Tsuna miro desconcertado los sobres ante sí. No sabía cómo habían llegado, de lo único que estaba seguro es que le cambiarían la vida para siempre, su híper intuición se lo decía.
Los miró atentamente, pensando si debía cogerlos o no, aunque su consciencia le decía que no lo hiciera, que tal vez fuera uno de los errores más grandes de su vida, sin embargo su intuición le decía que no podía abandonar el tema así no más, que debía de cogerlos y enfrentar la situación, al fin y al cabo iba a tener que enfrentarla en algún momento.
Lanzo un pesado suspiro y decidiendo hacerle caso a su intuición cogió los sobres y los guardo en el cajón de su escritorio, decidido a echarle un vistazo luego, justo antes de que entrarán en su despacho las chicas de la familia, aquellas que eran las más cuidadas y protegidas de los Vongola.
- Hola Tsuna-san desu.
- Hola Tsu-kun
- Boss, hola
- Buenos días, Sawada-san
- Sawada
- Holi jefe.
Tsuna miro a las chicas y sonrió de manera dulce. En verdad las quería como hermanas, bueno, a Kyoko la quería como algo más que como hermana, la quería como mujer… estaba enamorado de ella. Hace mucho que tendría que haber renunciado a la idea de estar juntos y sin embargo aún conservaba la esperanza de poder llegar a enamorarla.
Soltó un suspiro y cerró los ojos para al abrirlos detallar a las mujeres delante de él.
Haru había sido la primera en hablar. Llevaba puesto un vestido celeste con toques en blanco, con un lazo rodeando su cintura. Su cabello castaño se lo había cortado y ahora le llegaba hasta los hombros.
La siguiente era su amada Kyoko. Ella había decidido dejarse el cabello largo, haciéndola ver más atractiva (a su parecer) y logrando que el corazón se le acelere. Llevaba puesto un vestido color granate con los bordes en amarillo. Se veía simplemente maravillosa.
Le continuaba Chrome, su linda guardiana de la niebla. Ella llevaba puesto un vestido azul que se le ajustaba al busto y le caía con volantes hasta las rodillas.los tirantes y la cintura eran de color violeta y en la cadera llevaba el adorno de un lazo verde siendo atravesado en el medio por una piña. Le quedaba bien.
La ya no tan pequeña I-pin le seguía. Ella llevaba puesto una falda de volantes vaquera junto a una camiseta de tirantes roja. Le quedaba bien aunque me preocupaba de que los pervertidos fueran hasta ella, aunque supiera defenderse por si misma, eso no podía asegurarme nada.
Miró a la morena que le seguía, sin duda Hana había cambiado en este tiempo. Se había vuelto más madura y apreciaba la vida de los adultos como ninguna otra cosa, no se arrepentía de las decisiones que había tomado hasta ahora. En este momento Hana llevaba un traje de ejecutiva que aunque no necesitaba llevar, se empeñaba en hacerlo, simplemente porque le gustaba.
Su mirada calló sobre la última de las chicas y la más reciente de la familia, justamente la que irónicamente estaba más loca, incluso más que TODA su familia junta, y eso era decir mucho.
Era una chica de cabello hasta los hombros color azul, sí, azul, con mechas rosa cruzándole la parte inferior del rostro. Su piel era morena y sus ojos cambiaban constantemente de color a causa de las lentillas que usaba, en este momento eran violetas. Llevaba puesto unos shorts que le llegaban hasta los muslos y una camiseta de tirantes que le cruzaba por el cuello, haciéndose un nudo tras él. El nombre de esta chica era Ayumi Kuran, o Yumi como le decíamos entre familia.
- Ne Dame-Tsuna ¿qué escondías en el cajón?
Miré sorprendido a Yumi mientras Chrome le daba un golpe disimulado en la cabeza, haciendo que hiciera un puchero y mirará mal a su amiga.
- ¿Por qué has hecho eso Chrome? ¡Solo dije la verdad!
