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This Game por sugarlimbo

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Por más que lo mirara, no podía encontrarle algo que hiciera cambiar su opinión.
Él dribleaba. Y mientras lo hacía, no se podía negar la realidad: era muy guapo. Alto, cabello oscuro, mirada seductora, buena pose. Tan… tan… tan masculino. 

Mierda. Definitivamente eso le producía un malestar. Maldecía el día en que se percató de eso.
Dribleaba muy bien, maldición.

Él mismo se sabía muy atractivo. Muy muy atractivo. Sin embargo, ahora llegaba este tipito y toda su autoestima se veía afectada. Obviamente no mucho, se sabía hermoso y muy seductor. Todo el mundo lo sabía. Y ese tal Choi Minho, lo sabría también.

Pasó frente a él para captar su atención. 

Mala elección.

Justo en ese momento, alguien había decidido lanzarle un pase a Minho. Pero este último nunca lo recibió, pues fue interceptado por Jonghyun. Específicamente, por la cabeza de Jonghyun.

—¡Auch!

Todos sus compañeros de equipo corrieron preocupados a mirarlo. Bueno, casi todos sus compañeros de equipo. Choi Minho no lo hizo. Él sólo se limitó a echarle una mirada de difícil interpretación y luego tomó el balón para volver a jugar.

—Sí, gracias, estoy bien— dijo Jonghyun a los demás mientras observaba de reojo todos los movimientos que el más alto hacía.

Volvió a la duela enseguida.

No pretendía dejar que el otro le siguiera afectando.
Jugar era lo mejor para lograr este propósito, porque en el juego era donde prácticamente olvidaba todo.

Sentir el aire chocar contra tu cara mientras corres a toda velocidad por la duela. Sentir la adrenalina invadir tu cuerpo mientras realizas una jugada, que sabes, será importante. La alegría se encestar o de conseguir un rebote. Era algo simplemente maravilloso. 

El partido de entrenamiento estuvo genial. Aunque en realidad no fue nada difícil ganarle a los suplentes, pues —tal como lo decía el entrenador- los titulares valían oro y cada uno de ellos los hacía uno de los mejores equipos de la región. 

Al terminar el entrenamiento, cuando sólo quedaban los titulares a Lee Jinki, un chico agradable de sonrisa contagiosa,  se le ocurrió una maravillosa idea, y evidentemente se la quiso hacer saber a todos.

—¡Chicos!— los llamó con una cara de emoción mal contenida —Los invito a todos a cenar a mi casa ahora, ¿sí? Hasta les presto teléfono para que llamen a sus casas para avisar—decía mientras sonreía ampliamente. 

Realmente su sonrisa podía alegrar cualquier ambiente. Cuando lo hacía ojos se hacían aun más pequeños dándole un toque infantil y casi se le podían contar los dientes en su boca y. Y pues, con ese poder que tenía, logró convencerlos a todos.

Evidentemente todos aceptaron encantados. Es que Jinki tenía esa cualidad.

Una vez llegaron a la casa, que sólo se encontraba a unas diez cuadras de la escuela, se acomodaron en los sillones de éste. Les dijo que iría a hacer la cenar y Kibum se paró también.
Todos lo miraron extrañados.

—Yo cocino muy bien—explicó mientras sonreía. Jinki sólo sonrío, se encogió de hombros y le hizo un gesto para que lo siguiera a la cocina.

En el living se quedaron Minho, Jonghyun y Taemin. Taemin les sonrió a ambos. 

El menor empezó hablar sobre el entrenamiento de hoy, de que había sido muy entretenido, que cada vez todos se estaban volviendo mejores, que tenía que esforzarse más. Y cada vez que decía algo que no le gustaba hacía pucheros. 

Tanto a Minho como a Jonghyun les hizo gracia esto. Taemin definitivamente sabía cómo actuar como el menor. 

A Jonghyun le agradaban los dos. Casi se arrepentía de haberse molestado con el más alto sin razón. Porque no había habido razón, pues aunque habían parecido celos no lo eran. Celos de qué. Él nunca ha sentido celos. Mucho menos de la belleza de alguien. Nunca.

Aun así le molestaba ese chico menor que él con mirada sensual. Tenía algo, algo que… ¡agh!. Realmente no lo sabía, pero le molestaba.

Lo peor era que cada vez que Taemin hacía alguno de sus pucheritos Minho se acercaba a Jonghyun y le susurraba riendo al oído cosas como “Se nota que es un llorón” “Puede llegar a ser muy tierno”.

