La presión lo consumía, la desesperación le llevaba a sentirse nervioso, sentía que lo llevaba a la locura. “cada día me consume, no puedo aguantar más. ¿Qué debo hacer? No se cómo arreglar todo esto. Debo seguir sus órdenes, o asesinara a mi familia… y luego a mí.” Se limitó a pensar. Estaba en el tren rumbo a Hogwarts, observaba el atardecer por la ventanilla junto a su asiento. No tenía ánimos de hablar más del asunto con Blaise. Había notado su maleta que se encontraba en las rendijas moverse. Sabía que era Potter. Que lo había escuchado discutir con Blaise sobre Hogwarts luego de que aquel raro humo azul se hiciera presente bloqueando toda visión de quien entraba y salía del vagón de Slytherin. Estaba molesto, más aun así espero pacientemente a que llegaran para darle su merecido a ese tal Potter. Se atrevía a espiarlo, sin duda no tenía vergüenza. Lo odiaba, lo odiaba con todas sus fuerzas, desde aquel día en primer año. De solo recordarlo se enojaba, pero sabía disimularlo muy bien.
Cuando llegaron a la estación, le dio una señal con la mano para que Blaise y Pansy se adelantaran sin él, que debía hacer algo. Y de hecho no mentía, tenía que ocuparse de cierta persona. Se levantó de su lugar con su pálido rostro serio, cogió su maleta y se aproximó a la puerta del vagón. La cerro, y luego la persiana de la ventanilla de la misma.
-¿Acaso tu sangre sucia mami no te enseño que no debes espiar a la gente Potter? ¡PETRIFICUS TOTALUS!- lanzo el hechizo, dando justo en el blanco. El cuerpo invisible de Harry cayó al suelo en un golpe sordo. Se acercó y le quito la capa de invisibilidad; lo miro con cierto asco y desprecio.- ah… cierto, esa sangre sucia no estuvo para siquiera criarte. ¡Disfruta tu viaje de vuelta a Londres Potter!- Pateo el rostro de Harry rompiéndole la nariz en el proceso, agarro nuevamente la capa de invisibilidad y lo cubrió por completo y se fue de allí.
Por suerte Luna quien aún se encontraba en el tren, encontró a Harry y revirtió el hechizo.
-¿Te encuentras bien Harry? ¿Qué hacías aquí?
-Si…- se quejó de dolor al Luna arreglarse la nariz y la miro sonriéndole amistosamente- no importa porque estaba aquí. Ven hay que entrar o nos dejaran fuera del castillo.
-Tienes razón.- salieron del tren y se fueron de allí.
Mucho antes de que Luna y Harry llegasen a la entrada de la escuela. Draco se encontraba allí discutiendo con Filch quien revisaba sus cosas meticulosamente. Encontró un bastón con cabeza de serpiente y comenzó a revisarlo. Cuando Draco se dio cuenta de ello, se lo arrebato de las manos con molestia.
-ya se lo he dicho, esto es un regalo de mi padre. Así que le pediré de favor que no lo toque y me deje entrar de una vez.- Filch se mantuvo firme con su decisión de que debía revisar cada maleta de cada estudiante ese curso. Pero Severus Snape se hizo presente en la escena, convenciendo a Filch de que dejara a Draco en paz y al chico lo mando a retirarse.
Luna y Harry se quedaron en la entrada observando a los tres hombres discutir. Draco se dio la vuelta y miro a Harry, su semblante cambio a uno de molestia y simplemente le dio la espalda y se fue de allí con Snape. Harry y Luna siguieron su camino hacia el castillo, debían prepararse para la ceremonia de los de primer año y la cena de bienvenida que ya era costumbre en el castillo cada año, llevada a cabo con un gran festín y celebridades. Rostros felices y risas. Amigos reencontrándose animadamente y los nuevos haciendo amistades de por vida. Lo “común”.
