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"Unexpected Present" por Han Rae Ri

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Notas del fanfic:

Bien, es mi segundo oneshot para celebrar el nacimiento de dibidibidis oppa! *--------------*

 

Deben saber que como shawol le amo demasiadísimo <33 y estoy totalmente perdida por su trasero so, he aquí un regalo porque me encanta y muero de risa al ver sus presentaciones de 3 segundos

Turn up the music and take your shirt off Minhot! (?)

 

Felicidades Choi Sexy Minhot <33 

 

Notas del capitulo:

Bien, he dicho lo que tenía que decir así que espero que les guste. 2min porque no puedo poner a otro con Minho

-A menos que fuera Yuri pero esto es AMOR YAOI no amor heterosexual (?) XD

-Y Jjong como que no :cc BDDD

 

 

FELICIDADES MINHOT!! <33

 

Read & Enjoy n________n

9 de diciembre…

Menudo cumpleaños que me estoy llevando en el videoclub, en la sección de adultos con una porno barata como mi gran regalo.  La mayoría de la gente normal sale a divertirse, a tomar o bailar y con algo de suerte, a encontrar una deliciosa aventura para llevarse a la cama. Pero yo no; primero porque no me gusta salir por mi cuenta, lo que me lleva al gran problema -y motivo- de estar solitario, observando sin interés cada título de las películas mal grabadas: los bastardos que se hacían llamar mis amigos de toda la vida, habían olvidado que día era hoy, pasando en alto mis felicitaciones o algún divertido plan para pasar la noche. Y sin planes, tenía que terminar de pasar mi gran día especial en el sillón de mi departamento, con la derecha como mi acompañante.

 

Francamente aborrezco la idea, pero igual soy de esos a los que se les pega muy fuerte el orgullo masculino y no iba a tomar mi móvil y llamarles. No, ni siquiera a la buena y facilona de mi ex, que quizá podría sentirse mal y regalarme una santa mamada –de esas ricas que me daba – como regalo de consolación.

 

-Veamos… – los estantes negros me mostraban un sinfín de filmes que podría rentar para toda la noche llena de orgasmos falsos y tetas sobre operadas. Oh si - ¿Atrapados en la tierra de las ninfómanas o ataque de las bragas negras? Rayos… - No había nada bueno –que no haya visto ya –y por lo mismo me urgía cambiar la temática. Las bisexuales me tienen harto y las lésbicas habían pasado por mi DVD como 2 o 3 veces.   No sabía que ver, hasta que por mera coincidencia divisé el estante homosexual, y no de mujeres precisamente. Eché un vistazo hacia la caja registradora, donde la chica se entretenía leyendo ¿Libros? Bueno, quise ser preciso y me escurrí hacia mi pequeña escapatoria a una noche predecible. Y me encontré con portadas demasiado explícitas.

 

Dios, ¿Eso hacían los hombres? Debía sentirse muy bien ya que el protagonista parecía gozarlo en vez de solo fingir. Creo que un cambio no le hará mal a nadie ¿No?  Tratando de no ser descubierto, tomé la primera cuja que había llamado mi atención. Soy un hombre de mente abierta y lo que sea estaba bien para mí.  Igual no es que esperase mucho de las películas, porque al fin y al cabo me recordaban lo solo que estaba y que probablemente estaría en el futuro, con amigos maricones que no se tomaron el tiempo de acordarse o padres que viven en otra ciudad y que ni se preocupan de cómo sigue su hijo el día en que se celebra que nació. Ni siquiera una novia preciosa con quien gozar. Nadie.

 

-¿Buscabas algo en específico? –Una voz con tinte inocente me habló por detrás, haciendo que ocultara lo quesea que hubiera en la caja de plástico debajo de mi chaqueta café. –Hey para intentar robártela eres pésimo – Iba  a contestarle  que se metiera en sus propios asuntos ya que lo menos que necesitaba en este día de mierda era una llamada de atención o un intento de parecer gracioso, pero al momento de voltearme lo primero que me dejó sin palabras fue su bonita sonrisa. –Aunque igual no te resulte, ya que los discos los almaceno en los estantes del mostrador. Esto es solo la cuja vacía.

