La respiración entrecortada de ambos retumbaba en las blancas paredes de la oscura habitación. Una batalla de temperaturas se desarrollaba entre la calidez de sus cuerpos causada por la fricción de ambos y el frio del ambiente.
Jongin sintió la esperanza inundar su pensamiento, tal vez ésta vez nada saldría mal, tal vez ésta vez sería diferente. Tal vez ésta vez Kyungsoo se daría cuenta que Jongin no era él.
Pero un tal vez siempre tendrá un “pero” interponiéndose en medio.
Jongin había sido sumamente cuidadoso en cada detalle; repartir los besos necesarios en los lugares adecuados para subir a Kyungsoo hasta una nube de excitación. Lo había preparado dilatando apropiadamente su entrada y dijo un montón de “Te amos” para que notara que era él. Que supiera que esa era su boca, que esas eran sus manos y que aquella voz era no le pertenecía al pasado doloroso de Kyungsoo.
Jongin entró lentamente en el cuerpo de su amante mientras repartía besos en el cuello blanquecino del más bajo, tratando con todo su corazón de demostrarle su amor.
Todo iba bien, los músculos se destensaron poco a poco mientras sus terminaciones nerviosas se ponían a la defensiva. Sus vasos sanguíneos del rostro se abrían tintando con ligeros toques de rojo aquellas mejillas que Jongin tanto amaba. Él amaba todo de Kyungsoo, lo amaba aunque estuviera roto.
Kyungsoo abrió los ojos y la pared de seguridad que Jongin había construido con tanto esfuerzo se desplomó estrepitosamente ante sus ojos. Otra vez. Kyungsoo vio los ojos de la persona sobre él, sus ojos no eran tan pequeños, su tez no era pálida y sus labios no son tan rosados.
-Kyungsoo, te amo- Dijo inmediatamente Jongin, tratando de recordarle que estaba ahí, que él no significaba dolor.
-Joo…-Una lagrima escapó de la esquina de su ojo derecho y entonces, en ese momento, Jongin vio que el tal vez no aseguraba nada. –Du…Duele. ¡Sal! ¡Duele mucho!- Gritó desesperadamente. Pero Jongin no entró en pánico como muchas veces antes, ésta vez sólo suspiró y se quedó sobre el cuerpo tembloroso.
Flashback.
Kyungsoo había llegado a casa después del trabajo, se sentía agotado de tratar con tanta gente y el constante sonido de los teléfonos. Acomodó sus cosas en armario alado de puerta, se aflojó la corbata y caminó hasta el sofá de la sala, se dejó caer pesadamente mientras prendía el televisor. Debía esperar a Joonmyun para preparar la cena juntos.
Ambos se habían adaptado a la rutina, no se molestaban, no decían que “la chispa” se había perdido, sólo que ambos habían madurado, los dos tenían un trabajo formal que les exigía esfuerzo y tiempo. Como toda pareja habían peleas ocasionales que siempre concluían con una sesión de sexo de reconciliación, las relaciones intimas seguían siendo buenas, nunca eran parecidas a las anteriores. Cualquiera que los viera pensaría que sólo estaban juntos por la costumbre, que ya no se amaban, aquello era una total mentira, tanto Joonmyun como Kyungsoo se amaban, sólo que ambos no lo demostraban demasiado, sabían que un acto podía significar más que mil palabras. Todo era diferente a cuando iban al instituto, pero el amor seguía existiendo. Kyungsoo pensó que todo estaba bien entre ellos dos.
No esperó la noticia que le llegó aquella noche.
La puerta se abrió dejando ver a un pálido, más de lo normal, Joonmyun que entraba pesadamente al departamento, como si el corazón le pesara.
-Bienvenido- Kyungsoo se levantó y fue hasta donde estaba su pareja dando un beso en los labios rosados del otro, por alguna razón ese beso se sentía vacio, y fue frio como un hielo.
-¿Te fue bien hoy?- Preguntó instintivamente el mayor al ver la mirada preocupada de Kyungsoo.
-Bien, nada nuevo- Sonrió suspirando mentalmente alejando la preocupación. Ambos fueron a su habitación a cambiarse por algo más cómodo - ¿Quieres contarme tu día y preparar la cena o hacer la cena y platicarme mientras comemos?- Ambos se encaminaron a la cocina reluciente, ya que ambos eran demasiado limpios.
-Kyungsoo, siéntate- Joonmyun lo vio directamente a los ojos con una mirada arrepentida mientras hacia ese pedido.
