Me acosté con Men Tao....Sí, así inicio yo de atrás para adelante, ¿Y qué? si así llevo mi vida, y aun que es una mierda no me quejo...en fin no voy a perder el ritmo de lo que quiero decir, solo trate resaltar el evento del principio, porque fue lo que logro dar un giro a mi forma de pensar radicalmente.
Quién diría, que meterme en los pantalones de un crió de 15 años fuera a joderme tanto...
Y desde ya, puedo adelantarme a lo que la mayoría estará pensando.
¿Qué si estuvo mal? Por supuesto que sí, para empezar porque el mocoso aun ni es mayor de edad, pero ¿Me importa? Por supuesto que no, y eso marca la gran diferencia..no soy ningún moralista y jamás me jartaría de serlo...admitámoslo, la sociedad está podrida de raíz. Aun que ¿Saben? el pensar en eso me hace sentir un poco mejor...la sociedad, la torcida y jodida sociedad llena de pobres diablos, oh sí allí encajo perfectamente.
Pero como sea, esto no se trata de mí o de mi aborrecimiento por las cosas más simples...no esto se trata del mocoso y su increíble habilidad para...para desesperarme, ¡maldita sea! ¿Cuánto tiempo piensa dejarme esperando? Pienso sin molestarme en ocultar mi irritación, mientras aprieto una lata de soda en mis manos, ya vi que algunas madres comenzaron a lanzarme miradas de desaprobación, después de todo al señorito no se le ocurrió mejor lugar para reunirnos que un pequeño café aquí en el centro de Tokio, pero me vale un cuerno ni crean esas mujeres que voy a empezar a comportarme solo porque no quieren que su "amados hijos" me vean es más...sonreí tomando un gran trago de la soda que tenía en mis manos antes de eructar y subir mis pies a la mesa..ja eso si que fue divertido,. Mucho más cuando algunas se levantaron y se fueron...que inteligentes, si quieren más me avisan.
—Joven, si no se comporta voy a tener que pedirle que se vaya.
Y ya le fueron con el chisme a la encargada maldición, solté un gruñido y de mala gana comencé a acomodarme en mi asiento como "una persona decente", Ya sabía yo que ninguna alegría podría durarme mucho.
Está bien, concluyamos que ustedes ganan viejas cacatúas...y espero que sus esposos (si es que tienen esposo claro) les den una buena revolcada esta noche a ver si se les pasa la mala leche...
A mí no me queda de otra más que seguir esperando, al enano ese...que ya debe estar de malas y se pondrá mucho peor, si no me encuentra donde acordamos.
Para evitar confusiones, diré que todo esto inicio hace solo dos años, cuando el "señorito" (aun que, sigo pensando que es un poco hipócrita usar aun ese termino con él, si es que me entienden...) termino la preparatoria, se graduó con honores y a muy corta edad como todos esperaban, bal bla bla hubo felicitaciones, bla bla bla y una fiesta.
Hasta allí todo bien y según como debería ser para la gran y dichosa dinastía Tao...ese niño no vivía más que para eso...bueno, no hasta que yo le mostré la otra cara de la moneda, a veces pienso que soy una especie de escape para él y no lo culparía, ¿quién soporta una vida tan aburrida y sin errores durante tanto tiempo? ...Je, me preguntó qué cara pondría el señor Ren ¿si supiera aun que sea un ápice de las cosas que han pasado entre Men y yo?.
Probablemente no podría creer ni la mitad, y en caso de creer algo, tendría un ataque de ira nunca antes visto..sí sería interesante ver eso, si no fuera yo en condenado a muerte claro.
Como sea, después de aquella fiesta fue que todo empezó a ponerse extraño en nuestras vidas, y eso que "extraño" no es una de mis palabras favoritas, sentí que había perdido la capacidad de decirla con el tipo de vida que llevaba..pero no estaba equivocado, en ese entonces aun no sabía lo bizarra que podían ponerse las cosas.
—Me voy...—me dijo tranquilamente en ese entonces, mientras pasaba con lentitud las páginas de un libro que tenía en sus manos, desde su lado del sofá estaba acostumbrado a verlo de esa forma y era inevitable para mi pensar que era: una pequeña rata de biblioteca.
—¿Te vas? —repetí sus palabras sin mucho interés, mientras cambiaba de canal constantemente y dejaba descansar mi cabeza en el brazal del mencionado sofá.
—Me regreso a china, ya que he acabado la preparatoria, mi padre creo que es mejor que continúe mi educación en un ambiente más...
—¿Te regresan a la jaula de oro? Felicidades — dije para ese momento muy consciente de mis palabras mientras interrumpía las suyas, y sentía la mirada filosa que me dirigía..pero no debatía mi punto..¿porque lo haría? si él sabía que lo que había dicho era 100% real.
