Como se lo había prometido participe en todos los eventos que me propusieron, me esmere por ser el mejor en mi categoría, logrando hacer combinaciones de gran dificultan en una corta edad. En cada concurso que participaba esperaba verlo entre el publico pero en esos 5 años no lo vi ni una sola vez, lo único que atesora de el era aquel collar que me obsequio, aquel objeto que no retiraba de mi cuello en ningún momento, tal ves por miedo a perder mi único lazo con él, lo único que mantenía la esperanza de volverlo a ver, todos los días pedía que se me diese la oportunidad de volverlo a ver, y uno de esos en el evento en Merano, Italia, mi deseo se cumplió.
-Haynu, ¿me estas escuchando?-
-si, sensei-
-bien nos quedaremos 1 semana, el concurso será el día 6 y el 7 estaremos partiendo de regreso-
Habíamos ido un grupo, los mejores a concursar, pero yo tenia la esperanza de verlo en este evento mis ojos paseaban entre la multitud esperando ver su castaña melena y sus orbes azules, más no tuve éxito. En este tiempo podía darme el lujo de decir que había crecido, lo suficiente como para mi edad, media 1.67 aunque pesaba menos de lo que debería.
Pasamos los primeros 5 dias entrenando, debía de obtener un buen lugar si quería mejorar mi historial, mis compatriotas me brindaron su apoyo, mejoras para mi rutina y sus consejos, nos hospedamos en un lujoso hotel, aunque pasábamos más tiempo entrenando que paseando, fue en víspera del evento cuando lo volví a ver. Me encontraba solo, o dos había ido a almorzar, todos excepto yo, quería mejora una combinación con el triple Axel, pero me estaba costando, ¿Cuál era mi falla? ¿Por qué no podía aterrizar bien?, me quede pensativo en la pista, de nuevo comencé mi rutina, todo iba bien hasta que en el primer salto caí, de nuevo no podía, no, no debía pensar así, otra vez y fue el mismo resultado, de nuevo comencé la rutina salte de nuevo, el giro fue perfecto pero de nuevo caí emitiendo un seco sonido.
-maldita sea-dije golpeando con fuerza el hielo, tanto que m dolió la mano, mi respiración era agitada y mi cabello estaba pegado a mi frente debido al sudor.
-si sigues así terminaras lastimándote – todo rastro de furia se disipo cuando oí esa voz, la que había anhelado escuchar por 5 años, gire lentamente y lo vi parado frente a mi, ¿Cuándo llego? Estaba tan enfrascado en mi mismo que ni lo sentí, su rostro había cambiado levemente pero seguía teniendo los mismos rasgos, su cabello castaño más corto que el mío, que vale recalcar me llegaba hasta la mitad de la espalda, sus orbes azules clavadas en mi, su cuerpo más ancho y ligeramente más bronceado, tal ves debido a los ejercicios y al arduo sol, estaba más alto que yo tal ves 7 u 8 cm , pero seguía siendo el, su rostro se adorno con una sonrisa y me extendió la mano- levántate- obedecí sin chistar, al inicio con miedo, miedo e que mi mente me este jugando una mala pasada, pero cuando nuestras manos se juntaron supe que el era real, tan real como este momento, tomo con fuerza su mano levantándome y abrazándolo, había extrañado su perfume, su olor, su gruesa voz, todo y ahora lo tenia frente a mi.
-Patrick…-murmure hundiendo mi rostro en su cuello.
-Haynu – sus manos me rodearon apegándome más a el, ¿Cómo describir el sentimiento que me embarga? Con palabras es imposible, siento que el corazón retumba cual tambor en mi pecho, no quiero alejarme de el, no quiero soltarlo, pero lentamente se separa de mi. – ¿Cómo haz estado?-tengo tanto que decir pero todo se mezcla y me quedo sin habla cada intento muere en mi garganta, ¿Qué debería decir? ¿Bien, tanto que ni sentí que no estabas conmigo? ¿Me da igual? ¿Mal, por que no te he tenido, cada día te soñaba y recordaba los momentos que pasamos juntos? ¿Cuál seria su reacción? – Haynu ¿estas bien?-
-te extrañe, no tienes idea de lo mucho que te eche de menos – me sonroje cuando escuche mis propias palabras, seguro pensaría que soy cursi por decir tantas cosas raras, solo éramos amigos no era la gran cosa, más mi mente que do en blanco cuando sentí sus labios en mi frente y sus manos rodear mi cintura, sentía su respiraron en mi cabello, el era más alto que yo, correspondí el abrazo, me invadió un cálido sentimiento.
-yo también te extrañe, pe-que-ño – sonrió, aunque no lo vea, yo sabia que estaba riendo, lo conocía demasiado bien, su mano subió hasta quedar a la altura de mi cuello, un escalofrió me recorrió al sentir sus manos en mi cuello. –Veo que aun lo llevas contigo – dijo mientras tomaba entre sus manos aquel viejo collar que me regalo.
-nunca lo dejo, por que es especial –dije aun con mi rostro hundido en su pecho, no quería que vea mi cara, se aria cuenta del sonrojo que albergaba, tal ves se burlaría, claro que lo haría, ¿pero por que mi corazón no podía normalizarse?, sentía cosquillas en el estomago, anhelaba que volviera hacer lo mismo que hizo el día que se fue, pero que esta vez se quede conmigo, ¿acaso este sentimiento será lo que pienso? ¿Pero por que el?.
