Todo comenzó en aquel cumpleaños
-Hi- Hibari-san
Como he llegado a esto? No tengo idea, solo sé que desde que comenzó a prestarle mas atención de la debida a este herbívoro mi vida no ha vuelto a ser la misma, ahora me preocupo por una persona, si, por este herbívoro que se encuentra delante de mí!! El que era llamado hasta hace unos meses inútil-Tsuna para jugar con el nombre.
Ahora mis tranquilos descansos en la azotea están llenos de ruido por el escándalo que montan este y su multitud de acompañantes, sin embargo solo a él no puedo morderlo hasta la muerte, no puedo evitar que me parezca… lindo… incluso ha llegado a competir con las buenas peleas por el lugar de la cosa en la que mas pienso, este chico que me recuerda tanto a un pequeño animalito. Ahora enfrente de mí me parece más tierno e indefenso que de costumbre pero por más que lo intente me es imposible siquiera tratarlo con un poco de amabilidad.
-Que quieres herbívoro habla rápido.
-Hai – grito algo asustado, casi arrepintiéndose de lo que con tanto valor reunido estaba a punto de decirle- Veras, hoy es un lindo día y como Gokudera-kun y Yamamoto ya se han ido pensé, que como no veo que Hibari-san salga mucho de la escuela, le gustaría ir un rato a un parque cerca de aquí, hoy hay un pequeño festival para festejar a Namimori como ciudad y..y .. Pensé que tal vez estaría interesado en ir…
Parecía como si hubiese dicho su última voluntad, esperando a que yo la aceptara, inmediatamente después de hablar cerró los ojos con mucha fuerza inclinando un poco su cabeza esperando, supongo que mi respuesta. No soy un idiota, se que hace algún tiempo este herbívoro dejo de tenerme tanto miedo y paso a algo más, ni siquiera puedo albergar la duda porque he visto varios dibujos de los números 18 y 27 bajo una sombrilla tallados en su banca.
Aunque me siga teniendo miedo estoy seguro de que me quiere, además de que no olvido la fecha que es hoy, 14 de octubre, es el cumpleaños de este herbívoro, esta puede ser una de las razones que me está diciendo.
-Estas insinuando que jamás salgo de la escuela?- le mire serio aunque parecía más molesto no podía suavizar mucho mi mirada.
- Eh? No!! Yo no quise decir eso Hi-Hibari-san- parece que lo asuste.. como siempre.
-Olvídalo- diciendo solo esto comenzó a caminar en dirección de la salida pero note la ausencia de la persona que se supone debía estar atrás de mi.
Voltee y vi al chico estático aun en su lugar mirándome confuso y a la vez un poco triste.
-Qué esperas herbívoro, tu también iras a ese parque no?-use el mismo tono de voz que hace un rato a pesar de que lo que quería dar a entender era que se apresurara a caminar conmigo o quizás detrás de mí. Sea como sea entendió lo que quise decir y puso una tierna sonrisa mientras corría un poco para alcanzarme.
En el camino al parque que yo ya conocía, pues jamás estaría desinformado sobre algo que pasara en Namimori, no hablamos nada, todo fue silencio, pero uno muy cómo, se sentía tan tranquilo el solo estar junto a él, de vez en cuando lo miraba de reojo y podía notar que también estaba feliz, seguía sonriendo de la manera estúpida en que lo hacen los herbívoros.
Pasamos toda la tarde, desde las tres que salimos de las escuela hasta casi la siete ahí, a pesar de ser un lugar pequeño habían acomodado muy bien los puestos de comida y juegos, yo no participe en ninguna cosa porque no me gustan, pero el herbívoro parecía si querer hacerlo, no me hubiera molestado que jugara en eso aunque estoy seguro de que perdería pero parece que no haría nada si yo no lo hacía.
La verdad es que siempre pareció que yo lo ignoraba por mí caminar rápido y el otro que se tropezaba a cada rato por distraerse así que nunca podía alcanzarme completamente. Quizás pudimos solo hacer eso hasta que tuviera que irse por ser tan tarde, pero al final no lo resistí, estar tanto tiempo con él me impulso a decirle por lo menos las palabras más amables que me salieran, por lo menos en ese día. Al parece con lo que se distraía mas veces era mi presencia así que en un lapso de solo “seguir lo que ves” que tuvo el herbívoro caminamos sin que se diera cuenta a un lugar apartado, junto a un pequeño lago cuando ya eran las ocho y media.
En cuanto sentí que en ese lugar nadie nos molestaría me detuve y lo encare, despertando de su trance aparto la mirada, confundido, miro para todos lados apenas dando cuenta de donde estábamos ahora poniendoce nervioso de estar a solas.
-Etto.. Hibari-san que hacemos aquí?
Escuche lo que me dijo pero no conteste inmediatamente primero tenía que pensar en que le diría pero… vamos soy Hibari Kyoya así que solo lo diré simple.
-Feliz cumpleaños herbívoro – me cruce de brazos, el quedo solo viendo mi perfil, eso era todo lo que le diría, sin más, pues eso de los cumpleaños tampoco era muy importante para mí.
-Yo…- se me quedo viendo un rato parecía sorprendido de lo que le dije, ni yo me esperaba decirle eso hasta momentos antes.- Hibari-san…MUCHAS GRACIAS-al fin reaccionando me contesto eso con, tal vez, la más linda que llegue a ver en un simple herbívoro, aunque claro ningún otro aparte de él me llama la atención.
En ese instante comenzaron a brillar pequeñas lucecitas que pusieron aun más contento al castaño ya que podía jugar con ellas.
-Son luciérnagas!!- Tanta emoción por estas cosas? Bueno si así es feliz, me retire un poco de ahí para sentarme recargado de un árbol en lo que él jugaba, de nuevo la tranquilidad me invadió pero ahora me quede incluso dormido.
No sé cuanto dormí pero parecía bastante tarde, casi no quedaba gente en el festival de hecho tuve que ser despertado por el herbívoro, me sorprendió un poco que estuviera tan cerca pero de inmediato se aparto diciendo que tenía que irse, comenzó a caminar, yo no tenía nada que hacer y sin saber la hora era mejor que lo acompañara. De nuevo todo fue silencio hasta llegar a su casa, cuando hablo para despedirse.
-Creo que oka-san estará molesta pero muchas gracias por ir al festival Hibari-san y…También por lo de mi cumpleaños…
-Hmp-seco, no tenía nada más que decir.
-También por este regalo que tomare y espero no me muerdas hasta la muerte- de la nada se paro en puntitas lo mas que pudo hasta unir sus labios con el prefecto quizás pensando que no tenía nada de malo hacer algo alocado por lo menos ese día y preparándose mentalmente para las posibles consecuencias.
El prefecto sonrió de medio lado, hablando en un susurro que Tsuna a duras penas pudo escuchar.
-Solo por hoy te perdonare Tsunayoshi.
El castaño se apresuro a entrar a su casa sin dejar que aquel chico, a quien acavaba de dar su primer beso, descubriera su sonrojo, una vez adentro se recargo de la puerta dejandoce caer. Ninguno sabría como llamar a ese suceso pero podría ser el inicio de una relación? Como sea ambos terminaron su día con una sonrisa en el rostro y Tsuna en especial con el recuerdo de uno de sus mejores cumpleaños.
Fin