Draco maldijo en tono bajo. La visita a Hogsmade se había cancelado, luego de leer la carta estaba más nervioso que nunca. ¿Cómo entregaría aquello sin ser inculpado? Él no era un asesino, no quería matar a nadie, pero matarían a sus padres si no lo hacía, y cuanto él amaba a su madre. La amaba más que a su vida pero si no hacia lo que le pedían, la matarían frente a él. De solo pensarlo sentía como su pecho se comprimía con fuerzas, el vacío se apoderaba de él. No tenía ni idea de cómo soportaría ese año en Hogwarts. No podía simplemente renunciar y eso era lo más que quería hacer. Su madre y Padre eran a los únicos a quien él amaba y ellos de vuelta a él. No importaba como Lucius Malfoy fuera. Aunque su padre fuera frio con él, lo amaba, porque él le enseñó todo lo que sabía, bueno o malo lo que le haya enseñado le agradecía por ello. Se sentía orgulloso de ser como era, y nunca se arrepintió de nada solo de esto, por lo que estaba pasando estos instantes. Más sin embargo debía armarse de valor y hacerlo.
Bajo la cabeza sin atender al profesor –Snape quien hizo caso omiso a que Draco le ignoraba en lo absoluto, continúo con su clase – tenia tantos pensamientos rondando su cabeza que comenzaba a sentir que le faltaba el aire. Decidió relajarse, despejo como pudo su mente. Quería escapar de todo ello. Si estar de lado de “El que no debe ser nombrado” era de esa manera; ¿Qué se sentiría se Harry Potter? Rió ante la idea de estar en los zapatos de esa cara rajada. El muy maldito le había espiado a principio de semestre. Bufó al recordarlo. Era increíble que Potter –quien no solo lo rechazo como baratija por aquel pobretón de Weasley –Ahora se hubiera atrevido a espiarlo.
-“No será que me vio en el callejón Diagon…”-Pensó Draco- “No, no si lo hizo ya hubiera sabido que estoy haciendo y me habría detenido.”-La idea de que fuera cierto le recorría la mente, eso lo inquietó de sobre manera.- “Si Potter hubiera visto de más, lo más probable es que me hubiera enfrentado. No tendría sentido que no lo hiciera. Todos saben que él quiere detener al ‘Señor oscuro’ y no me miraría como lo hace. Maldito, demonios. Ahora no puedo quitarme su mirada de la cabeza. Valla, valla Draco, tú y tus estúpidas ideas”- pensó sarcástico y se dio varios golpecillos en la cabeza como si se regañara. No noto que le observaban atentamente. Ron y Harry lo miraban confundidos.
-¿Qué le pasa al hurón?- le dijo bajo a Harry.-No es que me preocupe pero es raro que desde que estamos aquí no te haya molestado.- Harry miro a su alrededor para hallar a Snape con la mirada, cuando noto que estaba revisando el trabajo escrito de otro estudiante volvió a agachar la cabeza para hablar con Ron.
-No lo sé Ron, desde que lo vimos en el callejón actuando raro, siento que algo no va bien. Algo va a pasar este año y no tengo ni idea de que es.- Ron rodo los ojos con molestia al imaginar algo malo pasando.
-Lo se Harry- Ron cerro los ojos hastiado de que algo anduviera mal todos los años- Ya me tendría que haber acostumbrado, pero no me gusta la idea de tener que estar pasando malos ratos todos los años.
-Como si a mí también me gustara la idea Ron- El pelirrojo comenzó a reírse un poco lo más bajo que pudo procurando que Snape no lo escuchara.
-Preocúpate cuando algo malo pase, por el momento ocúpate de no estar tan nervioso de algo que lo más posible no vaya a pasar, sé positivo. –Harry dejo escapar un suspiro recargado de frustración. Ron tenía razón, no tenía por qué preocuparse de algo “inexistente” hasta que algo pase, y aunque le hubiera gustado saber decidió hacerle caso a Ron esa vez.
Pero lo que ellos no sabían era lo equivocados que estaban. Solo que no se han dado cuenta ya que el causante – en este caso Malfoy – sabia ocultarlo bastante bien. En todo caso ese era su trabajo, que nadie se enterase de lo que fuera a pasar. Y guardar las apariencias era la especialidad de la familia Malfoy. Mentir no era nuevo para Draco. Y por el momento eso era una ventaja.
