Había sido un día difícil para todos, la tarea de atravesar el Altar, el último sitio que tenían por visitar en Feita, había sido más difícil de lo que esperaban, Elsword y Aisha habían tenido que encarar de nuevo a Berthe, aquel que habían visto que comandaba el robo del fragmento de El, mientras que Raven, Rena, Eve y Chung habían podido constatar por ellos mismos la realidad de la historia de los primeros, además del poder que aquel comandante de los demonios poseía.
Era hora de descansar, al día siguiente partirían a Velder, para algunos, como Chung, hablar de Velder era algo insignificante, para un miembro en particular del grupo era un cúmulo de recuerdos doloroso el volver, así es, Raven volvería a aquel lugar que cruelmente le arrebató todo injustamente y que, además, intentó matarlo, razón por la cual ahora poseía ése brazo otorgado por los nasod, antes de cerrar los ojos dio un vistazo a ése artefacto y los recuerdos vinieron a su mente, como sus amigos lograron salvarlo de una ejecución injusta, aunque al intentar huir, fueron atrapados y asesinados, junto con ella... Junto con aquella chica con la que él estaba prometido y que vio morir ése día, al recordarla no pudo evitar derramar una lágrima y cerró sus ojos.
Mientras tanto, Elsword no podía conciliar el sueño, se quedó cuidando a los demás que dormían plácidamente, según él creía, y no pudo evitar reírse de lo gracioso que se veía Chung, a pesar de ser de la misma edad este último se veía más pequeño, y así sin su armadura, se veía aún más pequeño e indefenso, de hecho, quien lo viera no podría imaginar que él es Chung Seiker, el legendario lobo blanco de Hamel. Luego observó a las chicas, Aisha se había quedado dormida leyendo, "clásico de ella", pensó dentro de sí, Eve dormía plácidamente recostada en uno de sus gravitones, mientras que Rena dormía encima de un árbol, como elfa que era, para ella dormir en contacto con la naturaleza era lo mejor de todo.
Por último lo miró a él, a Raven, alejado del grupo y apoyado en una piedra, Elsword no pudo evitar en lo mal que lo debería estar pasando su amigo al saber que había llegado la hora de volver a Velder. Hacía casi 3 años que viajaban juntos y no era desconocido para ninguno la historia de Raven, pero, para el chico pelirrojo, era más significativa que para todos los demás, excepto para el mismo Raven, claro está. "Debe extrañarla mucho" pensó, y sin querer, ése pensamiento le bajó el ánimo, no había duda de lo que sentía hacia él, desde hace mucho esa admiración que sentía hacia su amigo había rebasado el afecto y la amistad, pero, nunca se había atrevido a decirle nada, no quería que, por decirle sus sentimientos, Raven dejara el grupo, que lo dejara a él, simplemente no soportaba imaginarlo, o al ser Raven alguien un poco duro; de hecho por su naturaleza nasod, tendía a veces, sin querer a ser igual de franco que Eve para decir las cosas; le rompiera el corazón, sabía que batallas más difíciles se les venían encima y tenía que estar en el mejor de los estados mentales.
