Es sólo sexo, Jonghyun piensa, mientras sus manos recorren las piernas de Minho. Sus dedos caminan por su piel, paso a paso, caricia a caricia. Minho tiene los ojos entrecerrados, y Jonghyun cree que es hermoso en ese momento.
Sus dedos pican, y quieren tocar todo, pero es malo y lo tortura, porque sabe que Minho quiere más, necesita más. Quiere dárselo por un momento, quiere que los grandes ojos brillen y que sus dientes apresen esos perfectos labios. Pero no lo hace, porque sólo es sexo y él hará lo que le plazca.
Lo tortura entonces, sus dedos caminan suavemente por el interior de su pierna y pasean de un lado a otro, sólo para molestarlo. Minho lo necesita y casi le suplica con la mirada. Jonghyun sonríe y de nuevo le molesta.
El cuerpo de Minho se arquea, forma un arco contra la cama, cuando sus dedos tocan su excitación. De nuevo, el pensamiento de un Minho hermoso lo ataca y Jonghyun niega con la cabeza.
Es sólo sexo. Y nada más. Después de todo él se casará con una chica de buena familia, y tendrá hijos y será lo que todos esperan de él. Es un acuerdo secreto entre él y su conciencia, es una fácil manera de satisfacerse sin ataduras, sin amor de por medio, sin nada más que noches hasta al amanecer.
Son gemidos perdidos entre sus labios, y jadeos soltados sin aire. Son besos fuertes y rápidos, sin nada más que sus cuerpos encontrándose por la noche.
Jonghyun deja de pensar, deja a un lado cada pensamiento que no sea ese momento con Minho y entonces le besa rápidamente. Sus labios se encuentran, y un suspiro de Minho queda perdido ahí. Sus manos recorren cada parte de su abdomen, toca y acaricia y guarda en su memoria, de nuevo, cada parte del otro.
A Minho le gusta, decide, le gusta que sea de esa forma, desesperado y rápido. Con besos rudos, que terminan con finas gotas de sangre sobre sus labios. Y a él le encanta. No pierde tiempo y ataca sus pezones, y su mandíbula. Le muerde fuerte, sin juegos, sin caricias cariñosas.
Y entra en él, sin más, sin aviso, sin pedirle. Minho jadea su nombre y a Jonghyun de pronto le gusta el sonido de su nombre de esa manera. De pronto se encuentra perdido en el rostro de Minho.
En el brillo de la luna contra su rostro. En las gotas de sudor que caen de su frente. En la forma en que sus labios se abren, buscando aire. En la forma en que las esquinas de su boca se elevan, suave y casi imperceptiblemente.
Y lo repite, una y otra vez en su mente: Sólo es sexo.
Cierra los ojos entonces, y embiste a Minho de una forma más rápida, más dura, más simple. Una vez más, y otra y otra más, y Minho jadea su nombre más y más fuerte. Es diferente, decide, se siente extraño ese momento.
El orgasmo lo alcanza y a Minho también. Su nombre escapa de nuevo, crudo y real, sin ningún honorifico, sólo simple y hermoso. Y entonces le mira. Es hermoso, piensa otra vez. Minho es hermoso cuando tienen sexo. Su cuerpo está tendido ahí, con la respiración agitada y el sudor haciendo su cuerpo brillar.
Jonghyun quiere traerlo a sus brazos, que su cabeza se recueste contra su hombro, y sus respiraciones se mezclen suavemente, pero no lo hace.
—Te amo. —Minho exhala cada noche después del orgasmo. Se tiende en la cama, con los brazos extendidos y Jonghyun decide que el cuerpo de Minho es perfecto de la manera en que es.
Le ignora también, mientras busca su ropa interior en la obscuridad de la habitación. Tarda en encontrarlo, están bajo los pantalones de Minho. Recuerda entonces cómo fue que se despojaron de la ropa.
—Tú no me amas, Minho.
—Lo hago. —Minho se escucha tan convencido que por un momento le cree, y sin saber por qué su corazón late de una forma desconocida.
—No sabes lo que es el amor.
—No lo conoces también, Jonghyun, ¿Cómo puedes saber que lo que siento no es en serio?
No conoce el amor y lo reconoce silenciosamente a él y sólo a él mismo. No quiere, una parte de él, reconocer que Minho está enamorado de él. Implicaría pláticas que no quiere tener, pensamientos que quiere alejar de él y dejar el grandioso sexo con Minho.
Le ignora de nuevo, mientras trabaja esta vez en sus pantalones y entonces abandona la habitación sin dirigirle una mirada más, porque, decide, no quiere ver el dolor de Minho en sus ojos.
No sólo es sexo. Ya no lo es.
Jonghyun siente algo que no puede descifrar, algo que no puede interpretar y le molesta en el fondo.
Le molesta que alguien más toque a Minho de la misma manera en que lo hace él. Le molesta que Minho finja besar a Kibum en el escenario, le molesta que Taemin toque sus mejillas y acerque sus labios peligrosamente a la boca esponjosa de Minho y le molesta también la sonrisa encantadora que Jinki le dedica.
Y cuando la noche atrapa el cielo, Jonghyun toma de la mano a Minho y le dirige hasta su habitación.
Entonces le despoja de la ropa un poco más rápido, y le toca un poco más suave. Los labios de Minho saben al café que tomaron momentos atrás y su boca esponjosa hace maravillas contra sus labios.
De nuevo, Jonghyun siente esa pesadez dentro de él y a la vez siente su corazón latir un poco más rápido. Sólo un poco más rápido.
Sus dedos no juegan con la paciencia de Minho, le recorren suavemente. Viajan al hueso de su cadera, a su excitación, por sus piernas, por sus labios y por su mandíbula.
