"Si piensas que el amor se representa a través del sexo, déjame decirte lo equivocado que estás, el amor no solo es revolcarse en una cama con nuestros cuerpos desnudos, si no hay palabras bonitas, caricias suaves y amables o de esos besos donde el tiempo se detiene y todo a su alrededor desaparece, entonces no conoces lo que es el verdadero amor, solo el deseo de abrirle las piernas y follarlo hasta el cansancio".
-Tenía tiempo que se lo había prometido a su novio como un pequeño “obsequio” cuando volviera de uno de sus viajes. Terminó de cenar y fue directo a la habitación que compartía con Woohyun, una vez allí sacó la cámara del menor junto al trípode, los colocó frente a la cama. Se sacó la ropa bastante rápido, pues a decir verdad tenía cierta pena grabarse de esa forma. Se recostó sobre colchón con las piernas extendidas y una vez estando así, comenzó a tocarse todo el cuerpo buscando estimularse, sus manos pasaron por su pecho, su cintura, abdomen y pronto se detuvieron en sus muslos; acarició su propia ingle y fue bajando por el suave y tibio interior de sus piernas lentamente, imaginó que eran las manos de su novio las estaban tocándolo y no las propias-. Woohyun... -Dejo escapar un gemido cuando una mano rozó su entrepierna, acarició la base de su pene mientras pronunciaba el nombre de su amado. Se detuvo unos momentos para estirarse y buscar en el cajón de su mesa de noche algo, un frasco de lubricante que compró esa misma tarde. Vertió una parte del contenido en su falo y siseó ante la sensación, comenzó a mover su mano de arriba a abajo por toda su longitud, aumentando a cada minuto su velocidad, bombeaba de su propio miembro, con las piernas abiertas y mirando hacia la cámara frente a él. Con su mano libre dejo caer otro poco del frío líquido sobre su rosado agujero, tomó la colita de conejo que se encontraba a su lado sobre la cama y con esta se penetró. El juguete no tenía el tamaño de su novio, pero funcionaría por un momento-. Ah.... -Sus jadeos comenzaron cuando encendió el vibrador, dejo su entrepierna por un momento para dedicarse a estimular sus pezones con una mano y mover la peluda colita a la mitad de su trasero-. Quiero... Estar contigo así, Woohyun -Musitó y dirigió la mirada a su necesitada entrepierna y después la regresó al lente. Con una gran erección, sacó el abultado juguete y en su lugar se introdujo el dildo, encendido, que su marido antes le dio; tuvo que vertir antes el resto del lubricante en su trasero y empujar con fuerza el pedazo de plástico para que entrara en su estrecha cavidad-. A-Ah, hermoso... -Los gemidos llenaron la habitación, echó la cabeza hacia atrás en un impulso de placer, se incorporó sobre la cama para hacer movimientos circulares, el vibrador salía un poco y volvía a entrar en su cuerpo con cada movimiento. Con la diestra comenzó a masturbarse y con la zurda movía el dildo, golpeando su próstata una y otra vez mientras movía la cadera al mismo ritmo, agarró la colita de conejo de la punta y la colocó entre sus dedos para sentir las vibraciones en la delicada piel de su pene con los movimientos de su mano. En pocos minutos su vista se nubló, arqueó la espalda y echó la cabeza hacia atrás a la vez que derramó todo su semen en su torso y la orilla de la cama, con un orgasmo y un sonoro gemido que se escuchó hasta el pasillo-. Woohyun... -Susurró; sacó el juguete de su agujero y tiró ambos a la cama, se levantó sudando, con las piernas temblorosas y la respiración agitada. Sostuvo un cartel con un "Feliz aniversario" escrito en este, podía notarse su sonrisa y el color rojo de sus mejillas, apagó la cámara y dejo el vídeo guardado en una memoria sobre la mesita de noche de su novio. Luego volvió a la cama para dormir, satisfecho por lo que hizo y cansado, pues el tiempo pasó muy rápido y no había percatado de que ya era de madrugada. Se colocó el bóxer y arropó, esa noche dormiría bastante bien-.
