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Nuestro secreto por SungYeol

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Notas del fanfic:

Esto es algo que me pasó en un juego de rol. La verdad no soy de escribir mucho, realmente nunca lo hago pero esta situación me tiene un poco mal y creí que debía escribir sobre ello. es la primera vez que comparto algo como esto y espero que sea de su agrado.

Encerrado de nuevo en esas cuatro paredes que conocía a la perfección, un silencio de muerte y la fría oscuridad que lo decía todo: “Estás solo”. Llevaba ya algunos días sin comer, su piel había cambiado de un color lechoso a uno pálido en apenas unas semanas, pero el recuerdo de ese hyung era los que más lo lastimaba.

Sung Yeol y Dong Woo se habían conocido en una cafetería hacía apenas medio año. Comenzó con una amistad, ambos salían juntos todas las mañanas a comer o a jugar un rato y pasaban hasta después del medio día juntos.

 

─ Hyung… ¿Me darías un beso? ─Preguntó Yeol entre lágrimas.

─ ¿Para qué quieres un beso? ¿Quién te hizo daño? ─Respondió el mayor algo alterado. Tenía tiempo mirando al chico alto como más que un amigo, pero no podía declararle sus verdaderos sentimientos, Sung Yeol tenía novio y debía respetar eso. ─Fue el idiota de tu novio, ¿cierto? Ese maldito me las va a pagar…

─ Sólo dame un beso… ─ El más joven no paraba de llorar, su corazón estaba destrozado y necesitaba el consuelo de alguien.

El mayor asintió con la cabeza y segundos después se encontraba con las manos tomando la cintura del chico más alto y los labios unidos a las rojas carnosidades de su amigo.

 

Sung Yeol estaba casado, Dong Woo estaba casado, pero los dos aún sentían algo por el otro. A Yeol lo mataban los celos cuando Myung Soo, el esposo de Dino, le decía lo mucho que lo amaba. A Dong Woo lo consumía la rabia cada vez que pensaba en Sung Yeol haciendo el amor con otra persona que no fuera él.

Caminó hasta su habitación a paso lento, observando con a tención cada detalle de su casa, la casa que su esposo le compró cuando cumplieron dos meses de casados.

¿Cuándo cambió todo? Eso no los sabe, la amistad, el amor… Todo se agotó de un día para otro. ¿Qué fue lo que hizo mal? Tampoco lo sabe, el mayor ya no contestaba sus llamadas ni sus mensajes

Se escuchó el crujido de la habitación al abrirse. Muchos recuerdos se hicieron presentes en ese momento, recuerdos con su esposo y recuerdos con Dong Woo hyung.

 

─ Eres mi droga, Sung Yeol ─ Musitó Dong Woo mientras aspiraba el aroma del cuello del menor. ─Me gusta cada vez que hacemos el amor, cuando me tocas y cuando me besas.

─ Hyung… Nosotros ya no deberíamos estar viéndonos, no para hacer esto.─ La culpabilidad lo estaba matando, amaba a su esposo, amaba a Dino, pero la conciencia lo carcomía por dentro cada vez que llegaba a su casa y su esposo lo estaba esperando con la cena lista y una sonrisa en el rostro.

─ ¿Estás diciendo que ya no me amas? Ahora amas a ese perro de Jung Min, ¿verdad? ─La rabia estaba llenando su ser.

Dong Woo dejó a su primer esposo para poder estar con Yeol, pero las cosas no pintaron bien en ese momento, pues el chico alto no pudo hacer lo mismo, Park Jung Min era más que su esposo, fue la única persona que estuvo realmente con él la primera vez que se vio derrumbado.

 

Se paró frente al espejo y no le gustó lo que vio, llevaba unas ojeras bastante grandes y los labios resecos, sin color, se veía más delgado cada vez; a Dino nunca le hubiera gustado verlo así, pero eso ya no importaba, ahora era un perfecto extraño para quien alguna vez fue su mejor amigo, su amante, su novio secreto.

Buscó entre los cajones de cada mueble que había en la habitación hasta encontrarla, estaba algo arrugada, sucia y con pequeños agujeros. La hoja dejo de ser color blanco y ahora era de un tono amarillento. Una carta que le había hecho la primera vez que decidieron estar juntos.

Regresó a la cocina con una sola idea en la mente.

