No es lo mismo
No es lo mismo. Esa oración se repetía una y otra vez en su cabeza. Tao lo sabía perfectamente, sabía que el amor no era lo mismo a tener sólo sexo ocasional.
Estaba completamente enamorado de Yifan por eso aceptaba las migajas que Yifan le daba, porque lo amaba con todo su corazón.
Su relación–si se le puede llamar así-sólo se basaba de sexo, sexo y más sexo. No había palabras de amor por parte Yifan. Tao necesitaba su amor pero no lo obtenía y dios sabrá si lo obtendría algún día.
—Te amo.-Le dijo una noche. Como respuesta por parte de Yifan, sólo obtuvo su desprecio y desdén.
—No lo vuelvas a repetir.-Lo sentenció, dejándolo solo, triste y con el corazón roto.
Después de esa noche Yifan no apareció hasta un mes después. Llegó a su departamento oliendo alcohol.
Tao guardaba las esperanzas que algún día Yifan aceptara sus sentimientos y se dejará llevar por el amor–que Tao creía ciegamente que Yifan le tenía–para que pudieran ser felices.
—Te necesito, te necesito ahora.-Le susurró cerca del oído. Su te necesito era evidentemente que se refería a tenerlo desnudo entre sus brazos para poseerlo. Sólo eran palabras que significaban para Yifan satisfacer sus necesidades más bajas. Después de unirse sexualmente, Yifan ya estaba sobrio y Tao pensaba que había hecho mal con su vida, porque le gustaba recibir las migajas de ese hombre —Está noche ha sido esplendida.-le dio un apasionada beso que Tao no respondió —Te veo después.- como siempre, Tao se quedaba llorando amargamente por el vació que dejaba su pareja sexual, porque eso exactamente eran.
— ¿Que estás haciendo con tu vida?-Susurró.
Hace un año Tao era feliz, estaba rodeado de sus amigos, familia pero maldita la hora que lo conoció en aquella fiesta, maldita la hora en la que se enamoró de alguien que no sentía lo mismo por él.
En parte se arrepentía de haberlo conocido hace un año porque por Yifan, Tao lo había dejo todo. Dejó a su familia en China, dejó a sus amistades y las que tenía aquí debían ser únicamente mujeres; ya sean lesbianas o bisexuales porque si Yifan lo miraba con un hombre lo golpeaba y humillaba tanto verbal como físicamente.
— ¿Cuánto tiempo piensas esperar por él?-Min Hye era una de sus pocas amistades que tenía en Seúl — ¿Qué esperas para dejarlo?-le preguntó —Él no te quiere. No te hagas más daño.
—Por favor, basta.-Suplicó —Yo lo sé, lo sé perfectamente bien.-esa noche volvió a llorar. Min Hye tenía razón; ¿Qué estaba esperando para dejarlo?, ¿Qué esperaba para terminar con Yifan de una buena vez por todas?
Tao era el único que sufría, era el único que lloraba por el desamor, era el que sólo aceptaba las migajas que Yifan le daba y era sólo por una única razón. Y esa era porque Tao lo amaba con locura.
Ya no más, le dijo su conciencia. Ya suficiente dolor había sentido todo este tiempo, ya no podía seguir soportándolo, ya no más.
Desde aquella noche donde Yifan tomó como la–noche-de–reconciliación–me-lo–tiro–en–la–cama, no volvió aparecer por su departamento hasta semanas después. Venía sobrio y lo primero que hizo fue aprisionar su boca contra la de Tao.
Ya no más, le repitió su conciencia y Tao automáticamente lo alejó.
—No es lo mismo que yo te ame a que tú sólo desees una vida sexual activa.-Yifan no comprendía su comportamiento.
— ¿Qué te pasa?-Quiso saber.
—Pasa que me canse de esto, Yifan.
Y esa fue la noche que Tao rompió todo tipo de lazo que lo unía a Yifan. Fue la última vez que lo vio, fue el adiós para siempre.
Porque no era lo mismo amar enteramente a alguien y que esa persona sólo te viese como su escape fácil.