Woohyun no volvería sino hasta el día siguiente por la tarde, por las promociones del segundo mini álbum de ToHeart, debía estar viajando constantemente y siempre extrañaba a su novio, no tenía muchos recuerdos de él y casi no podían hablar por las noches.
Al llegar Woohyun y mientras los otros seis miembros no se encontraban en casa, él entró a la habitación que compartía con su líder, miró algo sobre su buró, una cinta de vídeo con un papel pegado… “Feliz aniversario”, podía leerse en él, lo guardó en su cajón para poder verlo después y se cambió para alcanzar a los demás para el ensayo. Aunque su aniversario haya pasado, quería ese día revelar al relación que llevaba con su líder, Kim Sungyu, desde meses antes, seguro el mayor estaría feliz por ya no tener que esconderse y que todos se enteraran de su amor.
Eran las doce del día en punto, los siete chicos se encontraban en la sala de prácticas, Sunggyu abrazando cariñosamente a Woohyun por la espalada, cuando la bomba explotó. Jung Yeop entró con un aire de molestia y un tanto de desesperación, al sauna que era la habitación, la razón: las relaciones que se estaban dando últimamente entre los idols.
—Heechul, Kyuhyun y Hyukjae de Super Junior. Ren de Nues’t y Key de SHINee… No quiero que pase nada entre ustedes, ¿entienden? Eso solo nos llevará a perder lo que ya tenemos, lo que les ha costado mucho trabajo lograr. —Musitó el CEO, quien no iba a permitir una relación homosexual entre ellos.
A mediados del siglo 21, las relaciones homosexuales estaban visto como una enfermedad en Korea, la sociedad tenía por mal visto que dos personas del mismo sexo establecieran una relación amorosa. El fanservice era utilizado para atraer y mantener a las fans, pero llevarlo más allá de un simple juego era como contraer sida, alguna enfermedad mortal.
Aquella declaración frustró los planes del castaño, maldijo por lo bajo su suerte y se dispuso a guardar silencio. Estaba cansado de tener que esconderse cada vez que tenía ganas de besar a su chico, de que no pudieran declarar al mundo sus sentimientos y seguro Sunggyu estaría igual de molesto que él en ese momento.
—¿Qué haremos ahora? —Preguntó el muchacho de ojos pequeños— Hyung se molestará mucho si llega a saber que estamos juntos.
—Lo sé… —Esbozó una amplia sonrisa para el mayor, aún en sus peores momentos solo él tenía la habilidad de ponerlo de buen humor. Alzó su diestra y la pasó por detrás del cuello del muchacho centímetros más alto, para de esa forma atraerlo hacia sí y reclamar sus coloridos labios.
El mayor correspondió, succionó el grueso labio inferior de su amado mientras de forma inconsciente sus manos abrazaron su cintura; el ambiente estaba envuelto de un aire pasional, lleno de quejidos y jadeos constantes, el sonido de la respiración de dos enamorados que mostraban a sus sentimientos a través de caricias y besos.
O así era hasta que unos pasos acercándose y el sonido de la puerta al abrirse los obligó a separarse, los chicos no tuvieron una mejor idea que esconderse dentro del baño de la sala de prácticas cuando todos se fueron y ahora su coreógrafo casi los descubre a la mitad de su beso.
—¿Qué hacen aquí, ustedes dos? Deberían estar en su apartamento o tomando un baño…
—Estaba regañando a Woohyun~ah —Se giró a mirar a aludido— ya te dije que debes mejorar más en el coro, te estás volviendo muy lento.
—Arasso, hyung, voy a practicar más —correspondió al guiño que le dio su novio.
