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Inexistente por Drakarfox

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Notas del capitulo:

Pues, sé que no subí continuación la semana pasada, pero nada de inspiración y sin tiempo, lo de siempre creo. Pero aquí estoy, creo que es una buena forma de regresar a la historia, ya sin arco del pasado ni nada, Espero haber descrito bien las situaciones y aunque unas sean más largas que otras espero les agrade. Nos leemos abajo. 

Capítulo XXIV

 

Sexo marca Strife

 

-Roxas… no tienes que hacerlo- dijo después del beso que el rubio le había dado, él lo quería, de verdad que lo quería, pero no si el otro chico se sentía obligado a hacerlo. –No si no quieres, enserio.

-Está bien Axel, quiero hacerlo, en verdad que quiero- contestó dándole otro beso corto para comenzar a bajar de forma lenta por el cuerpo del mayor. Estaba recostado encima del pelirrojo así que eso podría darle más libertad justo para lo que estaba a punto de hacer, se deslizo con un intento vago de elegancia, llegando hasta el comienzo del pantalón, pasando de forma suave sus dedos por sobre la entrepierna del otro.

Axel sólo se concentraba en no soltar nada que pudiese usarse en su contra como diría el chico, o algo demasiado ruidoso, quería disfrutar, sí, pero no quedar tan en evidencia. -¿Qué planeas?- logró preguntar entre algunos jadeos.

-¿No es obvio?- planeo el lograr que sientas algo bueno, tal vez podríamos llegar al final.- dijo con una sonrisa y de lo más divertido por la situación, de forma demasiado pausada para el otro; fue desabrochando el pantalón, tomándose bastante su tiempo, jugando con esa zona sensible, llegando a pensar que tal vez, tal vez en verdad podría llegar al punto que él quería.
-Roxas,- lo llamó con la voz algo ronca, comenzando a levantarse un poco. Quería ayudar un poco al otro, quería que se apresurara, quería sentirlo. –Roxas… hazlo, si vas a hacerlo, sólo hazlo.

El rubio asintió, librándose un poco de los pantalones del mayor, junto con la ropa interior, sería lo primero que haría, estaba completamente convencido de ello. Estaba por hacerlo, ya tenía el miembro del otro entre sus manos. –Entonces voy a hacerlo Axel- dijo acercándose, justo en ese momento sintió una punzada, una que le obligo a cambiar todo, a alejarse del mayor. Abrió los ojos.

 

Tardó un momento en ubicarse, saber donde estaba, estaba viendo hacia la pared, con unos brazos ajenos alrededor de su cintura. Sintió de nuevo la misma punzada que había sentido momentos antes, eso era malo. Lo reconocía, vaya que era malo y la cercanía del otro a su cuerpo no era lo mejor. Se lamentó por todo, sabía que se moría por hacerlo, por hacer eso con el otro, quería hacerlo en verdad, pero simple y sencillamente la oportunidad no se había dado. Sintió más acercamiento del cuerpo ajeno al suyo y un roce que también lo dejaba en evidencia, eso en verdad era malo. Con lentitud, sólo en busca de no despertar al otro, llevó sus manos a su entrepierna, sólo para comprobar que tan mala era la situación, apenas rozarla tuvo que morderse los labios, era demasiado mala. Pero en si no podía pedir más, ese había sido un sueño erótico, al menos la única parte que recordaba y que estaba seguro de haber soñado, porque seguramente hubiese llegado a más, a algo que, admitía, sólo había visto en la pornografía que había llegado a ver de forma ocasional y que en algunas ocasiones Sora y Ventus le habían recomendado. Tomó algo de aire tratando de calmarse, tenía que encontrar una forma de poder levantarse y conseguir calmarse.

-Roxas- escuchó que lo llamaron cuando iba a llevar a cabo su primer intento por levantarse.

-¿Qué pasa?- al menos agradecía que lo tuviese abrazado por la espalda, eso le permitía poder esconderse un poco más. Ya sabía que no debía de ocultarlo, al menos no tenía realmente esa necesidad, pero estaba nervioso, no sabía cómo explicarlo, sólo que estaba nervioso.

