Nuevamente la campana escolar sonaba, las clases estaban por dar inicio a un nuevo ciclo escolar, pero no iba a cambiar nada en la vida de Kibum, seguía siendo el mismo chico, tendría los mismos compañeros pesados y los mismos maestros pedantes, en la misma escuela para hombres. “Dicen que las cosas van a mejorar, pero ¿qué pasa si nunca mejoran?” pensó esa mañana mientras terminaba su “desayuno” si es que se le podía decir así a solo un licuado. Se limpió los labios y escucho los sonidos de besos, muack, muah, muak, miro lentamente a sus espaldas, allí estaban esos idiotas que tanto le molestaban, lanzándole besos y riéndose de él mientras decían cosas como “la princesa ya bebió toda su leche” “seguro que le gusta comer pollas también, debe gustarle más esa leche.” Comentarios seguidos de risas burlonas, apretó los puños y se resistió nuevamente, no iba a seguirles el juego.
- Oh disculpa princesita, ¿te enojaste? –escucho que el “líder” se acercaba a él.
- ¡Debe ser que desea de tu leche Soohyun! –más risas, bajo la mirada, no debía mirarlos o algo malo sucedería, su vida ya era lo suficientemente miserable como para que empeorara.
- Oye tú, mocosa –el líder lo tomo del cabello para que levantara la vista- ¡Mírame cuando te hablo!
- ¡Deja de molestarme! –grito Kibum, levantándose y zafándose del agarre, pero enseguida le propiciaron un golpe en la espalda y lo forzaron a sentarse nuevamente, sosteniendo sus brazos y tomándolo del cabello nuevamente.
- Ohh perdón, perdón damita, ¿te arruine el peinado? –rieron de nuevo, Kibum se sentía impotente y los miraba con un odio que habría matado a cualquiera, incluso los habría torturado y quemado antes de matarlo, claro, si las miradas matasen.
- ¡Cuidado Soohyun, te está mirando feo! –Dijo KyungJae burlándose más, mientras Sunghyun le tiraba en la cabeza lo que restaba de su raspado de mora azul a Kibum, le siguieron más risas.
- ¿Qué te has creído para mirarnos así eh zorrita? –dijo Sunghyun.
- ¡Te lo mereces! – Dijo Kiseop. Kibum sentía el raspado helado recorrer entre sus cejas sobre su nariz.
- Basta –sentencio Soohyun y tomo a Kibum de la barbilla- ¿Qué? ¿Quieres un beso princesa? –se mofo mientras Kibum sentía ganas de golpearlo, le escupió en la cara, todos se asombraron y enfadaron, le jalaron el cabello y quitaron su chaqueta del uniforme, la corbata también y comenzaron a golpearlo, Kibum forcejeaba, hasta que llego la profesora, una mujer de unos 40 años, era de los profesores la más amable, y su amabilidad era poca.
- ¡¿Qué está pasando allá atrás?! –grito enfadada y se acercó al grupo, los 5 chicos se alejaron y se sentaron rápidamente, llevándose la ropa de Kibum, él se levantó con intención de golpearlos también pero la profesora se interpuso en el camino. - ¡Kibum! No te atrevas a empeorar las cosas. –gruño y fulmino a sus alumnos con la mirada- ¿Quién tiene la corbata y chaqueta de Kibum? –nadie contesto- Bien. 3 puntos menos para toda la clase si no aparece antes de las 12. –todos protestaron, la maestra miro a Kibum y suspiro- Ve a la enfermería, tu labio está sangrando.
- Si maestra… -murmuro Kibum limpiándose el labio y arreglándose el cabello y camisa al tiempo que se levantaba, alzo la frente y paso junto a sus agresores sin inmutarse, manteniéndose orgulloso, muchos le chiflaron y los agresores rieron, ¿Por qué debían ser tan estúpidos todos en esa escuela? Y si había gente buena ¿por qué no estaban en su salón? Todo porque le gustaba ir a la moda, verse bien, no le gustaba comer demasiado, no quería que también lo molestasen por eso.
Al salir del salón cerró la puerta y se tallo los ojos levemente, los odiaba, a todos ellos, fue a paso lento a la enfermería, tratando de olvidarlos, pero le era difícil, ¿Cómo olvidar el único contacto que tienes cuando estas totalmente sólo en el mundo? Naces sólo y sólo morirás, al menos Kibum lo pensaba siempre de esa manera, era así desde que “él” se mofó de él durante tanto tiempo.
En el primer año hubo un estudiante, Choi Minho, todo esto era su culpa. En una fiesta a principios del ciclo escolar Kibum probó la sensación de estar ebrio completamente por primera vez, pero había un video que le recordaba lo que hizo esa noche.
Había chicas, todas muy guapas, dos de ellas, Tiffany y Taeyeon bastante alcoholizadas decidieron retar a Kibum y a Minho para que se besaran, pues Minho había sido el único amable con Kibum desde que inicio el instituto. Minho dijo que ellas deberían hacerlo si querían que el besara a Kibum, ellas accedieron y coquetamente se acercaron a, con miradas juguetonas, para luego besarse, intensamente, parecía que no querían separarse, todos los chicos y chicas estaban entusiasmándose de más con eso, cuando Tiffany se separó miro a Minho retadoramente. Y de allí la vida de Kibum se volvió un infierno.
Minho lo tomo de los hombros y lo beso, lentamente, sin prisas, y el correspondió, abrazándolo del cuello, que gran estupidez cometió. Ese video ahora estaba en toda la red, en todas sus redes sociales preguntaban por ello y se burlaban, pues días después se enteraron de que a Kibum le gustaba verdaderamente Minho, pero él lo rechazo, frente a toda la clase, fríamente, Kibum nunca entendió porque decidió mostrarse como era hasta el final, Minho le mintió, jamás lo quiso como algo más.