- No deberías de haberlo hecho.
- Pero…
- Nada…
Deje de prestarles atención al ver como se volvían a pelear, solté un suspiro ante ello.
- En verdad no tienen remedio.
- Son como dos niñas pequeñas pero es su forma de ser desu.
- De todas formas Yumi-chan llevaba razón. ¿Qué escondías Tsuna-kun?
Las miré inquieto mientras llevaba mis manos hasta el lugar que escondía los sobres, no quería que nadie los viera ni siquiera yo quería hacerlo. ¿Cómo dejarles a ellas que lo vieran cuando algo me decía que esto cambiaría nuestras vidas para siempre? No podía, al menos no hasta estar seguro que no pasará nada malo.
Cuando toco la superficie la sintió vacía lo que hacía que se pusiera nervioso, buscando por todas partes donde estarían, no podía haberlos perdido así de rápido, era imposible.
- Valla nunca imagine que a Dame-Tsuna le enviarán cartas de amor.
Levante mi cabeza tan rápido que creía que se me rompería, viendo como Yumi-chan sostenía los sobres, viéndolos interesada pero dirigiéndole una mirada burlona.
- Y-yumi-chan, dame eso.
- ¿Por qué? Sé que es extraño que te envíen cartas de amor, pero ¡vamos! hay que aprovechar y ver quienes lo han hecho, tortúrate y avergonzarte con ellas incluso chantajearte. Esta infamación es demasiado valiosa como para soltarla sin más.
Mientras Yumi seguía pensando en voz alta lo que podría hacer con ella Chrome le golpeo la cabeza y cogió los sobres, dándole uno a cada una.
- Parece que son importantes para ti Boss pero también que les temes.
- No… Bueno yo…
- ¡No te preocupes Tsuna-san desu! Nosotras te daremos uno cada día para que puedas leerlos todos sin problemas
- Pe-pero…
- No te preocupes, nosotras nos vamos. Mañana tendrás la primera en tus manos.
Sin esperar más las chicas salieron huyendo de la habitación, dejando atrás a un desconcertado y asustado castaño. Mientras las chicas corrieron hasta al habitación de la más loca, encontrándose con un mundo completamente distinto y aterrorizante pero estaban tan acostumbradas a sus locuras que ya no les sorprendía… demasiado.
- ¡Hahi! ¡¿Qué fue eso?!
- Mi mascota.
-¡¿Cómo es posible que eso sea tu mascota?!
- Pero si es adorable.- Las miró como si estuvieran locas.- Ven aquí chiquita. Mira estas locas de aquí lo están menos que yo y son amigas, que puedes hacer lo que quieras con ellas.- Yumi tenía cogido en sus brazos un gato azul con mechas rosas, era idéntico a su dueña.
- Es tan extravagante como su dueña.
- Que va.- Le quita importancia- Esta cosita de aquí.- Les muestra a su gata.- Está más loca que yo e incluso es la menos confiable.
- No creo que lo esté.
- Claro que lo está, al fin y al cabo es Niebla la majareta.
La gata la miro de manera enfadada antes de soltarse de su agarre y empezar a arañar a su dueña por todos lados. Yumi gritó asustada mientras intentaba mantener a la gata lejos de ella pero no servía de nada, haciendo que sus gritos se oyeran por todos lados. No queriendo lastimar a su mascota decidió no usar sus llamas y empezó a correr por todos lados intentando quitársela de encima pero claro, no es fácil cuando tu mascota tiene llamas de la niebla por lo que siempre conseguía hacer que chocará contra las paredes y los muebles, caerse con los mangas y videojuegos a su paso, aunque claro su felino no sufría ningún tipo de daño, lo esquivaba todo a tiempo. La gatita peli azul parecía aburrida así que decidió darle el último toque a su dueña por lo que hizo una pequeña ilusión de su pareja favorita yaoi delante de ella y como alma perseguida por el diablo fue a atraparla, recibiendo a cambio un golpe con la pared tan fuerte que la destruyo y acabo enterrada entre el ladrillo y ensangrentada.