-Te mueves mucho- se quejó jalándolo un poco más hacía él, dejando así sin mucha posibilidad de seguir moviéndose. –Vuelve a dormir- dijo con voz adormilada.

-Pero… Axel- llamó tratando de soltarse de alguna manera para poder levantarse, claro que otro roce sucedió, no era muy buena idea que él estuviese tan cerca del pelirrojo, más cuando sentía técnicamente su parte trasera demasiado junta a la intimidad del otro. No, en definitiva no era buena idea para nada.

-¿qué pasa?- preguntó sin abrir los ojos, jalando otro poco al menor, él sentía perfectamente lo que estaba haciendo, claro que lo sentía, si hasta lo provocaba con más ímpetu. Eran roces pequeños, pero era a lo más que podía llegar, no podía moverse y tratar de restregarse más debido a que podían terminar mal y él no quería eso.

-Axel… vas a ocasionar algo, algo raro- dijo no encontrando otra palabra para describir lo que posiblemente iba a pasar si el otro seguía con eso.

-¿Y eso es malo?- preguntó moviéndose ahora un poco, ya había sido descubierto así que ¿qué más daba?- Además tú tienes la culpa- dijo el momento que se acercaba al cuello del rubio para poder comenzar a besarlo de forma lenta.

-¿Yo?, ¿por qué tengo la culpa?- preguntó sin comprender la acusación del otro.

-Por todos los ruidos que estuviste haciendo mientras dormías- dijo cerca de su oído para después seguir con los besos, aumentándole algunas suaves mordidas.

Se sorprendió, si, se sorprendió y sentía vergüenza, demasiada y podía saberlo por el calor que comenzaba a sentir en su cara, maldita sea, estaba sonrojado o puede que todo el rostro lo tuviese rojo.

-Tienes las orejas rojas- dijo el otro con burla, entreteniéndose ahora con las mismas, ya podía imaginarse como tendría la cara. –Entonces, ¿reconoces que es tu culpa?- preguntó moviendo un poco sus manos de la cintura del otro a la cadera, acercándolas peligrosamente a la entrepierna del chico.   

-¿No se supone que tú estabas dormido?- preguntó en voz baja, llevando sus manos por inercia a las del otro para evitar que llegase a la zona que seguía sintiendo más que despierta y algo adolorida, necesitaba darse atención a la voz de ya.

-Estaba dormido, sí, pero me despertaste, además me gusto el haberte escuchado de esa forma; tan sugerente.- dijo sonriendo al sentir las manos del otro sobre las suyas. -¿Qué es lo que no quieres que toque?- preguntó al otro, tratando de mover de nuevo sus manos, ya se imaginaba que era lo que podía encontrar, pero aun así quería confirmarlo.

-N-no, nada, nada… sólo, dame unos momentos para, para que pueda levantarme.- dijo tratando de incorporarse, claro que el otro no se lo dejaba tan fácil. – Axel.

-Vas a tener el día libre ¿cierto?- preguntó acercándolo de nuevo, había logrado separarse un poco de él.

-Si… ¿por qué?- preguntó todavía tratando de restringir el movimiento del otro.

-Puede que… le haya pedido el día a Säix –comentó restregándose esta vez sin nada de vergüenza –además, tú y yo tenemos un evento pendiente, supongo que puedes darte cuenta de que asunto es del que hablo. –dijo al momento que lograba mover por completo su mano hacia la zona que desde hace un momento quería llegar, sonriendo al sentir la dureza el menor. –Vaya, creo que sí que entiendes a lo que me refiero.

-A-Axel-llamó con el tartamudeo de por medio, no, nunca había entendido porque alguien tartamudeaba, más bien había sido a causa de la sorpresa que le asalto al sentir el contacto en esa parte de su anatomía, apenas un roce.

-Apuesto a que esto está molestando un poco ¿no es así?- su voz se había vuelto más grave, sólo un poco, pero era notorio, -¿te parece si te ayudo?- preguntó regresando a la mordida en el cuello del otro, dejando esta vez las marcas de sus dientes.

