No dejes que nuestro amor
Se transforme en tragedia como Julieta
Llévame a un lugar lejano…
… eso es lo que deseo
Respiraba tranquilamente el aire mientras Hibird se posaba en mi cabeza. Una pequeña sonrisa surco mi rostro mientras veía como Hibari-san se encontraba arreglando el papeleo del comité disciplinario. Me gustaría que no le hiciera tanto caso y me prestará más atención pero tampoco podía decírselo, eso sería imponerme en sus deseos, en su libertad y sobre las cosas que ama pues ese papeleo es algo que ayuda a mantener el orden en Namimori, el lugar que tanto ama Hibari-san.
Solté un pequeño suspiró mientras Hibird se posaba en mi mano y sin poder evitarlo las dudas empezaron a invadir mi mente, haciendo que los nervios me consumieran y que el dolor se instalará en mi pecho y es que no podía evitar pensar que Hibari-san amaba más a Namimori que a mí, que si tuviera que elegir a uno de los dos para salvar y proteger no sería yo quien lo consiguiera.
Mi respiración empezó a ser irregular pero me comencé a tranquilizar al sentir como Roll y un lindo pajarito se posaban cerca de mí, como si me apoyaran y dijeran que esos pensamientos eran absurdos. Sí, definitivamente eran absurdos pues yo sé que él me ama tanto como yo a él, al fin y al cabo por algo era mi Romeo, mi persona amada y la que siempre estaría junto a mí. Sonreí grandemente ante mis pensamientos. Definitivamente éramos Romeo y Cindrella.
Papá y mamá les deseo muy buenas noches
Espero que esta vez tengan muy dulces sueños
Es hora de que los adultos duerman.
Solté un bostezo mientras me tallaba los ojos. Estaba realmente agotado desde que comenzó el día, no sabía la razón pero realmente no me importaba mucho aunque seguro que si Haru y Kyoko se enteraban me echarían la bronca y mucho más si supieran de mis desmayos y de las nauseas matutinas, pero yo no quería que nadie lo supiera y me obligaran a ir a ese demonio que es el… hospital. Un escalofrío surco mi cuerpo al recordar ese lugar. En verdad lo odiaba y todo gracias a una enfermera sin cuidado que me traumatizo de por vida.
Aparte esos pensamientos de mi mente y respire profundamente antes de dirigirme a mis padres. Ambos estaban sentados en el sofá, muy cerca uno del otro y esperando a que yo no los mirará o no estuviera cerca para comenzar a meterse mano, porque sí, yo sabía que ambos seguían manteniendo relaciones sexuales y a pesar de que eso causa un gran trauma, porque vamos, cualquiera que sepa que sus padres mantienen ese tipo de relaciones les daría algo.
- Papá, mamá me voy ya a la cama.
- ¿Ya? Pero si solo son las nueve.
- Lo sé mamá pero no me siento bien.
- ¡¿Qué te pasa?!- Me miró alarmado mientras se acercaba a mí para verme mejor.
- Solo estoy cansado porque no he podido descansar bien. Me iré a dormir.
- Esta bien, descansa pero…
- Fon déjalo tranquilo. Solo está agotado, es débil por estar ya cansado pero pronto lo convertiré e un verdadero hombre.
El brillo en los ojos de mi padre hizo que me estremeciera por puro terror. Todos sabían que cuando mi padre se enojaba o se le ocurría una de sus “grandes” ideas, lo mejor era huir y no mirar a tras, en este caso estaba prácticamente preparado para huir.
- ¡Reborn! No asustes a Tsu-kun.
- No le asusto, solo le digo por lo que pasará.
- ¡Papá, mamá buenas noches!
Salí corriendo del lugar mientras ambos seguían discutiendo. Llegué hasta mi habitación y la cerré con llave para a los pocos minutos comenzar a vestirme hasta estar de la manera más sexi posible.
Llevaba puesto unos shorts ajustado de color negro, una camisa de tirantes que me llegaba hasta un poco más arriba del ombligo y unas botas hasta la mitad de la rodilla. Todo en color negro.
Me acerqué a la ventana y asegurándome de que nadie me viera y todo estaba listo salté por ella hasta tocar el suelo y comenzar a correr como si mi vida dependiera de ello, buscando el lugar en el que me iba a encontrar con mi persona amada.
