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Temblando por Nayemi

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Notas del fanfic:

Super Junior,los miembros del grupo y la canción no me pertenecen; solos use sus nombres y letra para crear esta historia.

Notas del capitulo: Antes de que nada: ADVERTENCIA! este es un angst MUY angst.

Okay les traigo el primer fanfiction Kyusung/Yehyun que hice en toda mi vida. Así que les pido un poco de comprensión porque bueno eran mis inicios y pues tengo detalles como cualquiera. Aun así quería subirlo porque le tengo cierto cariño y lo tuve perdido mucho tiempo pero al fin volvió a mi.

Esta exactamente igual a como lo hice en ese tiempo, haya por los inicios del 2013. No le quise cambiar ni agregar nada porque es el primero y quiero que permanezca intacto.

Espero sus comentarios y sugerencias, en especial criticas para así poder mejorar ^^

Otra cosa el titulo del fanfic es "Temblando" porque todo el OS esta basado en la canción con el mismo nombre de los Hombres G. De hecho si la escuchan notaran que es la canción en si y si lo hacen mientras leen o después creo que tendrán un sentimiento mas profundo de lo que pasa.

Bueno ahora si las dejo leer, espero que lo disfruten y no lloren mucho.

Temblando

 

Sus pies se deslizaban por el asfalto sin mucho esfuerzo y menos prisa, moviéndose rítmicamente, sin conciencia real, solo reproduciendo aquella rutina que había tomado su vida desde el momento en que lo perdió, cuando permitió que se marchara de su lado.

Las hebras castañas de su cabello se mecían al ritmo del húmedo viento que soplaba ese día de Enero. Las nubes grises se movían junto a él, entristeciendo el paisaje de la ciudad y dando una imagen similar al de su corazón.

Mientras caminaba por la ya más que conocida calle los recuerdos volvían a su memoria. Observaba su propio cuerpo caminando junto a otro frente a él. Sus brazos rodeaban la cintura de la persona a su lado, sosteniéndolo con firmeza. Escucho a aquel chico reír y luego presencio uno de los miles de besos que sus labios y los del contrario compartieron tiempo atrás.El sonrojo en las mejillas contrarias y la sonrisa en su propio rostro aparecieron, siempre igual, pero al mismo tiempo tan perfecto y único.

¿En qué momento se perdió todo aquello?, ¿Cuándo fue que todo termino realmente?

Cerró los ojos, dejándose llevar por sus memorias, y al volver a abrirlos estaba de regreso en su departamento, aquel que en el pasado solía llamar hogar. Ahora todo era tan diferente. Ese sitio cálido y acogedor al que no podía esperar para regresar ahora estaba vacío y lleno de recuerdos dolorosos que solo deseaba enterrar en lo más profundo de su corazón.

Las constantes peleas, los gritos de ambos y la vez que su mano osó posarse sobre el rostro del otro con el único fin de lastimarlo.

El dolor de sus lagrimas estaba plasmado a fuego en la alfombra de la sala y su desahogo se encontraba escondido en la repisa de la cocina, con forma de botella verde olivo y con un liquido rojo intenso en su interior. Copas manchadas de ese mismo líquido se hallaban en todo el espacio de su habitación y cocina, reflejando su culpa y arrepentimiento.

Pero todas esas estocadas que perforaban su corazón al entrar a su piso cambiaban a besos y roces desesperados una vez que el vino tinto se infiltraba profundo en su torrente sanguíneo, justo como ahora.

Podía escucharlo jadear y sentía su cuerpo contra la piel suave y caliente. Su boca llamando por la propia y pronunciando su nombre entre gemidos ahogados, de esa forma tan excitante que durante 2 años de relación se repitió y de la cual solo se enamoraba mas y mas. Su voz, su cuerpo y esa forma de moverse, tan exquisita y experta pero inocente. Rozando zonas sensibles inconscientemente y llevándolo al borde del placer.

No había rincón en aquel departamento que no hubiese sido testigo de sus innumerables encuentros. No había lugar donde el no haya disfrutado de las largas piernas de su hyung, de su boca, de su voz, de su estrecho interior. Su rostro sonrojado y sus ojos profundos derramando lagrimas, el sonido lascivo de sus cuerpos y respiraciones, todo en conjunto con otro recuerdo precioso, excitante y que solo provocaba mas deseo en el.

