No podía creer lo que veía y eso que ya estaba acostumbrado a prácticamente todo al fin y al cabo al estar en la mafia es algo normal que este tipo de cosas ocurran pero parece que siempre habrá que algo que me demuestre que estaba completamente equivocado.
Delante de mí se encontraba el Décimo, ese chico de ojos grandes y castaños, pelo que desafía a la gravedad de un hermoso color chocolate claro y de piel ligeramente canela. Como decía se encuentra delante pero eso no es lo que me tiene en este estado de shock sino que tenga unas hermosas orejas castañas de conejo y una aterciopelada cola de conejo, tan blanca como la nieve y si eso no es suficiente esta abrazado a mí, restregándose en mi cuerpo.
- ¿Dé-Décimo?- Digo nervioso al sentir su cuerpo contra el mío.
- Parece que estos son los efectos secundarios.
Dirijo mi vista a la persona que acaba de hablar y puedo ver a Reborn-san mirando todo con atención mientras tira de una cadena que está atada a la vaca estúpida impidiéndole la huída. Al lado de la pareja se encuentra el resto de los Arcobaleno, al parecer están muy interesados en lo que está pasando. Estoy a punto de empezar a gritar, pidiendo una explicación de todo esto pero de repente siento una mano dentro de mi pantalón, acariciando mi miembro y solo hay una persona capaz de hacer eso: el Décimo.
- Interesante, muy interesante. ¿Quién diría que el efecto secundario serían tener ciertos miembros de un conejo?- dijo Verde
- Y que además este en un estado de celo.- Añadió Fon.
Yo no podía decir en ese momento nada, estaba demasiado ocupado intentando no gemir al sentir como mi miembro era estimulado y por si eso no fuera poco el Décimo seguía restregando nuestros cuerpos, creando una deliciosa fricción que estaba haciendo que poco a poco me sintiera caliente, muy caliente.
- Supongo que no queda remedio.- Habló Reborn-san.- Mientras se pasan los efectos de las píldoras, tendrás que encargarte de él Gokudera. Yo me encargaré que nadie sospeché nada pero procura que Dame-Giotto no sé de cuenta de nada, sobre todo que sois parte de Vongola. También tendrás que encargarte de que tu hermano no sé de cuenta de la presencia de Tsuna. No sabemos cuánto tiempo durará el efecto por lo que tendrás que ser muy cuidadoso de que nadie lo vea de esta forma.
Yo solo asentí mientras veía como los demás seguían hablando de las píldoras y sus efectos, sin contar como harían para deshacerse de la Décima Generación Vongola (Giotto, Knuckle, Lampo, G, Asari, Daemon, Alaude). Lo que yo no me explicaba es como que no se habían dado cuenta de lo que estaba haciendo en este momento el Décimo.
- Gokudera ya está todo listo. Durante una semana tu hermano no estará en casa por lo que intenta hacer que los efectos pasen rápido.
No tuve tiempo de preguntar cómo podía hacer eso cuando todos se habían ido y estaba solo con el Décimo. Dirigí mi vista al chico que estaba entre mis brazos y sin quererlo un escalofrío recorrió mi cuerpo al ver sus lindos ojos castaños cegados por la lujuria. Intente apartarlo de mi cuerpo sin embargo este no me lo permitió e hizo que quedará sentado en el sofá de la sala.
Antes de que pudiera preguntar que hacía sentí como bajaba mis pantalones y bóxers y para mi completa sorpresa se metió mi pene en su boca. Gemí al sentir como su húmeda cavidad envolvía mi falo. Empezó a subir y bajar a un ritmo suave al principio pero empezó a subir la velocidad rápidamente. Intente apartarlo de mí pero mi fuerza fallaba al sentir como lo succionaba como si se lo quisiera comer por completo. Al poco tiempo no pude evitar correrme en su boca. Mi respiración estaba agitada pero al dirigirle mi mirada se volvió todavía más pesada al ver como tragaba toda mi esencia como si fuera el más dulce que había comido nunca. Se le resbalo un poco por los labios y lo cogió con su dedo y después se lo acerco a los labios, lamiéndolo hasta asegurarse que no quedará nada.
Mi miembro dio una punzada mientras sentía como se volvía a levantar después de esa visión. Sin pensar en lo que hacía lo cogí entre mis brazos y estampé nuestras bocas con agresividad, mordiendo sus labios para que me diera permiso para entrar en su cavidad. Al momento me dio el permiso y yo le comí la boca literalmente, sintiendo como su sabor a fresas se mezclaba con mi esencia. Le cogí del trasero y lo senté en mi descubierto miembro e hice que empezará a subir sus caderas como si lo estuviera penetrando, haciendo que mi miembro creciera más y que de sus labios escaparán dulces y excitantes gemidos. Nos separamos por la falta de aire y sin pensarlo un solo segundo dirigí mis labios hasta su cuelo y comencé a lamer, chupar y succionar su cuello, buscando dejarle marcas para que todos supieran que este chico era mío.