-¿No eres una chica? – de acuerdo, estaba en shock; enterándome que la chica del mostrador era en realidad un hombre demasiado afeminado. Vaya suerte la mía, rentando porno homosexual con un chico demasiado ocupado en ocultar las carcajadas al descubrir en que sección nos encontrábamos.  Negó suavemente, dejando que los cabellos rubios casi largos le rozaran las orejas y un poco más abajo. Si no era una chica, debía al menos decirle que era realmente bonito como para confundirlo de esa forma.

-No genio, soy un chico. –puntualizó lo obvio en mi mente. Lo dejé pasar por su cara de niña y pretendí ignorarlo en mi inmensa misión de ir hacia el mostrador para pagar la renta e irme a casa a sentirme más solo. Buen plan.

Corrí hacia el mueble con la registradora encima, tratando de ocultar mi nerviosismo al ser mi… -¿Primera vez rentando porno homosexual? –preguntó de repente, buscando el título en los estantes. Lo  había notado.

-No… -mis mejillas comenzaban a acalorarse con su mirada escudriñando mi mente.

-Quizá haya comenzado a trabajar aquí hoy, pero por tu incomodidad deduzco que jamás has visto este tipo de películas –las risitas esta vez se hicieron oíbles, entrando en mis tímpanos. Sonreí porque era contagiosa su mueca; -¿O me equivoco?

-No, tu ganas –le di la razón esperando que me diera el maldito disco  para largarme de allí antes de que mi bochorno se hiciera más grande.

-De acuerdo – tecleó un par de cosas y me pidió la credencial; cuando se la di me sonrió de nuevo. -¿La verás mientras te masturbas? -¡Esto no puede estar pasándome! O sea, primero estoy pasando mi cumpleaños con decepciones, y ahora un chico con cara andrógina me pregunta cosas fuera de lugar.

-¿Qué? ¡No! –Sí. Lo iba a hacer porque ese era el fin de mis películas.

-Yo sé que sí.  –las risitas se quedaron en una impecable sonrisa y esos labios carnosos se movían graciosos cuando sonreía incluso más grande. –Pero ¿Por qué ver porno cuando puedes tener sexo con tu pareja? – definitivamente esto no me estaba pasando. Por un momento desistí de coger la película e ir a encerrarme en la oscuridad de mi habitación jugando GTA 4 (porque ni el 5 me habían regalado) ya que al fin y al cabo allí salían chicas con pechos grandes igual.

-Porque no  tengo una pareja con quien tener sexo desde hace un año –él se calló y me miró como compadeciéndose de mi pobre alma y arrepintiéndose de haber dicho las preguntas fuera de lugar.  Entonces quise aumentarle la culpa – y porque nadie en este maldito día que es mi cumpleaños se ha dignado a felicitarme; entonces sí, me la voy a jalar y me voy a venir con gusto porque es lo único bueno que me queda. Ahora si me disculpas –tomé el DVD y le miré de nuevo, serio – es momento de ir a bajarme los pantalones y gozar del resto de la noche. –y lo dejé sin palabras al ver su cara congelada. Y una vez en mi auto comencé a reventar de carcajadas, por lo idiota  y desvergonzado que había sido y por la cara de impactado que el chico no quitaba después de haberme ido. Lo había disfrutado en serio.

 

 

 

~**~

 

 

 

Una vez en casa, tomé el control remoto, poniéndole play a la película.  Y podía jurar que era justamente como me lo había imaginado. Claro que teniendo un mejor amigo como Jonghyun que me contaba con lujo de detalle la manera bestial en que se lo hacía a la nena de Kibum me había servido de algo para no traumarme tanto en el momento en el que el activo penetraba con fuerza al débil chico con bonito rostro y mejillas sonrojadas que luego de 8 embestidas comenzó a gritar como desquiciado.