Sin embargo cuando el alcohol salía de su cuerpo y abandonaba su, temporalmente, nublada memoria; las lagrimas volvían y, de nuevo, aquel sofá café que con el tiempo se convirtió en su segundo mejor amigo, siendo apenas desplazado por las botellas de vino almacenadas en su alacena, secaba las gotas saladas de su rostro y lo cobijaba entre sus almohadones rojos, mientras Kyuhyun se juraba por milésima vez que no volvería a llorar.

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Ya habían pasado dos meses más y en total seis desde que el cielo sobre si se volvió gris.

Su rutina no había cambiado y se repetía sin falta de lunes a domingo y luego de regreso. Pero por fin un día, después de tantos meses, sus ojos castaños regresaron a la luz y las nubes sobre su cuerpo, que flotaban libres en el cielo, se dispersaron, dejando al azul claro volver a brillar para él.

Fue un 31 de Marzo cuando se encontró de regreso con la persona que aun hacia que su pulso se acelerase con una sola mirada, aunque fuese tímida y a la vez sorprendida, como justo ese día que se reencontró con él, aunque no podía culparlo pues él también se sorprendió sobremanera al ver su cabello negro de nuevo, sus ojos penetrantes y precisamente en ese sitio; el que el mismo solía visitar por lo menos 4 veces a la semana. La cafetería frente al parque de su universidad, el cual recorría todos los días para llegar a su departamento, el lugar donde lo conoció hace mas de 3 años.

Mientras se acercaba al chico pelinegro, este solo le sonreía tímida pero tiernamente y Kyuhyun tuvo que resistir el añoro de su cuerpo de correr y abrazarlo tan fuerte como sus brazos se lo permitieran.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca observo como el mayor jugaba nervioso con sus manos y eso le animo para acercarse aun mas, quedando a solo un paso de distancia.

Aunque no invadía por completo su espacio sabía que para su amado hyung la distancia entre ellos era suficiente para ameritar una amenaza verbal de parte del más bajo. Mas eso no ocurrió y el mayor reacciono exactamente como lo recordaba, aquello que Kyuhyun había extrañado tanto observar. Las mejillas del mayor se tiñeron de un ligero rosa y sus pequeñas manos se entrelazaron, apretándose mutuamente, para después levantar levemente su mirada oscura hacia la chocolate y con rapidez bajarla de nuevo al suelo soltando un simple y apenas audible “hola” seguido de una pequeña sonrisa.

Kyuhyun sonrió ampliamente y respondió el saludo de la misma manera.

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Pasaron los días y la relación entre ellos volvió a establecerse aunque el castaño sabía que desde ese punto en adelante nada sería igual.

No había besos, no había caricias ni abrazos fuertes y necesitados. Para Kyuhyun todo eso era como volver al pasado, como si de una película se tratase y dios o el destino jugaran con la cinta, dando clic al botón de retroceso y regresando a la época donde eran amigos y después mejores amigos. Pero él no estaba de acuerdo, nunca estuvo de acuerdo.

Durante las siguientes dos semanas esa cafetería se convirtió, como en el pasado, en su lugar preferido, el lugar donde se encontraba con el pelinegro, su aun amado Jongwoon, su Yesung. Sí, porque aun podía reclamarlo como suyo, sabiendo que aun sin citarse en aquel establecimiento el mayor estaba siempre puntual, justo a las 3 de la tarde, todos los días y en la misma mesa de siempre esperando por él.

El primer día que se encontraron Jongwoon le había dado su nuevo numero celular y el no necesitaba recordarle el suyo. Después en los días siguientes el mayor le dio su dirección y luego de eso su horario de estudios. Sin embargo ninguno de los dos había ocupado  alguna de estas cosas  y aunque de cierta manera Kyuhyun deseaba hacerlo, en especial su numero telefónico, el día que el mayor le llamo deseo que todo continuara como antes, sin contacto alguno más que las veces que se veían en la cafetería.