Sentí sus manos recorrer mi cuerpo y como buscaba quitarme la ropa con desesperación, me aleje de su cuello y deje que me quitará mi camisa mientras yo iba desnudando a mi lindo conejito. Dirigí mi mano hasta su miembro y lo comencé a masturbar, asegurándome de que mientras lo hacía, sintiera como me estaba poniendo. Él acerco su boca hasta mi oído y empezó a gemir en él haciendo que me pusiera más ansiosa y que deseará penetrarlo en ese mismo instante. Aleje mi mano de su miembro y lo aleje de mí para mostrarle tres dedos, él solo mi miró con sus castaños ojos empeñados por lujuria y mientras me miraba los metía en su boca. Subiéndolos y bajándolos, jugando con su lengua, simulando deliciosas envestidas.
Un escalofrío surco mi cuerpo y sin esperar un solo segundo dirigí mi mano hasta su lindo trasero, buscando su entrada y a hacerlo no pude evitar relamerme los labios al ver su virgen entrada, esperando a que yo la profane. Un dedo entró en ella recibiendo a cambio deliciosos gemidos como recompensa, al poco tiempo tenía los otros dos dedos en su interior buscando ensancharla, preparándolo bien para lo que venía pero al parecer él no quería esperar más por lo que me tumbo una vez más en el sofá y se subió encima de mí, auto penetrándose.
Una mueca de absoluto placer cruzó mi rostro al sentir su estrechez, una que me quitaba el aliento. Cuando estuvo completamente dentro ambos soltamos un gemido. Pensé que se quedaría quieto, hasta que se acostumbrará pero me equivoque y al momento comenzó a moverse de manera rápida. Al final acabamos en un ritmo acelerado y bruto en el que acabamos completamente agotados. Después de eso recordé lo que estaba haciendo y con quién pero antes de que pudiera hacer nada el lindo conejito se encargo de que lo olvidará todo y comenzamos un nuevo vaivén.
Ese día lo hicimos durante toda la noche, aunque esa no fue la única ocasión sino durante el resto de la semana lo hacíamos en todos lados. En la cama, el suelo, la cocina, el salón, los sillones, en el baño, en el jardín, etc.
Al acabar la semana él volvió a su forma original lo que es una lástima ya que se veía adorable. Al poco tiempo me enteré de que otro efecto secundario es que podía quedarse embarazado. Cuando me enteré de que sería padre me desmaye, pero en cuanto me recuperé le pedí que se casará conmigo y él acepto con lágrimas en los ojos. Recuerdo que cuando su hermano Giotto, se enteró de que lo había embarazado me persiguió por toda la ciudad con intenciones asesinas.
Misteriosamente después de que se enterarán de los efectos de las píldoras Giotto, G y Ryohei acabaron con orejas y colas, cada uno con una diferente.
Giotto tenía orejas de conejo rubias y una cola blanca. Al parecer fue obligado a tomar las píldoras por sus novios. Daemon y Alaude. Después de eso nacieron los nuevos integrantes de la familia. Una pequeña de ojos azules, cabello rubio y piel blanca. Su nombre era Sakura, la hija de esos tres. También nació el pequeño ilusionista de cabellos azules, ojos metálicos y piel canela, su otro hijo.
Mi hermano G acabó con orejas y cola de gato, ambos rojos (rosas) como su cabello. Al parecer Asari le había echado las píldoras en su comida y él aprovecho para tener hijos con mi hermano, bueno hija, mi sobrina. Sus cabellos eran azabaches y su piel pálida. Era muy inteligente y tenía una personalidad tranquila aunque lo mejor es no hacerla enojar pues es una experta en armas, principalmente con la espada.
El cabeza de césped acabó con orejas y cola de canguro, ambos de blanco. Su hermano mayor Knuckle le pidió que las tome y él lo hizo. Al poco tiempo tuvieron a su hijo. Tenía e cabello azabache con tonos blancos en algunas mechas de su cabello. Su piel no era ni blanca ni morena y su carácter era extremo. Le gusta mucho hacer deporte sobre todo boxear, algo que ha sacado de sus padres.
Sin embargo nuestra hija fue la primera en nacer. Era idéntica en su madre, tenía los cabellos castaños, la piel era canela y su personalidad era paciente y amable. Lo único que sacó de mi fue mi inteligencia y mis ojos. Era todo un hermoso cielo.
Unos años después de ello me daría cuenta de que todo fue planeado por mi ahora esposo para que acabáramos juntos y la verdad es que lo agradezco porque si no hubiera sido por eso jamás me hubiera atrevido a confesar y aceptar mis sentimientos por el hombre que es mi razón de vivir junto con nuestra pequeña hija.