HERMANOS
Primera Parte: Ecuentro
Llegué apresurado a la casa, en tu mensaje especificaste que hoy llegarías a la ciudad. Te fuiste tanto tiempo y tan lejos que me fue imposible el poder seguirte. La casa se ve solitaria, imagine que lo primero que harías al regresar era tirarte en la cama a muerto después de haber saqueado el refrigerador.
Alguien me llama y contesto rápidamente, el hombre al otro lado de la línea me indica que estas en el hospital por un accidente de auto, has sufrido un TEC y que es probable que vayas a tener secuelas graves o perdida de la memoria, por el lugar donde recibiste el golpe. Me apresuro para llegar al hospital, confío plenamente que es solo un susto pasajero, tú eres realmente fuerte.
El médico me informa que lograron contactarme ya que entre sus contactos del móvil el número de emergencia a llamar era el mío. Mientras que tu doctor sigue dándome explicaciones de cómo te encontraron y te llevaron al hospital, yo desvío la mirada hacia tu cama a través del cristal, mi respiración se vuelve cada vez más dolorosa y me cuesta no ir y sacudirte para que te despiertes y me digas que todo fue una broma.
Aquel hombre se va y me da permiso para verte más de cerca, más no para despertarte. Me acerco a ti y miro tu cara durmiente, realmente no has cambiado en estos años, sigues teniendo la misma cara de niño que cuando te fuiste, tu cabello está más largo pero conserva su color negro natural. Paso el dorso de mi mano por tu mejilla y me siento en una silla, lo suficientemente cerca de ti para poder contemplarte más tiempo, como esperando que en cualquier momento te despiertes.
No puedo evitar recordar cuando nos vimos por primera vez. No teníamos idea de quienes éramos y no me caíste bien para empezar. Tú te empezaste a acercar a mí, llevábamos juntos un curso general en el instituto y para buena o mala fortuna te sentaste a mi lado. Mi asiento siempre estaba al final junto a la ventana, aunque era un horno cuando llegaba la tarde por el sol, en las mañanas tenía la mejor brisa y la mejor vista. También ese sitio me permitía ignorar a los demás, mi sueño era estudiar medicina y el curso general que llevábamos juntos era el que menos me serviría, era mejor solo dejarlo pasar. Rápidamente te hiciste de amigos en el curso, pero cada vez que podías insistías para unirme a tu grupo. No fue sino hasta que unos brabucones buscaron pelea contigo por defender a una chica pelirroja, quien después me entere era Nami, a la cual acusaban de haber robado billeteras, que me enteré que eras adoptado. Aquellos hombres habían averiguado a tientas tu pasado e intentaron atacarte psicológicamente alegando a tu falta de padres. No te inmutaste, es más, estabas orgulloso de tu estado, después descubrí porque.
Al parecer el incidente se hizo público, de cómo defendiste valientemente a la chica en cuestión, y las preguntas de los demás no se hicieron esperar. Una palabra, solo una palabra bastó para cambiar mi mundo, cuando mencionaste los nombres completos de los que eran tus verdaderos padres. Kidd, un amigo mío, conociendo mi pasado señaló de manera escandalosa que yo también era adoptado y curiosamente tenia los mismos padres. Tus ojos voltearon a mirarme y brillaron de manera única.
Me negué profundamente al principio, al no recordarte negué primero tu existencia y cuando las pruebas apuntaban a todo lo contrario no hice más que ignorarte. Para mí era imposible que mi hermano pudiese ser alguien como tú, de maneras simples y nada refinadas, hacías lo que se te daba en gana y te reías de cualquier cosa de manera escandalosa. Esa fue mi primera impresión de ti y no ha cambiado con el paso del tiempo, solo ha adquirido un significado diferente. Tus maneras simples, muestran que no eres soberbio y transparente en tu forma de ser, cuando haces lo que se te da en gana normalmente es para algo bueno, aunque arrastras a la gente contigo, nadie se ha quejado porque siempre es por algún motivo y tu forma de reír tan escandalosa refleja tu alma de niño, también es lo que más extraño.
Me pregunto cuando empezó a adquirir otro significado, cual fue el punto donde deje de pensar que eres idiota a ser la persona más importante en mi vida. Antes tenía la falsa idea de ser alguien muy superado, ya que mis compañeros siempre me trataron como a un líder, obedeciendo, escuchando primero mis opiniones y llegando al punto de consultarme cuando querían hacer algo. Siempre usaron el sufijo “san” para referirse a mí, y aunque les dije que solo dijeran mi nombre ellos se negaron totalmente, inclusive quisieron cambiarlo por “sama”. Después de ese tipo de experiencia cotidiana, al ver como tus amigos te trataban como a un igual, a veces insultándote entre bromas o tratándote de idiota solo pudo alimentar la idea de que no eras mi hermano, aun así por insistencia de uno de tus amigos, el cual me comentó que querías acercarte más a mí, decidí darte una oportunidad.
Después conversar contigo en diferentes ocasiones, me di cuenta que no éramos tan diferentes. La misma música, los mismos programas en la TV, los mismos juegos, la misma comida, etc. No fue raro que después en las conversaciones grupales que me invitabas, termináramos comentando lo mismo al mismo tiempo. Descubrí que eras alguien interesante con quien no me aburriría nunca y me descubrí a mí mismo riéndome como no lo hacía en años.
La gente a mi alrededor que normalmente mantenía su distancia, empezó a acercárseme. No fue hasta que un comentario me hizo recapacitar el porqué del cambio de la gente a mí alrededor. No es que ellos hayan cambiado, sino es que yo para ellos he cambiado.
“Antes parecía imposible acercarse a ti Law-san, pensamos que eras una persona altanera pero nos equivocamos.” – dijo una de las chicas de mi clase.
“¿Cómo así?”
“Pues porque Luffy-kun nos lo dijo. Te veías diferente, mucho más relajado. No habíamos visto esa faceta tuya. Antes parecía que querías alejar a todos.”
Así fue, gracias a ti termine cambiando. Me hiciste mejor persona y mis sentimientos hacia ti crecieron, aunque desconocía de qué tipo eran. Fue cuando me dijiste que tu persona más importante llegaba de viaje. Me dolió tanto y tan fuerte que me preguntaba a mí mismo ¿Por qué yo no soy tu persona más importante? Los primeros días que esa persona llegó, no fuiste al instituto, fue el tiempo que tuve para reflexionar y ordenar mis sentimientos, no solo el que esté enamorado, no solo el que me guste un hombre, sino porque entre todos tu eres mi hermano.