La caliente arena se metía por sus dedos haciendo que el dueño de esas extremidades se estremeciera a causa de la sensación caliente en su piel pero eso no le importó mucho cuando comenzó a caminar, dejando las marcas de sus huellas tras él. Inspiró el aire fresco y salado del mar mientras una dulce sonrisa aparecía en su rostro. Amaba el océano pero casi nunca lo podía contemplar por lo que cuando podía se convertían en momentos muy importantes para él.
- ¡Tsuna!
Ese grito lo trajo de vuelta a la realidad y miró hacía tras donde Yamamoto corría sonriente a su encuentro mientras Gokudera hacía lo mismo pero con la ligera diferencia de que esté insultaba y gritaba a Yamamoto por llamarlo por su nombre y no con respeto como se debía de llar al jefe (en este caso Tsu-chan).
- Tsuna te estábamos buscando. El bebe dijo que nos reuniéramos todos para poder comenzar con los juegos. Jajaja me preguntó de qué tratarán.
Un escalofrío surco todo mi cuerpo al recordarlo. Reborn había insistido (amenazado) en que nos reuniéramos todos para tener juegos “Al estilo Vongola”, lo que significaba una cosa: Caos y problemas.
- Seguro que serán muy divertidos los juegos ¿verdad Juudaime?
<<Lo dudó mucho Gokudera-kun>>. Quería decir eso pero no pudo hacerlo al saber cómo se sentiría mi autoproclamada mano derecha por lo que solo sonreí y asentí.
Después de eso en encamine con ambos hacía donde estaban los demás aunque para ser sincero estaba aterrorizado por como acabaría esto hoy.
Al llegar vi a todos mis amigos y guardianes pero también estaban los Arcobalenos y la primera Generación Vongola lo que causo que me sorprendiera en gran medida pero pronto me recompuse y con una sonrisa los salude a todos especialmente a Giotto-san.
No pude hablar con ellos ya que antes de si quiera intentarlo, Reborn me obligó a ir a los vestidores (El autobús) a cambiarme de ropa y ponerme mi bañador. Cada vez tenía más miedo pero lo disimulaba lo mejor que podía. ¿Qué por qué tenía miedo? Fácil. Porque el loco psicópata que tenía por tutor quería hacer los juegos al estilo Vongola y siempre que los hacemos soy yo quien acaba peor es por eso que sé que esta vez tampoco será la excepción. Por eso estaba aterrorizado y sé que Reborn podía sentirlo lo que era todavía peor.
Solté un fuerte suspiró antes de salir del lugar y sin poder evitarlo sentí un sudor frío recorrerme el cuerpo al ver el espectáculo que estaba montado ante mis ojos.
Hibari-san y Alaude se habían unido para destrozar, machacar, despellejar y etc. de sinónimos que pueden describir el darles una paliza, a los guardianes de la niebla: Daemon y Mukuro mientras estos disfrutaban de molestar a las nubes.
A estas alturas la hermosa arena del lugar había quedado destrozada y convertida en un campo de batalla donde era llenado de golpes e ilusiones, cada uno peor y más aterrador al anterior, casi se podría decir que era el mismo infierno.
Mukuro uso una de sus ilusiones mientras Hibari le golpeaba y no me preguntéis cómo porque no lo sé, pero Hibari acabó en lo alto del cuerpo del ilusionista que más odiaba y sin perder un segundo le planto un beso fuerte, violento, demandante y excitante, reclamando su atención y derrotándolo en esa batalla de lenguas. El castaño de ojos chocolate sintió algo romperse en su interior ante esa escena por lo que no espero ni un solo segundo antes de salir corriendo del lugar mientras las lágrimas descendían por sus redondeadas y dulces mejillas, dejando a su paso las saladas gotas que pronto desaparecían de la arena, siendo invisibles a los ojos de los demás y el lugar el único testigo del sufrimiento del castaño.
¿Por qué le dolía tanto ver a esos dos juntos? ¿Por qué su corazón se le estrujaba con tanta fuerza que sentía como se asfixiaba? ¿por qué las lágrimas se le venían encima al ver a esos dos juntos= ¿Por qué? ¿¡¿Por qué le pasaba esto a él?!
Pronto las fuerzas le abandonaron y se dejo caer agotado encima de la arena, con la respiración entre cortada y sudando. Levantó la mirada hacia el cielo y sintió como los rayos del sol le quemaban, la verdad es que en ese momento no le importaba pero no podía quedarse en ese lugar, tenía que volver a donde estaba antes. Eso hacía pero se detuvo al oír unos ruidos extraños detrás de unas rocas. No sabía que era pero parecían gemidos. Un momento ¿gemidos? Era imposible que en una playa completamente desierta y sin nadie más que ellos a una distancia de kilómetros este en esa playa y gimiendo lo que solo significaba una cosa… ¡¡¡Alguien estaba herido!!!