Esto no era actuado. Los gemidos del pelirrojo eran de gozo puro y sus gritos pidiendo por más me dejaban en claro que el hombre corpulento le estaba complaciendo en todo. Las posiciones eran de lo más descabelladas, hasta que el delicado comenzó a montarlo luego de ¿5 rondas? Vaya que tenían un aguante…

 

Y lo inevitable pasó. Al observar sus besos húmedos sentí un calorcito descender a mi parte baja, causando una erección. Y ni siquiera tuve que tocármela, ya que esa mágica película podía calentarme de una manera rápida. Lo único que me quedaba por hacer era meter mi mano y tocarme hasta venirme mientras seguía observando la película más sucia que jamás haya visto, con los gemidos a tope y las embestidas demasiado duras.  Incluso sentí un pequeño dolor en mi culo al ver como se lo partían al pelirrojo.  Cuando mi mano ya estaba en posición de acariciar mi miembro, el timbre sonó sacándome la frustración de nuevo.

 

¿Qué uno no podía masturbarse con paz frente a una película gay?

 

No era normal pero tampoco estaban en su derecho de interrumpirme. Si era alguno de los chicos juraba que les metería el control por el culo –aunque probablemente eso le gustaría al rubio – y les cerraría la puerta en la cara.

Cuando abrí la puerta descansé mi mano y dejé de estrujar el control, observando una conocida cara envuelta en un pequeño gorro  rojo, con una bufanda blanca y el cuerpo cubierto de telas pegadas a su pecho y piernas.

Sin darme tiempo de reaccionar, saltó encima de mí, enroscando sus piernas en mi cadera y cerrando la puerta con su mano, a la par que comenzaba a comerme la boca.

No fue que me diera asco, pero tenía a un desconocido atacando mis labios  y friccionando su pequeño trasero contra mi erección.  Terminé cerrando los ojos porque el chico sabía mover la lengua y los movimientos de su pelvis acariciaban la punta de mi miembro. Esto si era bueno.

 

-N…no espera… -jadeé cuando su gran boca descendió a mi cuello, succionando porciones de mi piel. Logré separar su rostro de mi cuello con una mano, pues la otra se encargaba de seguir estrujando su trasero tan suave -¿Qué haces aquí? – Pregunté entrecortado – Más bien, ¿cómo sabes dónde vivo? ¿Eres alguna clase de acosador? –Sus ojitos almendrados me observaron por largos segundos, besando mis labios con cuidado, sin llegar a algo más profundo.

 

-No. Me llamo Taemin y dejaste tu credencial en el local –eso explicaba como sabía dónde vivía, pero ahora quedaba la incógnita de que rayos hacía enroscado en mi cuerpo mientras me besaba con facilidad. Pareció leer mi suposición y suspiró, jugando con los cabellos de mi nuca –y estoy aquí porque quiero disculparme por las preguntas de hace un rato.

-¿Así pides las disculpas usualmente? –De nuevo las sonrisas aparecieron.

-No. Es solo que me entristeció que pasaras tu cumpleaños solo con tu mano. Y antes de que supongas que me ofrezco a todo el mundo –quizá y si estaba pensando en eso – te diré que eres el primero que me incita  a hacer esta clase de cosas. Entonces me pareció un buen regalo el tener sexo contigo. –Me quedé mudo por un instante. ¿Creía que era buena idea? ¿Y quién le había dicho que tendría sexo con él? Aunque… me permití el lujo de recorrerlo con la mirada y no estaba nada mal. Su trasero era suave y quería ver su lindo rostro cubierto de placer. Uno que quería darle. -¿Y qué dices?

 

-Sexo. ¿Sin compromisos?

 

-Como un regalo, luego puedes enamorarte de mí y no me importaría porque eres muy guapo. ¿Te parece? -¿Qué si lo hacía? Ya tenía la erección y él las ganas. ¿Qué estábamos esperando?

