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Los Chicos Malfoy . por Vanessa Potter

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Notas del capitulo:

ESTOY DE VACACIONES..........

 

POR DOS MESES. ¡YEYYYY!

 

¿Saben que significa? Muchisimas más actualizaciones y claro que más historias.

 

En cuanto Malfoy despertó, Harry fue rápidamente sacado del lugar -sin siquiera poder decir nada- por un furioso Snape y una fría Astoria. Y para cuando la puerta se cerró en sus narices, Harry pudo oír los gritos de emoción de Astoria –así como sus sollozos- y los gritos enfurecidos de Snape, que pronto se silenciaron.

 

Tal vez usaron un hechizo pensó el moreno caminando a su sala común.

 

Camino con la mirada perdida en sus zapatos con un millón de pensamientos poblando su mente, Malfoy, bebé, Astoria, Snape, Muerte, Dolor y, la peor palabra de todas que Harry había pensado: Matrimonio.

 

La sala común estaba medio llena cuando por fin atravesó el retrato, vio a sus amigos sentados frente a la chimenea hablando y riendo, pero no se sentía de humor, aún era capaz de recordar los chillidos de Astoria y los gritos de Snape. Por eso decidió quedarse en su habitación hasta que llegara Voldemort a matarlo personalmente.

 

No funciono. Hermione lo había visto y ahora lo miraba muy enojada.

 

-¿Dónde has estado Harry?

 

-Por ahí.- No iba a decir nada sobre lo de Malfoy, no porque se lo hayan pedido. Más bien, no era capaz de pensarlo siquiera, ¿Cómo iba a decirlo en voz alta?

 

-¿No has estado siguiendo a Malfoy de nuevo verdad? – Hermione se había puesto de pie y lo fulminaba. Si Harry no estuviera tan nervioso por lo de Malfoy, tal vez le hubiera gritado a Hermione.

 

-¡Si, Hermione! ¡Has adivinado! – Mentiras, nervioso o no, Harry siempre gritaba últimamente cuando se metían en su vida.- ¿Y sabes qué? Tengo en mi habitación una bitácora sobre los horarios de Malfoy.

-¡Basta Harry! ¡Cierra la boca! –Hermione también empezaba a gritar y sacar su carácter.

 

-¡Tienes razón! Tengo que ver a qué hora ira a orinar.- Vio la sonrisa de Ginny y Ron y sonrió.- Si me disculpas, tengo que anotar el número de respiraciones de Malfoy.

 

Subió las escaleras pisando con fuerza cada escalón y a medio camino oyó la voz de Hermione gritándole que era un idiota y entrometido.

 

-¡No sabes cómo me importa! En un segundo lo anoto en mi diario.- Le respondió el moreno recargándose en el barandal y viendo a Hermione con furia.

 

Azoto la puerta de su habitación al mismo tiempo que Hermione gritaba de pura frustración, si había algo que Harry tenía que aceptar era que esa pelea lo había desahogado un poco de todo el fiasco que había sido su día.

 

Casi mata a Malfoy, vio a Snape, vio a Astoria, vio a Snape, fue insultado por Snape injustamente, Malfoy va a ser padre, Malfoy SERÁ padre del hijo de Astoria Greengrass, Malfoy se casara con ella, Malfoy tendrá miles de bebes rubios con ella y morirán de ancianos. Y para rematar…. Snape le había cerrado la puerta en la cara.

 

Deseaba tanto poder desquitar toda su furia sobre alguien, no alguien de Gryffindor pues luego se sentiría terriblemente culpable. Tenía que ser de Slytherin, ellos siempre se merecían los insultos y eran capaces de darle más fuerza a la pelea.

 

Tenía que ser Malfoy.

 

¡No! ¡No pienses en el! Se dijo mentalmente mientras se golpeaba con una almohada en el rostro. Malfoy ahora sería padre y tendría cosas más importantes en las que pensar. Ya no habría más peleas, ni insultos y mucho menos miradas llenas de furia y desprecio.

 

Todo sería para Astoria.

 

No golpes ni insultos, de eso no hablaba Harry, él se refería a otra cosa más particular.

 

Se refería a que toda la atención de Malfoy la tendría Astoria.

 

La madre de su hijo.

 

Harry no se molestó en cambiarse de ropa, estaba demasiado cansado, confuso y furioso como para ir por su pijama. Abrazo con fuerza su almohada, cerró los ojos y espero que el sueño llegara.

 

Eso sí, antes de caer dormido su mente volvió a llenarse de pensamientos, igual de horribles que los de hace un rato, donde una Astoria sonreía abrazando a un Draco igual de feliz que cargaba a un bebe rubio de lindos ojos verdes.

 

Grandes y brillantes ojos verdes.

 

Por otro lado del castillo, Draco –ya despierto y en sus cinco sentidos- pensaba en la verdadera razón por la que estaba tan presionado, no era por el hecho de ser padre, en realidad si lo presionaba, pero no de ese modo tan asfixiante y doloroso como lo era planear el asesinato de Albus Dumbledore y la entrada de los mortifagos al colegio.

