuenta comencé a disfrutarlo… una parte de mi gritaba que esto no estaba bien, pero la arroje por la ventana junto con toda mi coherencia.

De repente Kyo-san se detuvo, me cargo hacía la recamara y me recostó en la cama.

- Te hare el amor Misaki- me dijo con voz sedosa.

Volvió a besar mi cuello y yo comencé a desabotonar su camisa revelando su bien formado abdomen y sus fuertes brazos.

En pocos minutos los dos estábamos desnudos y nos besábamos con pasión entre las sabanas.

- Ah… aahn… espera...- Kyo-san comenzó a lamer mi miembro y a saborearlo como si fuera un dulce que se moría por devorar.

- Shhh tu sólo disfruta mi pequeño osito- dijo para después meter todo mi miembro en su boca y comenzar a succionar de manera deliciosa.

- Ahhh… si… se siente bien… aaaahh… aahmm…- tome su cabeza e impuse el ritmo que más me gustaba, él era realmente muy bueno en esto.

Comenzó a succionar más fuerte y a jugar con su lengua sacándome aún más gemidos de placer, sus manos acariciaban mis caderas y las delineaban con sus dedos haciéndome sentir aún más extasiado.

- No…aaah… Kyo-san… me vengo… pa-para… Ahhh- empezó a mover su cabeza más rápido mientras yo me volvía loco de placer-. Ahhh… ah… AAAHHHGG!!!!!!

Kyo-san lo trago casi todo y uso un poco para lubricar sus dedos, empujo uno de ellos con facilidad por mi entrada, sacándome un quejido de dolor.

- Relájate Misaki- dijo sobre mis labios y los beso hambrientamente.

Bajo hacia mi pecho y comenzó a lamer y morder ligeramente mis pezones enviando descargas eléctricas por todo mi cuerpo y metió un segundo dedo, logrando que algunas lágrimas se escaparan de mis ojos.

- Mmhm… Kyo-san…

Sus dedos se movían en forma de tijeras para relajar un poco más esa parte. Entonces Kyo-san los saco y me levanto para sentarme en sus piernas, despacio me eleve un poco más y me acomode sobre su erección, fui bajando lentamente para no lastimarme, sintiendo como Kyo-san me llenaba por completo.

- AAAhh…- gemí fuerte cuando estuvo completamente dentro de mí, dolía mucho y más lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas.

Kyo-san me tomo por la nuca y me acerco a él para volver a besarme mientas con su otra mano acariciaba mi espalda tiernamente.

- Misaki… ya no… puedo más- tomo mi cadera con ambas manos y la levanto al mismo tiempo que me embestía con fuerza.

-Ahh ahhh mms… aaaahh… ahh ahh ahh… esper… aahh… más lento…

- Lo siento… ahh… Misaki yo… no puedo… aahh…

Me tiro contra la cama y comenzó a embestirme con más fuerza, dando en ese punto especial dentro de mí y logrando que dejara de protestar.

- Aaahh… Kyo-san… Kyo-san… ahh… agghh…

Atrapo mis labios nuevamente y ni la falta de aire logro que nos separáramos en un buen rato. Kyo-san me embestía cada vez con más fuerza y me besaba con más deseo. Mi erección era atendida por la mano de Kyo-san y la acariciaba al ritmo de sus rápidas embestidas.

- Misaki… me voy a venir…- dijo como pidiendo permiso.

- Ahhh… Haz… aahh… Hazlo… d-dentro… ahh aah...- yo también ya estaba cerca de mi limite y no aguantaría mucho-. Ahhh Kyo-san… KYO!!!

- AAAGGHHHH!!- gimió ronco Kyo-san.

Con una última gran embestida me vine entre nosotros y Kyo-san dentro de mí. Cayó a mi  lado respirando agitadamente y me tomo de los hombros para acomodarme sobre su pecho. Podía escuchar claramente los rápidos latidos de su corazón y ese fue mi arrullo para quedarme profundamente dormido.

 

 

Así pasaron cinco años en los que Kyo lucho para ganarse mi corazón y curar mis heridas, años en los que juntos logramos salir adelante y me llegue a enamorar profundamente de él.

Caminaba de regreso a casa después de un largo día de trabajo en la editorial, me habían asignado a la sección Esmerald donde conocí a muchos hombres muy raros y aun jefe extremadamente gritón con una muy obvia relación con el editor Onodera.

Cuando estaba por cruzar la calle vi a lo lejos una pequeña niña de cabellos plateados en brazos de un hombre al que conocía muy bien, era Usagi-san. La niña se veía muy feliz jugando a esconderse en la gabardina de Usagi-san, entonces un auto negro se detuvo frente a ellos y de él bajo Sumi y con una gran sonrisa les dijo que subieran al auto.

Usagi-san subió a la pequeña en la parte de atrás y justo cuando él se iba a subir nuestros ojos se encontraron. Nos miramos por varios segundos, hasta que finalmente le sonreí sinceramente y levante mi mano a manera de saludo, él hizo lo mismo y subió al auto.

Ya había arreglado las cosas con él tiempo atrás, aunque desde entonces no habíamos hablado siempre me pregunte que había sido de su vida y me alegraba saber que era tan feliz.

Seguí mi camino y finalmente llegue a casa. Abrí la puerta y un par de entusiastas brazos fueron a recibirme.

- Bienvenido mami- me saludo mi pequeña Kana.

- Estoy en casa amor- le dije levantándola para besar sus bellos ojos verdes que brillaban tanto al contraste con su lacio cabello negro.

- ¿Dónde está papá?- le pregunte con ella aun en brazos.

- Está muriendo en su estudio mientras el señor Isaka le grita que no se dé por vencido- me dijo la pequeña.

- Bueno pues vamos a preparar la comida ¿sí?

- ¡Sí!

Así era mi vida ahora, tenía a mi pequeña luz nacida del gran amor que me profeso Kyo esa primera noche y por supuesto tenia a Kyo, quien además de ser mi ídolo mangaka también era el dueño de mi corazón.

Notas finales:

Espero que les haya gustado!!!

Dejenme sus comentarios diciendome que les parecio, dudas, sugerencias, etc... Sólo les voy a pedir que no pidan una conti, a no ser que quieran que el fic de "Tus Ojos SOn la Llave a tu Jaula" se retrace UnU

LOS AMO Y ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO!!!!

BYE BYE


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