Sin miramientos lo tomé de sus nalgas, llevándolo hacia el sillón espacioso, donde le acosté con cuidado. –De acuerdo –susurré a la par que comenzaba a mordisquear su cuello. Sus manos rodearon mi cuello,  acariciando con las yemas de sus dedos los costados de mi espalda, bajando y subiendo con cada beso que repartía en su mentón. Sus gemidos no tardaron en aparecer cuando me decidí por alzarle el suéter ligero hasta dar con sus erectos botones marrones. Lamí el primero con paciencia, jugando con su vientre plano y succionando de vez en cuando el izquierdo, haciendo que su cuerpo se retuerza en sensaciones. Poco a poco fui quedando encima de él, entre sus piernas. Me quitó la camiseta con rapidez, escaneando con sus largos dedos cada músculo marcado de mi abdomen. Entonces se inclinó para adelante, atrapando el primer abdominal entre sus carnosos labios. Lo único que podía hacer era suspirar ronco, acariciando su sedoso cabello cada vez que dejaba lametones por la zona.

 

Podía hacer maravillas con la boca y una de esas era lamer  mis pezones con dedicación, dejándolos más duros para su entretenimiento.

-¿Lo hago bien? –asentí sin soltar su cabellera para que siguiera con la tarea de darme placer. Había comenzado como un día de mierda y lo menos que me merecía eran algunos mimos y caricias. Lo que el captó demasiado bien al desabrochar mis pantalones e introducir con cuidado su mano dentro de mi bóxer para tomar mi miembro y jugar con la punta.

 

-¡Oh Dios! –gemí echando la cabeza para atrás. Había resbalado toda la palma por mi extensión, masajeando la base.

-Debo estar haciéndolo de maravilla. –sonreí porque en efecto así era. Mientras me masturbaba lo tomé del mentón para quedar ambos arrodillados en el sofá café que mi madre se había esmerado en escoger para mi sala. Me acerqué hacia sus carnosos y rojos labios, besándolo dulce, procurando prolongar el momento en que seguía con la mano en mi pene, masajeando y acariciando.  -¿Te gusta así? –exprimió un poco mi miembro, mandándome escalofríos por toda la espina dorsal, haciéndome retorcer del gozo.

-Sí, no pares. – sus risitas volvieron, sin dejar la tarea de acariciar ahora sobre mis testículos. Su boca descendió de nuevo hacia mi pecho, mordiendo levemente mi pezón derecho, mirándome con esos ojos nublados de lujuria.

 

Y yo solo pensaba en hacerlo mío de una buena vez.

 

Sin que lo esperara tomé el bulto que se escondía entre sus jeans. Yo tenía el pantalón hasta los muslos y el suéter  en el piso, mientras que él aún conservaba su pantalón bien puesto y la camiseta medio desordenada.  Lo tomé de los brazos, cortándole las caricias a mi miembro y tomando el inicio de su prenda hasta dejarla fuera de su cuerpo. El chico tenía lo suyo, una fina línea que marcaba sus pequeños pectorales y otra que iba en posición vertical hasta desaparecer en su ombligo apenas con un fino vello por debajo. Su piel era blanca y suave al tacto que no me contuve el pasear  mis manos por sus costados y su espalda, solo sintiendo, memorizando la textura y la gracia que su cuerpo mantenía, como si fuera un chico con piel y rostro perfectos. Una obra de arte puro creado por los dioses y…

Minho te estás poniendo demasiado cursi.

-¿Qué? ¿Encontraste algo raro? –Me fijé en mis manos prendidas a sus caderas y luego lo observé.

-¿debería de encontrar algo malo? –Negó y depositó un besito en mi nariz.

-No, solo un pene como el tuyo y un par de nalgas apretujables – le sonreí porque era cierto. Eran demasiado agradables al tacto. Seguimos besándonos hasta que interrumpí el acto para descender por su cuello, volviendo a mordisquear las zonas que me faltaron –ah, toca mi cuerpo~  -imploró con una voz cargada de deseo. Mientras me encargaba de marcar su pecho comencé acariciando desde sus hombros hasta bajar en el par de glúteos pequeños.  Mis manos bajaron el pantalón junto con la ropa interior para colarse entre la línea que dividía el par de montañas hasta dar con mi objetivo. -¡Ah sí! –gimió cuando mi índice acarició apenas su entrada.

