– ¡Shion, vete! – Dijo el caballero de libra dando la espalda al lemuriano y a los tres muchachos para encarar al dio del infierno.
– ¡Dohko! – Se despertó gritando el joven caballero de aires de su agitado sueño. – Dohko... – Susurro débilmente al darse cuenta de que no se estaba despertando de un sueño, sino de un recuerdo, uno muy doloroso.
–Joven Shion,, ¿Ya despertó? ¿Como se encuentra? –Preguntó la joven preocupada por su compañero de armas – Sus heridas eran muy graves, pero ya están prácticamente curadas. –Siguió hablando Yuzuriha
–Estoy bien, solo necesito estar un rato a solas, han pasado muchas cosas –Dijo haciendo una pausa para tomar aire, pues le dolía recordar lo sucedido en el castillo de Hades – ¿Se ha podido recuperar los cuerpos de Dohko y el Maestro Hakurei? – Pregunto Shion con la voz quebrada por el dolor de la reciente perdida.
–No... –Empezó a hablar la joven rubia – pero Sísifo todavía esta buscándolos, pero... ya es muy difícil que les encuentren –Susurro la rubia, pues también le dolía la perdida de su maestro.
–Gracias –Dijo Shion con un débil susurro –Tu también debes descansar, Hades no va a detenerse y todos debemos de estar preparados... –Hizo una pausa antes de proseguir – Todos debemos estar preparados para lo que viene a continuación.
Yuzuriha salió de la habitación dejando solo al caballero de Aries en su templo, solo con sus pensamientos. Había perdido en muy poco tiempo a dos personas muy importantes para el, a su maestro, su mentor, un hombre que había sido como un padre para el, sin el cual nunca habría podido llegar tan lejos, sin el cual a lo mejor no estaría ni vivo, sentía que le debía mucho y que no le había pagado nada, se sentía impotente porque lo único que había podido hacer era verle morir ante sus ojos, se sentía impotente, inútil como un completo fracasado, pero como si eso no hubiese sido suficiente Hades también le había robado a su mejor amigo, a su compañero de armas, a la persona con la que había compartido sus alegrías, tristezas, sueños y anhelos, sus sentimientos, su amor... le hubiera gustado quedarse allí junto a ale peleando juntos hasta el final, haber derramado hasta la ultima gota de sangre junto a el y no podía soportar la idea de haberlo abandonado a su suerte, por mucho que el le gritase que se fuera, sentía como había traicionado al motor de su vida y de su amor, a su mejor amigo y amante.
Seguía sumergido en sus pensamientos cuando llamaron a la puerta de sus estancias privadas, el joven caballero de Aries se dirigió a abrir al puerta sin ganas de
saber quien estaba tras ella. Cuando grito el picaporte y abrió la puerta la figura que estaba llamando insistentemente a la misma salto sobre el para golpearle a lo que Shion si ni quiera se molesto en esquivarlo o defenderse.
– ¡Shion! ¿Como pudiste abandonarlo a su suerte? ¿Como pudiste dejar allí solo a Dohko? –Habló Tenma que estaba furioso con el cabalero de Aries. – ¡No tenia ni la mas mínima posibilidad e sobrevivir! ¡Tu lo sabias y aun así lo abandonaste! –Seguía hablando dolido el joven caballero de Pegaso – Acaso no era tu amigo – Decía el mas joven mientras las lagrimas resbalaban por su rostro debido a la perdida del que un día había sido su mentor.
–Tenma, hay veces en las que no puedes dejarte llevas por tus sentimientos –Habló entonces Shion – Existen momentos en los que tienes que dejar de lado a tus sentimientos y a las personas que quieres por cumplir con tu deber –Siguió hablando el caballero de Aries, roto por el dolor de la perdida de el caballero de Libra – Dohko antepuso tu vida a la suya, porque sabia que tu eras mas importante que el... no dudo en sacrificarse – Termino de hablar Shion, aunque su voz no era mas que un tenue susurro.
–¡El a muerto porque tu no me dejaste salvarle! –Gritó Tenma al caballero de Aries – ¡El a muerto por tu culpa!
–¡Creer que no lo se! –Le grito Shion al caballero de Pegaso, pues nadie se culpaba mas que el mismo – ¡Creer que para mi fue fácil dejarlo allí a sabiendas de lo que iba a pasar! ¡Te creer que para mi no hubiera sido mas sendillo dejaros tirados a los tres e ir a luchar a su lado! –Continuo gritando Shion al joven Tenma, que se estaba empezando a dar cuenta del dolor de Shion – ¡No solo era mi compañero de armas Pegaso, era mi amigo era la persona a la que amaba! ¡Le quería mucho mas de lo que te puedas imaginar y desde hace mucho mas tiempo del que tu le conoces a el, si huera habido otra opción, una en al que no tuviera que haberlo dejado allí a su suerte creer que no habría cogido! Hubiera preferido mil veces haber muerto yo, daría mi vida por poder verle de nuevo, porque estuviera aquí conmigo –Shion hizo una pausa antes de continuar ante el caballero de Pegaso que se había dado cuenta de que recriminarle a Shion la muerte de Dohko había sido algo erróneo – Cree cuando te digo que nadie se odia me odio mas de lo que yo lo hago...
– Shion,... –Dijo mirando al caballero de oro a los ojos, unos ojos que estaban al borde del llanto y eran el reflejo del dolor del alma del lemuriano, dándose cuenta de lo egoísta que había sido al no tener en cuenta los sentimientos del otro – Lo siento... Te golpee sin tener en cuenta tu sentimientos hacia Dohko, como te sentías, perdóname no he sido justo contigo.
–SI te sirve de consuelo, si fuera tu, yo también me habría golpeado, si me disculpas entrare a descansar un rato.
El caballero de Aries se adentro en su templo y se perdió entre las sombras de sus columnas jurándose a si mismo que vengaría a su maestro y al hombre que amaba por encima de todas las cosas quedando el templo del carnero como único testigo de su juramento.