Tus labios saben al más dulce caramelo
Te veo y cruzo mis piernas tímidamente
¿Qué tan lejos iremos esta noche?
El lugar estaba oscuro y había un silencio aterrador en él. Mis pasos resonaban en el lugar, dándole un toque siniestro , aterrador y yo siendo tan cobarde como soy comencé a temblar sin control. No era buena idea hacer lo que estaba pasando por mi cabeza pero ya no podía aguantarlo más, si continuaba de esta manera me iba a volver completamente loco.
Corrí con todas mis fuerzas por el largo pasillo, esperando que nadie me viera o siguiera. De pronto oí unas pisadas que se acercaban con rapidez a donde yo estaba y por un momento vi mi vida pasar por mis ojos. Iba a morir a causa de un extraño. No, no podía ser.
Gracias a mi torpeza natural terminé en el suelo y justo en ese momento esa persona apareció ente mis ojos. No quería ver a la persona que me asesinaría por lo que simplemente aparte mi mirada. De repente sentí una fuerte presión en mi rostro que me obligaba a levantarlo y a los pocos segundos sentía unos dulces labios con sabor a caramelo. Lo reconocí en seguida. Era Hibari-san la persona que me estuvo persiguiendo y la que ahora está aquí, conmigo y besándome.
Mis brazos rodearon su cuello mientras él me cargaba y llevaba hasta el comité disciplinario pero en todo el caminó los besos no nos separaron ni un solo segundo. Quería sentir más de ´le y quería ir más lejos. Lo amaba y quería que nos fundiéramos una vez más, como si fuera la primera vez.
- Hibari-san hazme tuyo.
Te pido no me lastimes
Solo se amable pues la amargura
Nunca me ha gustado.
Quizá sea porque siempre comí pasteles
Que mamá me dio.
Sus besos se volvieron feroces y necesitados, violentos y lujuriosos. Este hombre que ahora estaba encima de mi cuerpo era la reencarnación de la misma lujuria y eso a mí me encantaba. Adoraba su pasión, su deseo, su forma de ser… lo adoraba todo de él.
- Hibari-san hagámoslo hoy lento.
Me miro durante unos segundos y no sé si escucho lo que le dije o silo ignorará, lo único que sé es que esa mirada que me dio hizo que me derritiera completamente y solo deseará más de él, más besos y caricias.
Ya me daba igual todo lo único que quería es que se fundiera dentro de mi cuerpo y así se lo hice saber.
Para mí esto es algo un poco misterioso
Pero sé que eres alguien muy curioso
Quiero que me enseñes todo lo que hay en ti
Y así yo te enseñare lo que hay en mí.
Las estocadas eran rápidas y certeras, haciendo que mi mente estuviera en blanco y solo sintiera el deseo del momento. Obligué a Hibari-san a cambiar de posición y yo me sujeté a la mesa mientras me auto penetraba, dejándole una gran vista y que viera como me tenía. Lleno de pasión y deseo, hambre de ser devorado por ese chico de cabellos azabaches y protector de la ley, de Hibari Kyoya, el único hombre en mi vida.
Te he estado esperando soy Cenicienta
Y correré hasta ti solo con mi uniforme
Quisiera que la magia detuviera
El tiempo justo aquí en este momento.
De repente recuerdos comenzaron a invadir mi mente pero estos no eran mis recuerdos sino de un extraño, de una época que nunca había visto. De golpe mi mente se puso en negro y sin poder evitarlo me desmaye mientras seguía viendo esas memorias.
Un hombre con las cabellos en punta y rubio iba vestido con un hermoso vestido largo de color naranja cielo. El vestido se cerraba en la espalda con una cremallera pero dejaba ver la mitad de la misma mientras que por delante tenía un hermoso escote en V y unos largos guantes que les llegaba hasta la mitad del codo pero curiosamente los dedos estaban al descubierto. El vestido era hermoso y elegante lo que causaba que varias miradas se dirigieran a él para contemplar su belleza sin caer en cuenta de que él era un hombre y no una mujer.
Un rubio platinado de porte serio se acercó hasta él y de alguna manera se entendieron bien, incluso bailaron una hermosa pieza de vals mientras todos los demás los miraban embobados y haciendo un espectáculo, creando un ambiente romántico para ambos.