Estaba a punto de tener sexo con un chico y la idea no me asqueaba como pensé que lo haría desde que me lo propusieron hace tiempo. Quizá era la necesidad de poseer a alguien luego de tanto tiempo o el cuerpo tan sensual que Taemin tenía. Cualquiera de esas me hacía sentir maravillas y un calor que no había experimentado. Sobre todo en mi entrepierna lista para explotar.

Las ropas fueron sobrando de a poco, hasta solo vestir nuestras pieles, frotándose como desquiciados. Su erección acariciaba la mía y su pierna colgada en mi cadera me daba más espacio para pegarlo lo más que podía a mi cuerpo. Mi dedo era succionado por su entrada que parecía pedir por más, cosa que no le negué al aumentar un par de dedos para dilatarlo mejor.

-Uhm sigue ~ - sus gemidos hacían cosquillas mi oreja, haciéndome retorcer de placer. De querer embestirlo tan fuerte hasta cansarme y besar esos labios hasta hacerlos desaparecer. Taemin se restregaba contra mi cuerpo de una manera tan deliciosa que solo tenía que quedarme quieto y dejar que hiciera el trabajo. Pero igual no podía quedarme a esperar, así que lo tomé de las caderas, recostándolo y besando desde su clavícula izquierda al comienzo de su pelvis. Acaricié el hueso de su cadera casi femenina y mis dedos se enroscaron entre sus muslos, apretando y palpando el terreno aterciopelado de esa zona.  –Vamos guapo, es hora de la acción –me dedicó una mirada de expectativa pura, por lo que me acomodé de nueva cuenta entre sus piernas. Hasta que me acordé de algo en el televisor.  

-Dijiste que esto es mi regalo ¿No? –asintió tratando de mantener la calma. -  Entonces  puedo pedir lo que sea ¿verdad? –Soltó un largo “sí” y levantó las manos como un bebé en espera de ser cargado. Lo tomé y cambié su posición hasta dejarlo en cuatro sobre mi sillón.

-Necesito entrar.

-No lo digas, hazlo. –Volteó el rostro a un costado –y no te contengas. Si quieres ir duro hazlo –sus  palabras regocijaban mis deseos pervertidos por lo que lo tomé de las caderas, bajando mi cara a la altura de su trasero, para hundir mi nariz entre sus glúteos. Los separé con cuidado, deteniéndome en el agujero sonrosado en espera de mi miembro para atraparlo entre sus paredes estrechas y calientes. Incluso negué divertido al ver como Taemin movía sus caderas de lado a lado, esperando. Soplé sobre su entrada, recibiendo un ronco gemido de su garganta y luego me dispuse a hundir mi lengua, empapando su cavidad con mí saliva -¡Dios, Minho!  ¡Más! –su falta de pudor me incitó a hundir más mi rostro, incluso mordiendo su nalga derecha para sacarle más gemidos.

Una vez bien humedecida su entrada coloqué la punta de mi miembro empujando poco a poco. Y recordé que me pidió no contenerme, por lo que terminé de introducirme de una sola estocada recibiendo un sonoro gemido de su parte.

-Mierda eres tan estrecho… - gemí con los ojos cerrados, moviéndome de buenas a primeras para tratar de ir más profundo. Su cuerpo me recibía cálido y delicioso y no iba a desperdiciar la oportunidad de clavarme hasta el fondo.

-¡Más duro joder! – sus palabras sucias eran una clase de incentivo para aumentar la velocidad de mis estocadas, tomándole de las nalgas y estrujando su carne con mis dedos por la fuerza a la que lo embestía.  -¡Oh Dios Minho, más!  -Sus deseos eran cumplidos, sacando de una buena vez esas ganas escondidas de clavarle mi miembro a alguien durante todo un año.

Mis manos serpenteaban por toda la extensión de su pecho, toqueteando sus pezones y marcando su vientre con fuerza, hasta dejar marcas. Sus manos se apoyaron en el borde del sillón para no caerse, hundiendo la cara en mi almohada blanca y descargando los gritos entre ella. Mi mano izquierda se enredó entre su rubio cabello, halando de él cuando trataba de intensificar la fuerza. Dios, estaba seguro que si seguía así podría lastimarle, pero por alguna extraña razón sus gemidos me susurraban que no parara, como si intentara convencerme de que esto era lo que quería.

