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Broken schedules por Yangjali

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Notas del fanfic:

Todo comenzó porque quise hacer un spam en twitter del SuLay luego por arte de magia apareció esa frase de Jorge Bucay en mi mente y mi tonta imaginación comenzó a crear una historia y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba escrito, al principio me sentía insegura de subirlo pero al final pensé que sería lindo compartirlo con más gente que ame esta linda pareja que casi no tiene fics.

Espero les guste y todo error mis más sinceras disculpas (No soy buena escritora).

(Por cierto, estoy dispuesta a escribir más one shot´s SuLay solo denme ideas si quieren) 

Corría por las calles poco transitadas, sentía que se le iba el aire, siendo sincero él no era una persona activa en lo que respecta a la condición física. Él es una persona tranquila que se enfoca solamente en sus estudios y que casi nulas veces sale con sus amigos y mucho menos asiste a fiestas, así es Kim Joonmyun.

Se escuchaba el “clap” de sus suelas al pisar los charcos de agua que surcaban el suelo y los ligeros “tup top” de las gotas de lluvia al impactarse con la lona de su chamarra rompe-vientos. Notó que ya sólo le faltaba una cuadra para llegar a su destino. “La cafetería”  era el lugar al cual Joonmyun no faltaba ni un solo día entresemana, pero aún así no era considerado un cliente predecible; su estado de ánimo, la clase que tenía a primera hora o hasta el clima podían intervenir en su pedido en el extenso menú de tres hojas enteras y una pizarra colgada en la parte trasera de las cajas.

Al entrar sonó la pequeña campanita arriba de la puerta, se limpió los zapatos cuidadosamente en un tapete que decía “BIENVENIDO”, se quitó el gorro de la chamarra y caminó hasta una de las mesas disponibles. “La cafetería” podría considerarse un lugar “popular” entre los jóvenes universitarios, estaba justo en el punto medio entre una zona llena de dormitorios y campus de universidades. Se sentó en una mesa hasta el fondo del lugar.

Dejó su mochila con escasos tres libros rechonchos y una carpeta en la silla continua a la que estaba él dejando a su ya acostumbrado hombro descansar del peso extra. Sacó su celular del bolsillo delantero del conjunto de telas perfectamente cocidas y vio la hora. Él era una persona organizada, le gustaba llevar una rutina y un horario perfectamente estructurado.

05:07 am es la hora de levantase, sin embargo antes de que sonara ésta alarma debieron haber sonado dos alarmas una a las 04:57 am y otra a las 05:01 am. Porque cabe destacar que él odia los números pares y los múltiplos de cinco, por lo que, la suma de todos los números que pueda manejar deben estar excluidos de estos grupos. Salía de su departamento a las 06:03 y caminaba hasta la cafetería.

06:33 am decía en letras grandes en la pantalla del aparato, sonrió para sí mismo al darse cuenta que ni la lluvia lo había retrasado. Aproximadamente minuto y medio o minuto y tres cuartos llegaría una de las meseras, sí todas mujeres, a pedirle su orden con una linda sonrisa y no sin antes tratar de hacer un pequeño chiste o una pequeña platica sobre el día.

La elección de ésta vez fue un té calientito de frutos del bosque y caramelo, siempre ha sido un fiel amante de la azúcar, herencia de su madre, la cual por más que intenta no logra dejar. La chica llegó y colocó cuidadosamente la tasa sobre la mesa, en ese pequeño momento él pudo identificar que tal vez ella era descuidada, y no lo pensaba por el temblor de su mano que provocó que ligeras gotas salieran de la tasa y cayeron sobre el pequeño plato, lo pensó por sus uñas casi escasas ya que seguro se las comía y además tenían un esmalte azul gastado que ya comenzaba a caerse. Agradeció amablemente recibiendo una sonrisa como respuesta.