-ngh- se quejó, era imposible no quejarse por una mordida de ese tipo. –pero… Axel, esto…

-Déjame hacerlo- pidió interrumpiéndolo, besando donde había dejado las marcas. –déjame ayudarte, déjame mostrarte que no hay que temer a esto, que podrá ser divertido para ambos- pidió, moviendo su mano para tratar de quitar la delgada barrera que lo separa de su objetivo, por ello agradecía que el otro sólo durmiese en ropa interior y con una playera, eso le permitía llegar a más con más facilidad.

-Axel- llamó, manteniendo la mirada en las manos del otro, sin perder detalle de lo que hacía. -¿Tú en verdad quieres esto?

-Lo quiero- aseguró- y tú también, quedaste en evidencia con tu sueño y con esto- dijo logrando meter por fin su mano a la ropa interior del otro, comenzando a poner algo de presión en el glande y uretra del otro. –Así que, ¿por qué no disfrutamos de este día libre?

-Pero Axel, han, han pasado muchas cosas, no tiene mucho que estábamos de luto y…- estaba buscando excusas, lo sabía, se sentía nervioso, tenía todo el derecho de estarlo, pero también se moría por hacerlo y él lo sabía, Axel lo sabía, así que no podía ocultarlo.  

-Piensa en una mejor excusa si en verdad no quieres hacerlo- le dijo entre besos, bajando su mano para al prepucio, comenzando con un movimiento ligero en el otro. –Además, lo único que logras con tus nervios es que comience a ponerme cómo estás tú- dijo pegándolo una vez más.

-Si… puedo sentirlo- y es que podía sentir perfectamente como el pelirrojo comenzaba a tener una erección, técnicamente la tenía rozando con su trasero, era imposible no notarla. –Axel…

-Déjame hacerlo- pidió de nuevo aumentando la presión en el miembro del chico, olvidándose por completo de la paciencia que se había prometido tener, de las posibles negativas del menor, sólo iba a hacerlo, iba a dejarse llevar y no pensar en los actos antes de hacerlos, siempre había actuado así y no veía la razón por la cual justo ahora tenía que detenerse a pensar en lo que podría hacer o lo que iba a pasar. –También lo quieres Roxas- repitió tratando de convencerlo por completo, sólo necesitaba una respuesta positiva, un sí, un movimiento de cabeza, un algo para poder seguir sin detenerse, para dejar de preocuparse de la situación. La tuvo.

Apenas escuchó al otro asintió, él también quería y eso lo sabía, ya no había forma de que se lo negara, si a Axel ni a él mismo. –Sólo… sólo vayamos con calma, ¿sí?- pidió dejándole total libertad al otro para moverse como quisiera, trataría de cooperar, eso era obvio, pero la inexperiencia que tenía podría serle un impedimento o eso pensaba.

-Tranquilo- dijo soltándolo y dándole otro beso en el cuello –iré con toda la calma posible- agregó mientras se movía para poder mover también al chico, dejándolo recostado boca arriba y poder posicionarse encima de él. –así que no te preocupes- dijo de último para comenzar a besarlo, alargando el beso, jugando con los labios del otro, mordiéndolos de forma suave y sintiéndose satisfecho al momento en que Roxas contestaba a todo lo que le hacía, rodeándole el cuello, bajando de forma lenta para rodearle la espalda. Le parecía tierno hasta cierto punto, más a causa de los ocasionales temblores que el otro tenía, se separó con una sonrisa en los labios. –No pienses en nada Roxas, sólo déjate llevar. –dijo comenzando a levantar la playera del rubio con claras intenciones de quitarla. –Esto no requiere de mucha ciencia… sólo de que seas impulsivo, de que te dejes llevar- dijo agachándose para besar su cuello una vez le hubo dejado el torso desnudo. Bajando a la clavícula, pensando en que otros sitios atacar para poder escuchar más de los dulces gemidos que el otro comenzaba a soltar. –Que no ahogues ni calles nada- le dijo al oído para regresar a lo suyo.