- ¡Yumi!
Mientras las chicas iban al rescate de su amiga Niebla se quedo viendo lo causado desde el suelo y al poco tiempo comenzó lo que parecía ser a reírse, retorciéndose por el suelo mientras lágrimas de risa se escapan de sus ojos.
De repente el montón de escombros comenzó a moverse y de allí salió una enfadada Yumi viendo mal a su mascota.
- ¡Maldita Niebla! Te vas a enterar.- Se puso de pie.- ¡Lucha al poder, equipo mode: on!- Hizo una pose extraña mientras todo se quedaba en silencio y su mascota la veía de forma desconfiada.- ¡A por Niebla!
Sin decir más comenzó a perseguir a su gato por todo el lugar, desordenándolo e incluso destruyendo todo a su paso. Mientras la chica se chocaba con todo a su paso la gata iba de lo más feliz causándole problemas, riéndose al ver como se caía a los dos pasos. No se supo cómo, pero antes de poder darse cuenta estaba siendo perseguida por todas las cajas arma de los guardianes Vongola, incluso Uri había vuelto a ser un guepardo solo para cazarla.
- ¡Socorro! ¡Asesinato en contra de una loca! ¡Quieren extinguir a esta especie!
Mientras corrí a todo lo que le daban sus piernas pudo distinguir una cabellera roja a lo lejos, una que ella conocía muy bien, al fin y al cabo era una de sus mejores amigas y de las que más loca estaba, aunque no lo pareciera. Desvió su camino y la cogió del brazo para salir corriendo.
- ¡Kat, hola! ¡¿Cómo estás?!
- ¡Muy bien y ¡tú?!
- ¡De maravilla! ¡Y te dije que si ibas a espiar a Alaude y Kyoya me avisarás, sabes que me encanta acosarlos!
- ¡No pude resistirlo, a la próxima te aviso! ¡Por cierto ¿por qué estamos corriendo?!
- ¡Mira detrás de ti y lo sabrás!
Kat miró hacia atrás y se puso pálida al ver a todas las cajas armas persiguiéndonos, aumentando su ritmo para alcanzarnos y darnos caza.
- ¡¿Pero qué coño pasa aquí?!
- ¡Pues que hice enfadar a Niebla y ahora todos me quieren matar!
Siendo tan melodramática como era, cayó al suelo llorando y deteniendo a su vez a Kat que veía como su vida acabaría pronto al verlos tan cerca. Sabiendo que no podría convencer a la otra para que se moviera, la cogió del brazo y tiró con fuerza, corriendo como si la vida les fuera en ello, aunque así fuera.
- ¡Nya… ny ny nya aaany nya nya nyua nya nya!
Las dos corredoras miraron a Niebla como si estuviera loca pero en ese momento se activo la caja arma de Kat, una boa constrictor del rayo que miro a su dueña y compañera de manera amenazante antes de comenzar a perseguirlas, deseando electrocutarlas a como dé lugar.
- ¡Kya! ¡Maldita Niebla majareta! ¡Cómo sobreviva me las pagas!
Ambas corrieron a todo lo que pudieron pero su suerte se acabo al ser alcanzadas, viendo pasar su vida delante de sus ojos.
- No puedo creer lo que acabo de ver.
- Al final Yumi llevaba razón, esto era una locura.
- Creo que será mejor tener cuidado de ahora en adelante
- Sí, Chrome. Estar aquí por las buenas es igual que morir asesinados, hay que defenderse.
- Bueno ¿recogemos los restos de las locas?
Todas asintieron en acuerdo y cogieron lo que quedaba de ambas para llevarlas hasta el cuarto, donde las pusieron en la cama y buscaban algo para curarlas pero solo encontraron…
- ¿Chocolate? En serio Yumi ¿solo tienes chocolate en el botiquín?