Kyungsoo sabiendo que sólo le llamaba por su nombre completo cuando se trataba de algo muy serio obedeció. Se sentó. Bajó su vista desde su mirada preocupados hasta sus manos que se frotaban entre sí nerviosamente.
-Kyungsoo yo… yo hice algo...¿Recuerdas a Zhang Yixing?- Se escuchó como Kyungsoo se pasaba el nudo que tenía en la garganta antes de responder.
-¿El joven chino que entró unos meses atrás a la compañía? Sí ¿Por qué?-
-Kyungsoo yo…-Se calló inundando todo en un silencio sepulcral.
-¿Hace cuanto?- Preguntó el menor mientras atacaba con una mirada triste al mayor. Por dentro esperaba, suplicaba, que no estuviera pasando.
-Kyung…-La mandíbula del mayor se tensó al ser interrumpido por la voz queda del menor.
-Pregunté hace cuanto tiempo fue que pasó y ¿Hasta dónde llegaron?- Fue en ese momento cuando se quebró dejando escapar las lagrimas.
-Hace unos días y fue sólo un beso. Kyungsoo, no tenemos que terminar todo lo que tenemos desde hace tanto tiempo por esto. Te suplico me perdones- Joonmyun derramaba culpabilidad y tristeza, Kyungsoo sabía que ambos estaban sufriendo por lo ocurrido.
Kyungsoo se levantó ante la mirada preocupada del mayor y fue a su habitación, cerró la puerta con seguro y sin llegar a la cama cayó de rodillas sobre la alfombra café y lloró, lloró como nunca había llorado, soltó gritos desesperados, algo que nunca había hecho. Podía contar con una sola mano las veces que había llorado en su vida; Cuando su hermano se fue a Canadá a trabajar, cuando su abuelo murió y, la más reciente, cuando le rompieron el corazón. Durmió en el suelo, en posición fetal mientras soltaba sollozos entresueños, despertando varias veces por la noche cerciorándose que no era un sueño, que la pesadilla en realidad sí estaba pasando.
Al día siguiente salió del cuarto con los ojos hinchados y unas ojeras rodeando sus hermosos ojos grandes. Joonmyun estaba en la sala pasándose la mano por el cabello, habito que tenía cada vez que estaba nervioso.
-Kyungsoo…-Se levantó de golpe yendo hasta su pareja manteniendo una distancia considerable.
-Intentémoslo, hagamos que aquello que te falto no vuelva a carecer- Dejó que el mayor lo abrazara y respondió el beso que le era dado. –No sé si te perdono o no, pero podemos intentar arreglar las cosas.-
-Claro, haré lo que sea para no cometer errores, lo juro-
Y así fue, ambos trataron de hacer las cosas un poco diferentes; salían a citas más seguido, eran un poco más románticos, hicieron juegos para divertirse mientras tenían relaciones, sin embargo ambos sabían que todo era un farsa, que nada de eso era ellos. Ya no era su relación. Aunque trataran el daño ya estaba hecho, los atormentaba a ambos. Joonmyun aún sentía la culpa consumirlo y Kyungsoo comenzó a sentir inseguridad y miedo cada vez que veía al mayor irse al trabajo. La relación los estaba desgastando mentalmente y aunque se hubiesen amado y se amen aún ambos se negaban a ser masoquistas.
¿De qué sirve una relación que más que amor te hace sentir tristeza? ¿De qué sirve tener intención de mejorar todo sí al final todo se degrada? ¿Dé que sirve querer plantar la semilla de la esperanza si el suelo es infértil pudriendo la semilla?
Había sido doloroso, sí, pero era mejor dejarlo ir a seguir hundiéndose en lo más obscuro del amor; el odio.
Kyungsoo terminaba de guardar sus cosas en las cajas de cartón mientras Joonmyun empacaba su ropa en una maleta grande. Habían decidido vender el departamento y todas las cosas que tuvieran en común, ambos querían empezar desde cero. Los dos habían llegado al acuerdo de seguir en contacto sí así lo deseaban, como amigos.
Kyungsoo no le tiene rencor a Joonmyun por lo tanto Joonmyun ya no siente culpa.
Entonces Kyungsoo comprendió que el amor no se acaba, sólo se rompe lentamente hasta convertirse en fragmentos tan pequeños como el polvo que fácilmente el viento puede arrastrar (Si así se desea). Y que entonces el dolor era inevitable.
Kyungsoo se enteró que uno de sus compañeros, y cercano amigo, de trabajo buscaba compañero de piso, ya que según él su hermano mellizo se había ido a vivir un tiempo a Japon. No dudó ni un segundo en aceptar la oferta de Taemin. Entre más lejos de su pasado, mejor.