La primera vez que Yesung le llamo fue un 15 de abril y desearía no haber atendido la llamada. Al inicio de la conversación estaba feliz, después de todo el pelinegro le había llamado. Escuchaba de nuevo ese tono áspero tras la línea telefónica, logrando, solo con escucharlo, que su cuerpo se entumeciera y relajase dejándose caer sobre el sillón café y tirando su cabeza hacia atrás en el respaldo. Sin embargo conforme la llamada avanzaba Yesung comenzaba a dudar sus palabras y Kyuhyun lo notaba.

Entonces fue cuando Kyuhyun deseo arrojar el teléfono por la ventaba y fingir que esa llamada nunca sucedió pues, aun cuidando sus palabras, el mayor empezó a hablar sobre un chico nuevo en su carrera de fotografía, un chico que acababa de transferirse directo de Japón y que, según el mayor, le daba curiosidad y solo curiosidad. Pero Kyuhyun lo conocía y el tono suave y perdido de la voz de Jongwoon solo le advertía una cosa, al mayor no solo le agradaba aquel chico.

-Su nombre es Lee Hyukjae, pero dijo que le llamáramos Eunhyuk-

Durante lo que para Kyuhyun fueron unos 20 minutos,  el castaño escucho a yesung contar las cosas que había notado sobre el chico extranjero; como que no hablaba muy bien el coreano y tenía un acento muy gracioso, además de que era un excelente bailarín. Que tenía el pelo castaño claro y que la línea de su mandíbula se delineaba demasiado en su rostro, que sus ojos también eran cafés, que tenía una sonrisa contagiosa y una personalidad muy graciosa y abierta.

Kyuhyun incluso podía ver a Yesung a través de la línea mordiendo sus labios y tomando entre sus dedos el cable de su teléfono azul, enrollándolo en ellos. El corazón del castaño se apretó mucho más cuando Yesung le hablo sobre el cuerpo del “chico extranjero”. De cómo un día al salir de la universidad este estaba semidesnudo jugando basquetbol con los chicos de quinto semestre, realmente el castaño no deseaba recordar esa parte de la conversación.

 Jongwoon ya no cuidaba sus palabras y logro escuchar un suspiro salir de sus labios al decir que el tal Eunhyuk lo estaba ayudando con una sesión fotográfica que les habían pedido, decía que era demasiado lindo la mayoría del tiempo además de servicial.

“Todo lo contrario a mi…” pensó Kyuhyun.

El escuchar al mayor decirle lo maravilloso que era Eunhyuk provocaba que el cuerpo del castaño temblara y sus ojos comenzaran a llenarse de agua, la cual solo esperaba a colgar para salir, mas se negaba a reclamarle a Yesung y dejar salir sus lagrimas incluso después de colgar.

Tal vez el mayor en verdad solo sentía admiración y aprecio hacia aquel chico que encima era menor que él, tal vez era solo eso y nada más, tal vez el era el paranoico que se estaba inventando historias que no tenían real fundamento o por lo menos no aun.

Colgaron después de casi una hora de estar hablando y más de la mitad de esta fue exclusivamente sobre el chico extranjero. La mano de Kyuhyun se poso sobre sus ojos, tragándose sus lágrimas y deseos de gritar. Yesung no podía reemplazarle y aunque sabía que no debía adelantarse a los hechos algo dentro de sí le decía que su amado pelinegro ya no sería suyo. Pero se negaba a creerlo, no podía perderlo pero tampoco hacía nada para recuperarlo y al contrario actuaba como si fuese su mejor amigo.

De nuevo la semana pasó rápido, aun siguiendo con los constantes encuentros con el mayor en aquel café. Pero ya no eran tan divertidos y satisfactorios como antes, pues el mayor solo hablaba de Eunhyuk y solo de Eunhyuk, mientras el fingía sonreír y mantenerse sereno al escucharlo. Observando con dolor la sonrisa enorme que se posaba en el rostro de Yesung al hablar del chico y de lo que habían hecho juntos, de ver como sus ojos oscuros lucían mas profundos y brillantes al recordar alguna cosa graciosa que dijera o hiciera el chico ese.