Y esta vez no calla a Minho con besos, está vez no pierde los sonidos que escapan de la maravillosa boca. Y Minho jadea un poco más fuerte, y sus uñas rasguñan más duro su espalda. Su nombre jamás se escuchó mejor, y desea que Minho lo repita una y otra vez.
Pero entonces cuando el orgasmo lo atrapa, hay un tinte de culpa en él. Está esa voz que le dice que no es correcto sentir algo más por Minho, porque afuera, en el Seúl de noche, hay una chica esperando por él para formar la linda y perfecta familia que debe tener.
Observa a Minho, a su cabello despeinado, su sonrisa cansada y su corazón duele, porque sabe que Minho lo ama, pero no está seguro de cuanto más podría estar con él.
No es él esta vez el que busca la ropa entre el montón esparcido por la habitación. Minho deja su lugar en la cama y comienza a enfundarse los pantalones, mientras peina su cabello con sus manos. Minho parece un anuncio andante y quiere quitarle la ropa de nuevo.
—Algún día tendrás que aceptar lo que eres, Jonghyun. —Minho dice, mirándolo directo a los ojos. —¿Cuánto crees que podrás ocultarlo?, ¿Toda una vida?
No hay diversión en sus ojos, sólo amor y deseos de amor. Pero él no es el indicado para Minho. Él se merece a alguien mucho mejor, alguien que pueda aceptar que no sólo es sexo.
—Estoy bien.
Pero no lo está. Y tal vez nunca lo esté.
—Nada dura para siempre, Jonghyun. —Hay una sonrisa bailando en los labios de Minho. —Algún día todo puede desaparecer.
No lo toma como una amenaza, porque no lo es para él y deja que Minho le abandone sin ni una mirada más.
Es la misma rutina de siempre, y Jonghyun decide que las palabras de Minho no son una amenaza. No cuando él lo espera cada noche en su habitación. No cuando la ropa cae y sus pasos se pierden en el borde de la cama.
Sus cuerpos se encuentran y sus labios suspiran. Y Jonghyun cree aún más que ya no es sólo sexo.
Sus besos son más dulces y sus respiraciones se mezclan suavemente, dulcemente. Pero algo no está bien, algo no encaja con todo lo que sucede entre ellos, pero no sabe que es. Los ojos de Minho brillan, pero no con la misma intensidad. Sus sonrisas están ahí, pero son menos cálidas, menos sinceras. Y sus toques son más rápidos y menos significativos.
Y lo deja pasar, no le toma importancia y se dedica a disfrutar los momentos con Minho. Le piensa de otra manera, más especial, más romántica.
Más de la forma en que tiene que decirle que le quiere, más de la forma en que poco a poco olvida la familia que todos esperan de él.
Pero no le dice, sólo lo susurra suavemente antes que Minho abandone la habitación, pero es tan bajo que sabe que Minho nunca lo escuchará.
Algo le dice que ya dejó de ser sexo, pero Jonghyun no quiere aceptarlo, no del todo, no en ese momento.
Y Minho sigue llegando a su habitación por las noches y Jonghyun sigue sintiendo algo diferente en sus noches hasta al amanecer.
Hay algo, algo viajando por sobre él, algo susurrándole todas las noches que algo está cambiando. Pero no sabe qué es, no logra descifrar las miradas de Minho, no sabe interpretar sus besos y sobre todo sus caricias.
—Algún día—Minho susurra contra sus labios, mientras sus manos recorren su espalda. —¿Algún día podrás aceptar quién eres?
—Sé lo que soy. —Dice cuando sus manos están sobre sus piernas, tocando suavemente.
Minho le muerde los labios, más fuerte, más doloroso. Hay algo, otra vez, en su mirada. Hay algo en los labios de Minho, como si quiera decir algo, como si quisiera contarle una historia no feliz.
—Algún día. —Minho repite. —¿Algún día podrás decir que me amas?
Entonces Jonghyun se tensa, la boca de Minho quiere besarle de nuevo, pero él se aleja. No quiere aceptar que ya no es sólo sexo frente a Minho, no quiere, porque aún no termina por aceptarlo.
Aún quiere creer que hará lo que se espera de él, que aún tendrá una familia e hijos y que será lo que los medios, la familia, las admiradoras y todos quieren de él.
Le es difícil aceptar que Minho está entrando en él de una manera que no creyó posible. No puede aceptar ante Minho, que tal vez, el cariño que tenía está cambiando.
Porque, ¿Qué dirá le gente?, ¿Qué dirán los miembros?, ¿Su familia?
—Yo no te amo, Minho. —Y entonces le besa, mientras ignora el dolor en los ojos de Minho.
Porque es más fácil hacer eso, que pensar en el qué dirán.
Ya no es sólo sexo, es amor.
Pero Jonghyun lo descubrió demasiado tarde. O, tal vez, lo aceptó demasiado tarde.
Jonghyun quiere decirle, quiere decirle a Minho cuánto lo ama, mientras besa su perfecta boca, y le toca en los mejores lugares.
Quiere decirle que le dirá al mundo lo que piensa, que no importará la mirada sobre ellos, ni los rumores a sus espaldas. Quiere decirle que tomará su mano, y le tocará cada noche, y que no importará nadie más que ellos.
Pero no lo hace, porque Minho entra un día de la mano de Jinki y sonríen como los enamorados que son, y se besan a escondidas en la cocina con las manos sobre del otro. Y escucha a Minho decirle cuánto lo ama y su corazón se rompe en ese momento.
Y cuando le pregunta una noche a Minho, qué sucedió con el amor que decía tener a él, Minho le responde que sigue ahí, sólo que cambió.