 

Eso sí era presión.

 

Había despertado justo en el momento en el que Astoria había gritado que era su culpa que él estuviera en la enfermería, quería decirle a Astry que la culpa había sido suya por no saberse controlar y haber atacado a Potter. Pero su garganta dolía un poco así que cerró los ojos unos segundos mientras sacaba y metía aire.

 

Se quedó oyendo como el profesor Snape culpaba a Potter, a él si no tuvo el sentimiento de aclararle que no era su culpa, Draco admitía parte de su culpa, pero si Potter no fuera tan entrometido ahora el no estaría aquí con un dolor horrible en el pecho.

 

Ya se sentía listo para hablar y abrir los ojos, pero había decidido quedarse a oír la charla entre su profesor y lo que sea que fuera Astoria.

 

-¡No! Yo le dije a Draco que estaba embarazada y él no lo tomo bien.

 

Mejor despertar ahora se dijo para sonreír al recordar a su futuro hijo, su bebé.

 

-Voy a ser padre.- no pudo evitar sonreír al decirlo y tampoco evito mirar con sorpresa como todos los ahí presentes le sonreían con dulzura, ¡Vaya, Potter ahora trata de matarme con su sonrisa! Se sonrojo un poco al darse cuenta de lo mal que había sonado eso hasta en sus pensamientos. ¡Estúpido Potter!

 

A continuación fue testigo de la fuerza y coordinación que tenían el profesor Snape y Astoria, ambos habían tomado un brazo de Potter y lo habían lanzado fuera de la habitación, eso sí, Draco pudo ver a Snape sonreír al azotarle la puerta en la cara a un shockeado Potter.

 

Luego vinieron los gritos, de parte de Snape y de Astoria, y Draco lo único que quería era dormir y pensar en su hijo. ¿Acaso era mucho pedir?

 

-¿Cómo diablos te pudiste embarazar Astoria? ¡Solo tienes 15 años!

 

-¿Cómo que como? ¡Obvio que como se embaraza todo el mundo!

 

-¡Merlín santo! ¡Son unos irresponsables y más tú Draco! –lo señalo Snape con el ceño increíblemente fruncido.

 

-¿Crees que no lo sé? ¡Fui un estúpido pero no me arrepiento! – se sentó en la cama el rubio mirando a su profesor con rabia.

 

-¿No te arrepientes? –Pregunto con sorna el profesor.- Eso dices ahora, pero cuando veas que no puedes cuidar la vida de esa pobre criatura y lo veas como una carga ya veremos si no te arrepentirás de haber actuado como un estúpido sangre sucia.

 

-¡Basta! No le permitiré que me hable así profesor.- Draco ya estaba más que furioso, claro que el cuidaría a su hijo y nunca se arrepentiría de él.- ¡Usted no sabe nada!

 

Draco siempre le habita tenido cariño y respeto a Snape, era su profesor favorito y siempre creyó que el sentimiento era mutuo. Al parecer no.

 

El rostro de Snape se puso más agrio y miro a los jóvenes frente con desdén:

 

-Tiene que abortar.

 

¡Eso no! Se dijo Draco listo para pararse y darle un buen derechazo a su querido profesor, más no hizo ningún movimiento por ponerse de pie ya que Astoria lo tomo del hombro y lo miro con sus grandes ojos verdes.

 

-¿Astoria tu….quieres? – dejo la pregunta al aire pues no se sentía capaz de hacerla, nunca pensó que Astoria haría algo como eso, nunca ella.

 

-¡Claro que no! ¡Es mi bebe! – le susurro furiosa.- Pero no quiero que hagas una estupidez como ir y golpear a Snape.

 

-¿Qué te hace pensar eso?- pregunto haciéndose el desentendido e indignado.

 

-Te conozco demasiado bien.- susurro delicadamente cerca de su oído mientras masajeaba su espalda.

 

Se sonrojo un poco al comprender las palabras de Astoria, desde ese día en el balcón de su habitación en la Mansión Malfoy no había persona que lo conociera mejor que la joven que tenía enfrente.

 

Su Astoria. Su perfecta Astoria.

 

Y como era tan perfecta, Astoria giro su rostro sin despegar su nariz del cuello de Draco y dijo con toda la firmeza que una chica de 15 años puede tener.

 

-Draco y yo ya hemos decidido tener al bebe.- Mostro sus perlados dientes al profesor Snape y continuo.- Lamentablemente eso significa que no tomaremos en cuenta su sugerencia, pero gracias por ofrecerla.

 

-Eres una pilla.- susurro Draco lo más bajo que le fue posible.

 

-Y me amas por eso.- se inclinó y beso suavemente los labios del rubio.

 

El carraspeo de Snape los volvió a la realidad y ambos voltearon a verlo, pero ya no estaba aquel gesto agrio. Ahora sonreía.