La nieve se hacía presente en los alrededores del castillo, indicando que pronto seria navidad y muchos ya habían comenzado a disfrutarla. Se podían ver a los de primer curso jugar con la nieve y correr por ahí emocionados con sus amigos. A muchos – incluyendo a Harry – le gustaba aquella época del año, porque significaba que irían a Hogsmade, bebería cerveza de mantequilla y disfrutaría de la vista hacia la casa de los gritos. Le gustaba ir allí con Ron y Hermione, era tranquilo y casi nunca había gente.
-¡Oye Harry!- Neville se acercó a él.- Cuando vallamos este sábado a Hogsmade, ¿puedo ir con ustedes a la cantinearía?- Harry le dedico una sonrisa contento.- si no es molestia claro
-¡Claro que si Neville! Es una estupenda idea, ve y avísale a Ron y Hermione para esperarte- Neville asintió contento y se fue de allí y le dijo a sus amigos.
Cuando llegaron a Hogsmade, fueron primero a la cantinearía como habían planeado. Hablaron contentos e hicieron chistes y disfrutaron alegremente del momento. Cuando ya pasaron una o dos horas Neville se fue con Dean Thomas a dar una vuelta. Chicas entraban y salían en pares. Malfoy había entrado y salido al rato también pero ellos apenas notaron su presencia, excepto Harry quien lo miro entregarle un paquete a Katie Bell. Antes de que la chica saliera de allí con su amiga Harry la detuvo.
-Oye Katie, ¿para quién es?-Katy lo miro sonriendo con inocencia.
-Para Dumbledore, Malfoy me lo entrego para que se lo llevara.
-¿Dijo algo más que eso?
-Ah, sí, que no lo abriera por nada del mundo- Harry le quito el paquete de las manos sorprendiéndola un poco.
-Yo se lo llevare, voy a pasar su oficina de todas formas hoy así que tu ve a divertirte, no te preocupes por ello.- la chica le dedico una sonrisa y se fue con su amiga.
Harry guardo el paquete como pudo enrollándolo en su bufanda y se fue de allí directo hacia la oficina de Dumbledore. Este lo atendió gustoso y preguntándose a la vez porque estaba allí en vez de disfrutar el día en Hogsmade.
-¿Qué pasa Harry?- Harry se acercó a su escritorio sin contestarle aun y saco el paquete de la bufanda y lo abrió cautelosamente.
-esto señor. No lo toque, necesito que lo analice un segundo.- el anciano director alzo el contenido con su varita – con un wingardium leviosa para ser exactos – observo aquel collar medio azulado grisáceo que estaba en el aire y luego miro Harry algo sorprendido.
-Harry, ¿De dónde has sacado este artefacto? Tienes mucha suerte de no haberlo tocado.- Harry fulmino el collar con la mirada ceñudo.
-¿Qué tiene?
-Bueno Harry, este collar que me traes, esta maldito. Si no fuera que me pidieras revisarlo sin tocarlo me hallaría muerto si lo hubiera hecho- a Harry casi se le vuelca el pecho de la sorpresa, abriendo los ojos con sorpresa.
-Malfoy mando a que se lo trajera Katie Bell. Con que eso es, quiere matarlo señor.- Dumbledore carcajeo un poco con ironía.
-No creo que fuera así Harry, no veo el porqué de que él quiera hacer eso.
-Profesor su padre es mortífago, claro que él puede seguir los pasos de su padre en…
-Harry- Dumbledore lo interrumpió con amabilidad- estoy seguro de que Lucius Malfoy no querría su futuro para su hijo.- Harry Bufó molesto- ahora que estas aquí. Yo también debía decirte algo.- Puso el collar nuevamente el envoltorio que lo cubría y sin tocarlo lo guardo en un cajón vacío que nunca usaba.
-Dígame Profesor
-me he enterado de que posees un Felix Felicis, ¿lo has usado aun Harry?- Harry negó con la cabeza.
-No profesor.- Dumbledore esbozo una sonrisa.
-Recuerdas lo que te pedí le pidieras al profesor Slughorn Harry?- Harry asintió algo decepcionado.
-ha negado decirme cada que le pregunto señor.- dijo Harry- por más que lo intento me cambia el tema o se molesta.
-era de esperarse. Sabes cómo funciona el Felix Felicis ¿cierto Harry?-Harry volvió a asentir- entonces cuando tengas la oportunidad utilízalo y pregúntale.
-No sé cómo no se me ocurrió antes profesor.- Dumbledore volvió a carcajear.
-Ahora, ve a Hogsmade y pasa un buen día.- Harry hizo un puchero y se marchó de la oficina de Dumbledore y regreso a Hogsmade.