-¡Tae… oh! –mis gruñidos eran demasiado guturales porque nunca en mis recién cumplidos 22 años había sentido una estrechez de esa magnitud y su entrada parecía succionar mi miembro sin querer déjalo ir.

Mi pelvis daba de lleno contra sus nalgas, incluso llegando a mover el sillón. Y luego de varios minutos moviéndome despacio retomé el frenético ritmo, hasta que el cosquilleo se infiltró en mi parte baja. Estaba a punto de venirme.

-Taemin… voy a…

-¡Uhm…! Hazlo… córrete en mí. ~ -sus deseos fueron cumplidos, porque luego de pegarme completamente a su delgado cuerpo me descargué con fuerza.

-¡Ah joder! – gruñí extasiado, presa del hermoso orgasmo. Descubrí que Taemin se había venido segundos antes que yo, manchando mi bonito sillón. Salí de su cuerpo con cuidado, tratando de recostarme en paz en mi largo y ancho sillón. Sentí un peso extra sobre mi pecho y abriendo los ojos me encontré con los suyos tan cafés y profundos.  -¿Y?

-Eso debería decirlo yo, pero ¡Wow! Nunca me había sentido de esta manera. Eres realmente bueno Minho.

-Hyung. Debo ser mayor que tú al menos por un año –sus risitas encantadoras me indicaron que así lo era y luego un suave“20 años” salió de su boca.  –Y qué bueno que te hayas sentido bien. Es la primera vez que lo hago con un chico y por como gritabas quiero pensar que he sido el mejor.

-Ya que has sido el primero, entonces sí, eres el mejor –En ese momento me quedé atónito ¿él era…?  -Ahora tienes que cargar con el peso de mi virginidad y hacerte responsable. – Espera ¡¿QUÉ?!

-¿C…cómo? –Su carita dulce me indicó que no era mentira.

-Sip. Era virgen hasta que Minho hyung me penetró con fuerza. Como has sido responsable tienes que invitarme a una cita y ser mi novio. – ahora sus risitas no se me hacían del todo agradables.

 Desde la mañana me levanté con un mal humor por no recibir felicitación alguna, ni siquiera una llamada. Y ahora, a 3 horas con 22 minutos de que mi cumpleaños finalice, mi primer regalo del día se ha convertido en mi novio. Y no tengo queja alguna con eso, porque es lindo, entretenido y tiene un cuerpo que… ¡Voy a hacerlo con él hasta que finalice el día oficialmente!

-De acuerdo. – nos besamos con cuidado, volviendo a acomodarnos para la segunda, la tercera y las demás rondas. Todas con el extraño y adorable chico que me pilló rentando una película porno como regalo de consolación. 

Notas finales:

Deben saber que sacrifiqué mi proyecto final de Informática por esto......

Okay no ;cc  pero si lo escribí en la mañanita, primero en la libreta mágica de cositos y luego lo pasé <33 y sepan que le cambié el final o sea que no estaba planeado que Taemin sea virgen o que se hagan novios o que tengan un bebé(?) okay no XD

 

y bueno... si les suena de algo, ayer miraba Jersey Girl <33 y la parte del videoclub y la porno me inspiró(?) amo a Ben Affleck n_________n 

y este es mi regalo si alguna Flamer lo quiere, lo obsequio(?) y a las 2min shippers igual, de corazón para todos c;

Sigan admirando el trasero de Minho y sus buenos abs *---* 

Más de Minhot <33  

Por cierto así es como se ven en el shot por si tienen curiosidad n__n

Taemin c;

 

Okay pesadillas a mil XD esta es la correcta <33

Y Minho c;

 

Espero les haya gustado! ;DD

 

Una más del señor Choi <33  

y todas *---------*

Ya, me encantan los hipervínculos ;cc 

 

-33-


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