Había escuchado al otro, lo mejor que había podido, pero lo había escuchado, había dejado que le despojara de la playera sin ningún problema, estaba comenzando a dejarse llevar, disfrutaba de los besos, por el momento se sentía bien, le agradaba y lo daba a notar, perdió el control que había en sus garganta, en su boca. –nngh… hng…- había comenzado, él se sentía nervioso incluso algo avergonzado, pero parecía que al otro le gustaba escucharlo, le dio gusto. No se calló nada, iba a dejar que Axel le escuchase. Si le agradaba, eso significaba entonces que era algo bueno. Con torpeza llevó sus manos a la prenda del otro, iba a imitarlo y más vale que le perdonara si es que le llegase a molestar, pero seguiría los pasos que el otro haría para tratar de igualar aunque sea un poco la situación. Así que como pudo le quitó la prenda, pasando las manos de forma lenta por la espalda ajena, lo más que podía.

Sus manos comenzaron a descender, pasando por el pecho del contrario, sus costados, deteniéndose un poco en ellos, recordando que era donde Roxas sufría de algunas cosquillas, hizo algo de presión sacando una corta risa del otro, eso le gustaba y al menos le había servido para calmarlo un poco, bajó hasta su cintura deteniendo sus manos en el sitio aprovechando a darle algunos besos cortos para después bajar a su cadera y quedarse un rato entretenido en ese tatuaje que tanto le había gustado a causa del sitio. Dando suaves mordidas alrededor de él. Cómo lo amaba.

Sintió todo el recorrido que el otro hacía no pudiendo controlar el levantar de a poco la cadera, más cuando sintió que las manos comenzaban a moverse de nuevo, llegando a su ya desacomodada ropa interior. –No muerdas tanto- dijo con la voz un poco ronca.

-Me gusta morder- dijo con burla separándose un poco, dejando un último beso en la zona y separarse lo suficiente para ver al otro. –Pero de acuerdo, lo dejare por ahora. –comentó para ir quitando la ropa interior del chico, dejando que sus dedos rozaran primero con la pelvis del otro, jugueteando, descubriendo que algunos roces causaban un estremecimiento en el chico. Sonrió, otro punto que añadir a la lista. Siguió bajando yendo ahora a la parte trasera del chico, sintiendo como el otro levantaba más la cadera para dejarle espacio. –Tocarlo así es distinto- dijo sin apartar su mirada del cuerpo del chico, le gustaba sentir esa parte, al menos por ahora, también veía que el miembro del menor seguía apresado por la molesta tela, así que se centró en quitarla, acomodándose de forma tal para poder levantar las piernas del otro, deslizándola, quitándola y acariciando a su paso las mismas en toda su extensión. Cuando tuvo al chico libe de todo fue que volvió su mirada a su rostro. Intento, pero no pudo contener la risa que surgió en el momento, le encantaba como se veía pero el rubio estaba completamente sonrojado, a más no poder. –Hey, Roxas, no tienes porqué avergonzarte- dijo acercándose al chico, dándole un beso en la mejilla.

-Es fácil para ti decirlo- dijo tratando de cubrirse el rostro, buscando también cerrar las piernas, era de cierta forma vergonzoso estar así, más por ser la primera vez que estaba al completo desnudo frente a otra persona o en este caso, frente a Axel. –No fue a ti quien desvistieron por completo… más de esa forma.

-¿No te gustó?- le preguntó al oído, tocando de nuevo sus costados. –Aunque si me dices que no sabré que estas mintiendo.

-¿Por qué tan seguro?- preguntó todavía con parte del rostro cubierto.

-Por esto- contestó en cuanto llevó su mano a la intimidad del menor, -sigue igual, incluso puede que haya aumentado. –se acomodó de nuevo conforme tocaba al chico, obligándole a darle un espacio entre sus piernas, además de que así impedía que las volviera a cerrar. –Entonces- como pudo se deshizo también de su ropa, lo mejor que pudo para no dejar todo su peso sobre el menor-podemos comenzar bien con esto- le dio otro beso rápido y comenzó con lo suyo, seguir con la masturbación que había dejado pendiente en cuanto acomodó mejor a Roxas.

Todo eso era completamente nuevo para él, se sentía raro incluso incómodo en algún punto pero comenzó a tomarle algo de gusto, poco a poco con ayuda de Axel. Era obvio que el mayor si sabía lo que hacía y justo se lo estaba demostrando. Por ratos doblaba un poco las piernas, las manos dejaron su rostro, necesitaba de alguna forma tocar al otro, sentir que hacía algo, no quería quedarse sólo a recibir, quería hacer algo. Lo que fuese, por ello le tomaba de los brazos, paseaba sus manos por su espalda, algo. Incluso le ayudaba a su labor de darle placer, por ratos tratando de rozar al menos el miembro del otro, dando roces torpes o apenas perceptibles, teniendo que levantarse un poco para poder acceder mejor a esa zona y tomarla con más facilidad entre sus manos. Cuando lo hizo se quedó en blanco, no sabía muy bien cómo hacerlo.