La calidez del liquido al rozar sus labios le fascinaba, utilizaba esos escasos diecisiete minutos en “La cafetería” para relajarse antes de un día de arduo estudio en la universidad. El liquido rosa palo comenzó a disminuir su volumen poco a poco dentro de la taza, estaba a punto de dar el último trago cuando un mechón de cabello cayó sobre sus ojos impidiéndole ver bien, se pasó la mano para apartarlos y colocarlos detrás de su oído, recargó su mentón en su palma y algo lo incitó a levantar la vista,  lo primero que vio fue una sonrisa, una realmente linda sonrisa. Fue subiendo poco a poco hasta encontrarse con una linda nariz de un tono pálido al igual que el resto del rostro, subió un poco más y fue recibido por unos hermosos ojos cafés obscuros rasgados, y entonces observó toda las facciones en conjunto, la persona era linda tenía el cabello largo que caía delicadamente sobre sus hombros, hermosos rizos negros que resaltaban la forma redonda de la cara de la chica, la persona alado de ella se acercó a su oído y le dijo algo, ambos voltearon y él rápidamente bajó la vista hasta su taza olvidada. Soltó un suspiro, rápidamente tomó sus cosas y se levantó caminando velozmente hasta la puerta. Se sentía avergonzado.

Dejando de lado los acontecimientos del día anterior regresó gustoso al día siguiente y por azares del destino volvió a sentarse en la misma mesa, la misma chica del día anterior lo atendió y pidió lo mismo, era como una película rebobina-repite, la diferencia de ésta ocasión es que cuando iba a darle el primer sorbo a su té algo, o alguien, lo hizo levantar la vista y allí estaba ella otra vez, sentada con una dona envuelta en un papel mientras acercaba sus carnosos labios rosados al pan y daba un gran mordisco para después tomar un poco de su chocolate caliente. Su atención no permaneció en ella mucho tiempo ya que seguía sintiendo un peso sobre él y fue cuando miró a la derecha de la chica la procedencia de la mirada penetrante, el chico del otro día estaba ahí también, con sus delgados dedos había rodeado la taza, la subía hasta sus labios, bajaba la taza y la colocaba nuevamente en la mesa de madera, todo sin dejar de observarlo al darse cuenta de éste dato apartó la mirada y sin haberle dado ni siquiera un solo sorbo a su té se levantó y se fue. Ya había desperdiciado los diecisiete minutos.

Decidió hacer un cambio en su rutina, iría a la cafetería y pediría lo que sea para llevar, entonces podría tomarlo tranquilamente en las bancas que estaban afuera de la escuela. Funcionó, el pequeño cambio había funcionado sólo porque los días habían estado nublados, pero cuando al cuarto día se cayó el cielo en gotas gordas y pesadas sobre el lugar todo estaba mojado y entonces tuvo que tomar su tibió café en el aula, algo que realmente odió.

Resignado y con la esperanza de ya no encontrarse con la pareja suspiró y entró al recinto, como de costumbre la campanita le dio la bienvenida, gracias a su mala suerte nuevamente la única mesa vacía era la que estaba justo enfrente a la mesa de la pareja. Con un esfuerzo enorme se concentró en sólo ver su taza de café negro y no levantar en absoluto la vista, sin embargo no pudo dejar de sentir pesadas miradas que se cernían sobre él. En cuanto terminó por completo es liquido de espeso color fue al baño para lavarse las manos ya que odiaba el olor a café que se quedaba en ellas y perduraba por todo el día. Estaba terminando de enjuagarse la extensa cantidad de jabón con olor falso a coco cuando levantó la mirada hacia el espejo mirando su reflejo y justo a su lado estaba el chico de las miradas penetrantes.

Suho pasó saliva pesadamente mientras caminaba por detrás del chico y tomaba una toalla de papel para secarse tratando de hacerlo rápidamente debido al temblor de sus manos.

-Ya no te había visto- Dijo con un marcado acento extraño en un coreano tambaleante.

-¿Perdón?- levantó la vista de sus manos abriendo los ojos, perplejo de que, afectivamente, el chico le hablaba a él.

-Ya no te había visto. Siempre tú…ves mucho a Jia- El chico al parecer trató de recordar las palabras adecuadas.