Draco observaba en silencio la casa de los gritos a solas. Esperaba haber podido cumplir esta vez con el trabajo, aunque algo le decía que no lo había hecho. Solo se limitó a estar en silencio. Sintió unos pasos y una mirada sobre él, no quería voltearse a mirar. Quería observar como caía la nieve. Sus rubios cabellos se mezclaban con la blancura de esta. Apenas llevaba una bufanda, hacia frio pero fue lo menos que le importo por el momento.
-Sabes, puedes enfermarte- dijo aquella persona
-Lárgate Potter- reconoció aquella voz y se irrito al escucharla.- No me molestes.
-Como si quisiera dedicar mi tiempo en ti Malfoy- Draco lo miro molesto.
-¿Y para que me molestas entonces?
-Se lo que planeas Malfoy- Draco abrió los ojos como platos llanos de la sorpresa. Harry se le acercó al rubio hasta estar varios metros de el- No lo vas a matar. No dejare que eso pase
-¿Espera que? ¿Matar a quién?- se hizo el ingenuo.- ¿Para que querría yo matar a alguien?- Harry comenzó a molestarse.- Potter te has vuelto loco.
-Katie Me dijo sobre el paquete, se lo lleve a Dumbledore y vio que estaba maldito. ¿Acaso crees que soy estúpido? Tal vez Dumbledore piense que eres buena persona pero esa no me la creo. Has actuado raro todo el año desde que te escuche decir en una tienda de artes oscuras que debías reparar algo, también se lo dijiste a Blaise de camino acá. Se lo que tramas Malfoy y no lo voy a permitir.- Draco se quedó en silencio.- lo sabía.
-No Potter, estas mal- mintió- Aparte. ¿Quién es el que actúa raro? Tú eres el que se pasa siguiéndome y observándome. No, no me contestes. ¿Porque no te vas con la puta aquella y me dejas en paz?
Harry le lanzo un puñetazo en el rostro con fuerza haciendo caer al rubio en el frio suelo cubierto de nieve. La nueve caía lentamente del cielo mientras uno se hallaba mirando al otro ofendido. Draco se levantó como pudo, cubierto de nieve en la ropa y cabello, y varios hilillos de sangre caían de la comisura de su labio inferior. Seco un poco de aquel espeso y líquido rojo que salía de su boca y lo miro y se acercó a él tomándole por el cuello de la camisa para pegarle. Sintió como las ganas de destrozarle la cara al moreno le recorrían cada poro de piel, pero se detuvo en seco al darse cuenta de lo que había acabado de hacer por impulso. Se separó lo más rápido que pudo con los ojos bien abiertos y rozo sus propios labios con la yema de sus dedos índice y medio.
-Me acabas de…
-¡No lo menciones Potter!- interrumpió con la intención de que hiciera silencio- No lo repitas, ni se te ocurra decirlo, fue un impulso.
-¿¡Entonces qué clase de impulso es ese Malfoy!?- Draco desvió la mirada- ¿Por qué?
-¡QUE NO LO SE POTTER! Solo lárgate con aquella, ¡vamos mata a Voldemort cásate con la tipeja aquella y ten un hijo igual a ti y una hija pelirroja! Déjame en paz a mi.- Harry no se movió.- eres necio y terco ¿no?
-Me gustaría saber porque me besaste. Besar a cualquiera de la nada no es solo un impulso- Draco lo fulminó con la mirada.
Draco exhaló frustrado y se sentó en el suelo. Jugueteo con sus dedos entre la nieve y Harry se sentó junto a él. Ambos estaban aturdidos por aquel simple roce. En especial Draco. Tal vez solo fue un impulso. Harry ha sido el único en hablarle en meses. Estaba solo. No sabía que más hacer. ¿Por qué demonios besó a Potter? Estar solo no era una excusa para darle a Harry. Ni siquiera sabía que escusa darse a sí mismo.
-No lo sé. No lo comentes a nadie. Esto jamás paso Potter.- Harry se recostó del frio suelo, para levantarse al instante quejándose. Draco comenzó a reírse.- no entenderías mi situación. Agradecería que no preguntaras.
-No puedo permitir que mates a Dumbledore.
-yo no voy a matar a nadie- volvió a mentir, Harry le creyó.- Potter, no puedes relacionarte conmigo. Sé que crees que soy lo que aparento. Pero Potter, no soy eso. Pero te recomiendo que sigas creyendo eso y te alejes de mi.- Harry lo miro algo sorprendido
-Malfoy, yo…
-No, es enserio Potter. Aléjate de mí, eso es lo que debes hacer.