Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Love is a game por Mask Matt

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Se me ocurrió de la nada :DD

Espero lo disfruten.

El sonido del despertador, hizo que su dueño comenzará a removerse entre sus sabanas, apagando el molesto tono que surgía de su celular. Ya habían terminado las vacaciones y ahora estaba entrando de nuevo a la escuela; primero de preparatoria para ser exactos.

Todas las mañanas serían de una gran batalla para el chico friki, que ya se había acostumbrado con mucha facilidad a las tardes perdidas en juegos y noches de desvelo viendo películas de terror o leyendo una que otra historia de este mismo género. 

Unos cuantos minutos pasaron sin cesar ni rechistar, que en realidad eran más de lo que aparentaban, otras incesantes alarmas de parte de su celular, hicieron que finalmente se propusiera a hacer su día diferente; se estiró completamente, destensando su cuerpo del Morfeo que lo había atrapado horas antes y comenzando a incorporarse, apenas sobre su cómodo colchón. Talló con ambas manos sus ojos, intentando acostumbrarse a la poca luz que tenía su cuarto, lentamente y como no queriendo la cosa, dirigió su mirada de nuevo a su despertador.

“5:47 a.m.”

Malditos días de escuela.

Los minutos pasaban con gran rapidez y con estos los innumerables pasos que avanzaban con gran tranquilidad en los pasillos del instituto, cada quién destinado a asistir a su clase correspondiente.

Un chico pelirrojo se abría paso entre grandes grupos de amigos, sin siquiera importarle irrumpir con sus buenas platicas, caminaba a paso cansado y aburrido hasta llegar a la puerta de donde se supone sería su clase. No entró sin antes asomar su cabeza con bastante curiosidad, viendo primero a muchos chicos que ya estaban en sus lugares; esperando con bastante impaciencia -en algunos- a que el profesor comenzara con la clase. Sin embargo este posaba su mirada alegre en el pequeño espectador que sin ser molesto en absoluto, había irrumpido con su clase, de la forma más atenta y cordial se apresuró a decirle que ingresará al salón.

Dando un suspiro al aire, solo asintió y entró, quedándose con las miradas atentas, en frente de todos. Evitaba esas miradas que se posaban en él, nunca le gusto destacar mucho en lo que hacía, por lo que aquello era por demás incómodo, estuvo esperando la señal de su superior para comenzar con la dichosa “presentación personal” que si bien, no era necesario que se lo repitieran cada que pasaba de grado, ya había sido una costumbre en todas las escuelas y eso ya se lo sabía bien.

El profesor más que satisfecho por ver que el chico sabía lo que pediría a continuación, asintió dando su consentimiento y silenciando a los demás compañeros.

—Mi nombre es… Mail Jeevas. Prefiero que me digan Matt. —

Mantuvo un semblante serio, moviendo sus dedos con nerviosismo en sus muslos, no podía esperar para irse de ese lugar de una buena vez y regresar a casa para terminar la partida que casi se encontraba en un cien por ciento completado, mientras que los demás solo lo miraban extrañados, susurrando y cuchicheando cosas sobre su aspecto y su tan peculiar color de cabello. El profesor no se quedó callado al notar aquellos molestos e incómodos parloteos.

— ¿No desea agregar algo más, Jeevas? — dijo gentilmente, intentando darle algo de confianza al recién llegado.

—No. — paró el movimiento de sus dedos y enfocó su vista al mayor. — ¿me puedo sentar ya? —

Los ojos del profesor se abrieron por un instante, no esperaba ese tipo de presentación de parte de él, pero sin más solo asintió nuevamente, indicando con uno de sus dedos un lugar vacío que estaba hasta enfrente. El pequeño solo camino unos cuatro pasos o menos para llegar a su asiento, comenzaron las clases con el dichoso sonidito del plumón pegando contra el pizarrón con gran ritmo y velocidad.

Pasaron las horas, en las que diferentes profesores ingresaban al salón e impartían sus clases con total normalidad, pero no tanto para cierto chico pelirrojo que no se molestaba en siquiera hacer los ejercicios, pasaba su tiempo con la mirada fija y perdida en la brillante pantalla de su celular; pasando un original y sencillo juego, ganando como consecuencia que lo pasarán al pizarrón a resolver los problemas impuestos, los cuales no fueron un completo problema pues el chico era listo.

Regresó a su asiento por décima vez en el día, tranquilo y siguiendo con su partida, con la mirada atónita de todos sobre él. No le parecía extraño, pues muchos creerían –la mayoría, los maestros- que por solo estar jugando, no sabría cómo contestar a lo que ni siquiera ponía atención, pero él se encargaría de demostrar que estaban equivocados.

