En lo profundo del bosque de Konoha se encontraba una casa muy hermosa como para estar en un lugar así. No era algo grande, pero tampoco era algo pequeña, si no que de tamaño mediano. Allí vivían 3 ninjas, dos gemelos de 16 años y la madre de ellos. Pero, ¿Qué era lo que los diferenciaba de los demás? orejas, orejas de zorro y nueve colas. Y no es que no tuvieran un padre. Solo que este era un humano y a la vez el Hokage de la Aldea Konoha, y como tal tenía muchas obligaciones que cumplir. Pocas veces los dos muchachos iban a visitar a su padre pero solo en la noche. Debían evitar ser vistos por otras personas si no querían problemas, ya que era "aterrador" ver personas con el aspecto del Kyubi.
El nombre de uno de los gemelos era Naruto, muy hiperactivo. Su cabello era rubio y sus ojos eran de un hermoso azul, en cada una de sus mejillas tenía tres marcas. Sobre su cabeza se podían notar dos orejas de color naranja rojizo y terminando su espalda sobresalian 9 colas del mismo color.
El otro gemelo se llamaba Menma, le encanta joder a su hermano. Era casi todo lo contrario a Naruto, incluyendo el color del cabello y un ojo. Su ojo derecho era rojo en cambio el izquierdo era azul. El cabello lo tenía de color azul marino claramente pasando a negro. Sus orejas eran castañas al igual que sus colas.
Y por último, la madre de nombre Kushina. El cabello de esta era rojo como el fuego y sus orejas y colas de igual color. Aunque por tener más experiencia con sus partes no humanas podía esconderlas con mucho éxito e ir a visitar la aldea o a su cercana amiga, Mikoto.
-¡Naruto! -Se escucho un grito por toda la casa, rompiendo el silencio de ese momento.
El rubio que estaba en su cama moviendo sus colas de un lado a otro mirando una revista. Se sobresalto ante el estruendoso y delicado grito de su madre, levantadose de golpe y escondiendo su preciada revista... porno.
Bajó las escaleras nervioso, cualquier cosa le podría pasar si su madre estaba enojada o no le hacía caso. Asomó solo una parte de su cabeza por el marco de la puerta, mostrando sus orejas y sus ojos. Kushina cruzo los brazos sobre su pecho.
-Ven.
Las orejas de Naruto fueron bajando de poco, dandole un toque lastimero, aún sin salir de su protección contra "cosas voladoras marca Kushina". Pero cuando vio que su madre comenzaba a perder la paciencia y nueve de sus cabellos empezaban a levantarse, más que rápido ya estaba frente a ella.
-¿Sabes qué día es hoy?
-Ehm... ¿día de ramen? -Le devolvió la pregunta muy dudoso.
-¡Debes ir a ver a Minato, ttebane! -Una jarra voladora fue a aterrizar en la cabeza del kitsune quien no pudo ni cubrirse.
-¡Ittai! ¡Oka-san! -Se quejo con lagrimones, todavía con sus orejas agachadas. -¡Dile eso a Menma!
No era raro que su madre le lanzara una que otra cosa en la cabeza, tal vez por eso no pensaba bien...
-No lo había pensado... entonces ve a avisarle a tu hermano. -Puso su mano en una de sus mejillas y sonrió cariñosamente moviendo sus hermosas colas con un aura brillante a su alrededor.
Naruto se retiró de allí con un miedo terrible, su madre sufría de bipolaridad. Subió las escaleras directo a la habitación de Menma. Tocó la puerta pero nadie respondió, volvió a intentar pero nada. Conociendo a su hermano si entra sin avisar lo deja sin hijos. Pero tenía una excusa, nunca le abrió la puerta.
-Voy a entrar, dattebayo~
Y se encontro con... nada. No había ni mosca dentro. Okay, su madre se iba a enojar, otra vez. Encima que la ventana estaba abierta. Su intuición le dijo que en una de esas Menma estaría en Konoha.
-¡Siempre lo mismo!
Se dirigió directo a la ventana y saco su cabeza para comenzar a olfatear, si, ese era el olor de Menma. Lo que significaba que se había escapado por ahí. Dios... se arrepentiria de eso... pero era peor ser masacrado por tu propia madre. Observó para abajo y en menos de lo pensado ya se hallaba saltando los arboles con agilidad. Estaba anocheciendo, por lo que las personas de la aldea ya se estarían yendo a sus hogares, menos problemas de los cuales preocuparse.
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Un encapuchado sentado sobre un tejado, observaba con una sonrisa como un azabache coqueteaba con 2 mujeres a la vez. Realmente algo digno de ver si más tarde querrías joderlo.
-Shisuke, ven a mi casa~ -Hablo una castaña con grandes pechos apegada a él.
-No~ Ven a la mia mejor... -Esta vez una rubia con gran escote paso sus brazos por el cuello de este.
-Oh, tranquilas -Le agarró el mentón a la rubia mirandola a los ojos.- Ustedes son muy hermosas como para comportarse así con un hombre, ¿lo saben?
-C-claro. -Se sonrojo al sentir el caliente aliento del azabache sobre sus labios. -Pero tú eres especial...
-¡Oye! No le hagas cariñitos solo a ella. -Se quejo la otra, mostrando más sus pechos.
-Lo siento preciosas. -Les dedicó una de sus conquistadoras sonrisas.
-Por favor... vamos~ haré lo que quieras.
El pobre observador no pudo más y empezó a reír muy fuerte, llamando la atención de las tres personas que miraron para arriba. Las dos mujeres se asustaron y se apegaron aprovechando la oportunidad.
-¡HAHAHAHAHA! ¡Joder! ¡Perras fáciles!
-¿¡Qué!? Eso no es cierto! -Gruño la castaña.
