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Kyungsoo por PanquequeS

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Notas del capitulo:

Disclaimer:

 
Ninguno 
de los hechos acaecidos en este relato ha ocurrido en la realidad; todo es pura y completamente ficticio.
La autora de este relato no posee ninguna clase de derecho ni propiedad sobre los artistas citados en él, ni está vinculada en modo alguno con ellos, sino que utiliza sus nombres sin su consentimiento explícito. Con su trabajo, no pretendeofenderlos o causarles perjuicio alguno, sino, simplemente, crear una forma de entretenimiento para ella y quien quiera disfrutarla, sin obtener beneficio económico de ninguna clase.

 

Capítulo uno: Vacío



El dolor silencioso es el más funesto.

«Jean-Baptiste Racine (1639-1699) Poeta trágico francés.»

 

 

 

 

 

Aquella mañana él volvía a despertar recordando la infernal pesadilla. Los recuerdos lo atormentaban cada día, a todos horas, siempre.
Do Kyungsoo tiene marcas imborrables, mismas que cargará para toda su vida.


—Kyungsoo.

—Estoy despierto.- Respondió con simpleza el llamado de su progenitora.

Kyungsoo es un joven de veintiún años de edad que estudia en la mejor universidad de Seúl, Corea del sur. Hace aproximadamente cinco años, él junto a sus padres se transfirieron a ese lejano y desconocido país. Eran de nacionalidad coreana pero habían dejado su país de nacimientos años atrás.


Sus padres creyeron que sería lo mejor para todos el dejar atrás lo sucedido y regresar a Seúl, sin embargo para Kyungsoo eso ya era imposible; su piel ya llevaba los tatuajes de ese  terrible pasado.
Él se miraba una y otra vez en ese espejo. Detestaba ver ese cuerpo sucio, manchado y lastimado, lo odiaba con furor.

—Kyungsoo.-Su madre entró a la habitación.

— ¿Qué?-Respondió.

—El desayuno ya está servido.-Su madre lo miró de pies a cabeza más no le dijo absolutamente nada.

—Enseguida bajo.-Kyungsoo es un chico poco sociable, no tiene amigos y apenas cruza algunas palabras con sus progenitores. A decir verdad, es un chico silencioso y solitario. Sus padres cada día se preocupan más por él. A simple vista notaron el cambio que su pequeño niño tuvo después de lo que había pasado años atrás —Buenos días.- Saludó Kyungsoo a su padre.

— ¿Has dormido bien?-Preguntó el hombre.

—Sí.-Mintió. Las pesadillas continuaban persiguiéndolo pero él ya no gritaba como antes, sólo despertaba e intentaba olvidar, más no podía. 






Los jóvenes universitarios observaban al nuevo chico. Era un muchacho de ciento ochenta centímetros de altura, tez morena y presencia amable acompañada de una pizca de virilidad a su alrededor.
El chico iba muy sonriente, no era la primera vez que experimentaba esta etapa de “mudanza por asenso en el trabajo de papá”. Ya era rutina.
Jongin creció en Sydney, Australia pero por motivos de trabajo de sus padres se mudaban muy a menudo y está ocasión fue Seúl, Corea del sur país al cual pertenecen sus padres.

—Buen día.-Saludó a la mujer de tras del escritorio.

—Buenos días.-Sonrió Matilde, una señora de aproximadamente cuarenta y cinco años de edad que era la esposa y secretaria del director de la universidad.

—Soy un nuevo alumno.-Dijo en un coreano no perfecto pero si entendible.

— ¿Cuál es tu nombre?-Preguntó.

—Kim Jongin.

—Bien.-Tecleó unas cuantas veces y una hoja salió de la impresora. —Este es tu horario. Salón 3ª.-le indicó.

—Gracias, que tenga un lindo día.-Se despidió Kai, como le solían llamar en Sydney.


Caminó por los pasillos aún llenos de alumnos y de nueva cuenta, las miradas no se hicieron esperar.
Jongin es un chico muy carismático y sociable, así que unas cuantas veces saludó a unas personas que le sonreían.
El chico estuvo rondando por los largos pasillos sin poder lograr encontrar su salón y el timbre para entrar a clases ya había tocado.