Una tarde lluviosa fue cuando conoció a Jongin. Al entrar en el departamento empapado de pies a cabeza, se encontró con tres hombres bebiendo y bromeando animadamente en la sala del espacioso lugar. En cuanto Taemin notó su llegada le invitó a acercarse para presentarlos.
-Chicos, él es Kyungsoo, mi compañero de piso- Ambos hombres se levantaron y sonrieron, ambos eran muy altos. –Kyungsoo, ellos son mis hermanos; Sehun es mi hermano menor y Jongin mi mellizo del que te hablé- Kyungsoo hizo una ligera venia como saludo.
-Cambiaste a Minho por alguien más pequeño- Soltó el rubio después de que Kyungsoo se disculpó para poder irse a cambiar.
-No he cambiado a mi novio, Sehun-
-Me alegro ¿Cuándo es la boda?-Se burló Jongin.
-Preguntaría lo mismo, pero ni siquiera tienes a alguien- Sehun y Taemin se burlaron de su hermano.
-Pronto- Respondió antes de levantarse e ir a la cocina donde había visto a Kyungsoo entrar.
Le tomó a Jongin un mes hablar de forma casual con Kyungsoo, siete meses dos semanas y cuatro días conquistarlo y tan sólo dos meses para hacerse una pareja formal. Prometiéndole una nueva oportunidad de reconstruir el amor.
Fin Flashback
-No, ésta vez no. Mírame, soy Jongin- Dijo con tono suave y besó los labios de corazón de Kyungsoo. –No duele Kyungsoo, yo no me iré después- “Yo no soy él”.
-Jongin…-Un beso interrumpió un sollozo que amenazaba con salir.
-Soy Jongin, la persona que más te ama en el mundo ¿Me dejaras curarte las heridas que el dolor dejó?-
-Jongin, perdo…-
-No digas nada y encárgate de entender que no soy él- Lo besó nuevamente mientras hacía un movimiento suave con la cadera embistiendo al mayor.
Las lagrimas se habían comenzado a detener dejando un rastro salado en la piel lechosa de sus mejillas, su cuerpo temblaba pero ya no era debido a sollozos retenidos, ahora era por placer, Jongin hacia movimientos que siempre acertaban en el lugar adecuado. Kyungsoo se maldijo por limitarse tantas veces tan hermosa experiencia que representaba hacer el amor con Jongin.
-Di mi nombre, dime que sabes quién soy- Susurró contra el oído del mayor causando un escalofrió que recorrió todo su cuerpo.
-Te amo Jongin- Dijo con voz entrecortada mientras sentía sus ojos cristalizarse por el inmenso placer que sentía, estaba cerca, demasiado cerca del abismo del éxtasis.
Ambos se corrieron al mismo tiempo manchando sus cuerpos, dejando marcas imaginarias de pertenencia. Acomodando arduamente las piezas de una alma quebrada y tratando de limpiar aquellas que estuvieran manchadas.
El amor es así; se construye con dedicación, algo creado nunca se acaba, solamente se rompe en fragmentos filosos y dolorosos que lastiman el alma. Fragmentos que se pueden pegar nuevamente.
Kyungsoo y Jongin habían decidido salir a dar un paseo por el parque antes de ir a hacer las compras para la casa. El menor iba diciéndole bromas al mayor al oído mientras caminaban tomados de la mano. Kyungsoo levantó la mirada del suelo y no esperó verlo, nunca.
-Hola, Kyungsoo- Saludó el mayor mientras le sonreía.
-Hola Joonmyun- Kyungsoo inmediatamente sintió el agarre en su mano pasar a su cintura tomándolo firmemente entonces recordó que no iba sólo.
-Él es Jongin- Los presentó y vio como ambos se dieron una ligera venía –Mi prometido-
-¿Te casas? Me alegro mucho por ti-La sonrisa del mayor no era forzada, todo lo contrario, era demasiado sincera provocando que Kyungsoo notara que ya no era el pasado, que la vida seguía adelante. –Él es Yixing- Kyuungsoo desvió la mirada lentamente para ver al hombre de cabello negro alado de su exnovio. La mirada de Yixing estaba llena de miedo, pero al mismo tiempo tenía una postura a la defensiva –Mi novio-
-Es bueno conocerte- Sonrió tranquilizando a Yixing – Me alegró verlos, pero nos tenemos que ir- Se despidió de Yixing y por ultimo le dio un abrazo a Joonmyun deseándole indirectamente felicidad.
Con un último encuentro dejó que el polvo de su pasado amor se fuera dejando sólo recuerdos felices, haciendo un espacio enorme para el nuevo.