Kyoko cogió el chocolate y lo tiró por la ventana, total eso no iba a servir de nada.
- ¡No! ¡Mi chocolate!
Como alma que lleva el diablo Yumi se tiro por la ventana en busca de su amado chocolate, queda decir que estaban en un quinto piso pero eso no la mataría ¿o sí?
- ¡Yumi!
Sin darse cuenta Hana tiro el helado por la ventana haciendo que Kat fuera a por él, y logrando que ambas enfermas cayeran a una muerte, ahora sí, segura. O al menos lo hubiera sido si Chrome no las hubiera salvado a tiempo con sus ilusiones.
- Gracias Chrome-chan por salvarnos
- Sí, gracias pero… ¿por qué estamos atadas?
Ambas amigas estaban atadas de pies y manos, chocando ambas espaldas y sin posibilidad alguna de moverse. Niebla no paraba de mirarlas de manera burlona, haciendo que su dueña la fulminará con la mirada para luego hacer un puchero.
- Porque sois capaces de mataros antes de terminar lo que teníamos que hacer.
- ¡Cierto! Teníamos una misión importante.
Todas se pusieron serias, felices de que al fin la loca de su amiga se tomará en serio el asunto.
- Hay que tener cuidado con esto, no podemos cometer errores.
- Sí
- Es realmente importante no cometer fallos, hay mucho en juego
- ¡Sí!
- ¡Hay que cumplir con esto sí o sí, no vamos a dejar que todos nuestros esfuerzos se echen a perder!
- ¡SÍ!
- Y solo me queda decir… ¿de qué estamos hablando?
Todas se cayeron al estilo anime al verla así, ya les parecía muy extraño que se tomará las cosas tan enserio pero esto… esto era pasarse.
- ¡Serás imbécil! ¡Tomate las cosas en serio!
- ¡Kya!
Después de una paliza hacía Yumi que por cierto Kat también recio algún golpe, cortesía de Hana, las chicas se pusieron a hablar en serio, o todo lo serio que se podía.
- La misión que a cierta persona se le ha olvidado.- Miraron mal a Yumi.- Era que debíamos conseguir juntar a Tsuna con uno de los guardianes, y cada una tendría un día para conseguirlo. La que lo consiga, tendrá al resto de esclavas.
- ¡Ah, sí! Yo lo sabía desde el principio solo bromeaba.
- Eso es tan cierto como que las nubes no son solitarias, tu y niebla os queréis y que tus llamas son del Sol.
- Eso ha sido cruel Hana.
Mientras la deprimida chica lloraba las demás seguían con sus maléficos planes.
- Bueno, empezaremos haciendo esto como en las pruebas para los anillos.
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!
- Porque vosotras sois dos las que ayudáis a la nube.
- Pero somos como una ¿verdad Yumi? ¿Yumi?
Miró a su amiga y observo como esta se había librado de las cadenas y estaba en una esquina, llorando mientras comía chocolate y decía que nadie la quería.
- Vale, llevas razón solo eres tú, ella es lo mismo que decir nada pero ya se había decidido y así será.
- Pues suerte a todos
- ¡Sí!
Con eso se dio terminada la reunión y mientras Kat se llevaba a Yumi a espiar a las nubes para subirle el ánimo, las demás se preparaban para la lucha.
Primer día: Sol
- Buenos días Tsuna-kun
- Buenos días Kyoko-chan
El décimo Vongola estaba detrás de su escritorio, medio dormido y sin ningún ánimo ese día. Pero al ver a Kyoko con él sobre amarillo en sus manos se despertó de golpe, aterrorizado con lo que podría pasar a partir de ahora.
Cogió el sobre con miedo y lo abrió pero no fue capaz de leerlo, estaba nervioso y aterrorizado por lo que Kyoko, exasperada lo cogió y comenzó a leer.
Hola:
Seguramente no sepas quién soy, y te resultará más difícil saberlo ya que se han asegurado de sacar lo que me podría identificar más fácilmente de aquí por lo que solo me queda expresarte todo a través de esta carta.