Corrió rápido hasta el lugar pero allí no encontró a nadie herido sino que fue algo completamente diferente.
Yamamoto se estaba besando apasionadamente con Ryohei mientras el sol tocaba el miembro descubierto de su compañero, ahogando los gemidos del otro en su boca. Mientras hacían eso Knuckle estaba dilatando la entrada de Yamamoto, metiéndole los dedos y penetrándolo con ellos mientras que restregaba su miembro contra el cuerpo ajeno, a la vez que Asari besaba y dejaba marcas en Ryohei. Cuando el primer sol sintió que la décima lluvia ya estaba lista saco sus dedos de su interior obteniendo a cambio un gemido de reclamo. No paso mucho antes de que de un solo golpe Knuckle le penetro pero Takeshi no tuvo tiempo de reclamar cuando Ryohei le penetro también haciendo que soltará un gemido de dolor combinado con placer, haciendo que ese gemido fuera extremadamente sensual y excitante. Las estocadas empezaron al momento, sin esperar que el otro se acostumbrara mientras Asari metió su miembro en la boca ajena, haciendo que le diera una buena felación mientras los otros dos le penetraban como si fueran bestias en celo. Eso excitaba a Yamamoto y lo demostraba soltando fuertes y sonoros gemidos, incitándolos a que lo penetrarán de una forma más fuerte y dura. No paso mucho hasta que le cumplieron ese deseo haciendo que sintiera el cielo mientras le daban en su punto dulce a la vez que ese gran miembro tocaba su garganta. NO pudo resistirlo más cuando se vine entre sus compañeros, logrando que los otros se corrieran en su interior y Asari en su boca. Respiraban con dificultad pero no pasó mucho antes de que cambiaran posiciones y repetir lo que hicieron hace un momento,
Tsuna se alejo lentamente del lugar con un gran sonrojo en su rostro junto a una gran erección entre sus piernas. Eso le avergonzaba pero no podía negar que esa había sido una escena extremadamente excitante lo que hizo que entrará en pánico ¡¿Cómo podía excitarse al ver a cuatro hombres teniendo sexo duro?! Debía ser porque nunca había visto algo así, la próxima vez no le iba a pasar eso, estaba seguro de ello. Al menos eso quería creer, al fin y al cabo el estaba enamorado de Kyoko, él no se fijaría en un hombre, NO ERA GAY. O al menos eso quería creer.
Tan metido estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de cuando llego hasta el autobús aunque allí no había nadie, ya se habían ido todos. Dio un suspiro y se encaminó hasta los vestuarios para poder ponerse algo que le protegen de los rayos del sol, o mejor dicho, que cubran su erección. Sus pasos eran suaves y tranquiles, indetectables para cualquiera, bueno casi cualquiera.
Abrió con cuidado la puerta y lo que vio dentro lo dejo sin palabras, sin aire, lo dejo más que sorprendido.
Dentro se encontraban Colonello y Reborn teniendo relaciones, duras y fuertes como dos bestias pero no entre ellos sino con los jóvenes guardianes del rayo. Lambo le estaba haciendo una felación a Reborn mientras que Lampo era penetrado por Colonello. ¿El por qué lo hacían los cuatro a la vez en un mismo sitio? No tengo ni idea lo que sé es que no quiero que me vean y vivir ese bochornoso momento por lo que me aleje de ahí con mucho cuidado.
Mi cara estaba completamente sonrojada, mi corazón latía a mil por hora y mi respiración era cada vez más agitada. Estaba excitado, muy excitado y solo esperaba no encontrarme a nadie más teniendo relaciones sexuales cerca porque si no sabía lo que iba a pasar.
No di ni dos pasos cuando algo me llamo la atención una vez más. Era una puerta abierta en la que se podía ver una luz roja saliendo del lugar junto a unos ruidos muy extraños. Teniendo en cuenta mis experiencias anteriores debería alejarme del lugar y no mirar a tras pero la curiosidad me estaba matando. Reticente me acerque hasta el lugar para ver lo que pasaba dentro.
En él se encontraban G mientras recibía una excitante mamada de ¡¿Gokudera-kun?! Mientras mi guardián de la tormenta era penetrado salvajemente por mi antepasado: Giotto-san.
Inmediatamente me aleje del lugar al ver como esos tres se corrían. Sin duda fue una mala idea y eso me lo demostró mi palpitante erección que me reclamaba que la atendiera y le diera placer pero yo no podía hacerlo no podía tocarme mientras en mi mente estaban esas escenas eso sería al sucio, muy sucio.