Pero como no esperaba que, me felicitara él a mí por mi deducción, dejamos de hablar y comenzó a ignorarme en su típico berrinche de niño rico, pero que sabía que conmigo no funcionaba, es decir estaba tan acostumbrado a que me ignoraran que lejos de molestarme me agradaba, váyanse todos al carajo mientras yo tuviera que comer y en que entretenerme lo demás sinceramente me tenía sin el menor cuidado...o eso pensaba, y con el pasar de los días se me hacía más obvio.
A partir de aquí puedo, adivinar nuevamente lo que esperan escuchar de mí...que por esta situación me fui preocupando más por ese niño? que gracias a esto estaba empezando a replantearme las cosas? Que por saber que se iría lejos comenzaría a descubrir que me gustaba o algo así?.
Pues no.
No fue eso, lo que me motivo a pensar el montón de blasfemia que acaban de leer, no fue precisamente el que se fuera lo que causo que los engranes de mi oxidado corazón comenzaran a moverse.
Sino el hecho inminente de quedarme solo.
Porque, lo admitiera o no es agradable tener compañía y él es una de esas pocas personas a las que le puedo decir lo que piense directamente a la cara, sin que se espante y se vaya..no, ese condenado crio siempre me ha enfrentado y era lo que más me gustaba y me gusta de él, que me haga frente que podamos gritar y pelear tan fuerte como nos diera la gana, a sabiendas que al día siguiente todo estaría normal , como una especie de pacto..lo acepto soy una persona conflictiva y antes de sentarme a la mesa a hablar de mis sentimientos..prefiero que las cosas se solucionen a golpes.
Eso es algo que cualquiera, que me conoce bien sabe de mí, como por ejemplo mi primo Yohane..y hablando de él, debo decir que es la persona más llena de paciencia que he tenido la extraña racha de conocer, él sabe de mi carácter, sabe de las cosas que he hecho o puedo llegar a hacer, sabe que si me hace enojar lo golpeare... y aun así desde un principio hasta ahorita quiso ser mi amigo, mentiría si dijera que no me importa o algo así...es más al principio fue raro de aceptar pero..bueno ahora podría decir que le tengo aprecio.
Sin embargo él no era Men, no trataba de hacerme enojar es más cuidaba que no me enojara... siempre con esa sonrisa en sus labios, esa manera tan amable y un poco torpe de ser...no es difícil deducir que me la llevo bien con él pero..a la misma vez siento que soy una bomba de tiempo con frustraciones que no puedo sacar. Por eso el solo pensar que no volvería a dejar salir mi bestia interior..como solo lo hacía con ese niño, me ponía de nervios, como si su presencia de alguna forma se hubiera vuelto necesaria.
—¡¿Puedes quitarte del medio?! —le grite, una de las tantas veces que lo mire pasar delante de mí en la sala, frente al televisor sacando de su antigua habitación unas enormes maletas, y al parecer dejando en esta solo lo básico.
—Si tanto te molesto, no te preocupes en 3 días me voy.
Y esa fue la gota que derramo al vaso, y sin prestar ya ningún tipo de respuesta me levante del sofá bastante enfadado, él percibió de inmediato lo que iba a venir a continuación a sí que sin más saco su lanza y me apunto con ella...podía engañar a quien quisiera con esa cara de enojo falso..pero no a mí, lo conozco demasiado bien , para saber que yo era el único enojado en esa habitación...él por otro lado se venía...triste, lo sabía por ese inusual brillo de resignación en sus ojos rubíes...yo lo sabía mejor que nadie, si no quería irse...entonces ¡¿por qué carajo lo hacía?! Oh..ya lo sé, para cumplir con los planes de su dichosa dinastía.
Como podrán adivinar...allí dio inicio a la pelea, que llevamos al menos unas horas en el jardín trasero, en ese momento le estaba dando con todo...es decir estaba tomando aquello como un enfrentamiento de vida o muerte...aun que si soy sincero era algo completamente involuntario...solo sé que estaba frustrado, enojado y lo único que quería era sacar esa tormenta de alguna forma, quería gritarle que ya no tenía por qué ser el estúpido títere de sus padres, que no tenía porque hacer todo tan jodidamente recto y bien! , que no tenía porque dejarme...
Sin embargo mi cuerpo fue el que hablo...y nadie podía culparme por lo que sucedió a continuación..nos besamos, digo "nos" porque aun si bien yo inicie con aquello..a Men no le tomo ni un segundo responderme, quizás fue un momento de debilidad, pero se aferro a mí con todas sus fuerzas...y comenzamos a enfocar nuestra energía en algo mucho más productivo que pelear.