Y ahora todos se burlaban de él, de que era gay, de que se esforzaba por su apariencia, de que era femenino a veces. ¿Estaba mal amar a alguien?
Se recostó en la cama de la enfermería una vez que la enfermera curó su labio y se había lavado el cabello, en silencio, sobre la cama dura de la enfermería dejo escapar dos lágrimas. Quería huir, pero no podía, no había salida, porque ya todos en ese malditamente pequeño lugar sabían de él y no podía cambiarse de escuela, siempre sería lo mismo, no podía salir todavía sin adultos, y sus padres dejándolo a su suerte tampoco ayudaban, no había comunicación con ellos, simplemente le pagaban el departamento donde vivía, y él no sabía dónde estaban ellos ahora. Su padre lo negaba, desde siempre, porque desde pequeño le gusto verse bien, jugar con muñecas, no ensuciarse, ver premios de moda, siempre, y su madrastra apoyaba a su padre. ¿Era tan malo? ¿Qué pasaba con eso de que los gays tenían más libertades en esta época? ¿Por qué parecía que fue a parar al único lugar donde todos eran homofóbicos?
Dejo de pensar en las horas, se quedó en la enfermería hasta quedarse dormido, no importaba realmente, estaba empezando a considerar dejar de asistir a clases, pero sus padres se enterarían y su padre seguramente lo dejaría en la calle, aún no era lo suficientemente valiente como para suicidarse y no quería vivir en la calle, al despertar ya eran 11:30, pronto sería el descanso, debía pensar donde esconderse hoy, salió con cuidado de la enfermería y fue rápidamente al patio, aún estaba vacío, pronto fue al “callejón” que había entre dos de los edificios y escalo la rejilla de metal que impedía el paso al otro lado del callejón, salto de allí y subió unas escaleras pegadas a la pared que habían allí con cuidado de no ser visto por nadie hasta llegar al techo, al cual se suponía nadie debía llegar, se apoyó contra la pared de un pequeño cuarto que había allí, en el cuarto guardaban cosas de emergencia. Suspiró, a veces le daban ganas de saltar del edificio sin más, pero como ya se dijo, no era lo suficientemente valiente para hacerlo.
Sacó su celular de su pantalón y le envió un mensaje al único amigo que conservaba de su secundaria, Jinki.
<<No aguanto este lugar. Ayúdame.>>
Casi inmediatamente recibió respuesta.
<<Mantente fuerte. Las cosas ya empeoraron demasiado, ahora solo queda que mejoren, no es el final hasta que todo acaba bien.>>
- ¿Hasta que acaba bien… eh?... –murmuro entre un suspiro, él solo deseaba a alguien, no amorosamente, solo a alguien que le hiciera confiar nuevamente, saco una pequeña navaja de su otro bolsillo y realizo un corte en su muñeca, pequeño, no muy profundo, en la parte contraria a donde se veían sus venas, suspiro mientras sentía una gota de sangre recorrer su piel y cerró los ojos, esperando a que todo acabara.
Entonces escuchó unos pasos. Abrió rápidamente los ojos, asustado ante la posibilidad de que fuese Soohyun y esos andrajosos, no era que le intimidaran, pero si le hacían sentir como una mierda, trago leve y al levantar la mirada vio a un chico rubio, más bajo que el, aunque no tanto, con ojos brillantes y mirada curiosa, jamás lo había visto, y sabía que no era de esa escuela pues llevaba unos jeans entubados negros y una camisa roja con el nombre de un ninja famoso junto con una chamarra simple blanca con rayas azules horizontales.
- ¡Perdón! Te desperté… -murmuro el chico y entonces vio la sangre en su muñeca, lo miro seriamente, durante unos segundos hasta abalanzarse a el y quitarle la navaja- ¡No te mates! –gritó a todo pulmón, Kibum solo abrió los ojos de sobresalto y se pegó lo más posible a la pared.
- ¡No voy a suicidarme idiota! –Gritó y lo miro bien, parecía que estaba soñando, ese chico, viéndolo de cerca, era bastante atractivo, lo empujó en seguida- ¡Dame mi navaja estúpido! –se levantó rápidamente.
- ¡No! –dijo firme el otro hecho bolita en el suelo, Kibum suspiro y se puso una mano en la cintura, mientras la otra masajeaba el tabique, justo entre sus cejas- ¡El suicidio no debe ser tu opción!
- No seas ridículo, me costó muy cara, dámela. –gruño leve, fastidiado.
- ¡Te la daré cuando este seguro de que no te harás daño!
- ¿Eres tonto o te haces? –el contrario lo miraba determinado, mientras se cruzaba de brazos con una postura de diva. El más bajo lo miraba fijo, se sentó y negó con la cabeza, Kibum alzo una ceja.
- ¡No lo soy, soy Jonghyun, el súper defensor galáctico de los tristes y desamparados! –seguido de esto se levantó haciendo una pose extraña de fanático.
- Solo eres un otaku. –declaro Kibum con el ceño fruncido, pero no parecía estar realmente enojado, solo fastidiado y extrañado.
- Bueno, así es, sí. –dijo el más bajo con facilidad, sonriéndole tontamente - ¡Pero de verdad soy un héroe! –hizo otra pose, bastante ridícula, Kibum no pudo evitar hacer una mueca y reírse levemente.- ¿Lo ves? –sonrió Jonghyun – Hace un momento parecía que llorarías y ahora estas riendo, soy un héroe.
Kibum al darse cuenta de eso se sonrojo tenuemente de vergüenza y lo miro fijo, ¿De dónde había salido este chico?