No soy alguien delicado ni tampoco alguien muy inteligente pero sí te puedo decir con seguridad de que siento, y eso es que te amo. No soy el único que está interesado en ti pero te puedo asegurar de que lucharé por conseguirte.
Nos veremos pronto:
Alguien que te quiere
El castaño miraba la carta con los ojos como platos mientras boqueaba. Jamás espero que le dieran una carta así, esto era… peligroso.
Durante todo el día estuvo intranquilo, tanto que no se daba cuenta de las insinuaciones de Ryohei. El sol se pasaba todo el día al lado del castaño, invitándolo a toda clase de sitios y hacer cosas más de pareja que de amigos, claro que el de ojos miel no se daba cuenta.
- Sawada, vamos ¿a la noria?
- Claro
Mientras ambos hablaban tranquilamente dos chicas los seguían de cerca.
- No podemos dejar que esto siga así.
- ¿Y qué haremos? No podemos interferir.
- Nosotras no Kat pero esto sí.
Al decir esto lanzo a Niebla de forma furiosa mientras esta la fulminaba con la mirada. En ese momento se desato el infierno pues una vez más hubo una persecución pero esta vez no iba dirigida a Yumi, o al menos eso parecía.
- ¡Joder Niebla, contrólate!
- Esas dos no cambian.
Kat dio un suspiro resignado e hizo aparecer a su amada serpiente quien en cuestión de instantes ya había arruinado el paseo juntos y se encargo que durante el resto del tiempo juntos todo se arruinara, incluso se sorprendía de que el castaño no se diera cuenta de las insinuaciones, como cuando Ryohei le abrazaba de forma demasiado cariñosa, ¡si hasta parecía que le iba a meter mano!
Lo bueno es que al final del día Tsuna no se dio cuenta de nada y todos sobrevivieron a este loco día.
- Me muero…
Kat miró hacia atrás y se encontró a una masacrada Yumi siendo usada como saco de parte de Niebla, quien la arañaba tranquilamente.
- Bueno, no todo podía ser perfecto.
Kat cogió como pudo a Yumi mientras caminaba hacía la mansión siendo seguidas de una cantarina Niebla.
Segundo día: Rayo
- Sawada-san
I-pin hizo una reverencia mientras le sonreía a Tsuna que estaba nervioso al ver ese sobre encima de sus manos, el verde le predominaba y el nudo en su estomago se acrecentaba. Esto daba miedo.
I-pin rasgo con parsimonia el papel mientras sonreía con dulzura, extendiéndolo y leyendo lo que allí ponía con calma.
Hola,
Seguramente no sepas quién soy, pero te basta con saber que soy la persona más magnifica del mundo y que sería un error que no me escogieras. He llegado a sentir lo que llaman amor por ti. Soy tu mejor opción así que escógeme.
Tsuna miró desconcertado la carta. ¿Quién era esa persona que se creía el mejor de todos? No lo sabía pero le estaba empezando a preocupar. Dos cartas y las dos de amor. ¿Se estaban burlando de él?
Bufó enfadado antes de levantarse de su asiento y se fue con Lambo. Hoy le prometió pasar el día juntos pero fue raro cuando a cada momento le abrazaba y se acurrucaba en él, dándole besos por todo el pecho.
¿Qué le pasaba? ¿Se encontraría mal? Llevo una de sus manos hasta la frente del otro, sintiendo su piel arder, lo que hizo que se preocupara.
No muy lejos de allí…
- Esta vez sí, vamos a allá Niebla.
- Alto.
- ¿Qué pasa kat?
- ¿Seguro que podrás hacerlo sin acabar herida? Otra vez.
- Pues claro, ¡Niebla esta de mi lado!
Ambas miraron a la gata que estaba pasando de su dueña, de hecho estaba jugando con Uri. Estaban los dos adorables, incluso parecían…
- Pareja. Uri y Niebla son pareja.
