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A Silent, within the Roar por Shiruko

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Notas del fanfic:

Hola, bueno como vi que no hay muchos fanfics de este fandom decidí crear uno, porque como leí por ahí, necesita más amor. 

Y, a todo esto, es mi primer fanfic, así que espero que el que lea me comprenda y no me tire piñas xD 

Diamond no Ace le pertenece a Terajima Yuuji, no a mí.

Notas del capitulo:

Ace of Diamond (o Diamond no Ace) le pertenece a Terajima Yuuji, no a mí.

Silencio es lo que predomina en el lugar. Lo único que los postes de luz permiten ver son las esquinas del campo de entrenamiento, en donde Sawamura Eijun está corriendo con la frente en alto, concentrado en respirar bien para no tener calambres ni dolores en el costado, como pasa generalmente cuando no se inhala por la nariz, y se exhala por la boca.

Hace un poco de frío. El viento corre libremente por sus mejillas, pero él finge no darse cuenta, aunque sus labios tiemblen de vez en cuando en armonía con sus extremidades no da razón de aquello.

La respiración del chico es agitada, pero no es solamente eso lo que se encuentra anormal en él. No es una molestia en su cuerpo o un dolor físico, sino algo que rebota en su corazón sin poder salir.

Sin comprender la razón de aquello, comienza reflexionar. Cree encontrar la respuesta fácilmente, ya que ha estado pensando en lo mismo por meses. Ahora la cuestión es, qué hacer con ello.

Todo empezó por él.Absolutamente todo. Eijun decidió ir a su actual escuela, Seidou, gracias a que conoció a cierto destacado cátcher, de una sonrisa torcida con una confianza impresionante a pesar de ser de primer año, en ese entonces. Se preguntó de qué forma su béisbol podría mejorar si jugaba con él,y otras interrogantes le siguieron a esa. ¿Qué cambios podría tener en otra ciudad totalmente desconocida, con nuevas personas, un nuevo colegio? Eijun tenía miedo de fracasar, irse de su ciudad natal para ir a Tokio, salir de su área de conforte para enfrentarse a diversas situaciones, sólo por el béisbol.

Sin embargo, eso era lo que él amaba; el béisbol. Y sumándole otros estímuloscomo los excelentes materiales de entrenamiento, en donde el que más destacaba era el bullpen,las grandes cantidades de bates, bolas, guantes; sobre todo las máquinas que tiran bolas de hasta 140k/h, cosas que nunca había antes; El hecho de que su mundo se expandiría, y…Miyuki Kazuya.

Al darse cuenta de que sus pensamientos solo llegaban a ese nombre hiciera lo que hiciera, casi se atragantó con su propia saliva mientras, ahora, solo hacía el intento por correr. Más bien cuando inició su plan de concentración, surgió en él un empeño por seguir corriendo como antes; Cosa difícil para un idiota como él, que no puede centralizarse en dos cosas a la vez, lo que terminó por convertirse en un trote irregular. Parecía un borracho sumergido en sus pensamientos, quizás algo como cuánto dinero le quedará para comprar más alcohol, un tema relevante para un ebrio enternecido por la bebida.

Había hechos que Eijun sabía que eran así, simplemente hechos que no se podían refutar. Como por ejemplo, que se encontrara a sí mismo pensando en Miyuki y su estúpida sonrisa, que le regalaba a todo el mundo. El pitcher no entendía qué existía detrás de esa sonrisa, por lo que, según él, era necesario pensar en ello, más bien como una excusa. Pero, era verdad, no comprendía para nada cuando Miyuki estaba feliz o no, tranquilo o eufórico, probablemente debido a la sonrisa constante que surgía de sus labios desde que lo conoció. Eso…lo cautivaba más que sorprenderlo. No podía controlarse cuando Miyuki lo molestaba, y en defensiva, siempre terminaba gritándole, sin ningún respeto a pesar de ser mayor que su persona. Los sonrojos en su rostro sin siquiera darle tiempo de rechazarlos que aparecían cada vez que su irritante senpai lo elogiaba. Mas, no sabía si realmentese sentía así por él, o si solo era una reacción de un chico normal e inocente.

