¡No lo aguantaba más! Estar en la mansión Vongola era una tortura, una peor que sus más sádicas ilusiones en todo su esplendor. Seguramente os preguntaréis ¿por qué? Muy fácil: San Valentín.
El día comienza con fangirls gritando como locas y dando chocolates a diestro y siniestro sin contar que van buscando a cualquiera de la mansión para secuestrarle y tener una noche loca, aunque claro todo tiene una excepción y en este caso son los que están casados. Para aumentar mi mal sabor de boca resulta que TODOS los guardianes están casados, claro que todos menos yo.
Ave-kun se acabó casando de manera misteriosa con nuestro cielo. Su boda fue una sencilla o al menos eso es lo que les gustaría decir. Hicieron una boda a lo grande ya que el ex – Arcobaleno decía que al casarse el jefe Vongola tenía que ser una boda a lo grande y lo fue. Lo bueno de esa boda que al haber tanta gente y jefes de la mafia ave-kun se puso furioso y casi acaba haciendo que más de una alianza se rompa al intentar matarlos pero su reciente esposo se lo impidió. ¿Cómo lo hizo? Yo fui el único que se entero y todo gracias a mis ilusiones. Al parecer le prometió una excitante luna de miel y se lo cumplió ya que después de que vinieran de su luna de miel el castaño que tenemos por jefe no podía sentarse bien ni siquiera podía caminar de manera normal.
El siguiente en casarse fue mi querida Chrome. Cuando me enteré de que se iba a casar con Ken quise ir y amenazarlo, despedazarlo y mostrarle el infierno que le esperaría si se atrevía hacerla sufrir pero antes de que pudiera hacerlo mi querida Chrome me amenazo para que no lo hiciera. La boda que tuvieron tengo que admitir que fue muy bella. La hicieron en el jardín de la mansión Vongola y solo asistieron los más cercanos a la pareja. Había toda clase de comida y la decoración era lo más hermoso que jamás se haya visto y eso que no hablo del maravilloso vestido de novia que llevaba Chrome. Ese día me lamente de dejarla ir ya que ahora estaría más solo que antes.
Luego vino la boda del guardián del sol. Muchos pensaban que se casaría con Hana sin embargo todos se equivocaron ya que no fue con ella con quien se caso sino que lo hizo con Koyo Aoba. Fue algo sorprendente ver como al guardián del sol le quedaba bien un vestido de novia aunque también fue algo traumatizante para muchos, eso lo disfrute muchísimo.
Cuando se casarón lo hicieron en un descampado que en algunos lados tomaba la forma de un bosque. La naturaleza predominaba en el lugar y aunque se comía mucha carne lo que más predominaba en el banquete era la verdura y la fruta. Lo cierto es que fue una boda bastante simple.
Los siguientes fueron la lluvia y la tormenta de la familia. Tengo que admitir que nunca espere que lleguen hasta el matrimonio pero lo consiguieron de manera milagrosa. Este fue más animado que los otros ya que entre las parejas de los nuevos recién casados, los celos y sobreprotección de las otras parejas y que las cajas armas habían salido y que estaban corriendo de un lado para otro hicieron algún que otro destrozo.
Por ejemplo, consiguieron manchar el traje de la “novia” y está casi los hace volar con la dinamita pero “por suerte” Uri le salto encima arañándolo antes de que lo consiguiera, lo que causo un gran desastre y muchas risas en el lugar. A todos les encanto la boda menos a la “novia” que ha prohibido que se hable de ese tema en la mansión pero yo no le hago caso y lo fastidio con eso.
La última boda fue la del ex Arcobaleno del sol y el chico vaca. Esta fue una boda distinta a las demás ya que Reborn secuestro a Lambo y lo obligo a punta de pistola a casarse con él. Cuando Tsuna se entero estuvo a punto de matarlo pero al final no llegaron a formar la tercera guerra mundial (de milagro) y se acabó aceptando gracias a que intervino el chico vaca aunque al poco tiempo se arrepintió de su decisión pero eso ya es cosa suya.