Ambos gatos la miraron de mala manera y lo único que se supo después es que un guepardo de las llamas de la tormenta lo destruía todo a su paso mientras intentaba pillar a Yumi y su mascota la estaba ayudando. Nah, estaba del lado de Uri, queriendo matarla.
- ¡¡Socorro!!
Nadie atendió a su llamado, bueno, Kat si lo hizo por lo que esa vez no pudieron desbaratar esa cita. Tuvieron mala suerte y todo gracias a la boca de cierta chica y a dos furiosos felinos.
Tercer día: Tormenta
Cierto castaño ya estaba despierto, dando vueltas por toda la habitación esperando a que llegará su amiga. Al ver a Hana no dudo en arrebatarle el sobre y pasar de ella, queriendo saber lo que le diría ese sobre rojo en esta ocasión.
Buenos días,
Sé que no tengo ningún derecho a pedirle esto, ni siquiera a sentir lo que siento pero… ¡Lo amo! Lo amo y quisiera estar junto a usted. No soy la mejor persona, ni la más tranquila pero le aseguro que si me da una oportunidad, no se arrepentirá. Por favor, búsqueme y déjeme demostrarle cuanto lo amo
Miro el sobre atentamente y salió del lugar confundido, preguntándose quién podría ser. Esto de las adivinanzas nunca se le había dado bien y ahora menos que nunca, hasta le ponían nervioso.
- ¿Décimo?
- Gokudera-kun
Le sonrió a su amigo y ambos comenzaron a caminar de vuelta a la oficina del Décimo o al menos eso pensaba hasta que sintió como Gokudera lo llevaba hasta las cocinas donde ambos estuvieron hablando y comiendo dulces, lo que lo desconcertaba es que lamiera trozos de pastel cerca de sus labios cuando le podía avisar pero no le decía nada.
Le dio una sonrisa y siguió con su postre.
-Yumi, esta vez te quedas quieta.
- ¿Por qué?
- Porque no me apetece llevarte de nuevo hacía la enfermería. Además estar curándote a cada rato es un rollo.
- Pero…
- Pero nada. Te quedas aquí quieta.
Yumi hizo un puchero pero lo acepto, mientras cogía a Niebla y la sentaba en su regazo.
- Esto es culpa tuya, gata loca.
Su mascota la miro de mala forma pero se quedo tranquila, aparentemente.
Mientras ellas dos seguían juntas y “tranquilas” Kat se encargo de conseguir que su cita comedora de dulces, como le había puesto, fuera un total fiasco, riendo de forma malvada mientras volvía con su amiga. Encontrándola rodeada de un charco de sangre y a Niebla con las patitas llenas de la misma.
Soltó un gemido lastimero.
- No, otra vez no. ¿Es que no podéis llevaros bien? Que pregunta más tonta, claro que no podéis.
Cogió de los pies al rayo y se lo llevo arrastrando hasta su habitación, tendría que volver a curarla…. Otra vez.
Cuarto día: Lluvia
El castaño estaba bastante tranquilo, ese día no había recibido el sobre y se la había pasado hablando y jugando con Yamamoto. Le pareció divertido que le enseñara a jugar deportes que nunca antes había probado aunque nunca espero que se posicionara detrás de su espalda, pegando la al pecho contrario, sintiendo su respiración sobre él.
Movió su cabeza alejando esos recuerdos mientras observaba a la lluvia llegar con la comida de ese día. Sonrió mientras le pasaba la bandeja al castaño y se sentaban juntos a comer, de manera agradable y tranquila.
Al menos de esa manera fue hasta que apareció una loca, que misteriosamente era una de las chicas de su familia, una peli azul con mechas, que pasaba a toda prisa por el lugar mientras un enorme Tiranosaurio Rex le perseguía. Ambos la miraron como si fuera broma pero al verla a punto de ser devorada fueron en su rescate, dejando todo atrás.