-Lo siento- Joonmyun sólo atinó a bajar la cabeza ocultando el ligero rubor que coloreaba sus ya teñidas mejillas por el frio.

-Ella es linda- El desconocido se pasó la mano por el cuello con nerviosismo y una tímida sonrisa.

-Sí, mucho- No sabía que más decir -¿Es tu novia, hermana, amiga?- levantó una ceja.

-No, no, es amiga, ella me dijo a mí que viniera aquí y te hablará a ti bien de ella- Suho quería reír de lo lindo que sonaba el tono inseguro en las palabras atinadas del chico.

-Graci…-Fue interrumpido.

-Pero, no sé qué decir-Bajó la cabeza avergonzado, Joonmyun sonrió por el sonrojo en sus mejillas. El sonido de un celular los sacó de su concentración, era el del chico y mientras él se disculpaba y tomaba la llamada Suho vio la hora en su celular, iba ya muy atrasado, pero al ser la persona educada que era le dijo al chico que se tenía que ir y con un ademan se despidió.

Ese día una profesora les dejó un trabajo en parejas sobre los leyes en distintos países de Asía, él y su mejor amiga Josephine decidieron hacerlo en su departamento, el trabajo era extenso y agotador así que ella se quedó a dormir. A la mañana siguiente ella al conocer a su mejor amigo por tres años enteros sabía de sus obsesivos horarios, sólo siguió la corriente.

Los dos llegaron a la cafetería, el lugar estaba atiborrado de gente, no quedaba ni una sola mesa desocupada, la chica estaba a punto de proponer otra cafetería cuando una jovencita linda y delgada se les acerco, si bien recuerda su nombre es Jia,  ofreciendo las dos sillas delante de ella y el chico tímido de ayer, Amber sin dejarlo hablar aceptó.

-Hola soy Jia y él es Yixing- Lay no había entendido nada pero al escuchar su nombre dio un educado ligero asentimiento –Llegó de china hace unas semanas y no entiende mucho el coreano, discúlpenlo y sólo ignórenlo- La chica mencionó, Yixing podía saber poco coreano pero si logró entender las palabras de su amiga así que sólo agachó la mirada hacia la azucarera avergonzado.

Joonmyun vio el brillo en los ojitos del chico desaparecer, sintió algo oprimir su corazón. Salió de sus pensamientos cuando Josephine le dio un golpecito en el brazo.

-Él es Joonmyun y yo soy Amber- Suho sonrió falsamente al ver que Yixing no levantaba la mirada.

-Yixing, puedes hablar en chino, Amber y yo entendemos- Joonmyun interrumpió el parloteo que comenzaban las dos chicas. En la universidad los obligaban a tomar dos idiomas como materias  “extracurriculares a la fuerza” así que tanto él como Amber sabían chino e ingles.  Yixing sonrió y tomó un sorbo de su té.

Los cuatro tuvieron una animada platica mientras las personas a su alrededor los veían de manera extraña.

-¿Conocen algún cuarto disponible para Yixing? Él está viviendo conmigo, pero a mi compañera de piso no le agrada mucho la idea de tener un hombre con nosotras y para ser sincera a mi tampoco- Dijo Jia en coreano haciendo que el chico a su lado levantara la cabeza y frunciera el ceño.

Ambos negaron y Jia les dio, más bien solo a Joonmyun, su número de celular por si alguno de los dos se enteraba de algún lugar libre. Poco después tuvieron que disculparse y retirarse.

Joonmyun no podía dejar de sentirse molesto por la forma en que Jia trataba a Yixing, no era como una buena amiga que cuida de su desorientado amigo, no, de alguna manera hasta parecía que se burlaba de él. Todo el día sintió que la sangre le hervía, si en algún momento se sintió atraído hacia ella todo desapareció.

Joonmyun  estaba ahogado en trabajos finales, se dormía tarde y se despertaba más muerto que vivo, así que dejó de asistir a la cafetería y tomaba un café instantáneo en casa para permanecer despierto en las clases, sin embargo no dejó de pensar en la posibilidad de llamar a Jia y ofrecerle su departamento a Yixing, el lugar era grande y su hermano se había mudado, sin mencionarle a sus padres, hace ya más de un año para vivir con su novia así que tenía un cuarto desocupado.

