La habitación se encontraba en tinieblas, dejando únicamente pasar algunos cuantos rayos por entre los pesados cortinajes, el único sonido que rompe el silencio de la noche son los gemidos y jadeos que abandonan los carnosos labios del menor, quien se aferra desesperado a las sabanas bajo su cuerpo, sintiendo miles de escalofríos recorrer su cuerpo entero.
Sus corazones latían apresurados, sus cuerpos se rozaban sin prisa alguna, las largas piernas de ambos se enredaban, dejándoles sentir la dureza de sus miembros, haciéndolos jadear, calentando un poco más el aire a su alrededor.
Sus rostros estaban tan cerca que las largas pestañas de MinHo rozando las suyas le causaba cosquillas haciéndolo sonreír, apretando mas el cuerpo menudo del menor contra el suyo, rozando de nuevo sus hinchados labios en un beso pasional y desenfrenado, sus dedos se deslizaron aventureros sobre la ferviente piel del menor, haciéndolo estremecerse y jadear rompiendo el beso, la imagen de MinHo con el cabello pegado a su frente, sus labios hinchados, sus mejillas sonrojadas y sus hermosos ojos entreabiertos, era simplemente hermosa, mas aun anudándole el tímido resplandor de la luz sobre su piel pálida.
-Eres hermoso-le susurró contra sus labios, deshaciéndose de la única prenda que aun cubría el cuerpo del menor-simplemente hermoso-murmuró tomando con firmeza su pene acariciándolo juguetonamente haciéndolo jadear y retorcerse del placer.
-Ahng-gimió antes de morder sus labios, mientras sus dedos se aferraron al cabello suave del mayor jalándolo-¡Oh si!
ChangMin sonrió mordiéndole el labio inferior antes de bajar dejando un camino húmedo, hasta su miembro dándole una lamida, haciendo gritar al menor, su boca rápidamente se adueñó de su miembro haciéndolo perderse en un mar de sensaciones, siendo poco consiente de en qué momento un par de dedos traviesos comenzaron a dilatarlo lentamente.
Solo se dio cuenta cuando la boca de ChangMin se alejó de su entrepierna para ir un poco más abajo, uniendo su lengua a sus dedos, haciéndolo llegar a su primer orgasmo, gritando un fuerte “Yeah” mientras su cuerpo vibraba y se estremecía por el potente orgasmo.
La sonrisa que adornaba los labios del mayor le robaron el aliento, lo obligó a sentarse sobre sus piernas quedando nuevamente juntos, sus alientos cálidos chocaban mientras sus dedos se unían con fuerza.
Lentamente fue abriéndose paso por aquel estrecho pasaje, jadeando contra el cuello del menor, hasta llenarlo por completo.
Su mirada se fijo en el reloj sobre la mesa de noche, aun era temprano pensó con una sonrisita traviesa en sus labios, elevó un poco su cadera haciendo gemir fuertemente al menor, que apretó sus manos y mordió suavemente su hombro.
-Mueve tus caderas-le ordenó con un sensual y rasposo susurro al oído, obteniendo de inmediato lo que deseaba, sentir la estreches de MinHo amoldarse a su tamaño, mientras el descarado sonido de sus pieles húmedas al chocar lo excitaban un poco más.
Lentamente la habitación parecía ir aumentando su temperatura, hasta el punto de sentir que el aire comenzaba a faltar, pero eso solo lograba excitarles más, la mano libre de ChangMin se dirigió al cabello brillante, húmedo y revuelto del menor, jalándolo suavemente para chocar sus labios en un beso desenfrenado, con sabor a chocolate.
Las embestidas aumentaron su velocidad y fuerza haciéndolos gemir sin pena alguna, hasta llegar al tan deseado orgasmo, dejando marcas de su amor en la piel contraria, con sumo cuidado levantó el cuerpo de MinHo dejándolo sobre las cobijas para después recostarse a su lado.
Miró con cariño como MinHo luchaba contra el sueño que lo atacaba.
-Pensé que después de tanto tiempo soportarías como para una segunda ronda-le dijo burlón besándole con suavidad el cuello haciéndolo suspirar.
-¿Es que nunca estas satisfecho?-preguntó enredando sus dedos en el sedoso cabello del mayor.
-De ti nunca-confesó-¿Acaso jamás escuchaste la frase de “al cuerpo lo que pida”?, porque mi cuerpo pide al tuyo-le dijo guiñándole un ojo coquetamente.
El rostro de MinHo se coloreo de todas las tonalidades rojizas habidas y por haber.
-Estoy casi seguro que me pusiste algún hechizo-le dijo arrancándole una risa encantadora.
-Ya quisieras-le dijo robándole un beso-simplemente estas enamorado.
-Más que eso-le dijo acomodándose entre sus piernas-te amo.
-Yo también te amo-le dijo fundiéndose en otro beso.