Se dirigieron una mirada cómplice y salieron corriendo del lugar hacia el edificio Woollim, al principio todo era risa y diversión, Woohyun tomaba la mano de su novio y mejor amigo cuando el contrario cayó en cuenta de algo, si el coreógrafo de verdad los hubiera descubierto estarían metidos en un gran lío, y más que eso, las consecuencias podrían recaer en Infinite, su familia. El pelirojo se separó algunos centímetros del castaño y soltó la mano contraria, ambos caminaron en silencio hasta el edificio.
Pasaron los días, las semanas. Todos pensaban que Woohyun y Sunggyu habían discutido, los chicos ya no se miraban, no jugaban juntos y en los conciertos y entrevistas se evitaban lo mejor posible, los dos tenían en claro lo que estaba en juego.
En cuestión de semanas, apenas un mes desde que les dieron el aviso en la sala de prácticas, estar con ellos era una situación bastante incómoda, los cantantes principales evitando miradas y contactos, como si tuviesen alguna enfermedad mortal.
Las cosas cambiaron un día mientras estaban en Japón, por órdenes del CEO, Woohyun y el líder debían estar juntos en la misma habitación. No se miraban, como era de costumbre, no se miraban, no cruzaban palabras. En las entrevistas hablaron solo lo necesario entre ellos y al terminar su presentación, todos bebieron en el departamento para festejar.
El lugar completo olía a alcohol, todos estaban ebrios, riendo mientras jugaban algo parecido a verdad o reto.
—Puedo jurar que un día lo vi, dos muchachas muy bonitas por la calle que se dieron un beso —comentó el más alto del grupo, quien todos sabían, tenía una mente no muy pura y la falta de discreción para comentar las cosas.
—No te creo, de seguro lo viste en algún vídeo —respondió Hoya.
—Tú lo viste conmigo, hyung… —Señaló a Woohyun, que estaba absorto en sus pensamientos.
—¿Yo?
—No es raro… Los reto a todos a besar alguien del grupo —Comentó el ebrio de Dongwoo, con una expresión bastante divertida y una sonrisa que le iluminaba el rostro.
—Pero hyung —intervino su maknae— Jung Yeop hyung dijo que no quería relaciones entre nosotros…
—Y esto no es una relación, solo será un beso y él nunca lo sabrá si nadie le dice.
Aprovechándose de la excusa y el momento, el líder tomó al castaño por las mejillas y lo acercó a sus labios, terminando en un profundo y lento beso mientras cinco curiosos a su alrededor los miraban con la boca abierta. Nadie se imaginó eso del mayor, ya que todo el día estuvo muy serio, incluso mientras jugaban.
Las cosas ya no estaban para ninguno de los dos, el aire se puso caliente, todos desaparecieron y las luces se apagaron. A la mañana siguiente todos despertaron bastante tarde, con dolor de cabeza y la resaca del día anterior, solo Woohyun, que fue el que menos tomó de los siete, recordaba lo que había pasado, pero él ya no estaba ahí, abandonó el edificio con los primeros rayos del sol, dejando ahí a su novio con un último recuerdo de ese 26 de octubre.
Dos cuerpos cansados y rodeados por una gruesa capa de sudor, las gotas resbalaban por sus cienes y una cálida sonrisa se veía reflejada en cada rostro mayor bostezó, cubrió a ambos con una delgada sábana color blanco y se recostó de lado, acurrucándose junto a su amado, el castaño lo abrazó por la espalda hasta que el otro se vio completamente dormido, entonces lo soltó, acarició su espalda, rozando la suave yema de sus dedos en la tibia piel del pelirojo; en ese momento se dio cuenta de que nadie iba a amarlo de la misma forma, pero su relación era prohibida, su familia y todo aquello por lo que lucharon se vería derrumbado si decidían mostrar su amor al mundo.
Lo observó dormir por unos minutos, era la perfección frente a sus ojos. Besó su cabellera y alistó sus cosas para partir a Korea al amanecer.
—Aunque lo nuestro sea prohibido, no sabes lo mucho que te amo, y voy a luchar para declarar a todos nuestro amor.
Murmuró antes de salir sigilosamente por la vuelta, echando una última mirada a la persona que más amaba.