— ¿Necesitas ayuda?-Un chico de su misma estatura se acercó a socorrerlo.

—Sí.-Respondió —Soy nuevo, así que no encuentro el salón 3ª.

—Vamos, sígueme.-Le indicó el joven —Soy Sehun y estamos en el mismo salón.-le sonrió.

—Kai.- Extendió su mano —Un gusto.

—Igual. 







Kyungsoo era el único en el salón que se sentaba solo. Realmente no le importaba estar así, después de todo fue él quien decidió alejarse de los demás.
Kyungsoo estaba demasiado dañado y nada ni nadie podían salvarlo. Había tocado fondo, se había sumergido en una depresión devastadora, una que poco a poco lo llevó al vacío: frío y solitario.

—Buenos días clase.-Saludó la profesora y todos, a excepción de Kyungsoo, le regresaron el saludo —Tenemos a un nuevo integrante, sean amables con él.-a él muy poco le importaba lo que dijeran a su alrededor, solo ponía atención cuando de sus estudios se tratase.
Se dedicó a observar por la ventana hasta que oyó como todos murmuraban algo que no lograba entender.

—Hola.-Giró su rostro para ver quien lo saludaba. Justo a su lado, su compañero de asiento le sonrió —Soy Jongin, ¿y tú eres?-en la mirada del chico existía algo que te atrapaba, te mantenía bajo su encanto de niño y hombre.

—Kyungsoo.-Respondió. 







Llegó la hora del almuerzo y todos salieron a la cafetería de la universidad, todos menos Kyungsoo. Jongin lo vio en su lugar sin mover si quiera un milímetro de su cuerpo. Estaba a punto de entrar para invitarlo a desayunar con él cuando Sehun lo tomó del brazo.

—Ven conmigo.- Kai lo siguió en silencio. Caminaron unos minutos hasta que se detuvieron en un pasillo solitario —Kyungsoo es especial.-fue lo que Sehun le dijo.

— ¿Especial?-Lo miró confundido — ¿A qué te refieres con especial?-quiso saber.

—Tampoco yo lo sé, pero todos los profesores dijeron que él es un caso especial.-Le explicó —Por lo que acabas de ver, Kyungsoo es muy solitario.

— ¿Por qué?

—No lo sé.-Respondió —Hablas mucho.-rió.

—Suelo hablar de más.-Lo acompañó en las risas. Kai fue junto con Sehun, pero ni estando en compañía se sacaba de su cabeza a ese niño.
Kyungsoo tenía ese algo que a Jongin le atraía y no pensaba alejarse de él por nada del mundo. 







Todos los días Kyungsoo saludaba a su compañero de al lado. No es como que él quisiera pero Jongin siempre trataba de hablar con él y Kyungsoo respondía por educación sin embargo invariablemente buscaba la forma para librarse de él.

— ¿Siempre eres así de callado?-Kyungsoo le dirigió una mirada de soslayo y asintió — ¿Por qué?

—Porque me gusta el silencio.-Respondió. Jongin siempre sonreía cuando podía oír esa hermosa voz, tan suave, tan delicada.

— ¿Y qué me dices del porque no tienes amigos?-Kyungsoo simplemente no respondió y se dispuso a recoger sus cosas. El timbre se oyó por toda la universidad; era la hora de la salida, así que se colgó su mochila y salió del aula pero Jongin lo alcanzó.

— ¿Por qué me estás siguiendo?-Le preguntó.

—Quiero conocerte más.-Le sonrió.

—Yo no.-Kyungsoo aceleró el paso para perder de vista a ese chico que lo cegaba con ese brillo invisible que lo rodeaba.

— ¿Pero porque?-Él seguía atrás de Kyungsoo.

—Porque no quiero.

—Eso no es un porque.-Desde la llegada de ese chico, Kyungsoo hablaba más de lo habitual. Algunos de sus compañeros ya ni recordaban esa voz tan bonita que Kyungsoo poseía.