-¿Ah no? Me das lastima. -Dejo de reír pero sin quitar su sonrisa. Se apoyo en una de sus rodillas y se impulso para adelante, saltando al otro techo.
Shisuke lo siguió con la mirada, molesto. Supo que era un hombre por la voz al hablar que tenía.
-¡Muestrate! -Ahora la enfadada era la rubia, saco un kunai y amenazo con apuñalarlo.
-Mah, si me muestro de todas formas huirán. Pero si tanto lo deseas, no puedo oponerme a eso.
Las mujeres no entendieron, tampoco el peli-negro pero al ver como lentamente el espía se quitaba la capucha negra y la ponía sobre su hombro sintió a sus "acompañantes" temblar. En cambió él solo quedo boquiabierto pero lo disimulo.
Menma quedo desnudo de la cadera para arriba mostrando unos guantes con mangas que le cubrían casi la mitad del brazo y encima de estos tenía unos adornos como cinturones enrollados de color rojo. Sus orejas quedaron a la vista al igual que sus colas que se movian juguetonamente.
-¿Feliz, perra? Atrevete a golpearme, realmente disfrutaré ver como agonizas.
-M-m-monstruo!!! Alejate de mi!! -Lanzo uno de sus kunais directo al rostro zorruno de Menma, quien solo se movió un poco y pudo esquivarlo.
-¿Monstruo? Yo no me veo como uno.
-¡SHISUKE! ¡HAZ ALGO! ¡AVISALE A HOKAGE-SAMA!
Pero el azabache estaba lejos de hacer algo contra Menma, era algo extraño ver a una persona con colas y orejas como el Kyubi, pero a la vez era atrayente a pesar de ser un hombre.
-Aprendan a cuidarse solas. Aunque... -Elevó su mano y una espiral de color negra se formo en su mano.- Será más divertido ver como las mato.
-¡DETENTE!
Naruto le agarró la muñeca con fuerza y hizo que el Dai Rasenringu de su hermano se esfumara por completo. Menma endureció las facciones de su rostro, pero al ver de quien se trataba se relajó dando paso a su sonrisa arrogante.
-Hermanito, cómo te va? -Pregunto con inocencia.
-¡Nada de "Cómo te va?"! ¡Bastardo! -Naruto gruño mostrando sus colmillos, era el colmo que se mostrara y más aún que los fuera a atacar. -¡Te han visto!
Las chicas ya habían desaparecido como gato al ver a un perro. Ahora Shisuke se sentía ignorado al 100%, por las chicas y por los gemelos.
-Oye. -Una voz hizo que se volteara y encontrara a su gemelo...
-Sasuke.
Un atractivo muchacho se acerco a paso lento con una katana detrás de su espalda, traía una camisa gris con cuello alto y manga corta con una cremallera al medio, cerrada hasta arriba. También llevaba calentadores azules de la muñeca con sus brazaletes shuriken ocultos debajo. Y por último su cabello suelto sobre la frente.
-Ya hemos hablado sobre esto. No me importa que hagas con tu vida en realidad, pero nuestra madre se preocupa por las cosas que hagas.
-... -Ni se dio la molestia de mirarlo, aunque Sasuke halla vuelto a Konoha no significaba que como hermano le haría una fiesta alocada. Pero pensandolo bien a Sasuke NO le gustaban esas cosas.
-Te estoy ha-
-¡POR TU CULPA OKA-SAN ME LANZO UN JARRO, TTEBAYO!
-¿Mi culpa? ¡HA! Entonces hizo bien!
Sasuke levanto su oscura mirada y quedo pasmado. Por el hecho de ver personas zorrunas, literal. Estaba casi igual que su hermano.
-¡NUESTRA MADRE NOS MATARÁ SI SE DA CUENTA DE NUESTRA AUSENCIA!
Naruto bajo sus orejas con amenaza y Menma solo mostró sus dientes.
-¡Te voy a-! WAAAAAAAAH!
Su queridisimo hermano Menma lo empujó con fuerza haciendo que pierda el equilibrio y caiga sentado. El rubio se puso de cuatro ya que le dolían las piernas y se sobó, colocando esa cara de zorro lastimado. Ladeó su cabeza y encontro dos personas mirandolo.
-¡MENMA! ¡MALDITO, HIJO DE... DE NUESTRA MADRE!
-¡CALLA, ESTÚPID-!
-¡USTEDES DOS, TTEBANE!
-¡GHAAAAAAA! -Gritaron al unísono cuando vieron a su madre acercarse con una gran vena en su frente.
-¿¡QUÉ HACEN ACÁ!?
Kushina se acercó a paso de elefante, no sin antes haber escondido sus orejas y demás colas.
-¡E-es culpa de Menma! -Naruto se levanto del suelo y salto al lado de su hermano.
-¿¡Mi culpa!? -Se apunto temblando de rabia y amenazando con morder algo.
-¡Si!
-¡A LA CASA, AMBOS!
Menma se acerco a Naruto, lo agarró de la cabeza y le dio una fuerte mordida a la oreja izquiera del rubio quien gritó como poseído y vio como el peli-negro se fue saltando por los tejados.
-¡Me las pagaras! -Y también se fue a la siga de Menma.
-Hah... -Suspiró por parte de Kushina.
La peli-roja miró a los dos muchachos y sonrió amablemente.
-Sasuke, Shisuke, perdonen a mis hijos, son así la mayoría del tiempo. -Estos la miraron, y Shisuke, quien tenía sus ojos brillantes se acercó.
-¿Son sus hijos? No... lo sabía.
-Pues quiero que ustedes dos guarden el secreto de ellos. ¿Pueden?
-Cuente con nosotros, cierto, Sasuke?
-Hmp.