Si me quejo por esto es ya que al ser el único soltero tengo que huir antes de que me atrapen estas locas. De hecho eso es justo lo que estoy haciendo, huir antes de que me atrapen y me despedacen y lo peor de todo es que ¡EL VONGOLA ME PROHIBIO USAR MIS ILUSIONES! Ahora que no puedo usarlas me resulta más difícil librarme de ellas.
En un movimiento rápido entre en una tienda que tenía la puerta abierta por suerte la puerta de atrás lo que impidió que pensarán que había entrado aquí. Miré el lugar con detenimiento y encontré ropa que podía hacer que esas locas no me reconocían pero al verla bien rechace esa idea. La ropa era de mujer.
- ¡Buscad bien! ¡Tiene que estar por aquí!
Me estremecí ante ese grito. Dentro de poco me encontrarían y solo tenía una oportunidad de salir vivo de esta y era usando esa ropa. Me trague mi orgullo, aunque fue algo que me costó mucho hacer y comencé a ponerme esa ropa.
Me puse una falda que se me quedaba por los muslos (curiosamente era la más larga) y para mayor humillación esta era de colar rosa claro. La camisa era blanca con un lacito rojo decorándolo en el cuello, la camisa era de tirantes por lo que se me veían los blancos brazos y para rematar tenía unas botas que me llegaban hasta las rodillas de color pastel. Me solté el cabello por lo que me cayó hasta las caderas.
Salí del lugar con cuidado sin embargo para mi mala suerte unas chicas me vieron y detuvieron mi camino. Sude frío, me habían descubierto.
- Disculpa ¿has visto a un chico de cabello índigo?
- No, no he visto a nadie así.
Puse la voz más femenina que pude y al parecer ellas realmente creían que era una chica y no se habían dado cuenta de que era el chico que buscaban ya que ellas siguieron buscándome mientras yo me marchaba de allí. Una gran sonrisa apareció en mi rostro mientras yo me iba de allí y una gran sonrisa apareció en mi rostro ay podía cantar victoria. De pronto me encontré con alguien delante de mí, justamente a la persona que menos quería ver en el mundo. Era un chico de cabello blanco, con una extraña corona debajo de uno de sus ojos y de gran sonrisa, era Byakuran Gesso.
- ¿Are? Pero si es Muk-
Antes de que terminara de hablar le tapé la boca sintiendo como todas me miraban como si supieran quién era realmente yo. Miré a Gesso de forma asesina antes de poner una voz dulce y decir de la manera más dulce que pude:
- ¡Byakuran! ¡No sabes lo feliz qué estoy de verte!
Lo abrace quitando la mano de su boca pero antes de que dijera nada le susurré al oído “como digas algo te voy a cortar en pedacitos”
Él me abrazo por la cintura, pegándome a su cuerpo, lo que causo que me sintiera incomodo con esa posición pero al parecer las chicas pensaron que era mi novio por lo que solo soltaron un suspiro pero aún así seguían viéndonos fijamente, como si no se creyeran nada y pensarán que yo era el chico que buscaban. Ante ese pensamiento me tense y al parecer mi compañero lo noto. Soltó una ligera risa antes de separarme de ese abrazó, acercó su rostro al mío y para mi completa sorpresa me beso. ¡Me beso! Sin poder evitarlo me sonroje ante el pensamiento y quise separarme de él pero al ver que empezaban a alejar su vista de nosotros incomodas, le abrace por el cuello permitiendo que profundizará el beso.