 No era algo de lo que se enorgullecía pero sus padres tenían el dinero suficiente para pagar ese pequeño departamento para después regalárselo a él y a su medio hermano. Su madre se divorció  de su papá cuando era muy pequeño y se casó seis años después con un hombre que tenía un hijo de la misma edad que él, no se queja ni de su padrastro ni de Baekho le caen muy bien y pareciera que sí comparten la misma sangre.

Esa misma semana les habló y comentó sobre su cuarto desocupado, Jia trató de hacer la plática más extensa pero él se negó rotundamente a perder más tiempo que podía aprovechar adelantando alguno de sus pesados trabajos así que amablemente le preguntó el numero de celular de Yixing.

Él y el chico se pusieron de acuerdo para el día de traer sus cosas, en lo que obviamente Joonmyun ayudaría.  Por alguna razón desconocida se sentía emocionado por tener al ya-no-tan-desconocido-Yixing.

Terminaron de instalar a Yixing rápidamente en su nueva habitación y Suho le mostró  cada parte del departamento otorgándole el permiso de sentirse con la libertad de hacer lo que quisiera ya que ahora también era suyo. Yixing no sabía cómo devolver el favor, ambos habían acordado pagar la mitad de los gastos del departamento pero el joven chino no sentía que fuera suficiente.

Joonmyun había violado todos y cada uno de sus horarios por Yixing, la primera vez fue cuando se durmió muy tarde por platicar con el chico, Lay, como pidió que lo llamara en adelante, le dijo que estudiaba danza en una escuela cerca de donde vivían, Suho quedó sorprendido de lo flexible que podía llegar a ser el cuerpo del menor, ahora sabía que era menor por un año, y con cuanta delicadeza eran sus movimientos. La segunda vez fue cuando Yixing llegó con un dolor en la espalda por un golpe que se había dado al caer en una práctica, se había encerrado en su cuarto todo el día y cuando el atardecer comenzaba a caer Joonmyun preocupado le dijo, casi rogó, que saliera a comer, al no recibir respuesta entró y encontró al menor untándose un ungüento en las partes que sus temblorosos brazos le permitían, no sabía que pensar pero todo se vino abajo cuando vio la mueca de dolor del menor, olvidando todas sus tareas fue hasta el chico y con una sonrisa se ofreció a ayudarlo. Y así fue como poco a poco los horarios comenzaron a romperse estrepitosamente ante él; dormía menos, olvidaba comer, algunas veces se dormía en clase, etc. No se arrepentía de nada.

 Joonmyun comenzó a enamorarse de Yixing sin darse cuenta.                                                                      

El día que el brillo de la verdad iluminó su cabeza fue el primer día de las vacaciones de los dos. Joonmyun se había levantado temprano y había ido a comprar algo de desayunar para los dos, pero cuando llegó fue recibido por un delicioso aroma a comida. La mesa estaba delicadamente acomodada con palillos y dos tazas de té.

-Tú estás aquí ya- habló en coreano mientras sonreía Yixing al darse cuenta de la presencia del mayor a su espalda, mostrando su hermosos hoyuelo –Hice el desayuno-

-No tenías que hacer nada, ya compré algo- dejó las bolsas sobre la mesa de granito de la cocina.

-Después tú y yo podemos comerlo. Hice comida china, no es rica, pero lo intenté- Joonmyun aceptó y lo ayudo a servir los platos. –No, no, siéntate, yo quiero hacerlo-

-Y yo quiero ayudarte- Refunfuñó el mayor.

-Quiero hacer porque quiero darte…-Pensó un momento –…gracias- terminó.

-Sabes que puedes hablar en chino y te entenderé-

-No, yo quiero intentarlo- Yixing se mordió el labio y se pasó la mano frustrado por el cabello.

-¿Qué pasa, Lay?- Se acercó preocupado al menor.

