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De parecidos a propuestas indecorosas por Sr Dark

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Notas del fanfic:

Esto tan solo me llego como cuando una piedra golpea tu cráneo y tú dices “Mierda estoy sangrando”

¿No tiene lógica, verdad? 

Notas del capitulo:

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De parecidos a propuestas indecorosas

1.1 Personas estúpidas y necesidades traicioneras

Taemin volvió a bajar la mirada. Los había escuchado de nuevo, los susurros de las personas a su alrededor, hablaban de lo mucho que se parecían. No le gustaba que esas personas supusieran toda una vida de quienes ni conocían, que si sus cabellos eran iguales, que si eran casi de la misma altura, que si sus sonrisas se parecían, que hasta la torpeza la compartían ¿Qué les importaba? ¿Por qué tanto esmero en igualarlos? ¿No tenían nada más que hacer que hablar de ellos? No le gustaba, odiaba tanto que siempre fueran el centro de la conversación.

Jinki caminaba unos pasos más adelante, su maleta colgaba de su hombro izquierdo marcando el buzo ancho color crema. Taemin sabía que él no se daba cuenta de esos detalles, de las miradas fijas en ellos, de los comentarios. Jinki jamás se daba cuenta, era demasiado despistado para poner atención a su entorno y eso a veces le daba cólera porque tampoco se daba cuenta de su desesperación.

El mayor se giró con torpeza y se despidió de manera exagerada, agitando sus manos en el aire y dándole una sonrisa gigantesca donde pelaba todos sus dientes como si fuera un conejo, el menor suspiro respondiendo el gesto sintiendo el golpeteo de su corazón contra sus costillas; ese tipo de actitudes por parte de Jinki lo descolocaba totalmente y de esa misma manera le hacía sentir un calorcito en su pecho.

Por un momento olvido de las miradas de los demás, por un momento solo escucho sus latidos y la graciosa risa del mayor como una dulce melodía en sus oídos. Solo un momento que no duro más que tres minutos hasta que dejo de ver la silueta de Jinki por el largo corredor y los parloteos del resto de personas volvió a acaparar su sentido de la escucha. Frustrado resoplo y con todo el cólera del mundo opto por escuchar un poco de música colocándose sus audífonos al igual que subiendo hasta el máximo volumen permitido en su celular.

Las clases pasaron lentamente para su desagrado. A pesar de der tan solo un “Crío” tenía también carácter por lo que sus compañeros ya eran lo suficiente astutos como para darse cuenta de su pésimo animo en esa mañana así que ninguno le pidió alguno de sus objetos escolares, la tarea o incluso hacer equipo lo que fue un gran alivio para sí mismo.

Cuando fue la hora del almuerzo Taemin salió de la cafetería con tan solo su preciada leche de plátano directo al jardín más solitario, a ese que la banca estaba rota, el césped un poco amarillo y las plantas se debatían entre la vida y la muerte. Para él era un lugar ideal para soportar su mal genio, le gustaba la brisa que le azotaba ahí al igual que el olor a hojas secas de las flores marchitas por el exceso de luz solar, era triste pero agradable.

Los minutos pasaban y solo el ruido de los sorbidos que Taemin producía con la pajilla de la leche de plátano se escuchaba en el solitario jardín hasta que la pisadas azoradas de un desconocido…

 — ¡Taemin!

Bueno; casi un desconocido.

Solo Jinki sabría dónde buscarlo, solo Jinki sabía de memoria todas sus mañas, solo él, solo Lee Jinki.

El menor se queda quieto observando al recién llegado recargándose en sus propias rodillas, respirando tortuosamente y viendo como unas gotas de sudor se resbalaban de su sien hasta la barbilla; su cabello se veía húmedo.

Luego de unos minutos que para el más pequeño se le hicieron eternos el Lee mayor levanto su cabeza aun con la espalda encorvada y las manos apoyadas en sus rodillas.