Salí del lugar y me senté en la orilla de la playa mientras pensaba en todo lo que había visto antes, preguntándome por qué los había visto en acción a todos y cada uno de ellos, recordando las posturas y las actividades que hacían, los gemidos, el sudor, el placer, las vistas nubladas y el semen corriendo por todos lados.
Tragué saliva ruidosamente mientras mi mano acariciaba mi miembro imaginando que a mí me hacían todo lo anterior, mientras me internaba en mi mundo en el que cierto chico piña me estaba dando en mis puntos sensibles mientras yo se la chupaba, en ese momento era penetrado con pasión y lujuria por Hibari-san hasta que no pude más y me corrí.-
Mi mano representaba la prueba de lo que había hecho y sin poder evitarlo me alarme al verlo, tenía que hacer desaparecer la evidencia pero antes de que pudiera hacer nada unos brazos me apresaron por atrás mientras que una mano sujetaba la mía y se la llevaba a la boca. Esa persona que la lamía tan seductoramente era Mukuro y eso hizo que un estremecimiento surcará mi cuerpo. Más estremecimientos y escalofríos le siguieron a ese cuando sentí como las hábiles manos de Hibari-san me tocaban por todo el cuerpo, tocando mis puntos más sensibles y logrando que me arqueara de placer. Soy heterosexual y no tendría que tener estas reacciones pero no podía evitarlo, quería más y sentía que los únicos que podían hacerlo eran Hibari-san y Mukuro.
Pronto en el lugar solo se oían mis gemidos y los choques de nuestros cuerpos al hacer este ritual, por llamarlo de alguna manera. Había intentando irme pero mis fuerzas fallaron y ellos lo aprovecharon, no entendía lo que estaba pasado pero el placer superaba a la razón y a cada estocada me olvidaba de quién era yo y lo que hacía, no recordaba nada hasta que de un golpe la cordura regreso a mí.
Delante de nosotros estaban las chicas. Sí, estaban Haru, Chrome, I-pin, Hana y… Kyoko-chan. En ese momento sentí drenarse toda la sangre de mi cuerpo y yo intente más que nunca alejarme de ellos pero eso de alguna manera hizo que ambos aumentarán el agarre, intente hablar pero me callaron con furioso beso. Las estocadas se volvieron mucho más violentas y placenteras y ahora también estaban los dos envistiendo en mi interior sin ningún pudor mientras las chicas nos veían con la boca abierta y con una expresión indescriptible, al menos para mí. Sin quererlo mi mirada se choco con la de Kyoko-.chan y un atisbo de anhelo se cruzo por mis ojos.
Me levantaron de golpe de esa posición para levantarme de las piernas, dejándome completamente indefenso y con una vista de todo mi cuerpo a las chicas antes de volver a penetrarme. Sé que ellas pueden ver perfectamente como los miembros de ambos danzan en mi interior, como mi miembro se mueve al ritmo de las estocadas de los otros dos y como mis gemidos aumentan de ritmo. Sin poder aguantarlo más me corrí en mi vientre, llenando también parte de mi rostro y Mukuro junto con Hibari-san se corrieron dentro de mí.
En ese momento parecieron despertar de su ensoñación las chicas porque salieron corriendo del lugar mientras yo seguía allí, con la respiración entrecortada y los otros dos dentro de mí todavía.
- Olvídate de ella Tsunayoshi-kun. Kufufufu ahora nos perteneces.- Una lamida a mi cuello.
- Si ella va a ser un impedimento… LA MATAREMOS.- Una mordida en mi oreja junto al miedo por Kyoko-chan.
- Será mejor que nunca nos seas infiel, porque el día que lo hagas… Kufufufu se desatará el verdadero infierno.
Al ver sus rostros no dude en que sería así pero no tuve tiempo de replicar cuando ya me tenían en una nueva sesión de lo que sería nuestra prueba de ¿amor? O es ¿de lujuria?
Cuando fuimos de camino a casa yo estaba en medio de Mukuro y Hibari-san recibiendo toqueteos de parte de ambos mientras ellos se besaban. En ese momento no podía ver a nadie a la cara, no después de todo lo que había visto. En el momento que lo hacía los colores se me subían al rostro y me ponía de tal manera que no podía ni hablar. Aunque sin duda con quien menos podía sobrellevar esto era con las chicas especialmente con Kyoko-chan, lo que yo me pregunto es ¿por qué nos miran con caras de salidas pervertidas y con una cámara de fotos y una cámara de vídeo hacía aquí? No lo sé y espero no saberlo.