En unas mesas más atrás de donde estaban…
- Vaya, es la primera vez que metiéndose en problemas nos salva, ¡verdad Niebla?
- Nya
Acaricio al dulce minino mientras veía como la pobre chica intentaba sobrevivir, dándole descargas con sus llamas del rayo pero pareció que sus intentos eran inútiles. Bueno al menos tenía la ayuda del cielo y la lluvia.
- Niebla ¿nos vamos a espiar a las nubes?
- ¡Nya!
- Pues vamos
Ambas se fueron del lugar, dejando la masacre atrás.
Quinto día: Niebla
Se podía ver a Mukuro arrinconando a Tsuna contra la pared, pegando sus cuerpos y mirándolo de forma deseosa, mientras el castaño lo miraba nervioso y sin entender nada. No tenía ni idea de cómo habían pasado a tener una charla amigable a estar el otro sobre él, porque “tienes un bicho en el pelo”.
Cerca de allí…
- Ni se te ocurra, no te dejo.
- Vamos Kat, no va a pasar nada. Esta vez todo saldrá bien.
- Conociéndote lo dudo. Es más fácil no salir vivos de aquí a que consigamos arruinar el momento si actúas.
- Eso no es verdad.- Hace un puchero.- Además esta vez Niebla me ayudará.
- La última vez que dijiste eso tuve que estar curándote con mis llamas.
- Pero esta vez será diferente.
- Lo dudo mucho.
Estaba a punto de rebatirle cuando a lo lejos se pudo divisar a Hana y Bianchi viendo el espectáculo. Niebla que estaba cerca de su dueña, una vez más lista para atacar diviso a cierta peli rosa y sus pelos se erizaron mientras soltaba un gruñido furioso. Se lanzó con fuerza hacia la otra, arañándola y mordiéndola mientras que la chica se la intentaba quitar de encima sin éxito alguna y ella cayó en la misma trampa que tantas otras veces cayó Yumi.
- Sé lo que duele, Bianchi va a estar lesionada por mucho tiempo. Da algo de penita ¿verdad Kat? ¿Kat?
Miró hacía donde debería de estar su amiga pero solo podía ver como atacaba a Hana sin que ella se percatará de su presencia, haciendo a la otra gritar e intentar matar a su pobre mascota.
Yumi paso de las locuras de esas dos mientras se vengaban e hizo lo más coherente que se le ocurrió. Le tiro una mesa en la cabeza a Mukuro que no pudo esquivarla y callo de golpe al suelo. El ilusionista la miro mal mientras ella se hacía la inocente.
- ¡Oh! Disculpa cabeza de piña, no quería hacer revuelto de piña pero no te preocupes que te perdono por ser un Cabeza de piña con olor a piña, aunque seas el ser más piñoso de la historia.
Mukuro la vio con un aura asesina e ignorando a Tsuna comenzó a perseguirla mientras esta solo gritaba desesperada.
- ¡Socorro! ¡Niebla, Kat ayúdenme!
Ninguna de las dos le hizo caso y viendo como Mukuro se acercaba cada vez más ella decidió recurrir al plan B.
- ¡Si no muero el día de hoy y me ayudáis os daré un video de las nubes en sus momentos más sexis y un fic Xanxus/Levi!
Al oír eso ambas dejaron de torturar sus víctimas para perseguir al cabeza de piña, lo que ocasiono muchos destrozos, a una muy lastimada Yumi y a dos felices Kat y Niebla.
Día seis: La nube
Tsuna se encontraba en un ambiente realmente… romántico para ser hecho por parte de su guardián de la nube, no era alguien que fuera de ese tipo, pero extrañamente se encontraba muy a gusto en ese momento, como si hubiera estado esperándolo toda su vida.
Cerca de allí.
- Mira, Yumi, nuestro plan funciona.
- Ajam
- ¿No es genial? ¡Vamos a ganar la apuesta!- Celebra feliz
- Sí.