—Tae, te estuve buscando por todas partes— soltó veloz, como si se tratara de un respiro, el nombrado levanto sus hombros y volvió su mirada a su leche de plátano. Con dificultad Jinki se acercó a la banca vieja y mohosa para finalmente caer al lado del más delgado, estiro su cuello hacia atrás y extendió sus dos brazos en el filo de la banca pasando por uno detrás de la cabeza del rubio teñido.

Taemin permaneció concentrado en el sabor de su leche mirando a la nada con los músculos tensos y un horrible dolor en el pecho.

— ¿Estas bien?

Jinki intento fallidamente al instante en iniciar una conversación con el menor más sin embrago este seguía mirando a la nada, frustrado; el mayor decidió asentar su mano en el muslo derecho y acercarse lo suficiente al menor como para que sus hombros chocaran y el mentón del Lee menor se rozara con la coronilla del castaño. Taemin al sentir la intromisión en su espacio personal giro su cabeza lo suficiente para que sus labios abultados y rosados se encontraran con la nariz nívea de su mayor.

— ¿Qué pasa hyung…?

 Pronuncio en un susurro que se desvaneció en el momento que Jinki acorto la distancia de sus labios robándole un simple y sencillo beso que a pesar de solo ser un leve contacto; para Taemin sabía a frutilla y vainilla. El rubio quiso profundizar el beso pero antes de hacerlo Jinki ya se había apartado de sus labios dejando tan solo la vivida sensación cálida de los labios ajenos.

Sus mejillas se tornaron rosas y su corazón rebelde empezó a bombear una gran cantidad de sangre corriendo el riesgo de explotar.

— ¿Ya no estás enojado? — le pregunto con ojos amorosos y una sonrisa risueña. Taemin analizo cada una de sus facciones  y se preguntó en sus adentros “¿Cuál era el parecido?” a su parecer era prácticamente obvio las grandes diferencias que para él era inmensamente abismales, los ojos, la boca, el cabello, su nariz, todo era distintos a sus facciones “¿Cuál era la razón para buscarle semejanzas entre ambos?”

—No, pero lo estaré si no me vuelves a besar mínimo treinta veces más

Sentencio divertido al ver la expresión de supuesto enfado en el señor Lee Jinki quien soltó una carcajada luego de tal declaración, los siguiente que paso en medio de las risas fue que el mayor tomo de los dos costados de la delicada cara del menor estampo sus labios en su nariz, luego a su frente, las mejillas rojas, la barbilla pequeña, los dos brillantes ojos, la comisura de sus labios y antes de que pudiera escapar el menor lo acerco más atrayéndolo por el cuello haciéndole imposible el escape de los labios ansiosos de un púbero de quince.

Jinki recibió con gusto esos labios sujetándolo de la delgada y pequeña cintura del más bajo, mordió un poco el labio inferior provocando un suspiro quedito que aprovecho para adentrar su curiosa lengua que velocidad empezó con su exploración en la cavidad ajena, saboreando el sabor a fresas con leche. Taemin trataba de seguir el ritmo a pesar de su poca experiencia, el menor sentía que su boca era succionada por el castaño que no paraba de mover su traviesa lengua hasta el punto que sus pulmones exigían el tan desgraciado aire.

El mayor se a parto tan solo un poquito y un solo instante muy pequeño como para que Tae llenara sus pulmones y en ras de un segundo ya estaba de nuevo devorando esos deliciosos labios sabor a fresas con leche, Jinki acaricio la pequeña espalda del chiquillo por encima de su camisa blanca y la otra se aventuraba por las torneadas piernas del chico.

Taemin no hacía más que soltar pequeños suspiros entre el beso así como gimió cuando la mano de Jinki toco su muslo interno con sus dedos regordetes.