Le parecería extraño todo eso si no fuera porque estaba hipnotizado por los ojos metálicos de su compañero quien parecía que le veía hasta el alma. Por un momento deseo estar todavía más cerca de él y besarlo pero eso era algo que nunca se podría cumplir, lo que no sabía es que su compañero estaba en la misma situación que él.
Quiero escapar contigo soy Julieta
Pero te pido que no digas ese nombre
Junto a ti quiero pasar mi vida
Si no es así siempre estaré aburrida
Dime amor ¿siempre estarás tú junto a mí?
Cada vez estaban más cerca el uno del otro, acercando sus rostros y dejando que sus alientos se mezclen. De repente una pregunta del otro hizo que se detuviera en seco. Él quería saber su nombre pero eso era justo lo que menos quería decirle. Odiaba su nombre y lo que significaba por lo que le dijo que su nombre realmente no importaba pero que si quería uno que le dijera Giotto como todos sus amigos. A su vez se entero de que su compañero se llamaba Alaude, lo que le pareció muy conocido pero no tuvo tiempo de pensar porque cuando ya estaba corriendo lejos del lugar.
¡Se le hacía tarde! ¡Si no llegaba pronto hasta su casa estaría en problemas, graves problemas!
Me he maquillado solo para impresionarte
Prometo ser una buena niña mañana
Perdóname solo por esta ocasión
Habían pasado tres días desde mi escapada y de que mis padres casi me matarán por haberlo hecho. No me arrepentía de nada, esos habían sido los mejores momentos de mi vida aunque todavía no entendía por qué me desmaye y los recuerdos que me invadieron en ese momento porque estoy seguro de que eran recuerdos, unos que no me pertenecían y eso solo conseguían inquietarme.
Unos brazos me sacaron de mis pensamientos. Mire hacia arriba y sin poder evitarlo una sonrisa tonta junto con un gran sonrojo surco mi rostro, Kyoya me estaba abrazando con posesividad. Me dirigió una mirada fría que pronto se convirtió en una mirada llena de deseo y lujuria. Me estremecí ante esa mirada y de la forma más “inocente” le fui seduciendo. Antes de lo que os podáis imaginar ya me estaba besando, reclamándome como suyo. Las cosas se empezaron a poner calientes pero esta vez quería hacer algo diferente.
Le puse debajo de mi cuerpo y me senté un poco más arriba de las rodillas. Le acaricie el pecho con pequeños movimientos, besándole el lóbulo de su oreja y restregando mi cuerpo contra el suyo pero sin llegar a tocar su pene. Sabía que lo estaba excitando y eso me encantaba porque me hacía sentir que era tanto mío como yo suyo. En un rápido movimiento me encontraba debajo de su cuerpo mientras era besado con pasión.
Solté un fuerte gemido de dolor y placer al sentir como se movía con violencia y brutalidad en mi interior, mientras la sangre bajaba por mi entrada y un agudo dolor se instalaba en mi cuerpo. ¡Adoraba que fuera así conmigo! Quería más mucho más y se lo hice saber mientras las envestidas se volvían más acaloradas y excitantes.
No opongo obstáculos para que estés conmigo
Pues considero que eres mucho más que amigo
¿Qué tan lejos iremos esta noche?
De repente la música empezó a sonar y sin poder evitarlo me reí ante la letra de la canción. Yo hacía mucho que había dejado que Hibari me hiciera suyo, que me marcara y mostrará a todos que yo era suyo. Todos pensaron que era una broma pero mi novio se aseguro de demostrarles a todos que quién me tocaba lo lamentaba.
Aún recordaba aquel día en el que Mochida se me acercó y pego contra la pared en un fuerte y doloroso golpe.- por un momento creí que me pegaría, pero no, hizo algo diferente. De un movimiento me desnudo, beso y toqueteo. Por más que intenté liberarme de ello nunca pude hacerlo pero un aura asesina hizo que temblará y se alejará de mí justo antes de penetrarme y quitarme la virginidad. Detrás de nosotros estaba Kyoya y sin decir nada separó a Mochida de mí y me cubrió antes de llevarme del lugar pero no antes de darle la peor mirada posible al que intento violarme.
