Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Día a día. por MartitaDragon09

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esto lo iba a presentar a un concurso de mi instituto... Pero por diversos motivos no lo presenté y no quería que se quedase en mi ordenador muerto de risa. Por eso he decidido compartirlo. Espero que os guste.

Notas del capitulo:

Lean.

Día 1:

No ganaba con preguntarse qué hacía allí a esa hora y con esa gente. La noche anterior se encontraba en su habitación de hospital en la que ya llevaba casi tres meses y ahora amanece en un sitio totalmente diferente, rodeado de médicos y aparatos raros, eso no cambia. Pero la habitación es distinta, ésta no es blanca, sino que tiene un leve color verde celeste en sus paredes. Hay una gran ventana, desde ella se ve el mar. Un momento, ¿se ve el mar?

-¿Dónde estoy? – consigue pronunciar despacio.
-Ya ha despertado. – comenta un señor acercándose a su lado mientras revisa una de las máquinas – Esta noche ha sido trasladado por petición del Señor Choi, afortunadamente no ha sufrido ningún percance en el proceso y se encuentra sano y salvo.
-Corrija sus palabras doctor. – susurra – Ni estoy sano, ni estoy salvo. – continúa dejando perdida la mirada en aquel mar que se ve desde la ventana – ¿Dónde está el Señor Choi?
-Ahora mismo le dejamos pasar, tenemos que terminar de asegurarnos que se encuentra en perfecto estado. – le responde el médico con una sonrisa.
-Una vez más vuelve a usar palabras erróneas. – termina diciendo cerrando sus ojos.

Perfecto estado, ¿cuánto tiempo hace que no se encuentra en perfecto estado? Hace tanto que parece que hayan pasado siglos.

Se deja perder en sus pensamientos hasta que siente como la habitación queda en silencio. En silencio no. Hay una cosa con un pitido insoportable que no hay quien la aguante. Ha perdido la cuenta de cuanto tiempo lleva escuchándola pero aún no se hace a ella. El pitido aumenta una vez nota un peso hundir el colchón en el que se haya tumbado. Sin poder evitarlo una sonrisa se dibuja en su rostro y abre sus ojos despacio.

-Me has dejado solo mucho tiempo. – se queja haciendo un puchero.
-En verdad no. – le contradice – No me he movido de tu lado ni un solo segundo desde que ayer por la noche cerraste los ojos, pero ahora los médicos tenían que instalar todas las cosas aquí y yo también me tenía que instalar claro.
-¿Dónde estamos Seung Hyun? – pregunta volviendo a mirar por la ventana.
-¿Hace tanto que no venimos aquí como para que no lo recuerdes? – responde con otra pregunta el nombrado regalándole una sonrisa.

Pone su cerebro a funcionar, observa el mar como si de él fuese a sacar la respuesta. El mar… ¡Claro! Ahora un océano de recuerdos vienen a su mente, desde que ambos eran niños. Recuerdos desde que jugaban en la arena haciendo castillos de arena hasta cuando salían por la noche y no volvían hasta la mañana siguiente.

-¿Qué hacemos en Isla Jeju? – pregunta mirando a Seung Hyun quien sonríe más ampliamente al ver que ha reconocido el lugar.
-Bueno, aquí nos conocimos de niños. – empieza a narrar – Pensé que te gustaría volver a venir aquí después de tanto tiempo. Pensé que podría hacerte bien.
-Mientras tú estés cerca de mí me da igual el donde.

Seung Hyun se echa sobre su pecho escuchando los suaves latidos de su corazón. Su pelo es acariciado por la mano del otro y algo se pone en su estómago. Regula su respiración al ritmo de los pitiditos, coincidiendo con los latidos ajenos. Necesita controlar ese algo, ese algo que solo deja que le supere cuando nadie le ve, cuando nadie le escucha.

Día 2:

Ayer Seung Hyun estuvo todo el día conmigo. Recordamos mil cosas de cuando éramos. Tampoco hace tanto tiempo de aquello, pero está bien traer de vuelta esos recuerdos. Aún es pronto para que Seung Hyun venga, apenas y está saliendo el sol. El mar se ve tan hermoso bañado por esos colores naranjas.

No tiene control del tiempo, quizás ha pasado una hora, tal vez dos, pero Seung Hyun hace presencia en la habitación sonriente como cada mañana.

-¿Cómo has amanecido hoy? – pregunta con un tono suave sentándose en la cama.
-El amanecer me ha recibido. – responde mirando por aquella ventana – Sigue siendo tan hermoso como siempre.
-Bueno, el amanecer no es lo único que sigue siendo tan hermoso como siempre. – añade Seung Hyun acariciándole el rostro.
-Tienes razón. – susurra poniendo su mano sobre la de Seung Hyun sintiendo el calor de ésta en su mejilla – Creo que sigues siendo tan hermoso como cuando te conocí, miento, ahora lo eres más.

Seung Hyun empieza a reír y él le acompaña con suaves carcajadas. Hace semanas que eso no pasa, esto es buena señal, ha de serlo.

-No estaba hablando de mí. – dice Seung Hyun contemplando la blanca sonrisa del otro.
-Pero yo sí.

Con ese último comentario vuelve a hacer reír a Seung Hyun. Hay cosas que nunca van a cambiar.

Día 3:

Siento como algo me zarandea, ¿por qué? Quiero dormir. Ni estando enfermo le dejan dormir a uno. Si ni mis párpados responden. Exacto, no os abráis quedaros así aunque sea un par de horitas más.

-Como no te despiertes te lo vas a perder.

Esa voz escuchada en la lejanía no puede ser de otra personas, sus sentidos se ponen en alerta y hace lo posible para que su cuerpo responda lo más rápido que pueda.