 

-Ya que han tomado su decisión. Iré por el profesor Dumbledore.

 

Draco y Astoria abrieron los ojos con asombro y miedo. Dumbledore no podía venir, no cuando Draco tenía que matarlo. Y si hacia eso, ya no tendrían un lugar seguro donde vivir. Era obvio que sus padres no los aceptarían.

 

-Y cuando el profesor Dumbledore hable con ustedes, hará lo correcto.

 

Snape guardo silencio un momento listo para ver las expresiones de horror de ese par de chiquillos estúpidos e irresponsables.

 

-Llamara a sus padres.

 

Esta vez, Draco y Astoria mostraron más expresiones, entre ellas muecas al saber que sus padres vendrían inmediatamente después de que hablaran con Dumbledore. Tal vez podrían huir, solo tenían que tener al menos un tiempo para ir por sus cosas y listo.

 

-El director Dumbledore vendrá a primera hora mañana.

 

¡Mierda! Los adolescentes maldijeron su suerte y Snape salió de la habitación sonriendo un poco, pero de inmediato dejo de hacerlo. Lo esperaba una larga noche de charla con Albus.

 

-¡Tenemos que irnos! – grito Draco al ver la puerta cerrada y sin nadie a la vista, pues Pomfrey también había salido con Snape.

 

-¡Estas herido! No nos iremos contigo así.- Astoria se cruzó de brazos y frunció el ceño de esa manera que lograba hacer reír a Draco.

 

-¿Iremos?- pregunto desconcertado el rubio.

 

-Claro, Tori y yo no iremos cargando contigo si estas herido. Solo nos ira peor.

 

-¿Tori?

 

-Draco, te ves ridículo preguntando cosas absurdas. Tori es nuestro bebe.

 

-Mi hijo no se llamara Tori, ¿Qué clase de nombre es ese?

-¿No es obvio amor? AsTORIa, ¿Lo entiendes? – exclamo con una carcajada.

 

-No, mi hijo no tendrá tu nombre. – refunfuño el rubio.

 

-Si es niña, será Astoria, pero le diremos Tori.

 

-Eso nunca pasara querida, será un varón como todos los Malfoy y se llamara Draco.- sonrió satisfecho Draco.

 

-¿No crees que es un poco ególatra llamar a tu hijo como tú?

 

-Mira quien lo dice.- la miro el rubio con burla y Astoria le dio un leve golpe en el brazo.

 

-Sera una niña preciosa, la llamaremos Astoria pero será Tori para la familia y amigos. Y no se te ocurra contradecirme Malfoy.- le apunto furiosa la chica, con sus ojos brillando de rabia.

 

Me encantan sus ojos cuando está furiosa. Se ven más oscuros.

 

-Como tú digas, pero ya verás será un varón y lo llamaremos Draco. Dray para la familia y amigos.- le sonrió el rubio mientras le tomaba la mano.

 

-Ni lo sueñes cariño.

 

-Ya veremos dulzura.

 

Siguieron discutiendo otro rato sobre el nombre del bebe, pero se cansaron rápidamente y Astoria subió a la cama junto a Draco y se abrazaron para dormir.

 

-¿Draco?

 

-¿Si?

 

-¿Qué haremos con Dumbledore? – Astoria espero la respuesta de Draco pacientemente, ya lo conocía bastante bien como para saber que Draco estaba tratando de buscar algo que la tranquilizara.

 

-Lo que siempre se hace para ganarse el cariño del viejo.

 

-¿Tener una aventura genial? – por un momento la pareja pensó en Potter.

 

-Casi.

 

-Dime.

 

-Seremos Gryffindor´s.- susurro Draco sonriendo y acariciando el cabello de una asqueada Astoria.

 

-Voy a vomitar.

 

-Yo también, sabes que no se ser sentimental.

 

-No, enserio voy a vomitar.- Astoria brinco de la cama y se fue a encerrar en el baño. Afuera un preocupado Draco –sin saber que las náuseas eran común en el embarazo- toco la puerta suavemente y dijo.

 

-Vamos, no es para tanto Astry. Solo un poco de sonrisas y ya.- Al seguir oyendo las náuseas Draco hablo más fuerte.- ¡Sonreírle a Dumbledore no te va a matar!

 

Más nauseas.

 

-A menos que tengas una sonrisa tan estúpida como Potter, en ese caso matarías a todos.

 

 

Y así pasaron dos horas, con una Astoria vomitando, un Draco haciendo chistes malos, Snape y Dumbledore charlando sobre los Slytherin y con Harry soñando con un bebe cabeza de cono de cabello negro y ojos grises.

Notas finales:

Veo que a muchos les gusto esta historia, así que ya que les gusto tanto...

¿Donde carambolas estan mis comentarios? Como no saldre de viaje y tengo la vida social de una patata necesito algo con que entretenerme, y actualizar historias no es suficiente. NECESITO COMENTARIOS o me dara algo. Y yo nunca bromeo con los "algos".


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