Lo primero que se me paso por la mente fue pedirle que me firmara unos posters en los que aparecía sin remera y la parte de atrás de unos de mis pins -estaba demasiado sonrojado más de lo normal -él era el chico del que estaba enamorado no podía dejar de mirarlo- miraba su mano detenidamente al firmarme-
-miraba a Henry, era demasiado sexy- terminó de firmarme, yo temblaba estaba nervioso y no sabía que decir.
Él se acerco para susurrarme algo al oído y me dijo -eres muy lindo- yo me quede helado y sonrojado a lo que yo respondí tartamudeando - tt...t...tu eres...s...s ma...a...ss lindo...o, él se me quedo mirando. Se volvió a acercar pero esta vez para darme un beso en la mejilla yo justo corrí la cara y sin querer nuestros labios rozaron y los dos nos quedamos mirándonos a los ojos, los dos sonrojados.
Él sin preguntarme me robo un beso al que yo no rechace, besaba demasiado bien al ser tímido, no sé cómo pero, en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos acostados en la cama besándonos.
Yo seguía envuelto con la toalla, me mordió el cuello y me dejo la marca pero no me importo me gustaba. Besos iban, besos venían, lengua por acá, lengua por allá, mordida en el labio, mordida en el cuello. Había que admitirlo queríamos que nuestros cuerpos se contactaran se rozaran.
Él se decidió a sacarme la toalla que me cubría y lo hizo lentamente, no dábamos mas nuestras caras y nuestros cuerpos nos delataban. Bese su cuello, ese perfume que llevaba puesto me hacía perder el control, era una fragancia bastante tentadora.
Su boca yo la deseaba, el calor de sus labios húmedos, esos besos inesperados que daba, era todo tan hermoso. Le saque la fui sacando la remera hasta dejarlo totalmente en cuero, solo le quedaban sus jeans medios ajustados, él se los saca sabía que yo quería pero no me animaba, se decidió a sacarse todo y quedar totalmente desnudo, me sonroje, lo mire. –Tapate-le dije, y él dijo –Vamos esto es lo que queremos tu me gustas yo te gusto, oye no seas tímido- los dos nos sonrojamos y nos quedamos mirando, se acercó me volvió a besar nuestros cuerpos rozaron, fue una conexión bastante magnética, al rozar nuestros cuerpos.
Decidimos en tomar la iniciativa e ir a lo nuestro, era su primera vez, lo note nervioso, le dije no te preocupes no te dolerá confía en mí, no te hare daño es lo que menos quiero. Respiramos hondo y comenzó todo, puedo decir que lo hacía demasiado bien por ser su primera vez, nos corrimos varias veces, nuestros cuerpos, calurosos, pegoteados con ganas de más. Nos faltaba el aire, volvimos a besarnos, mire la hora, ya era casi madrugada no quería que se valla pero mi papá no tardaba en llegar, nos despedimos con unos de nuestros besos algo inolvidable, todavía espero que aparezca por mi ventana –miraba su firma- …