En definitiva, no sabía nada de Miyuki Kazuya y, aun así, le interesaba. Todo ese interés se convirtió en el deseo de saber más. Mucho más.

Algo en su cabeza comenzó a vibrar, sin dejarlo pensar en nada luego de escuchar una voz muy parecida a la suya, desde lo que parecía ser su conciencia, diciéndole algo increíble, impensable.

Te gusta.

Paralelamente, un chico con el cabello alborotado y de lentes, sale de su habitación compartida a comprar café a la máquina expendedora más cercana. No obstante, debe pasar a través la cancha en la que se ve la figura de alguien trotando, la cual repentinamente se detiene. Miyuki Kazuya se aproxima más al borde del campo, para cerciorarse de que todo esté en orden con la persona en cuestión. Al acercarse más, pudo ver de quién se trataba con exactitud.

Sawamura.

Por supuesto. ¿Qué otro idiota podría estar corriendo con esta temperatura? Yo pensé que Chris-senpai ya se lo había dejado claro, pero este tipo no aprende.

Sonrió. Quiso iniciar una pequeña conversación, en son de molestar un poco al chico, pero observó que la expresión de su kouhai gritón no era la habitual. Había un toque de confusión en sus facciones, que pasó a ser algo parecido a dolor. Jamás lo había visto así, tan desconsolado. Ni siquiera cuando un juego llegaba a un desastroso desenlace.

Eijun, que a esas alturas se olvidó de seguir trotando, tenía las manos posadas en sus rodillas, tratando de apoyar su peso en ellas, sin poder conseguirlo realmente, por sus temblorosos brazos. Aquella confesión que su mente le hizo descubrir, ocasionó que todo tuviera sentido. Se aterró al instante. Eso no era posible. Simplemente estar enamorado de alguien para Eijun no tenía sentido y no era la gran cosa, ¿pero de un hombre? ¿De Miyuki?

No, no, no. Esto es una estupidez…No.

Luego de que su cerebro cortara circuitos, notó la presencia de alguien. Alzó la mirada, y se encontró con la última persona que quería ver. La comisura de los ojos le empezó a picar.

¡Genial! ¡Simplemente genial!

Una sonrisa que no llegaba a sus ojos se formó en su angustiado rostro. Su vista comenzó a nublarse. Había comenzado a llorar, y rápidamente las primeras lágrimas recorrieron su mejilla. Inmediatamente, bajó la cabeza.

Aquello era deprimente.

Apretó sus puños, haciendo que su uniforme del club se arrugara. Miyuki, que hasta ese momento estuvo callado, mirándolo con cuidado, decidió hablar. Si Sawamura se comportaba así, seguramente algo malo debió haberle sucedido, y eso le preocupaba, porque si ese comportamiento continuaba, podría causar problemas al equipo. O eso creía.

–¿Qué pasa? –preguntó Miyuki con el tono más suave que Eijun haya tenido oportunidad de escuchar nunca, acercándose a él. El cátcher podía ser muy afectivo en situaciones como aquellas, cuando veía a algún compañero mal, o indeciso en un momento crucial. Eijun se estremeció al sentirlo próximo a él, y el de lentes quiso llevar una mano a su espalda inclinada, pero no lo logró. El No. 20 de Seidou se alejó bruscamente y susurró una disculpa.

–…Lo siento. –Sintiendo al fin verdaderamente el frío de la noche y de su corazón, el cruel viento no perdonó su deplorable estado emocional. Corrió con las últimas fuerzas que tenía con destino a su habitación. Su sombra se reflejaba en el duro suelo mientras perdía el dominio de sus emociones.

La fría brisa siguió su camino siempre libre, fuerte, con convicción, cosas que Sawamura Eijun piensa están demasiado lejos de él ahora.

Notas finales:

Espero que les haya gustado :)

¡Adiós! 


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