A los pocos días Kyoya me beso con una sonrisa y después descubrí que Mochida había sido masacrado y casi asesinado a manos de alguien misterioso que se aseguro de castrar al otro sin anestesia y de la peor forma posible, pero no solo eso sino que le rompió casi todos los huesos, incluidos lo de la columna vertebral, haciendo que no pueda utilizar la parte inferior de si cuerpo y los brazos, le hizo sangrados abundantes y casi le rompe el cráneo. Tardó años en recuperarse no solo físicamente sino que también psicológicamente.
Todos se enteraron e que fue Kyoya el causante de ello y por lo mismo nadie volvió a meterse conmigo ni acercarse a más de diez metros de distancia. Estaba muy feliz por lo que había hecho mi amado, al menos ahora no me maltratarían y podría estar más con él. Y no me equivoque con ello. A los pocos días fue el cumpleaños de mi amado y ese mismo día le di mi virginidad sin restricción, demostrándole cuanto lo amaba.
Perdóname si te muerdo y si te lastimo
Pero te confieso siento tanto amor
Aunque mi papa te diga que te odia
No me causa temor
Aún recordaba el día en el que les dije a mis padres que tenía novio. Mi padre Reborn cogió a us pistola León y sin dudarlo un segundo se puso a perseguir y disparar a mi novio mientras mi padre Fon iba detrás de ambos para evitar el asesinato. Sin embargo mi amado no se quedaba quieto y peleaba para defenderse, incluso atacaba para desalmarlo.
Estuvieron de esa manera durante ¡3 DÍAS! Mi papá fon y yo los dejamos seguir peleando para ver si de esa manera se entendían, y si lo hicieron a tal punto que mi papá Reborn nos dio su bendición, no sin antes darle una amenaza de muerte a Kyoya.
Tú siempre me has ayudado y me has amado
Por eso deseo ir lejos contigo
Llévame muy lejos mi Romeo, tan lejos que
Nos metamos en problemas hoy.
Recordaba cuando todos se metían con él por ser más pequeño, frágil y torpe. Siempre les dolieron sus actos y palabras y a pesar de todo nunca se lo dijo a nadie, ni siquiera a sus padres. Un día conoció a un niño serio de cabellos azabaches, piel pálida y ojos metálicos.
Siempre se quedaba con él, reconfortándolo con su compañía y ayudándolo aunque nadie lo supiera, ni siquiera el mismo castaño. Con el paso de los años se hicieron mejores amigos, incluso a experimentar fuertes sentimientos hacía el otro lo que al final origino un romance, el romance que viven ahora.
La campana suena soy Cenicienta
Deje mi zapatilla de cristal tirada
Y espero que me encuentres pronto amor
Antes de que los villanos nos separen
Corría a toda prisa mientras las campanas sonaban, oyendo como la multitud se alborotaba ante mi partida. Me detuve un segundo y vi hacía atrás mientras recordaba lo cerca que estuve de Alaude. Me mordí el labio indeciso pero al final lo hice, deje mi zapato en la escalera para que me recuerde y tal vez, solo tal vez me llegará a buscar. Si eso lo hiciera me haría muy feliz aunque esperaba que lo hiciera antes de las doce del medio día del día siguiente o jamás se volverían a ver.
Mientras corría se golpeo mentalmente. Él jamás lo buscaría y aunque lo hiciera jamás podrían estar juntos. Debía olvidarse de él y el sentimiento que apretaba a su corazón. Ellos nunca podrían estar juntos, no se les permitía tener una vida feliz. Sonrío con tristeza ante ello, esperando que algún día las cosas cambiaran a pesar de saber que eso era imposible.
Cenicienta hizo lo mismo que yo
Dejó su zapatilla más no fue olvidada
Así lo haré para que tú me encuentres
Deseo que seas muy feliz a mi lado
¿Qué no ves que estoy aquí solo por ti’
Llegó corriendo a su casa y se metió lo más rápido que pudo a su cuarto, quitándose el vestido y el peinado que llevaba, pero no le dio tiempo a quitarse el zapato al oír ruidos cerca. Se metió en la cama y se hizo el dormido mientras oía una puerta abrirse y un escalofriante “Nufufufu”. Sentía esa mirada llena de lujuria en su cuerpo y por un momento temió que lo devorará, entiéndase por violará, pero eso no paso nunca ya que fue evitado por el amante y esposo de Daemon Spade, todo fue evitado por Rokudo Mukuro quién al parecer quería sexo duro y puro algo que su marido le estaba dando en ese momento. Para mi suerte se fueron antes de que hicieran algo realmente indebido.