-¿especial?-repitió mis palabras tratando de alzar mi rostro, mordí ligeramente mi labio inferior, acto que fue notado-mírame-ordeno, sus manos acunaron mi rostro obligándome a verlo, sentía mi rostro arder, de seguro estaba más rojo que un tomate y el ya se había dado cuenta, sonrió de lado, ya lo sabia, sabia que se iba a burlar, cerré los ojos esperando que se riera más lo que sentí fue completamente diferente, abrí los ojos de golpe cuando sentí sus labios sobre los míos, encontrándome con sus orbes, me deje llevar, no poda luchar contra mis sentimientos, rodee su cuello con ambas manos, deseaba sentirlo, sus manos aprisionaron mi cintura con fuerza, un jadeo escapo de mis labios cuando mordió mi labio inferior, aprovechando tal acto entro su lengua en mi boca, la sangre corría a mis mejillas, tenia miedo, era mi primer beso de esa forma y era tan dulce, una nueva sensación, de pronto el frio de la pista se disipo, solo estábamos el y yo, poco a poco fui siguiendo su ritmo, se volvió una lucha por quien tomaba el control, nos separamos levemente para tomar aire y volverá a juntar nuestras bocas, estuvimos un rato así hasta que la falta de aire se hizo presente, nos separamos quedando unidos por un delgado hilo de saliva, desvié la mirada, la vergüenza se hacia presente, ¿Qué iba a pensar el de mi?.
-Pa-Patrick…-callo mis palabras con un beso.
- últimamente haz olvidado tu pasión pequeño-lo vi con una cara de interrogación ¿a que se refería?-hablo de tu salto, no debes forzarlo, lo haz estado haciendo bien todo este tiempo- ¿todo este tiempo?.
-eso quiere decir que tu, durante estos 5 años…-
-si, he estado al tanto de todo, y déjame felicitarte-me envolvió en un fuerte abrazo-sigue esforzándote, Haynu-
-¿Cómo?, quiero decir ¿de que manera te enteraste?-
-tengo mi contactos…esta bien, también estoy en el “mundo del hielo” –hablo dándole énfasis ala última frase, eso quiere decir, que también esta en un deporte, ¿Cuál seria?, ¿va a volver a Japón?-aun… ¿recuerdas nuestra promesa?- como olvidarla, aquella promesa me llenaba de alegría, esperando volver a encontrarlo una vez más, por aquella promesa había llegado en donde estaba.
-claro, no la he olvidado, desde que acepte este collar lo tengo presente día a día-dije mientras cogía el collar.
-me alegro, cumplamos nuestros sueños pequeño- comencé a escuchar voces, alguien, no de hecho muchas personas se acercaban, pude distinguir que se trataba de un grupo de Hockey, entre ellos estaba el papa de Patrick, la mirada que me lanzo fue fría, una que me hizo sentir temor, uno que no sentía hace años.
-Patrick mueve tu trasero, tenemos que practicar – hablo uno, era más alto y moreno que el resto, más no me gusto la forma en que me miro, no de hecho todos me miraban de una forma tan…extraña, ¿Qué era lo que tenia para que me miraran así?, lo mire confundido, me sentía incomodo.
-vaya, así qué el es el patinador eh-hablo un rubio quien jugaba con el equipo del deporte.
-adelántense chicos ahora voy –hablo poniéndose frente a mi, solté un suspiro de alivio al haber salido del rango de sus miradas.
-ba, ¿quieres un momento a solas con tu novia?-soltaron una sonora carcajada.-vamos no nos mires así, ya entendimos, nos vemos luego em…-
-Yuzui Haynu-hablo firme, tanto que sentí el vibrar de su espalda cuando lo dijo.
-eso- los chicos desaparecieron tras unas puertas, fue un momento muy incomodo, pero debía acostumbrarme.
-lo siento, son unas bestias, no todos créeme- me dio un beso en la frente – nos vemos luego-
-¿ras al evento de mañana?-pregunte desesperado, esperaba que viniera, si estaba aquí podría verme y eso me haría inmensamente feliz.
-hare todo lo posible, pero prometo que nos volveremos a ver- salió de la vista, vi su ancha espalda perderse por una de las puertas, un nuevo sentimiento me embargo, era tristeza, ese sentimiento lo conocía demasiado bien, pero aun tenia la esperanza de que viniera a verme, debía esforzarme por no cometer algún error, si debía entrenar.
-¿sigues aquí?-escuche la voz de uno de mis compañeros.
-Akira-san, creí que ya habías terminado de entrenar-dije saliendo de la pista.
-ya te dije llámame Naomi, te traje el almuerzo, sabia que te quedaras de largo, así que me debes una-dijo sonriendo triunfal, ella era una de las mejores, y también una gran amiga en la que podía confiar, su rostro era redondo y delicado, unos ojos rasgados y caídos, como si tuviese sueño, orbes marrones al igual que su corto y lacio cabello y era ligeramente mas baja que yo, nos sentamos en unas sillas cercanas, destape el taper y un agradable aroma me golpeo, era ramen.
-gracias, Naomi-san, ¿te quedaras a entrenar o volverás al hotel?-pregunte mientras empezaba a comer.
-de hecho vine por que el entrenador quiere que estemos allá, debemos de descansar para estar lucidos mañana-hablo animada-y así obtendremos los mejores puestos-hablo con la mano en alto.
-esta bien vamos-recogí mis cosas, y nos dirigimos a la salida, pero volví mi mirada por el lugar en el que lo vi salir, tal ves mañana lo volveré a ver, eso espero.