La clase siguió su curso, unos gritos de parte de uno de sus compañeros lograron que desviara un poco su vista en dirección al portador de estos; un pelirrubio de ojos azules, respondía con entusiasmo y mirando calculadoramente a lo que el profesor intentaba explicar.

Si mal no recuerda, ese chico destaco desde el primer momento en que cruzó la puerta o al menos eso creía. Desde el momento en que respondía, hasta su mal carácter dirigido a los demás chicos que solo lo miraban fascinados y más que felices por cruzar palabra con él, aunque ciertamente no entendía bien eso, algunos muchas veces parecían asustados por su forma de ser tan explosiva y directa. Aunque ahora que se ponía a pensar, apenas y se había percatado de su inquietante presencia, a pesar de haberlo notado veces anteriores. El pelirrojo solo lo veía como un simple e insignificante chico más y sin más continuó con su juego, haciendo oídos sordos ante tanto griterío por falta de tutor.

La hora que daba inicio al descanso llegó finalmente, llenando el edifico de ruidos que iban y venían de un lado a otro, risas y demás escuchándose en todo su esplendor. El sol ya había llenado casi por completo el salón de clases con sus rayos de luz, una silueta apenas se podía notar en un rincón, en donde no llegaba a pegar la calurosa bienvenida de la mañana; haciendo el día más que reconfortante al solitario chico, que se perdía en el silencio y la monotonía tan agradable que lo rodeaba, escuchando solamente el bello sonidillo de su consola portátil y agradecido de haberla llevado inconscientemente consigo.

El tiempo pasaba exquisitamente lento, unos pasos tímidos y cautelosos se iban acercando a la roja cabellera, intentando no llamar la atención de este en ese preciso momento. Sus ojos azules se perdían en aquel aparatito ruidoso que el chico tenía en manos, había pasado un rato en el que le había llamado la atención ese tal Matt; su extraña cabellera de color rojo fuego, su pálida pero hermosa piel blanquecina y la curiosidad de saber más de aquel callado chiquillo, pero por razones personales no le había dirigido la palabra en lo que estaban en clase, se moría de ganas por ver cómo era su actitud. En todo el bendito día, no veía nada más que hiciera aparte de jugar en su celular y destacar por su inteligencia, lo cual no parecía darle mucha importancia pero él, sí.

Era listo, de eso no había duda alguna, no quería perder contra él, siempre tenía como meta mantener su primer lugar, era lo primordial.

—Ey… — hizo un intento por llamar la atención del chico sin obtener atención realmente, pues solo lo había visto de re ojo y seguido solo lo ignoró. Como odiaba que hicieran eso, en especial cuando trataba de ser amable. —Te estoy hablando. —

—Si quieres decirme o pedirme algo, solo hazlo. —

El rubio frunció el ceño con molestia, ¿Qué se creía para hablarle de ese modo? Pero tenía que ser paciente, después de todo era él quien decidió hablarle.

— ¿Por qué no sales a charlar con los demás? —

—No me interesa. — dijo sencillamente sin despegar ningún momento su atención del juego.

— ¿Por qué? —

Silencio entre ambos chicos, lo único que se podía escuchar era el gracioso sonido de victoria de la partida. El oji azul deslizó una de las bancas a un costado de la contraria, viendo con atención el juego que tal parecía ser del famosísimo “Mario Bross” Sonrió con autosuficiencia.

—Te gusta jugar por lo que veo… —

— ¿Eso a que viene? —dijo cortante, intentando que con eso el otro se ofendiera y se alejará, eso no ocurrió para su sorpresa.

— ¿No te aburres nunca? He visto que juegas desde que entramos a clases. —

—No. —

—Eres muy callado, ¿sabes? —

—Claro, después de todo es intencional. — ante dicho comentario del pelirrojo, el blondo solo sonrió, le parecía divertido su forma de ser.

—También eres raro… Dime Mello, no me había presentado, bueno… de hecho si pero no pusiste atención, creo yo. —

—Mhn… está muy bien… tú…—

—Mello… —aclaro de inmediato. — Ya lo había notado, eres algo distraído y te apartas de los demás. —

El silencio se hizo presente de nuevo, dejando a un desesperado rubio en busca de atención  y un pelirrojo ignorante del acompañante; inesperado y molesto, de cierta forma.