Y Jonghyun hacía un enorme esfuerzo por no cerrar los ojos. Porque a Jonghyun le encantaba esto. Realmente le encantaba. Le hacía cosquillas y hacía que extrañamente el pulso se le acerara. Era extraño, pero agradable. 
Y luego ambos reían y Taemin sólo los miraba confundido.
Repentinamente, vino de la cocina un grito de reproche.

—¡Hyung! ¡Realmente no sabes cocinar!

Era Kibum que parecía muy molesto. Un segundo después, Jinki apareció riendo, mientras se rascaba la cabeza.
—Dice que no sé cocinar, y me echó de la cocina. ¿Pueden creerlo? ¡De mí cocina!—los miraba con cara de no entender nada.

Todos rompieron en carcajadas. Se levantaron todos y abrazaron a Jinki como para consolarlo, mientras se seguían riendo.

Minho se sentó al lado de Onew, mientras pasaba el brazo por los hombros de éste. Jinki correspondía el abrazo fraternal y sonreía. 

Esto era extraño. Jonghyun no podía dejar de sentirse incómodo, era como si estuviera sentado una piedra. No podía acomodarse. Por algún extraño motivo le molestaba la cercanía de su hyung con uno de sus dongsaengs. Con ese dongsaeng. Aunque dadas las circunstacias del día, evidentemente ignoró este hecho y siguió charlando tranquilamente con sus compañeros de equipo. Sin dejar de molestarse cada vez que Minho se reía o se quedaba callado, o hacía cualquier cosa que lo hiciera ver guapo.

En eso volvió Kibum de la cocina. Onew hizo un puchero y Minho explotó en carcajadas.

—Bueno, sólo queda que se cocine—anunciaba mientras se sentaba.

— ¿Desde cuándo cocinas?—interrogaba Jonghyun

—No lo recuerdo, pero lo hago bien—se jactaba Kibum.
Y nuevamente todos volvían a reír. 

Un momento después, Kibum y Jonghyun estaban compitiendo por quién tenía la sonrisa más hermosa. Pero cuando le preguntaron al resto y nadie quiso responder, su juego tuvo que terminar.

Una vez que hubieron cenado, todos se retiraron a sus respectivas casas.
Y resultó que Kibum y Taemin tomaban el mismo bus, mientras que Jonghyun y MinHo otro.

Minho se sentó a su lado.

A Jonghyun repentinamente le entró un mareo. Tal vez la comida de Key no estaba tan bien hecha o  quién sabe.

—¿Oye te sientes bien? No tienes buena cara—preguntaba Minho preocupado.

¿Qué?

Una venita amenazó con asomarse en la frente de Jonghyun. ¡Qué se creía! ¡Cómo era eso de que no tenía buena cara! Tenía una muy buena cara. 

Imbécil.

—Sí—respondió cortante y ofendido
Minho lo miró extrañado pestañando repetidamente.
Y luego sonrío.
Realmente no entendía a este hyung. Era como bipolar, pero aún así le caía muy bien. En realidad, todos le caían sumamente bien. Eran unas maravillosas personas. Se habría quedado con ellos todo lo que quedaba del día. Pero ya todos debían volver a sus casas, lamentablemente. A la realidad.

Miro nuevamente a su hyung. Éste miraba por la ventana con cara de molestia.

— ¡Hyung!— decía mientras le revolvía el cabello —¿Por qué tan molesto?...Vamos, dime…—Le seguía revolviendo el pelo y lo miraba juguetonamente. 
Jonghyun se debatía entre lo gracioso del momento, lo cual lo hacía sonreír levemente y la molestia de que su dongsaeng no le mostrara respeto.
— ¡Aish! Suéltame—le palmoteó un poco la mano a Minho. Ambos se sonrieron y Jonghyun ya no pudo negar que su corazón continuaba dándole respingos. Se mordió el labio inferior ante esa certeza.

Un teléfono sonó. Era el de Minho. 

En cuanto vio el número en el teléfono, la cara de MinHo se tensó, suspiró arrastrando una fuerte resignación y contestó.  
— ¿Sí?— volvió a suspirar.
Jonghyun giró la cabeza hacia la ventana para no seguir viéndolo. Su palpitar no estaba obedeciendo a su lógica. Sin embargo, aunque no mirara al menor directamente, no podía dejar de estar pendiente de cada palabra.
—Sí, soy yo…—Suspiró de nuevo.
Se podía escuchar a lo lejos, al otro lado del teléfono, una voz femenina. Una voz, que por cierto, Jonghyun odió. ¿Quién se había atrevido a cortar ese momento entre ellos dos?

Luego, detuvo sus pensamientos.

¿Qué demonios…? Nunca hubo un momento. Estaba empezado a trastornarse.

—De qué… No. Ahora no quiero— el tono de Minho se volvió más duro.