Cuando Dumbledore termino su discurso luego de asignar cada estudiante de primer curso a su casa, dio comienzo al deseado banquete. Y aunque muchos estaban contentos, Draco Malfoy no lo estaba. Estaba totalmente neutro. Miraba el plato vacío que se hallaba frente a él sin ninguna expresión en el rostro. Este tipo de comportamiento ciertamente no era normal en el chico. Lo cierto es que sus amigos no se le aproximaron en lo absoluto, estaban más envueltos en recuperar tiempo perdido que aún no se habían dado cuenta del estado del rubio.
Harry quien conversaba animadamente con sus amigos, miro a la mesa de los Slytherin, primero con desprecio, hasta que cruzo una mirada con Draco, quien al parecer no se dio cuenta de ello, situando su mirada nuevamente en el vacío plato, recostaba su cabeza de la palma de su mano. La expresión neutra en su rostro dejo bajar un escalofrió en la espalda de Harry.
-¿Harry estas bien?- Neville lo saco de su centro de distracción y lo miro cayendo en cuenta de que le hablaban. Mas sin embargo no dijo nada preocupando más aun a Neville.- ¡Harryyyy…!
-oye Neville, cuando tu miras a la mesa de los Slytherin en los años anteriores ¿qué es lo que normalmente hacen?- Neville miro la mesa un segundo pensando para responderle la pregunta, luego lo miro divertido.
-Bueno Harry, normalmente se burlan de los nuevos o se pasan conversando unos con otros, o no lo sé no me empeño en mirarlos demasiado. ¿A qué se debe tu pregunta?- Harry miro nuevamente a Draco disimulando un poco.
-No lo sé, solo curiosidad.- Neville sonrió y continuo comiendo y conversando sin preguntar más.
Cuando la cena acabo y era tiempo de Todos los alumnos irse a sus salas comunes para prepararse para el comienzo de sus clases; se levantaron de sus asientos agotados. Había sido un largo día para muchos. Pero para otros solo era el comienzo de días aún más largos y tortuosos. Pero para Draco, solo era otro día más del resto. Otro día menos, se dispuso a que no gastaría ni un solo día, tenía más cosas importantes que hacer, debía reparar el armario y no tenía tiempo para chistar, no podía perder tiempo.
Al levantarse noto una mirada fija sobre él, miro instintivamente hacia afrente topándose con unos ojos color esmeralda, detrás de unos redondos espejuelos. Ambos chicos se quedaron así. Mirándose, uno con curiosidad y el otro con odio. Draco no tenía tiempo para Potter, ya era muy tarde, desvió su mirada y se fue sin siquiera decir algo. Cuantas ganas tenía de decirle a Potter algún que otro insulto pero sería perder el tiempo. Tiempo; era lo que menos tenia. Se apresuró a su sala común y se fue directo a ducharse y dormir. Harry por otro lado, hizo lo mismo, pero se quedó mirando el techo de su habitación pensando. Malfoy apenas le devolvió la mirada, Malfoy estaba diferente hoy. Debía saber el porqué de ello, toda la situación no le daba un buen presentimiento. Pensando en eso y muchas otras cosas, se quedó dormido.
A la mañana siguiente Harry salió lo más rápido que pudo hacia el gran comedor. Se había levantado más que tarde, había olvidado todo lo que sucedió el día anterior, corrió por los infinitos pasillos y cuando estuvo cerca de llegar choco con alguien que caminaba apresuradamente. Y cuando sus miradas chocaron, Harry se había dado cuenta de que acababa de chocar con Draco Malfoy a quien se le veía un poco agitado, esperaba que Draco lo insultara pero no paso. Draco solo se fue de allí sin apenas haberlo mirado unos segundos. Harry al notar la prisa del rubio, decidió seguirlo. Pero fue en vano, Draco era muy rápido. Al perderlo de vista opto por volver a ir al gran comedor, lo más probable solo se le olvidó algo y tenía prisa en buscarlo. Eso quiso creer él, y aunque la teoría no le convencía del todo, no hizo más que olvidar el asunto, no es como si le importase la orgullosa Serpiente, no de hecho no le importaba en lo absoluto. Así sin más solo se dedicó a desayunar tranquilamente riendo y conversando con sus amigos.