Abrí mis ojos con pesadez y me quite la zapatilla mientras la veía con dolor. En verdad quería estar con aquel hermoso chico de cabellos platinados. De pronto algo hizo Click en mi cabeza y recordé de qué me sonaba ese nombre. ¡Era el príncipe Romeo! ¡Pero todos lo concomían con el nombre del príncipe Alaude! Me enamoré de la persona más inalcanzable. Que irónico.
¿No quieres ver lo que hay dentro de mi corazón?
Yo te lo entregó
Está lleno de deseo, tú lo provocas
Esto es muy serio
Le abrí y di todo mi corazón a él desde el primer momento en el que me di cuenta de mis sentimientos. Pasamos por muchas peleas y discusiones pero siempre estuvimos llenos de amor y carió aunque él no lo demostrará pero había una cosa que me lastimaba de sobre manera: me ocultaba su vida y pasado.
Yo lo quería saber todo sobre él sin embargo no me permitía saberlo y eso solo conseguía lastimarme más que antes. Más de una vez derramé lágrimas a causa de ello ¡por qué Kyoya no se puede dar cuenta de ello?
Pero ya no es suficiente dame tu amor
Que he sido paciente
Llena mi alma y mi vida
Que tú pasión es mi única salida
Sin ti nada tendría sentido
Quería pertenecerle mucho más y ahora tenía unos motivas más fuertes para ello: estaba embarazado. Pero últimamente era más indiferente y rudo lo que causaba que mis lágrimas cayeran más seguido. Incluso me replanteé dejarlo y salir con Mukuro, él siempre había intentado conquistarme pero yo siempre lo rechace.
Tan rápido como vino esa idea se fue pues no podía abandonar a Kyoya, me resultaba imposible y muy doloroso. Respiré hondo y fui a buscarle para darle la gran noticia de que seriamos padres.
LA felicidad no es tan complicada
En una pequeña caja se puede encontrar
¿Qué debo hacer? ¿Qué es lo que correcto tal vez?
¿Quedarme junto a ti? ¿O debo abandonarte?
En la caja oculta en nuestro corazón se encuentra la verdadera felicidad y al ver como no reaccionabas ante la noticia de mi embarazo pensé que no te interesaba. Las lágrimas se acercaron más de lo que a mí me hubiera gustado a la comisura de mis ojos preparadas para caer. Y una vez más me pregunté si no sería mejor dejar nuestra relación.
Pero tu abrazo y beso lleno de cariño me hizo desistir de ello. Al ver tu ligera sonrisa y tu mirada llena de felicidad me di cuenta de que esto era lo mejor que nos había pasado.
Pero me he dado cuenta que mis padres
Tienen una vida normal y apagada
Por eso sé lo que siempre buscaré
Un tesoro que ha estado perdido
Mis padres estaban en la monotonía constantemente, a veces discutían para tener sexo salvaje después, y sí, fue un trauma descubrir eso pero qué se le va hacer. Solo intentar olvidar esas desagradables imágenes, principalmente porque son de MIS PADRES de los que hablamos y no por otra cosa.
Me acaricie le vientre mientras miraba la habitación de mi alrededor. Estaba más que preparada para la llegada de mi bebé, aunque todavía no sabía lo que era.
Cenicienta dijo muchas mentiras
Se dice que al final la devoró un lobo
¿Qué debo hacer? ¿Qué es lo correcto no sé?
No quiero terminar como lo hizo ella
Confío en ti, tú eres quien me salvará
Mi luz fue mi amado Kyoya y junto a él llegaron mis pequeños ángeles, los que reafirmaron el amor que sentía por mi amado. Y sí, ángeles, porque tuvimos dos: Alaude el mayor y Giotto el pequeño. Ahora los dos tenían dieciséis y aunque ellos no lo digan yo lo sé. Sé que son novios y que no lo quieren decir por miedo. ¿Cómo lo sé? Los vi besarse. De hecho lo están haciendo ahora mismo. Solo reí para mi mismo esperando que el bebé que llevaba en el vientre llegará a ser más normal en esta familia de locos,