Por el reflejo de la ventana, Jonghyun observaba con detención al más joven: estaba enojado, perturbado. Tenía fuertemente apretada la mandíbula, en un gesto inconsciente de ira reprimida.

Y volvía a suspirar.
Si seguía así, se le acabaría la vida.

En serio Jonghyun estaba sintiendo un fuerte desprecio por la persona que se encontraba al otro lado del teléfono. No importara cuán injustificada fuera esta sensación, de pronto hasta odió tener la seguridad de que era una persona muy importante para Minho. Tal vez demasiado importante.
Tuvo el impulso de arrancarle el teléfono de las manos y lanzarlo por la ventana. Pero claro, sólo en su mente.

—Está bien.

Y cortó la llamada, con un tono realmente afectado en la voz.
Luego vino un silencio incómodo. Pero sólo para el mayor, pues el otro se encontraba sumido en sus pensamientos. Con el ceño fruncido y la quijada fuertemente apretada.
Demonios. Jonghyun sintió de repente la urgencia de saber leer la mente. Quería saber con de verdad qué era lo que pasaba por la mente de su dongsaeng.

Repentinamente Minho se levantó. Y Jonghyun alzó la mirada buscando la del otro. 

Pero ésta nunca llegó.

—Aquí me bajo, hyung— susurró sin mirarlo. —Nos vemos mañana.

Minho se bajó increíblemente nervioso del bus. No sabía qué esperar en ese momento luego de la conversación con ella. Pero la esperanza no dejaba de crecer en su interior. Y cómo la odiaba por ilusionarlo.

Jonghyun lo observó bajarse con cierto malestar, tenía un incómodo presentimiento. Pero como él era un verdadero macho, no creía en eso de los presentimientos. Eso era de mujeres.



~

 

 

 

Esa mañana se sentía increíblemente bien. El sol brillaba en lo alto del cielo y el aire frío chocaba contra su cara mientras caminaba lentamente por la calle. Iba muy atrasado a clases, pero en realidad no le importaba. Disfrutar de un día así no siempre le era posible.

De hecho, que a esas alturas del invierno existiera el sol, era casi milagroso. Tal como se sentía él.

 

—Esto se acaba aquí.
—Pero, pero--
—Por favor, no insistas… no te hace bien.

Sonrío.
—Sí, magnífica mañana…— se dijo Minho.

 

Cuando llegó a la escuela, la primera hora de clases ya había terminado. Todos ya se encontraban en el receso y eso no hizo más que continuar con su buen humor. Todo se parecía de colores más intensos, sentía que se había quitado un peso de encima.

Cuando caminaba felizmente por los pasillos, se encontró con su compañero de equipo Kim Jonghyun. Éste último se encontraba conversando muy de cerca con una chiquilla del salón.

 

Mientras ella trataba de expresarse, Jonghyun la miraba de arriba abajo, mostrando un claro interés por ella y no por la conversación que ella intentaba mantener. Según la observación de Minho, si Jonghyun hubiese podido, la habría devorado. Su sonrisa de medio lado lo decía todo.
A Minho le pareció que disfrutaba de la incomodidad ajena. 

Mientras los observaba, notó que su hyung tenía la manía de relamerse los labios. Como si siempre estuviera deseoso de algo y Minho se descubrió pensando que ese gesto era algo condenadamente sexy.
Cuando Jonghyun sintió insistente mirada de Minho sobre su nuca, volteó bruscamente a mirarlo.

—Ho...hola hyung— dijo algo sorprendido por la repentina mirada de Jonghyun.

— ¡Hola!— saludó Jonghyun, sonriendo.

Sin embargo, Minho notó algo extraño en esa sonrisa. Era como distinta, plástica, … falsa.
—Permiso—agregó con esa sonrisa Jonghyun, tomando de la cintura a la chica y alejándose de Minho.

Por algún motivo Jonghyun, se sentía muy ofendido con el menor y no quería estar cerca de él. Mejor se alejaba, porque el verle la cara le provocaba golpearlo, y muy fuerte.

Minho sólo se quedó ahí, pestañando repetidamente.
Su teoría de que Jonghyun era bipolar, cada vez se veía más confirmada.
Esa manera extraña de tratarlo que tenía su hyung, esas risas naturales y esas sonrisas forzadas, por algún motivo,  no le desagradaba. Le ofendía un poco, sí. Pero…
…le agradaba

—Minhoyah…oppa…

 

Minho volteó. Oh-oh… El día se le acababa de amargar…

 

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

Holi. Me gusta el basket, me gustan los hombres y así nació esto. Ojalá quieras seguir leyendo después de este mini capitulo :3


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