Con tantas ideas en la cabeza se sentó cerca del fuego, hundió las manos en su cabello y una pequeña lágrima salió por uno de sus ojos, o al menos eso pareció que sucedería por que el tacto de una mano en su hombro lo sobresaltó
-¿Estás bien?- era él, era Raven que había venido a verle. Un pequeño sonrojo se apoderó de su rostro, más que todo, por sentirse descubierto en ése momento de debilidad
-S-sí, lo estoy- tartamudeó un poco, la presencia del chico de cabello negro lo tomó por sorpresa
-No lo parece- Raven limpió la pequeña lágrima antes de que esta brotara con brusquedad- ¿qué te pasa? Llevas tiempo actuando raro-
-No quisiera molestarte, seguro tú la estás pasando peor que yo-
-No me molestas- repuso con indiferencia el del brazo nasod- pude simplemente haberte ignorado-
-¿La extrañas?- habló de pronto y sin pensar, al caer en cuenta de lo que preguntó no pudo voltearlo a ver a la cara
-Cada día- contestó simple el otro y una extraña sensación de nostalgia lo recorrió- pero también sé que a ella le gustaría que saliera adelante y es lo que intento aquí contigo, es decir, con ustedes, el grupo-
-Perdón por preguntar eso- no sabía ya que decir- no quise traerte malos recuerdos-
-No importa- dijo Raven fríamente, aunque su voz se suavizó un poco- ahora tu contesta, ¿qué tienes?-
Ante aquella pregunta ya no supo que hacer o que inventar, además muy en su interior deseaba terminar con todo eso, ser rechazado de una buena vez y dejar de tener ésos sentimientos
-Te has enamorado ¿cierto?- habló Raven nuevamente al ver el silencio de su amigo
-¿Qué? ¿Por qué? ¿De qué ha...?- balbuceaba Elsword nervioso mientras bajaba la mirada- ¿cómo lo sabes?-
-Puedo verlo, además con tu reacción me lo acabas de reafirmar- este seguía sin mostrar alguna expresión
-Pues sí, sí lo estoy-
-Y ¿se lo has dicho ya?-
Ambos permanecían igual, Raven sin alguna expresión en su rostro y mirándolo, no es que no sintiera nada al respecto, no le gustaba ver a Elsword como estaba, totalmente sin ánimo e indefenso, ése no era Elsword, "mi Elsword" pensó, pero de inmediato desechó esa idea, mientras Elsword tomaba el valor para decir lo que sentía seguía viendo al suelo, sabía que ya era inevitable y que no podría ocultarlo más
-No, no puedo decírselo-
-Deberías hacerlo, es lo mejor-
-¿Y si me rechaza?- Elsword miró a Raven por primera vez en toda la conversación
-Por lo menos lo intentaste ¿no crees?- y de repente Raven se sorprendió sonriendo
-Tal vez tengas razón- al ver la sonrisa de Raven, Elsword quedó perdido del mundo, una sonrisa de él era algo que rayaba en lo imposible, ésas eran cosas únicas y lo hacían ver más perfecto de lo que, para Elsword ya era
-Claro que la tengo- dijo el de cabello negro y empezó a revolver el cabello de Elsword, aunque, por dentro no quisiera que él le dijera a otra persona que la amaba, para el Elsword era especial, desde que viajaba con él lo había cuidado, protegido e incluso entrenado, no quería que alguien lo lastimara, era su gran amigo, se engañaba con ése último pensamiento.
Antes de hacer alguna locura se levantó y se dispuso a irse cuando sintió que Elsword lo tomó de la mano y lo regresó
-¿Que su...?- en el momento en que se giró los brazos de Elsword lo rodearon y el menor hundió su rostro en su pecho, y no pudo evitar apretarlo a su cuerpo- ¿qué pasa pequeño?-
-No me odies-
…se comentario le sorprendió
-¿Por qué te odiaría?- por primera vez desde hace mucho tiempo, Raven se sintió totalmente humano, lo que provocó que la ternura brotara en sus palabras- tú eres alguien muy importante para mí-
-Raven yo...- Elsword no podía pronunciar palabra, el momento había llegado
-Vamos, dime lo que sea- Raven levantó el rostro de Elsword ya que este se empeñaba en no mirarlo
-Te amo- dijo tímido al final, ante aquella revelación Raven quedó impactado, nunca pensó que Elsword, "su Elsword" como le llamaba en su mente sintiera eso por él- estás molesto, ¿cierto?-
Raven lo miró... El chico estaba a punto de lágrimas, estaba nervioso y asustado, inseguro y se negaba a soltarlo, su lado humano entonces tomó control total y besó al menor, fue un beso cargado de sentimientos que desde hace tiempo su lado nasod había mantenido reprimidos.
-¿Qué fue eso?- preguntó Elsword totalmente fuera de si
-Eres un poco lento pequeño- sonrió con ternura- te amo también-
Elsword no creía lo que escuchaba... Sólo se aferró a Raven como si se le fuera a escapar, como si sólo fuera una ilusión
De pronto un ruido seco cortó el aire, al girar y caminar hacia el bosque, se encontraron con un Lancero Vargo, con la lanza preparada, tirado en el suelo, una flecha atravesaba su cabeza, pero al voltear a ver a Rena esta seguía en la misma posición de antes
En ese momento Elsword intentó volver al fuego pero Raven lo detuvo y lo volvió a besar, Elsword lo miró feliz
-Gracias-
-¿Por qué?- contestó Raven un poco confundido
-Por hacerme tan feliz-
Tomándolo de las manos, Raven besó a su pequeño en la frente y lo acercó a el
-Y es sólo el principio-...
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