Te quiero, te quiero, me costó darme cuenta, puesto que siempre estabas a mi lado, te quiero.
El reloj se detuvo a las 3 de la mañana, en mi oscura y compartida habitación, mientras tu dulce melodía suena en mi teléfono.
Notando que Nitori se remueve en su cama corro hacia él viendo, que efectivamente eras tú quien llamaba. Aunque era repentina tu llamada no pude evitar contestarte y hacer como que te regañaba.
-Son las 3 de la mañana… ¿Por qué llamas? Eres tan desconsiderado conmigo…
-¡No Rin! Perdóname… es que Nagisa me ha obligado a ver una película con él- dijiste medio lloriqueando, ya sabía por qué llamabas.
-Era de miedo ¿no?-reí internamente, ese miedo incondicional a todo, era una de las cosas que me parecían tiernas de ti- Ahora pretendes que esté hablándote hasta que te duermas ¿no? Realmente eres malvado.
-Rin…-yo solamente pude suspirar como siempre, dándote a entender que una vez más tú ganabas.
Aunque siempre me quejo y te regaño porque llames a esas horas realmente me siento feliz de que acudas a mí. En ocasiones pienso que es porque nadie más quiere contestarte, pero mi siento feliz de oír tu voz y que la mía te tranquilice hasta el punto que puedas dormir tranquilo, por más miedo que tengas.
Aunque las conversaciones por las noches sean tontas y hagan que a la mañana siguiente tenga los ojos totalmente rojos, no me importa, pues como ya he dicho tú me llenas de felicidad.
En el pasado nos alejamos por mi viaje y mi disputa con Haruka, y durante mucho tiempo no pude hablar contigo. En ese tiempo me di cuenta que me sentía vacío sin tu sonrisa, sin tu risa, sin tu mirada…
Te quiero, realmente te quiero, lo sentiré siempre, porque desde que te conocí te lo he querido decir.
Si intentara decir mis sentimientos en palabras, seguramente parecerían débiles y no sabría expresarlos, haciendo que me malinterpretaras diciendo “Siempre seremos amigos Rin” regalándome una de tus mejores sonrisas mientras rompes mi corazón. Pero… realmente no sé mejor forma de mostrarte mis sentimientos en palabras, siempre has sabido que no es lo mío…
Al quejarme por pequeñeces como Haru, perdía lo que realmente era importante para mí, pero al fin vuelvo a tenerte a mi lado, a poder andar y visitar los mismos lugares que tú, respirar el mismo aire que tus pulmones y tocar el agua que antes a tocado tu piel.
Te quiero, te quiero, aunque este lugar no sea el mejor, y mis palabras sean ordinarias, aquí te lo podré decir.
Por fin conseguí tenerte solo, y aunque la azotea donde siempre almuerzas no sea un lugar lindo… quiero que por fin mirándome a los ojos, mirándome sólo a mí, puedas escuchar lo que siento por ti.
Porque si al envejecer, yo no recordara ni pudiera decir mi nombre, si no supiera quien soy, aunque no pudiera decir jamás nada inteligible, seguiré amándote. Porque te quiero, y te quiero a mi lado así que ahora te lo diré todo...
-Te quiero- susurro bajo tu atenta mirada, con la cabeza agachada- te quiero- vuelvo a susurrar y tu mirada es cada vez más curiosa- te quiero- digo un poco más fuerte mientras me miras un poco confundido- te quiero- digo más fuerte mirándote a los ojos mientras tú tapas tu boca- aunque estos sentimientos algún día me puedan causar lágrimas, te quiero, realmente… te amo. No importa lo que pase, mientras pueda ver tus ojos verdes y tu gran sonrisa, sé que siempre estaré bien. Dime ¿Quieres andar conmigo?- tus ojos muestran unas pocas lágrimas que sinceramente no sé qué significan y con la voz quebrada dices:
-No sé a qué te refieres con andar, pero te quiero, mejor dicho te amo, te lo diré siempre porque desde que te conocí te lo he querido decir.
Ahora tus lágrimas caen descontroladamente, mientras mi sonrisa se ensancha y un calor en mi pecho empieza a crecer. Lentamente me acerco a ti y te abrazo suavemente, puesto que no quiero asustarte y te susurro.
-Yo también te lo he querido decir de hace tiempo Makoto. Te amo.
En ese momento sonreíste dándome la mejor sonrisa que jamás había visto salir de ti y suavemente junte mis labios con los tuyos. Teniendo la mejor experiencia de mi vida, entregándote todo mi amor y mi ser que, con este beso te promete ser tuyo hasta el fin de sus días.