Y de repente...
Supe que había encontrado lo que buscaba...cuando deje se sentirme frustrado y enfadado, para concentrarme únicamente en sus labios que se unían súbitamente con los míos, en un beso que lejos de ser tierno y lento..se volvía apasionadamente ansioso ...nada mal para ser el primero, pero aun podía mejorar, lo capte muy bien cuando apretó entre sus manos la tela de mí camisa.
Él me necesitaba a mí, tanto como yo lo necesitaba a él..y podíamos entendernos perfectamente, sin el uso innecesario de palabras.
Esa vez, ni siquiera sé cómo llegamos a mi habitación entre algunos besos choques de palabras y algunas mordidas...pero llegamos, no sabía si esa era la parte de la historia donde tenía que empezar a preocuparme por mis tendencias sexuales o por el hecho de tener entre mis brazos a nada más y nada menos que Men Tao, algo que muchos ni siquiera se atreverían a soñar, mucho menos a hacer por temor a las represarías que se podían tomar contra ellos..pero yo tomaría ese riesgo porque, por nada del mundo pensaba desaprovechar esa oportunidad.
Debo aceptar que recuerdo con agrado, como el cuerpo de Men temblaba entre mis brazos, se notaba tan fácilmente que jamás había estado con nadie...que incluso tocarlo era..como tocar algo sagrado o prohibido y era lo que más me gustaba...su corazón latía tan rápido y fuerte que podía escucharlo...algunos latidos se confundían con los míos, por supuesto que en esa ocasión trate de ser lo menos brusco posible..no me considero mal tipo para arruinar la primera experiencia de alguien y de cierta forma me sentía orgulloso de eso, aun que por supuesto que Men llego a utilizar la palabra "bruto" barias veces esa noche y a la mañana siguiente caminaba raro, eso también me hizo mucha gracia.
Y hablando de la mañana siguiente.
En ella fue que nos dimos cuenta de lo atrapados que estábamos en esto. Cuando desperté, él fue lo primero que vi mientras abotonaba su camisa blanca y trataba de acomodar su cabello con las manos, al menos hasta percatarse de que me encontraba despierto, entonces simplemente bajo sus manos y cruzo su mirada con la mía.
—Buenos días—me dijo sentándose al borde de la cama, entonces simplemente asentí y comencé a estirar mis brazos desde la posición en la que me encontraba —¿Dormiste bien?—preguntó a lo que respondí con una sonrisa de ante mano.
—Por supuesto —le dije, como no iba a dormir bien? No parecía una pregunta hecha por un sujeto tan intuitivo como él, aun que aprecia estar esperando algo más...algo que en ese momento no entendí, entonces lo escuche suspirar —¿Qué sucede? —pregunté algo extrañado por su actitud en ese momento.
—Olvídalo—declaro sin más mientras se levantaba a recoger el resto de su ropa, y ya yo no tenía ni la menor idea de lo que estábamos hablando.
—¿Qué pasa? —pregunté de nuevo un poco más cabreado, mientras me levantaba de la cama y empezaba a buscar mi ropa de igual forma que él.
—Tú...yo, esto...solo olvídalo.
El solo escuchar esas palabras, comencé a sentir de nueva cuenta retorcijones en mi estomago, producto de la frustración que amenazaba con regresar, ¿qué tenía que hacer para que ese condenado mocoso me entendiera?!.
—¿Y qué te hace pensar a ti que yo quiero olvidarlo?—él solo desvió la mirada, dándome a entender que no tenía ninguna respuesta para eso, pero se mantenía firme en sus últimas palabras...que necesitaba escuchar para que razonara? ¿qué? era la única pregunta que rondaba mi mente, acaso alguna cosa cursi? Me negaba a creer que fuera de esos, pero podía ver en su perfil que estaba nervioso.
Solo me acerca hasta él y lo abrace causando que se erizara un poco sorprendido (Siempre he sido mejor para acciones que para palabras), pero no se alejo de mí...entonces mordí mi labio inferior con recelo...porque era todo tan jodidamente difícil? Porque no podía entender que lo necesitaba a mí lado sin necesidad de decirlo? porque era tan...pero tan recto en todo lo que hacía?.
—No me hagas...ponerlo en palabras—le dije tomando su rostro entre mis manos, no sabía qué clase de expresión estaba poniendo...pero sus mejillas se tiñeron en un coloro rojizo que le hacía lucir bastante lindo, bese sus labios nuevamente y le escuche decir otras vez " Solo olvídalo" .
"No puedo, y no creo que tu tampoco puedas"
Sonrió, ¿eso era lo que había estado planeando escuchar?.