— ¿Por qué me molestas tanto?-Le preguntó fastidiado — ¿Es qué acaso no vez que no me gusta que estés alrededor mío?

—Por supuesto que lo sé.-Respondió la última pregunta —Pero, ¿por qué no quieres ser mi amigo?, ¿Por qué huyes?

— ¡Déjame en paz!-Gritó llamando la atención de algunas personas. Kyungsoo sintió todas las miradas posarse en él y eso lo incómodo de sobremanera.

—No.-Le respondió Jongin — No lo haré.-Kyungsoo lo miró sin poder creer lo que estaba oyendo y le resultó un mal trago al ver esa sonrisa. Jongin estaba hablando muy enserio sobre ese asunto. No pensaba dejar a Kyungsoo. No había explicaciones, no había razones, solo quería ayudarlo. 









Se levantó de la cama todo sudado, su corazón acelerado y ese recuerdo que día con día seguía ahí en Kyungsoo. El recuerdo más amargo y horrible, el dolor, el día que él murió en vida.

—No podre más.-Lloró, lloró nuevamente. Cargaba con algo que no soportaba. El recuerdo lo lastimaba y Kyungsoo creía que estaba bien cargar con ese dolor porque pensaba que todo lo que habían vivido ese día era y sería su culpa.

—Kyungsoo.-Le llamaron. Rápidamente se limpió las lágrimas y trató de serenarse.

—Pasa.

—Buenos días.-Saludó su progenitora.

—Buen día.-Kyungsoo podía ver el buen humor que tenía su madre y no entendía por qué — ¿Pasa algo?-quiso saber.

—Absolutamente nada.-Canturreó — ¿Por qué no me dijiste que saldrías con un amigo?-esa pregunta no se la esperaba.

—No saldré con nadie.-Respondió.

— ¿Cómo es posible eso?

— ¿Qué tratas de decirme?-Exigió saber.

—Un compañero de tu universidad espera por ti en la sala.-Kyungsoo frunció el ceño. Temía con todo su corazón que fuera ese chico, ese tal Jongin. Kyungsoo se levantó de la cama y salió de su habitación. Echaría a quien fuera que estuviera allá abajo.

—Hola, buenos días.-Le saludó Kai una vez que lo tuvo enfrente.

—Vete.-Le dijo Kyungsoo con voz calmada.

—Nope.-Canturreó divertido el más alto.

—Vete.-Volvió a repetir —Y no pienso decirlo de nuevo.-le advirtió.

—Kyungsoo.-El timbre de voz de Kai cambió. Se miraba más serio y decidido —He dicho que no me voy.

— ¿Qué quieres de mí?-Susurró cansado —No te soporto, te odio. Sólo has llegado a poner de cabeza mi vida. ¿Por qué lo haces? Dímelo ahora, aquí.

—Quiero conocerte.-Le respondió —Quiero ser tú amigo, quiero ser tú pilar en el cual te puedas apoyar, sólo quiero ayudarte.

—No.-Negó una y otra vez —Nadie puede ayudarme.-susurró y Jongin, ni nadie pudo oírlo.

—Sí.-Se puso de pie y caminó hasta donde Kyungsoo estaba —Dame la oportunidad de ser tu amigo, no te pido más.-Kyungsoo sabía que lo que Jongin le estaba pidiendo era muy difícil para él —Por favor.

—Solo vete a casa, Jongin.-Subió las escaleras corriendo y se encerró en su habitación todo el día. 








Caminaba por el pasillo pensando lo que había pasado el sábado en casa de Kyungsoo. Sabía que no sería fácil ni rápido, lo tenía muy en cuenta pero nada era imposible. Con esfuerzo y dedicación ganaría la confianza de ese niño.
Kai estaba desesperado por acercarse a Kyungsoo y no encontraba explicación para hacer todo lo que estaba haciendo por Kyungsoo.

—Sí, definitivamente eres especial.-Sonrió y entonces lo vio. Kyungsoo estaba caminando solo, como de costumbre —Especial para mí.-caminó más rápido y lo alcanzó —Hola.-Kyungsoo lo miró y frunció el ceño. No quería verlo, no necesitaba saber nada de Jongin, no lo quería cerca.