-Lento- le dijo Axel al oído al ver que ya no se movía –justo como yo lo estoy haciendo, sin mucha fuerza, con un ritmo constante- le mordió el lóbulo mientras le daba la explicación. –Sólo lo suficiente para prepararlo y no tenga problemas para entrar- le dijo algo divertido, gustoso de ver las orejas rojas del chico.

-¿A- así?-preguntó al comenzar con los movimientos en principio lentos. Eso se decía fácil, lo de seguir el ejemplo pero cuando era con alguien ajeno, no lo era tanto.

-Exacto… así- dijo dándole un beso corto sin detenerse y sin buscar que el otro se detuviera. Necesitaba de algo que pudiese usar para facilitarle el hecho de entrar en el otro. Esperó, tenía que ser paciente, por ello cuando el líquido pre seminal del chico comenzó a salir sonrió aún más. Puso una de sus manos en la espalda del chico. –Roxas…- dijo en tono suave comenzando a recostarlo –acabamos de subir de nivel- le dijo divertido, tomando la esencia, -ahora, sólo trata de mantenerte relajado o esto nos llevara más tiempo- se acercó para comenzar a besarlo de nuevo-y será más difícil- tomo ambas piernas del chico, colocándolas primer alrededor de su propia cintura.

Al sentir lo que el otro hacía comenzó a ponerse nervioso, sabía perfectamente lo que se acercaba.-Axel…

-Calma Roxas, tú sólo confía en mí, ¿de acuerdo?- decía al momento que llevaba sus dedos a la entrada del chico, rozando como primer acercamiento.

Se estremeció, demasiado contacto en una zona que normalmente no lo tenía, causando también tensión en sus músculos. –Calma, calma- le dijo Axel al oído –iremos lento- dijo siguiendo con el roce, tratando de introducir de forma lenta el primer dedo. Al sentir que comenzaba a entrar trató de mantener un solo ritmo, metiendo de a poco para volver a sacar.

-Se siente extraño- dijo mientras se abrazaba un poco al otro, tratando de ver de alguna forma lo que el otro hacía.

-Sólo avísame si duele- pidió besándolo una vez más, la única forma que se le ocurría en el momento para poder distraerlo. Consiguió lo que quería, al menos por el momento, el chico comenzaba a ceder al igual que su cuerpo, así que no le fue de sorpresa el poder avanzar más en cuanto a cómo preparaba al otro. No tuvo que esperar mucho para poder introducir un segundo dedo, ganándose en el proceso que el otro le encajase parte de sus uñas en su espalda.

-Eso duele- le dijo separándose del beso. Viendo al otro de forma fija.

-Perdona, perdona, trataré de hacerlo con cuidado, ¿está bien?- preguntó dándole cortos besos. El menor asintió, dolía, sí, pero nada que no pudiese soportarse. Así que sólo clavo más las uñas y apretó un poco los dientes buscando con ello soportar lo que pasaba.

Al ver lo que el chico hacía sólo atino a tratar de apresurar las cosas, se centró completamente en lo que hacía, en el movimiento de los dos dedos sintiendo que aunque fuese de forma lenta, el chico seguía cediendo, de momento metió un tercer dedo. Está bien, lo aceptaba, quería preparar bien al chico, pero se estaba llevando demasiado tiempo, más del que en verdad había planeado, así que con todo el perdón del menor iba a ponerle algo de prisa. Claro que se llevó su reprimenda, la cual iba a notarse perfectamente en su espalda y hombros, esas marcas eran profundas pero creyó que sí, que era lo menos que se merecía. Después de un rato, cuando tuvo listo al menor sacó los dedos dándole algo de alivio al rubio. –Roxas, voy a entrar ahora.