Cuando nos separamos pude ver que ellas ya no estaban prestándonos atención lo que me causo que suelte un suspiro de alivio. Sentí un tirón en mi brazo y vi como el otro tiraba de mí para llevarme a no sé dónde. Quise soltarme de él pero no me lo permitió y siguió así hasta que pude ver como llegábamos a una mansión, a la mansión Gesso para ser más exactos. No sabía que es lo que estaba pasando pero algo me decía que no acabaría bien si dejaba que continuará, sin embargo no me dio tiempo hacer nada cuando ya estaba en un lugar blando que pronto pude identificar como una cama. Quise levantarme pero algo me lo impedía, vi mis muñecas y ambas estaban esposadas a la cama. Mi rostro se giro hacía mi compañero y pude apreciar cómo se iba quitando todas y cada una de las prendas que ocultaban su sexi cuerpo.
- Muku-chan todo esto es tu culpa: Yo pensaba que nuestra primera vez fuera de otra forma pero ya es demasiado tarde para eso.
No entendí lo que quiso decir hasta que sentí como me volvía a besar mientras me desnudaba y sin poder evitarlo me volvía a sonrojar. ¡Y yo no me sonrojo, Rokudo Mukuro no se sonroja! Sin embargo todo era distinto con ese hombre.
Esa tarde representamos algunas escenas de la película “50 sombras de Grey”. Cuando terminamos y el otro se quedo dormido yo recogí la ropa y me la coloqué antes de salir corriendo como mejor podía del lugar, completamente abochornado por lo que paso en ese lugar.
Cuando llegué pude ver a la Primera Generación disfrutando de San Valentín. ¿Cómo? La nube y la niebla estaban besando a su cielo mientras que este se dejaba feliz de que sus amantes le prestaran atención, yo solo los ignoré y me fui del lugar, no tenía ganas de contemplar a ese trío. Iba a subir las escaleras cuando oí sonidos extraños y siendo tan curioso como soy me acerque a la cocina para ver de que se trataban. Después de eso me arrepentí de haberlo hecho.
En el suelo de la cocina y cubierto de chocolate se encontraba G, el primer guardián de la tormenta y este estaba siendo besado y saboreado por el primer guardián de la lluvia, Asari Ugetsu pero no estaban solos. El otro hombre que estaba besando y preparando a G para penetrarlo era el primer guardián del sol, Knuckle.
¡¿Por qué coño tenía que haber dos tríos?! Esa imagen me había calado hondo y definitivamente tenía que hacer cualquier cosa por olvidarla.
Subí las escaleras mientras intentaba olvidar esa imagen hasta que encontré una puerta abierta y una vez más la curiosidad pudo más que yo y allí me encontré a Lampo siendo penetrado por el ex – Arcobaleno de la lluvia, Colonello.
Salí corriendo del lugar y al final me encerré en mi cuarto con la respiración agitada y un gran sonrojo en mi rostro. ¡¿Es que les gusta ser exhibicionistas?! ¡¿No pueden encerrarse en una habitación y echar la llave para que nadie los observe?!
Caí sobre la cama con un suspiro y cerré los ojos y al abrirlos me lleve un susto de muerte.
- Muku-chan eres malo. ¿Por qué te fuiste sin avisar?
A pesar de su sonrisa pude notar el tono molesto en su voz. Como acto reflejo me intente alejar de él pero no lo conseguí y lo único que recibí a cambio fue una lamida y una mordida en mi cuello haciendo que soltará un gemido y que una risa inundará el lugar lo que hizo que me sonrojará y me molestará por igual.
- Muku-chan te tengo que castigar para que no me vuelvas a dejar NUNCA
Antes de que pudiera protestar ya estaba otra vez besándome y desnudándome, al dejar mi boca libre para marcarme pude reunir la suficiente cordura para gritar a viva voz lo siguiente.
- ¡¡¡DEFINITIVAMENTE ODIO SAN VALENTÍN!!!
- ¡Yo también te amo Muku-chan!
Ese día mi destino quedo enlazado con el de Byakuran por el resto de mi vida y unos años después ninguna chica me volvió a perseguir para darme chocolates de San Valentín, ¿sabéis por qué?