Ya casi no veía a su esposo por su comeback en Japón, y no había nadie más a quien recurrir. La vida se estaba volviendo muy vacía para él, sin nadie que pudiera escucharlo, sin nadie que entendiera sus problemas.

Las lágrimas recorrían sus mejillas, cada vez con más frecuencia mientras sentía el frío del delgado filo de la navaja que recorría le ancho de sus muñecas. Mientras eso pasaba un último recuerdo se hizo presente, algo que tal vez nunca debió recordar.

 

─ Quiero que tengamos una última cita, que hagamos como si fuéramos esposos. Por favor, dame eso por última vez. ─La voz de Dino fue clara, estaba seguro del o que decía y Sung Yeol estaba de acuerdo.

Esa última noche ambos se arreglaron con ropa de pareja y salieron a cenar. Dong Woo reservó una mesa en un buen restaurante, con una cena hecha solo para los dos y el mejor vino que el restaurante pudo encontrar.

Luego de la cena, Sung Yeol preparó una última sorpresa para su “esposo”, lo llevó caminando hasta una pequeña tienda escondida en un rincón de HongDae. Dejo a su mayor esperando un rato afuera mientras él entraba al lugar. Pasaron unos minutos, tal vez quince, hasta que salió con una cajita en sus manos.

─Cierra los ojos, hyung. ─Musitó el menor al tiempo que sacaba una cadena de la cajita, de la cual colgaba un pequeño dije con forma de corazón y lo colocaba alrededor del cuello del más bajo. ─Ábrelos hyung…

Dentro del collar habitaba una foto de ellos. La misma foto que el más joven sacó mientras estaban esperando la cena y se besaron.

Volvió a tomar la mano del chico de más baja estatura y entrelazó esta vez sus dedos.

Así el último recuerdo que Yeol tendría de él sería cuando se demostraron por última vez su amor.

 

Un camino se marcó en color rojo de la silla en la que estuvo sentado hasta el sofá color negro en el que ahora se encontraba. Una pesada lágrima resbaló por su mejilla al recordar las caricias, los besos y ese “Te amo” de la última vez que hicieron el amor.

Y junto a la vieja carta que Yeol encontró ya escrita, ahí en una esquina de la mesa, yacía una nueva carta escrita con la misma caligrafía, el chico alto plasmó sus sentimientos en algo que tal vez nunca leería la aquella persona de labios peculiares que tanto amaba.

Sus ojos se perdieron en el vacío y su mirada se tornó fría, tan fría como aquella habitación en la que estaba, tan fría como su cuerpo.

Una última lágrima resbaló por su pálida mejilla y cerró los ojos con pesadez y se perdió en la oscuridad. Su último pensamiento fue Dong Woo hyung.

 

 

Febrero de 2014

Hyung, ¿recuerdas cuando fue nuestra primera cita? Tú me llevaste a comer hamburguesas y no dejabas de meterme la comida a la boca, me preguntaste muchas cosas ese día, pero yo no estaba seguro si responderlas o no…

Yo… No es para eso que estoy escribiendo esto, sólo quiero despedirme.

Tú me enseñaste muchas cosas, me enseñaste lo que es la amistad. Pero yo quiero ser algo más que tu amigo.

No sabes lo celoso que me pongo cada vez que estás con Myung Soo, lo mal que me sentí cuando me dejaste en el hospital y te fuiste a cuidar de él; yo fui a buscarte y solo los vi besándose, eso me dolió mucho y me destruyó por dentro.

Sé la carga que represento para ti, estás descuidando de tu esposo para estar conmigo porque tienes miedo a que haga una tontería. Ya no será así.

Voy a escribirte estas palabras y me iré a costar, cerraré mis ojos y entonces me quedaré profundamente dormido. Tú llegarás a mi casa y me verás sobre el sofá, pensaras que estoy dormido y una sonrisa se dibujará en tus labios, entonces descubrirás la carta sobre la mesa, estará un poco sucia de sangre, lo siento por eso, y leerás esto que estoy escribiendo. Entonces sabrás que no estoy dormido y vendrás a mi lado, intentarás despertarme pero ya será tarde, estaré descansando y mi llanto por fin habrá terminado.

Te amo

Sung Yeol.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, es la primera vez que escribo algo como esto.


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