- Yumi ¿qué te pasa? Te veo decaída.
- ¿Eh? No me pasa nada, solo estoy viendo el material que consiguió Niebla, cuando quiere lo hace.
Kat se acerca curiosa y encuentra un montón de Xanxus/Levi, quedándose con una cara desconcertada y sorprendida.
- Cuando se trata de estas parejas, consigue de todo. Y no solo eso, mira.
Le muestra una esquinita una cámara que lo está gravando todo.
- Luego podemos colgar el video en Youtube.
- ¡Genial!
Ambas dirigieron su vista hacía el frente encontrándose con una escena adorable. Tsuna estaba comiendo del tenedor de Hibari ya que este le estaba alimentando.
- ¡Kya! ¡Van a ser novios, es que tienen que ser novios!
- ¡Por supuesto Kat, tienen que acabar juntos sí o sí!
El resto del día se la pasaron espiándolos, gravando videos y asegurándose que todo fuera perfecto, algo que sin duda fue.
Día siete: elección
Sawada Tsunayoshi se encontraba entre la espada y la pared, literalmente hablando ya que Yumi le apuntaba con una espada mientras todos sus guardianes le rodeaban, ansiosos por su respuesta.
- ¿A quién eliges como amante, Dame-Tsuna?
- ¿A-Amante?
- Sí, tu amante, pareja, novio, como quieras llamarlo.
- ¿Por qué tendría que ser alguno de ellos?
- Por todos los...- Yumi se golpeo con una mano la frente.- Estuvieron toda esta semana coqueteando contigo, querían que te convirtieras en su pareja. Elige a alguno de ellos, si lo amas y ya.
Tsuna miro sorprendido a sus guardianes quienes le miraban ansiosos por saber la respuesta. El castaño paso su mirada por todos ellos hasta que sus ojos chocaron con unos que conocía muy bien, sonrojándole y haciendo que bajará la mirada. Ya todos sabían la respuesta.
Poco a poco retiro el arma del cuello del castaño mientras este se acercaba a su guardián y armándose de valor le dio un beso, delante de todos.
- Me gustas mucho.
Este solo lo estrecho contra su pecho mientras una gran sonrisa surcaba su rostro y veía a los demás de manera orgullosa y feliz, su cielo le correspondía y los demás no podrían apartarlo de su lado.
Se lo llevo lejos de la vista de los demás y ambos se encerraron en su cuarto, donde se demostraron cuanto se amaban en una candente noche de pasión, bueno, en unas candentes horas porque no salieron de allí hasta el día siguiente en la noche, y solo por comer algo.
Con las chicas.
- No puedo creer que él ganará.
- Esto no puede ser posible, no puede serlo.
- Estamos perdidas.
- ¡Hagamos las maletas y huyamos!
- No podemos hacer eso.
- No será tan malo ¿no?
- Claro que no desu.
Todas se estremecieron al oír esa voz y se giraron como en una cámara lenta, mirando con horror a Haru. Esta les sonreía de manera maliciosa mientras tenía una GRAN lista en sus manos.
- Tomad desu.
Les fue entregando la lista a cada una, hasta que llego a Yumi y Kat que les dio una misma lista, para el descontento de sus compañeras.
- En esta lista tenéis todo lo que debéis de hacer desu.
- Pero Haru-chan.
- Pero nada, Haru ganó la apuesta y Haru ordena.
- Aún no me creo que ganará Yamamoto.
- Fue toda una sorpresa.
- ¡Yo salí lesionada para nada! Se suponía que de esa manera no se enamoraría de él.
- El que te lastimarás no lo evitaría, solo causaría problemas.
Mientras Yumi lloraba por ello, Niebla lo miraba todo cómodamente echada hasta que se aburrió y empezó a caminar por los pasillos de la mansión, encontrándose con Kojiro y Jiro quienes le permitieron la entrada a la habitación de la lluvia, viendo de primera mano las relaciones entre ambos mientras comía sus amadas palomitas.