-¿Seung Hyun? – sale de su boca intentando que sus párpado den la bienvenida a un nuevo día.
-Ya era hora. – responde el nombrado satisfecho – Ayer me pediste que viese el amanecer contigo como cuando éramos niños y ahora me encuentro con que no te despiertas.
-¿Quién ha dicho que no estoy despierto? – cuestiona aún con un ojo cerrado mientras recuerda como le pidió ayer que el día de hoy le acompañara en este momento.
-Tu cara me lo dice. – responde Seung Hyun riendo.
-Pero si aún es de noche. – se queja cuando descubre que los rayos del Sol ni si quiera amenazan con salir.
-Deja de quejarte y vamos a esperar, si espero a despertarte cuando ya esté amaneciendo vemos el atardecer entonces. – dice haciendo que el otro se enfurruñe.

Así esperan a ver como el horizonte es bañado con los primeros rayos del día. Esa luz naranja no solo baña el mar y el cielo, sino que el verde de la habitación toma otra tonalidad. Al igual que el moreno rostro de Seung Hyun, más hermoso que el propio amanecer.

-Se supone que hay que mirar el amanecer, no mi cara. – dice Seung Hyun sonriendo sin apartar la mirada del horizonte.

Como si hubiese hecho algo malo, vuelve a prestar la máxima atención al mar anaranjado que embellece aquel paisaje.

-¿Sabes qué día es hoy? – pregunta Seung Hyun.
-Para mí todos los días son iguales. – responde dejando de mirar por la ventana ahora que el sol ya ha salido completamente.
-Pues hoy no es un día igual a los demás. – corrige Seung Hyun – Hoy es ocho de agosto.
-Vaya, un año más que he conseguido estar vivo. – dice mirando a la pared verde.
-No lo digas así, deberías alegrarte de ello. – continúa Seung Hyun sonriéndole.
-¿Crees que vuelva a ver Seúl? – pregunta mirando los ojos de Seung Hyun – Quiero decir, a verlo como antes de que estuviese así, poder ir a donde quiera, cuando quiera, sin preocuparme por nada. – no puede evitar soltar una carcajada sarcástica – No hace falta que respondas, sé la respuesta a eso, pero por increíble que parezca hoy siento que tengo un poco más de fuerza, siento que estoy más vivo que ayer.

El doctor interrumpe la escena, como ya había hecho los dos días anteriores va a ver como se encuentra. Él se muestra ajeno a todo lo que hace. Solo quiere que salga por la puerta para que vuelva a entrar Seung Hyun.

Cuando el doctor abre la puerta para marcharse, Seung Hyun está esperando al otro lado. Intercambian alguna información que él no puede llegar a escuchar y solo ve como Seung Hyun tensa su mandíbula y cierra los ojos durante escasos segundos. En cuanto el doctor desaparece la sonrisa vuelve a su rostro y regresa junto a él.

Día 4:

No siento que Seung Hyun me quiera despertar, quizás aún no amanezca. Ayer me dijo que hoy volveríamos a ver el amanecer juntos. Pero aquella única lágrima que derramó al despedirse de mí sigo sin encajarla. Si no me despierta él no quiero abrir los ojos, ¿para qué? Si dijo que vendría a despertarme que lo haga, sino no me despierto. Tampoco sé la hora que es quizás sea de madrugada.

El doctor ya ha venido, por lo que tiene que ser de día. ¿Seung Hyun por qué no vienes? Ya te has cansado de estar con un enfermo, ¿es eso verdad? Es comprensible que te hayas cansado, lo entiendo, debe de ser pesado.

Todo está tan silencioso, siento un dolor en el pecho que me lleva acompañando todo el día, y sé que ese dolor no es por estar por enfermo. Debe ser tarde, tengo sueño y estoy cansado, aunque no sé de qué porque hoy ni si quiera he articulado palabra. Quizás el silencio agote.

Aunque el silencio no es total, el maldito pitido ese no se calla ni aun así lo maten, me saca de quicio, ¿cuánto me lleva persiguiendo ese sonido? ¿Un año? ¿Dos? No, más de dos y no se calla nunca. ¡Es que nadie puede callar ese trasto?

Vaya, ¿lo he dicho en alto? Se ha callado. Esto si es auténtico silencio.

-¿Ji Yong? – escucha decir a lo lejos.

Creo saber de quién es esa voz, pero no puede ser, se había ido. Quizás no se había ido y simplemente tuvo algo que hacer.

-¿Ji Yong?

Ji Yong abre los ojos es él. Ábrelos de una buena vez.

-¿Seung Hyun? – pregunta dudoso aún sin poder abrir los ojos.
-Sí Ji, soy yo, estoy aquí. – responde seguro.
-¿Cómo es que ya no suena el pitido ese? – pregunta intentado forzar sus ojos a abrirse.
-¿Pitido? – pregunta Seung Hyun – Ya no hay pitido Ji Yong, ya solo estamos tú y yo.

Ji Yong siente como es rodeado por unos brazos y sus labios son sellados por los de él. ¿Cuánto tiempo hacía que no le besaba? ¿Un año? ¿Dos? No, más de dos. Un momento. Sus ojos se abren de golpe encontrándose con una claridad sobrenatural a la cual no necesita acostumbrarlos.

-Si el pitido ha cesado, ¿cómo estás aquí? – dice cuando se encuentra con los ojos negros de Seung Hyun.
-¿Me creías capaz de vivir en un mundo en el que tú no estuvieras?

Notas finales:

Espero que os haya gustado.

Gracias por leer y comenten. C:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).