Paso otro mes y ahora el tal Eunhyuk tenía un apodo, era el “mono” según le había contado Yeye y por las fotos que le había mostrado se ganaba a pulso aquel nombre, pero eso no lograba más que deprimirlo y hacerlo sentir estúpido porque frente a él y entre sus manos estaba perdiendo a la única persona que realmente había amado y no hacía nada para detenerlo, aun confiando ciegamente en que el mayor le amaba pero quería castigarlo por todo el daño que le causo en el pasado, además su maldito orgullo le decía que se lo tragase todo y que esperara pues estaba seguro que Yesung regresaría.

Se lo merecía, se merecía este castigo de parte de Jongwoon porque mientras estaba con el pelinegro Kyuhyun no hiso más que tratarle con indiferencia y hasta cierto punto con desprecio, pero era por la misma confianza que le daba el mayor. Sabía que Yesung le amaba mucho más de lo que alguien llegaría a hacerlo en su vida y él lo amaba de la misma forma pero no sabía cómo demostrarlo en realidad y no deseaba  hacerlo tampoco ya que no lo creía importante.

En ese tiempo para el castaño decirle “te amo” era algo estúpido, algo que no era realmente necesario.

Cuando estaba con Yesung, este se encargaba de ser el romántico, de decirle cosas empalagosas y tiernas, de besarlo son dulzura y entregarse sin ninguna restricción al castaño. Pero Kyuhyun no era así, el era totalmente lo opuesto. Era cruel con su hyung y cada vez que intentaba besarlo lo apartaba, en especial cuando estaban en público. Nunca le decía lo que sentía por él y si llegaba a hacerlo salía tan seco y sin sentimientos de su boca que pareciera que en realidad era compasión lo que lo mantenía a su lado cuando en realidad Jongwoon era la persona que mas amaba y que más había amado en toda su vida, pero tenía miedo de demostrárselo y salir herido, además de con eso perder su orgullo.

“Para ti solo soy un maldito juguete, ¡un estúpido muñeco con el cual tienes sexo cada vez que se te la gana!”, eso le había gritado el mayor el día que se fue, el día en que ya no pudo soportar la forma en que era tratado. Kyuhyun recordó el puñetazo que llego a su rostro justo antes de escucharlo gritar y luego observar en silencio como el pelinegro tomaba la maleta y salía azotando la puerta del departamento y de nuevo el no dijo nada, solo le dejo irse, pensando que eso era lo mejor. Que tal vez su relación nunca debió haber comenzado y que todo había sido un error.

Pero muy tarde se dio cuenta que ese día había perdido lo mas importante en su vida y que nunca lo recuperaría. Y eso se estaba volviendo realidad ahora que lo escuchaba hablar por el teléfono.

Las manos del castaño comenzaron a temblar y su corazón se acelero al escuchar las palabras del mayor.

-Ya era muy tarde y se ofreció a llevarme a mi casa, estábamos afuera y él me miro a los ojos…-

La voz suave del mayor cambio a una más alta indicándole a Kyuhyun que estaba sonrojado. Con ello sus suposiciones llegaron a una sola conclusión. Su corazón comenzó a partirse por la mitad, aun expectante y esperando que todo fuera una mentira, que nada fuera real.

El mayor le había llamado esa tarde de mayo con el único fin de contarle lo que le acababa de suceder el día anterior cuando fue a una fiesta junto con el mono, después de todo Kyu volvía a ser su mejor amigo o eso creía Yesung. Pero Kyuhyun no deseaba escucharlo, mucho menos lo que sabía seguiría, porque para él era obvio lo que diría Yesung a continuación, su tono de voz no era otro que de emoción y vergüenza.

-Kyunnie el…se inclino y…me beso…-

El cuerpo de Kyuhyun se quedo estático y su respiración se agito mas no dijo nada, no respondía y Yesung tomaba eso como una señal para que continuara.

-sus labios eran muy suaves pero… es un tonto…creo que no sabe besar…-escucho a Yesung reír, pero el solo sentía como si su mundo se derrumbara de apoco. El temblor en sus manos aumento y llevo la que no sostenía el teléfono a su boca, intentando con eso acallar cualquier sonido que desease salir de ella, mas se sorprendió al notar que sus mejillas estaban húmedas, estaba llorando, ¿que acaso no se había jurado que dejaría de llorar?

