Sus manos temblorosas jugaban torpemente con la cajita forrada de color rosa, era pequeña y también había un moño del mismo color sobre la tapa. Los latidos de su corazón ascendían tan solo de pensar en la reacción ajena cuando viera el pequeño presente que consiguió para ambos, lo conocía bastante, sus reacciones e incluso sus expresiones tan perfectas cada vez que estaba molesto o se emocionaba.
Una sonrisa tonta se encargó de curvar sus labios, la hora se estaba aproximando, era cuestión de minutos para que el mayor y él mismo terminaran su horario del día, tal vez cansados, pero estaba seguro que feliz luego de que entregara la pequeña cajita sobre sus suaves y delicadas manos.
Sungyeol estaba con las chicas de vestuario mientras le se encontraba ya en maquillaje, el chico alto de Infinite no tenía idea de la sorpresa de su novio.
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El lugar estaba a oscuras, las luces sobre ellos se encontraban apagadas, los demás miembros de Infinite estaban preparados y cada uno en su posición para cuando levantaran el telón. La distanciade tres personas los separaba pero Myungsoo podía sentir la presencia de Sungyeol como si el aludido se encontrara a su lado; aún escuchando los gritos resonantes de las fans y las indicaciones por pequeño chícharo dentro de su oído, era algo bastante normal para él.
El presentador los llamó, con la oscuridad acariciando el color de sus pieles caminaron por el reluciente escenario que dibujaba una sombra un tanto extraña de los siete cuerpos en conjunto, cada uno llegó a su lugar correspondiente, dejando más distanciados a los enamorados. Las luces subieron, las fans estallaron en gritos y Last Romeo llenó el lugar mezclándose con los ensordecedores gritos del público frente a ellos.
Cada uno estaba concentrado en la coreografía, Myungsoo de vez en cuando miraba al más alto del grupo quien estaba sumido en la coreografía de la canción; cada palabra, cada cosa que decía eran dedicadas al amor que sentía por Sungyeol, quien también lo miró cuando estaba cantando sus líneas.
Aunque pareciera que no, Sungyeol también miraba a Myungsoo, desde su lugar detrás de todos, le dedicaba miradas cálidas, intentando parecer normal y no exaltarse mucho cada vez que la dulce y suave voz de muchacho de cabello rubio se escuchaba. En su camino y con disimulo deslizó cuidadosamente su izquierda por la amplia espalda contraria, guiñando luego del tacto, un tanto coqueto, lo suficiente para distraerse y chocar contra Sungjong, quien por accidente dejó a un choding tirado en el suelo.
El muchacho se levantó y apresuró para ponerse al corriente con los pasos, unos segundos más y la canción por fin terminó. Las luces se apagaron para que ellos pudieran recuperar el aliento un minuto, L dirigió la mirada a su amado, quien aún se encontraba rojo tras la caída y Sungjong estaba a su lado disculpándose.
─ Perdón, hyung, te he hecho caer hoy.
─ No te disculpes, Sungjonggie, fue mi culpa. ─Murmuró Yeol amable a su maknae.
Esta vez se acomodaron diferente, haciendo una fila por estaturas. Una música tranquila llenó sus oídos y caminaron así por el escenario donde justo en el centro donde los iluminaba un foco en lo alto del lugar.
"Cuando te vi por primera vez, no pude abrir mis ojos…”. Comenzó a cantar Suggyu, Myungsoo cantaba desde el alma, con el corazón abierto y expresando sus verdaderos sentimientos a la jirafa de Infinite, a pesar de estar muy distanciados el uno del otro, fue un momento especial para los dos, ambos unidos por una conexión invisible, algo que iba más allá de una simple mirada cómplice, nerviosa y que produjo en ambos que su corazón latiera cada vez con más fuerza y la sangre corriera por sus venas a una velocidad que no creyeron fuera posible.
En ese momento L cantó como nunca lo hizo antes, aún siendo la misma voz que ya todos conocían, hubo algo diferente en ese momento, la sinceridad de sus sentimientos fueron reflejados a través de su canto.
Al finalizar la canción, uno por uno fueron saliendo del escenario, Myungsoo detrás de Sungyeol. El mayor aprovechó el momento y del bolsillo interior de su abrigo sacó la pequeña caja color rosa que consiguió antes, apresuró su paso hasta alcanzar a su mayor afuera de los camerinos.
─Sungyeol~ah ─lo llamó, el aludido giró para poder mirarlo sin tener idea alguna de sus intenciones, o mejor dicho, de la sorpresa que su novio le daría.
─Myungsoo~ah, me gustó como ha cantado hoy en el escenario ─al muchacho centímetros más alto le gustaba hablarle formalmente a su amado solo para molestarlo.
─Muchas gracias, pero no es eso a lo que vengo ─el contrario siempre odió los rodeos al momento de hablar. Antes de que Yeol pudiera responder, le entregó la caja abierta y mostrando su contenido: un par de anillos con las iniciales de cada uno grabadas en ellos─. Feliz aniversario, Yeollie…
El contrario estaba boquiabierto, creyó que con el evento su novio se había olvidado de su aniversario, pues en todo el día no dijo nada sobre la fecha.
─Amor… ─estaba pasmado, él ni siquiera tuvo un regalo para darle.
─ ¿No te gusta? ─preguntó un tanto desilusionado al ver su reacción.
─No, no, es perfecto… Pero con lo del evento y el ensayo de hoy no tuve tiempo de ir a comprar algo…
─No hace falta, tomaré mi regalo ahorita.
Esto, tomó con cuidado las mejillas contrarias y se levantó de puntas para unir sus delineados labios a los gruesos ajenos hasta que Woohyun y Dongwoo llegaron y muy a regañadientes tuvieron que separarse.
─Yah, ustedes, esperen por lo menos a que lleguemos a casa para hacer eso ─murmuró el castaño y cantante principal de grupo entre risas.
Los enamorados se miraron, dedicaron al otro una sonrisa cálida, algo traviesa, pues estaban seguros que una vez estando en casa ambos se demostrarían su amor de otra forma, y caminaron tomados al camerino donde los demás los esperaban.