—No ahora.-Suspiró —Déjame, ¿sí?-y por primera vez ambos se miraron directamente a los ojos, sin apartarlos.

—No puedo.-Le respondió con sinceridad —Permíteme ser tu amigo, por favor. 









Dos meses, si, dos meses habían transcurrido desde la llegada de Jongin a su vida. Exactamente dos meses necesitó el chico para entrar de lleno en la vida de Kyungsoo y esa fue la primera vez, desde aquel fatídico día, que el joven permitió que alguien entrara de nuevo para llenar de luz a su ya oscura y sin salvación vida.


—Hola.-Lo saludó el recién llegado — ¿Cómo amaneciste el día de hoy?

—Hola.-Le respondió el saludó —Bien.-mintió — ¿Qué tal tú?-preguntó.

—Perfectamente bien.-Sonrió como sólo él podía sonreír — ¿Puedes ir conmigo a un lugar después de la universidad?

—Por supuesto.-Respondió Kyungsoo.









Era verdad que Kyungsoo había cambiado muchas cosas desde la llegada de Jongin a su vida pero todo para Kyungsoo había sido igual, solo que un poco más llevadero. No olvidaba y jamás lo haría y por eso, la tormenta no apaciguaba.

— ¿Dónde estamos?-Le preguntó Kyungsoo. Sus ojos lo podían ver, más era un mundo en el cual él se había excluido. Era un simple y divertido parque de diversiones.

— ¿Que no es obvio?-Lo miró —Es Lotte World.-Jongin lo tomó de la mano y entraron a ese maravilloso mundo de juegos y magia.


Kyungsoo podía estar en compañía de Jongin, en ese lugar, un mundo lleno de felicidad, uno el cual rehuía de la vida de este joven tatuado de dolor en su alma y corazón. El destino era demasiado cruel con él. Si fuese aquel de antes, él que no había sido ultrajado por todos aquellas miserables personas, en ese momento, en ese simple lugar, en compañía de Jongin, el fiel caballero que se había enamorada de la joven princesa lastimada, sería un momento que Kyungsoo adoraría para toda su vida, pero el destino era muy despiadado.

El Do Kyungsoo del ahora, del presente, sabía que lo que vivía en compañía de Jongin, era un momento que no podía disfrutar.  Jamás llegaría hacer feliz con nada ni con Jongin ni con nadie. Kim Jongin, había llegado muy tarde a la vida de Kyungsoo. 

Kyungsoo era, será y moriría siendo el cruel niño de quince años que arruinó la vida de su propia hermana y su único mejor amigo.
En la vida de este adolescente quedaba el rastro del doloroso pasado. Ni Jongin, quien era la persona que para el corazón de Kyungsoo era muy importante en su vida, podría ayudarlo a salir de esa soledad en la cual estaba hundido y que por más intentos que hiciera jamás pudo salir de ese lugar, un lugar en el que quedó hundido en la atroz y miserables penumbras del dolor.
Kyungsoo ya estaba desahuciado, no había salvación. Él estaba metido en un vacío, en un dolor, en ese maldito hoyo sin salida que lo mataba cruel y lentamente.

 

Notas finales:

Hola a todos. Les traigo un nuevo proyecto. En realidad está historia fue escrita por mí, solo que he decidido adaptarlo. 

Está historia fue escrita cien por ciento en el genero heterosexual pero llegue a pensarlo mucho y decidí adaptarla con unas de mis couples favoritas del yaoi.

También he de decir desde ya que, el final de está corta historia, tiene palabras que he tomado de alguíen más y que, muy a pesar de que no pude ponerme en contacto con ella/él, me atreví a agarrar aquellas fases citadas en su escrito y colocarlo en el mio. 

Pero ojo, no estoy llevandome los creditos. Por esa misma razón lo estoy explicando. 

Espero que les guste está historia que he adaptado para ustedes con mucho cariño. 

Saludos. 

 

Pd: Si ven algún error, avisenme. Recuerden que está historia es mía pero la estoy adaptando así que muy seguramente se ve fueron algunas palabras del escrito original. 


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