Al notar esto ya no pudo contenerse más y dejo a sus lágrimas correr, retirando la mano de su boca, mientras respiraba agitado, permitiéndole al mayor escucharle. Sus lágrimas recorrían con fuerza su rostro y sus labios se fruncían mientras apretaba el celular. Se acurruco en el sillón café, subiendo sus pernas a este, pegando sus rodillas a su pecho y con su mano libre las sostenía para que no cayeran al suelo. Se abrazaba a si mismo intentando acallar el dolor de su corazón y el temblor que le recorrió cuando escucho a Yesung soltar las siguientes palabras.

-El dijo que me ama…y yo creo que también le amo Kyu-

Al escucharle sintió como claramente su alma se desgarraba por la mitad y todas sus esperanzas se quebraban en millones, desperdigándose dentro de su cuerpo y clavándose hondo en su corazón partido.

Se imaginaba a su Yesung con ese idiota tal como él había estado, besándolo y acariciándolo mientras le decía todos esos “te amo” que él jamás le dijo.

No, eso tenía que ser una broma, no podía estar pasando.

Los sonidos que se escuchaban atreves de la línea alarmaron a Yesung y este solo atino a soltar un preocupado “Kyu… Kyuhyun ¿e-estas bien?, ¿Qué pasa?”

El castaño intento en vano reponerse y responder alguna otra estupidez menos la verdad, pero su boca y corazón lo traicionaron, arrojando su cerebro lejos y permitiéndose ser sincero por primera vez.

-¿Por qué haces esto?-pregunto ahogado, sin ocultar su tono de dolor y tristeza, desahogándose por teléfono-¿por qué m-me dices esto?, yo-yo te amo Jongwoon ah, te amo tanto que duele, me duele mucho-Kyuhyun no escucho respuesta alguna y posando una mano de regreso en sus ojos, intentando controlarse, prosiguió- te amo, siento el no habértelo dicho antes, siento el haber arruinado todo.

- Fue mi culpa lo sé y enserio estoy arrepentido de todo el dolor que te cause, yo…yo no sabía como decir todo esto dios, perdóname por favor-para este momento ya no le interesaba si debía suplicar, si era necesario lo haría. Necesitaba a Yesung, lo necesitaba y se lo haría saber. El mayor había dudado al decirle que amaba a ese bastardo, aun tenia oportunidad y debía intentarlo, dios debía hacer algo

-recuerdas…recuerdas ¿cuando por fin estuvimos juntos?, ¿cuando tú me confesaste lo que sentías por mi?, ese día no pude ocultar mi felicidad y te abrace tan fuerte que casi pierdes la conciencia-rio un poco al volver a ese día en su memoria y suspirando entre lagrimas continuo-…recuerdas cuando por primera vez hicimos el amor, todo fue tan hermoso Jongwoon, tu eres hermoso, eres perfecto…todo fue perfecto, yo…sabes esa fue la primera vez que me entregue por completo a alguien, porque te amo tanto que solo contigo podía hacer algo como eso…se que en ese tiempo no lo exprese así Yeye pero de verdad aun te amo tanto como la primera vez que te vi…este lugar, mi departamento, está lleno de ti, todo aquí es tuyo, yo soy tuyo, por favor, por favor te lo suplico…vuelve amor, vuelve a mi lado…iniciemos de nuevo, olvida a ese chico…Jongwoon hyung yo te prometo que….-

-Kyuhyun…voy a colgar…-

-ye….-

El sonido de la línea al cortarse término por destrozarlo por completo. Lo había perdido, había perdido lo único valioso en su vida y todo era su culpa, solo su culpa…

 

Notas finales: Tada~! ¿que les pareció? lamento si las hice llorar y si puse a Cho muy chillón o algo así. Recuerdo que cuando lo hice estaba molesta con Kyuhyun por otro fanfic que leí y quería hacerlo sufrir y bueno aparte tenia muchas ganas de escribir un songfic con esta canción pero no me quedo tan songfic xD

Espero que les haya gustado y que me dejen comentarios~

PD. Le puse que era Yehyun tambien porque cuando se lo mostre a mis amigas me dijeron que Kyuhyun estaba demasiado nena para ser Kyusung asi que pense que seria mejor si le ponia que era ambos (Yehyun y Kyusung).

PD2. De este fic no habrá continuación, es un OS y asi se quedara xD lo siento es algo que hice hace mucho y no quiero ponerle nada mas~

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