-Yo quiero hacerlo bien, puedo aprender, no soy inútil y yo…-suspiró y comenzó a hablar en chino –Quiero hacerlo para agradecerte por todo lo que haces por mí, quiero hacer todo bien por ti-

-No tienes que hacer nada para agradecerme, lo hago porque quiero, porque te quiero- Se acercó al menor y con un movimiento rápido para no arrepentirse juntó sus labios, se sorprendió al sentir los labios de Lay moverse a la par con los suyos jugueteando delicadamente. –Podemos dedicar el tiempo libre que tenemos para enseñarte coreano- Susurró sobre los labios contrarios cuando se separaron. Lay sonrió mientras se mordía el labio inferior.

-Sí pero ¿puedes volverme a besar?- Ambos rieron entre dientes y sonrieron cuando volvieron a unir sus labios.

Se consideraban aún “amigos” sin embargo comenzaron a besarse cada vez que les daba la gana, Joonmyun como dijo le ayudó a aprender coreano y se enorgulleció enormemente al ver que el menor aprendía rápido, a veces se quedaban en el departamento y veían películas abrazados mientras comían un montón de comida con altos contenidos de azúcar, unos cuantos meses después ambos empezaron a dormir en la misma cama, no porque tuvieran relaciones sexuales, sino porque se quedaban tanto tiempo mejorando el coreano de Yixing que se quedaban dormidos sin darse cuenta.

Un día por la mañana Yixing había tenido un sueño erótico que no pasó desapercibido por el mayor cuando lo abrazó al amanecer, Suho comenzó a acariciar suavemente el abdomen ligeramente marcado del menor sin llegar a su entrepierna sintiéndose inseguro de sí Lay estaría bien con ello pero el pase de entrada le fue concedido cuando lay susurro con voz ronca “tócame, por favor” Suho besó el cuello del menor hasta que Lay se dio la vuelta quedando cara a cara y juntaron sus labios, el joven chino acaricio la creciente erección del mayor, se separaron por falta de aire de su beso apasionado mientras ambos se masturbaban el uno al otro y cuando ambos se corrieron sintieron que estaban en el paraíso para concluir con un suave beso.

Ambos recuerdan a la perfección la primera vez que hicieron el amor, Joonmyun había llegado muy enojado de la universidad reclamándole a Lay que era su culpa que su vida fuera un desastre, que desde que él había llegado todas sus agendas y horarios habían perdido eficacia y muchas otras cosas más. Yixing sabía que el mayor lo amaba tanto como él lo amaba así que tradujo todas esas palabras como que había tenido un día agotador, le pidió que se relajara mientras le daba un masaje, Suho se sintió tan arrepentido que le dio un millón de “perdones” mientas besaba con dulzura sus labios. A modo de disculpa le hizo sexo oral, pensó que todo terminaría ahí pero Yixing cambio todo, como de costumbre, y le dijo que deseaba continuar. Joonmyun llenó de besos cada parte del cuerpo blanco y esbelto de Lay  y se tomó todo el tiempo necesario para preparar con cuidado a Lay haciendo que sintiera la menor cantidad de dolor, si le preguntaran a Yixing  si duele el probablemente responderá con un “Duele un infierno, pero vale la pena”. Después de que Yixing dio el permiso para que se moviera Joonmyun dio embestidas suaves y lentas hasta que encontró el punto clave dentro del cuerpo de su amante. Ambos disfrutaron más que nunca aquella tarde de te “amo´s” y besos dulces. Aunque a Yixing le dolió horrores ir al otro día a la escuela, pero con todos los mimos que su novio-amigo-amante le dio supo afrontar ese dolor y hasta pedir una nueva ronda la noche siguiente.

 

 

 

“ El camino marca una dirección. Y una dirección es mucho más que un resultado” –Jorge Bucay- 

Notas finales:

Gracias por dedicarle un ratito de su tiempo a éste laaargo one shot, espero no haberlos defraudado.  Siéntanse con la libertad de dejar cualquier comentario o critica.

Muuuuuuua besos y abrazos con todo mi corazón.  


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