Bueno, a partir de ese momento "eso" paso un par de veces más antes de que se fuera, pero nos hemos mantenido comunicados desde entonces con: correos y de vez en cuando llamadas, las llamadas eran lo más importante..porque cuando Men se tomaba la molestia de llamar quería decir solo una cosa: pensaba regresar a Japón en algún momento.
Y era por eso, que ahora me encuentro aquí, en una pequeña cafetería, la mañana de un sábado perfectamente aprovechable, desperdiciado.
—¿De pocas pulgas, Asakura? Con lo neandertal que eres, me sorprende que no hayas destrozado todo este lugar. — y hablando del rey de roma, creo que divague demasiado, ni siguiera lo vi entrar.
—¡Men! ¿Tienes idea de cuánto tiempo te he esperado? En este lugar ya comenzaban a mirarme extraño!
— ¿Más de lo usual?—Y aparte de llegar tarde se cree con derecho de bromear.
—No empieces Tao... —le digo antes de tomar un trago de gaseosa, solo para darme cuenta de que ya está caliente, así no tiene buen sabor.
—Que genio —se encogió de hombros como de costumbre y se sentó delante de mí, colocando sus manos entrecruzadas al frente y sobre ellas su barbilla, siempre con se aire de elegancia solo propio de él, alce una ceja pero por supuesto antes de hablarme se dedico a pedir su café exprés con una ración de galletas dulces, es curioso pero aun no tolera lo que es completamente amargo o salado, creo que tiene paladar infantil —lo siento, tuve algunos inconvenientes para llegar...—y listo para él eso es justificación sufriente a las casi 3 horas perdidas de mi vida, suspiro no puedo esperar más.
—¿Los inconvenientes empezaron, antes o después de que saliste de tu mansión?
No le di mayor importancia, mientras robaba algunas de sus galletas, él se limito a soltar un suspiro y sacar su teléfono celular.
—Empezaron desde que este aparato no deja de sonar.
—¿Tu papi está preocupado, señorito?—me burle
—Muy gracioso...—gruño desviando la mirada, mientras se cruzaba de brazos—supuestamente, estoy haciendo un curso de economía y finanzas, quiere saber mi rendimiento.
—Entonces ¿te escapaste de tu curso para venir a verme?
Se sonroja, y no puedo evitar dejar escapar una sonrisa ¿quién lo creería de un niño bueno como Men? Casi me hace sentir orgulloso, es decir vamos! Está aprendiendo lo que yo siempre supe: las reglas se hicieron para romperse.
—La duración del curso es de 3 días y ese es el tiempo que me quedare, aquí...de todos modos los temas que darán ya me los sé de memoria. —tampoco esperaba que se fura sin tener trazado un plan, lo más probable es que tenga calculado hasta el último minuto de su estancia.
—Muy listo — admití de buna gana.
—En fin, ya que estoy aquí ¿tienes alguna cosa planeada? —preguntó sin mucho hincapié supongo, que es porque sabe que para mí las cosas salen mejor improvisadas, pero..no, esta vez sí tenía planeado hacer algo tan pronto lo viera.
—Pásame tu celular— le pedí, a lo que me miro extrañado — no te preocupes, no voy a romperlo — le asegure, bueno como ya sabrán, yo tengo mi carácter y más de una vez me a desesperado, el hecho de esperarlo mucho tiempo para solo mirarlo hablar por su carísimo teléfono marca Tao. Pero aun con sus dudas me entrega el aparato en el cual comienzo a teclear un par de humeros antes de regresárselo, y que volviera a mirarme con esa expresión que claramente era un gran signo de interrogación.
—Me compre un celular hace poco...—le confesé.
—Creí que no te gustaban—respondió con un inusual tono de sorpresa, mientras guardaba el aparato.
—Y no me gustan...pero en este siglo son necesarios, no queda de otra —resople, a lo que él respondió soltando una ligera risa.
—Entonces te viste obligado por presión social.
—No fastidies señorito...
Bueno, como dije desde un principio mi creencia siempre ha sido que la vida es una mierda aburrida, y la mía propia no es la excepción.
—¿Quieres ir al cine?
—¿Estas tratando de ser galante Asakura?
—Estoy tratando de que te calles al menos el tiempo que dure la película.
—Idiota...—sonreí solo un par como Men y yo podemos, discutir, besarnos y caminar al mismo tiempo, de alguna manera hay que aprovechar que las calles estén poco transitados.
Pero..¿en que estaba? así mi prospectiva de todo esto, la vida puede ser aburrida y monótona la mayoría del tiempo una mier...bueno ya saben, pero...no me quejo.
—Durante el tiempo que estés aquí ¿dónde te vas a quedar?
—Supongo que regresare a la pensión.
No señor, no me quejo.