Luego de varias semanas de haber llegado al fin a Hogwarts, Harry no había tenido ninguna confrontación con Draco. Se sentía demasiado aliviado por ello; normalmente Draco se burlaba de él y lo empujaba por los pasillos, pero ese año no le dirigía ni palabra luego de lo que sucedió en el tren. Harry no le dio mucha vuelta a ese asunto. Pero que Draco dejara de molestarlo, era una razón más para sentir que algo iba mal. No se tomaría el tiempo de meterse pero simplemente no podía evitarlo. Draco actuaba con nerviosismo desde que llegaron, siempre neutro, o pálido como si hubiera visto algún fantasma. Nunca iba a comer, y siempre era el primero en salir de las aulas de clase como si tuviese prisa de hacer algo. Eso era lo que Harry había notado. Se lo quiso mencionar a sus amigos pero sabía que Ron reaccionaria mal a ello, así que cuando pudo llevo a Hermione para poder hablar a solas con ella.
-Harry, ¿Qué pasa?- Harry la tenía tomada de la mano arrastrándola por los pasillos con prisa.
-Dame un segundo por favor- quiso llevarla a la sala de los menesteres pero cuando iba a doblar esquina se topó con Malfoy quien estaba saliendo de allí con una expresión de nerviosismo, se recostó de la pared y se deslizo despacio y tapo sus ojos casi llorando. Harry le indico a Hermione que mirara. Cuando ella observo lo que pasaba miro a Harry extrañada. Harry se fue de allí con ella en silencio, y fueron a sentarse en la grama del patio escolar trasero.
-¿Es Malfoy lo que te preocupa?- dijo mirando al chico con una expresión de preocupación en el rostro.- no tienes un buen presentimiento cierto.
-Me es confuso que actúe así desde que llegamos. Hermione, dime el Malfoy que conocemos, si llegara a chocar contra mí en un pasillo ¿qué es lo que diría?- Hermione pensó en momentos pasados.
-Bueno Harry, te insultaría, o almenos te diría con desprecio “¡mira por donde carajo andas San Potter!”- imito la voz de Draco y Harry comenzó a reírse junto a ella.- pero ¿Por qué me preguntas eso?
-es que se me hace extraño que no lo dijera cuando choco conmigo el primer día de clases, apenas y me miro. Luego solo se fue casi corriendo con prisa. Lo seguí pero lo perdí de vista así que solo pensé que tenía que buscar algo o hacer algo que no tendría tanta importancia para mí así que solo regrese y fui a comer con ustedes.- Hermione analizo las palabras de Harry unos segundos y luego lo miro sin saber que decir- ¿vez? No tiene sentido.
-No te preocupes por ello Harry, ya sabes que Malfoy es extraño. No le des importancia lo más seguro no es muy importante ¿de acuerdo?- Harry le dedico una sonrisa y se levantó de allí con ella. Cambiaron el tema y se retiraron de allí hablando animadamente.
Varios días luego a Draco le llego una carta, todos estaban en el Gran comedor tomando su desayuno. Decidió no abrirla allí, cualquiera podría pasar y mirar lo que leía, sabía que era de Bellatrix. Estaba asustado, En varios días le habían ordenado que por el momento dejase de buscar el armario, que debía hacer otra cosa, y esa carta era aquello. Miro hacia al frente encontrándose con la mirada atenta de Harry, quien parecía distante del mundo real mirándolo. Draco desvió la mirada y miro a su lechuza regresar a él con un paquete y una tarjeta adjunto. Abrió la tarjeta y leyó su contenido.
“No lo toques, lee la carta y entenderás” B.
Draco agarro el paquete y se fue de allí a toda prisa. Harry quien lo miraba se quedó allí. Sin decir más se levantó y se fue a prepararse para sus clases, estaba contento ya que al día siguiente irían a Hogsmade.