—Te estoy hablando… ¡Responde, carajo! —

— ¿Eh? Ah… ¿sigues aquí? —

—Por supuesto que sí, idiota. — rodó los ojos irritado, estaba siendo demasiado paciente, cosa que casi nunca hacía.

Apenas y se podían oír unas voces que se iban acercando a la puerta principal del salón, al parecer el descanso pasó más rápido de lo que imaginaba el blondo, no había mejorado mucho su conversación con el chico pero tan siquiera le había hablado.

— ¡Oh! Mello ahí estás, te estábamos buscando entre todos. —

— ¿Paso algo interesante? — los miro con notoria molestia.

—Eh… no, pero queríamos que te nos unieras… —

—Estoy ocupado… — volteó ligeramente su rostro viendo a Matt, quien seguía ensimismado en su maldito juego de porquería. —Pero… — sonrió anchamente, se levantó y una de sus manos sostuvo la muñeca del pelirrojo, quien solo se sorprendió y se mantuvo quieto, dejando que Mello lo jaloneara hasta donde estaban sus amigos.

—Espera… Tú… —

—Bueno, podemos irnos ya, ¿no? — contestó un contento rubio a los demás y estos veían extrañados a Matt.

El pelirrojo comenzó a temblar, no le gustaba que lo vieran, nunca había estado tan cerca de alguien y nadie se había atrevido a hablarle y tocarlo como si nada. Agacho su cabeza, haciendo que mechones de cabello cubrieran gran parte de su rostro y sus peculiares gafas.

—No… y-yo me quedó… — fue apenas un susurro pero fue suficiente para que todos escucharán.

— ¿Mhn? ¿Qué paso con el chico respondón de hace un rato, perro? — se burló.

Matt hizo una mueca de disgusto, agito con brusquedad su brazo, liberando así el agarre del contrario y seguido se dispuso a regresar. Nadie dijo nada al respecto, en cambio solo se fueron como si nada hubiera pasado. A excepción de un chico que solo se mantenía mirando a la puerta semi-cerrada con una gran sonrisa y sus ojos llenos de un radiante brillo de diversión.

Dando pasos lentos y calmados, acompañando su andar con una tonadita que tarareaba alegremente, entró nuevamente, viendo en la misma esquina y viendo la misma imagen cuando entró antes; el chico jugando como poseído, moviendo sus pequeños deditos en los botones con velocidad y a veces cautela. Sonrió aún más, cerrando la puerta detrás de sí, ganando una mirada de sorpresa que no le era posible detectar por esas molestas gafas.

Poco le había interesado ver sus ojos pero por alguna razón ahora lo consideraba necesario. Se acercó tranquilamente, haciendo que su compañero se alertará sin razón, buscando un tipo de salida a tan extraña y tenebrosa situación.

Sin siquiera lograr moverse, contemplo de arriba abajo la figura que ahora se encontraba frente a él, viéndolo con sus grandes ojos zafiros y su sonrisa que solo lograba ponerlo más nervioso.

Una de las manos del chico rubio había actuado rápido, provocando que el pelirrojo cerrara los ojos ante lo que fuera a hacer, sintiendo el brusco movimiento de los googles que se quitaban sin delicadeza de sus ojos.  Lentamente alzo la vista viendo cómo una sonrisa se iba desvaneciendo, una mano paralizada con sus gafas en ella y manteniendo estos lejos de su alcance.

— ¿Q-qué…? —

Y de pronto… sintió la piel suave que tocaba sus finos y delgados labios, en un tacto fugaz pero que se tornaba a uno de manera lenta, provocando un calor que se disponía a recorrer la mayor parte de su rostro, tiñendo un ligero color carmín en sus mejillas. Una respiración que se iba acelerando junto con la suya a pesar de ejecutar una acción nada demandante. Veía unos ojos como el cielo que se cerraban disfrutando del tacto, notando el cosquilleo que le producía la rubia melena en su nariz y como su corazón latía cada vez más rápido, fue relajando sus músculos, dejando que sus parpados cayeran y dejará que su cuerpo se embriagará de esa nueva sensación…

De ese inesperado y deseado beso…  Comenzando con una nueva imagen de ambos chicos separándose lentamente y viéndose fijamente a los ojos, jadeantes y ruborizados, hablando en susurros leves y demostrando su complicidad pactada.

—M-Mello… —

—Matt… —

Y un sonido tan bien conocido por los oídos del oji esmeralda comenzará a sonar, llenando nuevamente el lugar  e indicando el tan esperado “Game Over”.

Notas finales:

o3o Y... ¿que tal? :DD <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).