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Simplemente Amor por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Personajes pertencientes a Shungiku Nakamura.

 

Respondiendo al reto de 'elykaulitz'. (Espero superar tu reto)

One-shot basado en la canión 'Simplemente amor' de Amanda Miguel y Diego Verdaguer.

Notas del capitulo:

Hola denuevo, creo que más pronto de lo que creí. n.n

 

One-shot dividido en dos partes, he aquí la primera. 

 

 

 

 

Simplemente amor

(One-shot)

Parte I

 

 

Una vez más en el hotel Teito y en salón pavorreal. Otra celebración para el gran escritor Usami Akihiko por su nuevo reconocimiento en el área de la literatura, a diferencia de las ceremonias anteriores, y a petición de Aikawa-san, se brindaría un baile por parte de la editorial Marukawa. No un baile cualquiera, no, era un baile de antifaces. ¿La razón? El festejado no iría con alguien más que su inquilino, su amado Misaki Takahashi. Esta vez, Isaka-san no pudo convencerlo de lo contrario incluso llegó a ser amenazado por el afamado escritor para que no le metiera ideas al lindo joven que no deseaba ‘causar molestias’.

Ahí estaban, en plena apertura del baile, Akhiko dio muy amablemente un pequeño discurso de agradecimiento a los presentes, saludó a algunas personas que Isaka-san se empeñaba en presentar y hacerle recordar, y fue donde la orquesta para indicar el inicio de la singular celebración.

En un descuido de Isaka-san, Akihiko se alejó de él, se cambió el antifaz que le identificaba como el festejado y, buscó son su mirada lavanda a un pequeño castaño entre tanta gente. Había varios castaños, más nunca confundiría a quien era dueño de su corazón… junto a la mesa de bocadillos, acompañado de otro castaño y un peliazul, estaba Misaki. Tal vez no fue una idea dejarlo junto a Hiroki y su novio, puesto que ambos castaños parecían nerviosos tratando de sostener la plática que el peliazul intentaba manejar. Sonrió de lado. Era hora de acaparar la atención de ese sonrojado castañito.

Se acercó con cuidado a ellos, arrebató el sombrero que Hiroki sostenía y se lo puso para ocultar su distinguida cabellera plateada.

--Misaki, baila conmigo. –dijo el recién llegado.

El sonrojo del mencionado aumentó considerablemente, “¡¿Cómo puede decir algo así frente a Kamijou-sensei?!... ¡¿Cómo puede decir algo así en un lugar como éste?!” pensaba el castaño aún petrificado y casi derritiéndose de la pena.

Hiroki iba a decir algo cunado Nowaki le pidió lo mismo alegando que era una buena idea, antes que Hiroki iniciara con su reprimenda, Nowaki le tomó la mano para alejarlo de Usami-sensei y Misaki, desde luego, iba a convencerlo.

--U-usagi-san ¿A caso olvidaste dónde nos encontramos? –dijo Misaki entre avergonzado y preocupado.

--Estamos en un baile. –respondió con simpleza.

--U-usagi-san, no debemos, primero que nada, alguien puede reconocerte y eso te traería problemas, segundo, somos dos hombres, sería extraño ver a dos hombres bailando, y tercero… yo, yo no… no sé bailar este tipo de música. –exponía el castaño casi en un susurro lo último.

--Misaki, yo vine a este baile únicamente para bailar contigo. Nada me importa más que tú… sólo dime que sí, de que sí quieres bailar conmigo y me encararé de lo demás. –dijo el ojilila con firmeza.

Si por él fuera, gritaría a los presentes y al mundo entero que ese castaño de brillantes ojos verdes le pertenecía y que no osaran acercarse a él ni un poco. Claro que lo haría. Sin embargo, justo como dijo, nada importaba más que él, y sabía que el castaño aún no estaba listo para que el mundo se enterara. No importa. Mientras esté a su lado, nada importa… nada más que él.

--Usagi-san. –decía el castaño aún sonrojado, no habría antifaz capaz de ocultar los sonrojos del castañito.

La intensa mirada que recibía de Usagi-san le obligó a asentir con lentitud, “Nii-chan ¿Cómo es que siempre termino cediendo ante Usagi-san?” pensaba el c astaño mientras seguía a su ‘verdugo’.

Con el nerviosismo a flor de piel, Misaki no se dio cuenta cuando salieron del salón para subir a un pequeño palco donde se podía observar la fiesta y la música llegaba con claridad. Antes de preguntarse cómo es que existía ese lugar, sólo miró al hombre que estaba frente a él, definitivamente su vida no sería normal nunca.