El castaño se separó lento de los labios del menor así como alejo sus manos traviesas de las zonas sensibles del más pequeño que respiraba con dificultad encogido en la silla mohosa con la cara rojiza y los labios totalmente hinchados; se veía precioso y con esa imagen su mente maquinaba muchas cosas perversas que podría hacerle al pequeño pero  Jinki se evitó a continuar por el hecho de que Taemin tan solo era un niño aún y que bueno estaban en una zona publica donde cualquier persona podría aparecer y sorprenderlos.

Taemin miraba nervioso al mayor que se debatía internamente en algo que no podía entender lo que le restó importancia porque su estómago se revolvía como si un enorme puñado de mariposas revolotearan intensas dentro queriendo salir y para más problemas su cuerpo no dejaba de recibir espasmos por los toqueteos de esas manos regordetas que Jinki poseía y lo que más le avergonzaba; su amiguito se había levantado ¡Pero es que no era su culpa que las manos de Jinki se sintieran tan bien!

Jinki al caer en cuenta en la carita roja del menor y las manos pequeñas y largas tratando de disimular ese bulto en los pantalones no pudo más que enternecerse y también asustarse porque para su desgracia su propio miembro también se estaba despertando lo que no era bueno estando en un área publica y lo que es peor ¡Taemin seguía siendo un menor de edad!

Jinki sabía que se iría al infierno o tal vez a la cárcel, quien lo mandaba en enamorarse de un niño de quince ¡Y por todos los cielos; quien mandaba a Taemin por ser tan bonito!

 —Tae… t-tenemos dos opciones — dijo avergonzado también tratando de ocultar su prominente erección que fue en vano porque el pequeño ya lo miraba con la cara más roja que antes. Taemin solo asintió ante lo que Jinki dijo lo que fue considerado como un “Prosigue” claro que seguía sin despegar su mirada de ese bulto.

—Primero, nos tomamos una ducha en el gimnasio para bajar ya sabes. O segundo, vamos a mi apartamento  — Aunque la intención desde un instante era bajar sus miembros excitados evitando el contacto físico, a Jinki simplemente se le escapo la segunda opción que originalmente era saltar las clases y llevar a Taemin a su casa con la excusa de que se sentía mal.

Rogaba por el hecho de que Taemin no entendiera el mensaje explícito de la segunda opción y eligiera la primera.

Estaba muy equivocado.

—Hyung, vamos a tu apartamento— dijo sin duda en la voz ronca del menor mirándolo por primera vez a los ojos. Jinki pudo notar ese brillo en los ojos que… ¡Por las barbas de su abuela (Que no tenía) era eso acaso lujuria!

¡Santa madre del cacahuate, sin duda se iría al infierno no solo por enamorarse de un niño tan bonito sino también por corromperlo! 

—Hyung, yo… creo que estoy listo—  hablo Taemin con la cara más roja que cereza y Jinki no tuvo que ser adivino para entender a qué se refería.

¡Olviden todo lo que dijo antes, Taemin le estaba incitando a quitarle su virginidad!

¡Su virginidad! ¡¿Pueden creerlo?!

“Oh Dios, si es que existes en algún lugar del cielo, dime tu oh gran señor ¡¿Cómo mierda quieres que sea bueno cuando propuesta así te llegan de un ser tan bonito?!

Sin duda, Jinki se iría al infierno. Ya era un hecho.

 

 

 

Notas finales:

Lo sé, el hilo de la historia se pierde en medio de los toqueteos y eso. La cosa es que pensé que siendo Taemin un adolecente  con las hormonas al doble y siendo Jinki un adulto joven frustrado sexualmente, siendo ellos dos de esa manera y perspectiva, sería fácil perder el hilo del problema central para llegar a otro un poco más jocoso e íntimo; el sexo.

¿Qué opinan? ¿Continuo con un lemmon? ¿O lo odiaron y quieren que lo “edite” o “elimine”?

Está en sus manos y por cierto, no olviden que un escritor se alimenta de comentarios, déjame uno para saber el veredicto de esta rara idea.


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