Akihiko se acercó a él con lentitud, saboreando la reacción que Misaki le mostraba, con su mano derecha  rodeo la estrecha cintura del menor y con la mano izquierda… acarició la mejilla del castaño, esa sutil caricia bajó por el cuello, bajó por su hombro y se deslizó por todo su brazo hasta llegar a la palma de su mano derecha. Misaki no pudo hacer más que ruborizarse con intensidad, cuando Akihiko levantó la mano del menor y depositó un tierno beso en ella, el castaño sintió que perdería el equilibrio. “Nii-chan, este sujeto… no para de hacer cosas vergonzosas…”       

Justamente una nueva melodía se escuchaba, al parecer había un par de cantantes invitados, así iniciaron un lento baile, Akihiko guiaba con cuidado, pensó en recalcar el escaso conocimiento de Misaki en el arte del baile más prefirió seguir en el ambiente que se formó en ese instante.      

 

Fue tu voz celestial

tu inocencia sin pudor

o tus ojos brujos

hirviendo de amor

 

Entre los suaves movimientos Akihiko soltó un poco al menor sólo para quitarle ese antifaz que le impedía ver con claridad el rostro de su amado, esas facciones delicadas… esas mejillas rojizas… esos ojos esmeralda, grandes, brillantes, derrochadores de inocencia y amor. Jamás se cansaría de mirarlo. Jamás se cansaría de teñir esas mejillas. Jamás se cansaría de escuchar… esos regaños que no eran más que una fachada para ocultar preocupación. Y, esos labios… ¿Cómo pudo sobrevivir son haberlos probado antes?

Se sentía como un loco enamorado. Esa clase de amor obsesivo no existía en la realidad… pero, si no existía, entonces ¿Qué era lo que sentía?... Sin duda cuando alguien le diga que ‘esa clase de amor’ no existe, se reirá en su cara para luego decirle ”El que tú no lo conozcas no significa que no exista...”

 

Fue tu voz tan sensual

esa forma de besar

o sentir que eras

mi exacta mitad

 

--Misaki, te amo. –dijo Akihiko.

--¡Baka!, baka usagi… no digas cosas innecesarias en estos lugares. –dijo el castañito con ese permanente sonrojo mientras se ocultaba en el pecho de Akihiko.

¡Cómo puede decir eso!... alguien podría escucharlo… alguien aparate de mí… nii-chan, esta persona ¿Podrá… escuchar el frenético latir de mi corazón…  a través de  la música?...nii-chan, sus palabras sí resuenan con la misma intensidad aún con el murmullo y la música que llegan hasta aquí… nii-chan, me pregunto si el toque de sus manos, algún día, dejarán de quemar mi piel…

Los pensamientos del castaño se interrumpieron, un ligero movimiento de Akihiko y ya estaban juntando sus labios. Un roce, un beso de los que suele dar Akihiko cuando Misaki está distraído o molesto. En realidad, le besaba cada que podía.

 

O fue amor

simplemente amor

tremendo amor

absoluto amor

 

Akihiko sonrió. No importa cuántas veces haya besado a Misaki, siempre, el castaño cerraba sus bellos ojos con fuerza, el rubor se intensificaba, y, aunque no lo admita, después del primer roce se abandona a la voluntad del escritor.

Mueve sus dulces labios en busca de más contacto, a veces hace el ademán de alejarse y reñirle, más lo hace porque así se asegura que Usagi-san le estreche más en sus brazos y que, al momento de abrir su boca para reñirle, el escritor aprovecha para profundizar el beso… no lo admitiría, no haría, aunque, en ocasiones pareciera que Usagi-san ya lo sabe.

 

Teniéndote, no pido más

tengo todo

besándote, no pido pan

ni alimento

 

--Es-espera U-usagui-san –decía el castaño mientras sentía cómo Akihiko ceñía más su abrazo.

--¿Qué pasa Misaki? –preguntaba Akihiko dando un pequeño beso en la mejilla de Misaki.

--No, no hagas eso. Alguien podría vernos. –dijo el castañito tratando de ocultarse de nueva cuenta en el pecho del escritor –Además… estamos bailando.

--Es cierto. –dijo Akihiko para continuar con el lento movimiento del baile –Lo olvidé por un momento. Es sólo que…

--¿Qué? Usagi-san ¿Qué cosa? –inquiría el castañito.

--Que… tengo… un pequeño problema. –dijo el ojilila captando la atención del castaño –Tengo ganas de Misaki.

El castaño se paralizó. La seriedad con la que hablaba Usagi-san le hizo pensar en muchas cosas… menos en lo que dijo. Nuevamente sintió su rostro arder. Trató de moverse para continuar con el baile pero sus pies no respondían.

--Misaki, vallamos a la habitación. –dijo Usagi al oído del castaño –Vallamos cuando terminemos de bailar. Misaki, hacía que quería compartir un baile contigo.

Misaki sentía que el corazón saltaría de su pecho. Las palabras de Usagi-san siempre causaban estragos en su persona. Intentó ocultar todo su rostro en el firme pecho del escritor, también asintió… sin duda iría a cualquier parte con Usagi-san.

 

 

>>Continuará...

Notas finales:

Gracias por leer.


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