El chico tomo algo de aire, ya lo esperaba, en el fondo ya lo quería, así que asintió. –De acuerdo… pero, ¿de esta forma va a estar bien?- preguntó refiriéndose más que nada a la posición.

No pudo evitar reír ante eso. –Está bien, también es la mejor para ti, no tendrás que hacer mucho esfuerzo- dijo dándole un beso en la punta de la nariz para, en el movimiento, acercar su miembro a la entrada del chico. –Tendré cuidado- prometió para provocar el primer roce.

Se sintió raro, como todo lo que había estado sintiendo hasta hace unos momentos, cerró los ojos con algo de fuerza. Abriéndolos al sentir que el otro se alejaba. En cuanto lo vio se sintió descolocado, tenía una sonrisa, incluso parecía verlo con algo de burla. -¿qué?

-No voy a hacerte daño- dijo con risas- así que relájate.

-Sólo hazlo de una vez- dijo parte avergonzado, parte nervioso. El mayor asintió para comenzar a entrar casi al momento, ganando como respuesta, y como se imaginaba, una especia de arqueada que trató de ser contenida. –Iré poco a poco- dijo todavía con el mismo tono, comenzando a entrar de a poco, a ratos más a ratos menos.

Dolía y lo único que atinaba a hacer era poner las manos cerca de la cadera del otro, queriendo marcar un ritmo más lento en cuanto entrara. –Tranquilo, tranquilo… -dijo tratando de que le permitiera seguir el ritmo que llevaba –déjame intentarlo de nuevo- pidió tomando con delicadeza las manos del chico. –Déjame volver a intentarlo- dijo continuando con el movimiento, procurando que Roxas se fuese acostumbrando poco a poco. Sentía las reacciones, así que se fue guiando por ellas. Cantó victoria internamente al lograr entrar por completo, apoyándose en la cama, dejando ambos brazos a cada lado del rubio para poder acercarse. –Está dentro.

-Si… ya lo sentí- dijo evitando cualquier movimiento. –es un dolor extraño.

-¿Es mucho?

-No, creo que ahora es soportable.

-Entonces… prepárate- dijo con cierta amenaza que también le resultó divertida, la cual causo que el otro se pusiera en alerta –en cuanto me mueva Roxas, no voy a detenerme por nada- dijo empezando con un movimiento lento.

-Oye, espera, prometiste llevar un ritmo lento.

-Sí, lo prometí, pero eso iba a ser al menos hasta que estuvieses listo, lo cual, ya estas- le dio una mordida en la oreja y aumentó con el movimiento que llevaba.

-Es… nngh- y con eso se fue todo intento de queja de su parte, sintió como sus piernas de pronto cambiaron de posición, ahora estaban sobre los hombros del otro, su cuerpo, sorprendentemente, mostraba una flexibilidad de la cual no era del todo consciente y ahora, justo en ese momento no sabía cómo sentirse con aquellas sensaciones. Pero al menos iba acostumbrándose a ellas. Una tras otra, sentía como las embestidas aumentaban y le agradaba, le gustaba y quería que siguieran así, que fueran más rápidas, más profundas. Su cuerpo se tensó de nuevo causando que Axel diese un gemido más pronunciado que el resto, lo cual llamó su atención, se centró en el pelirrojo, en cómo se movía, en como lo veía, en como disfrutaba y por alguna extraña razón en el cómo sudaba. Llevó sus manos hacía el rostro del otro, tratando de apartar algunas gotas del camino, dejándolas después en sus mejillas, -más… nngh… más rápido- pidió con la voz algo entrecortada a causa de los movimientos que el otro daba. Recibiendo como respuesta el aumento en la velocidad que el mayor llevaba. Se sintió obligado a llevar la cabeza hacía atrás, sintiendo algo nuevo, algo mejor, más profundo, más certero. Bajó las manos llevándolas a las sábanas bajo de él. Tenía la necesidad de agarrarse de algo que no se moviese tanto.

Hizo lo que le pedía, no dudo ni un segundo. Sabía que ambos se estaban entregando al completo, o al menos eso había pasado por su cabeza en algún momento, porque justo en ese instante sólo estaba interesado en hacer que el menor llegara al orgasmo, en hacer que él también lo alcanzase. No fue cosa más que de algunos minutos más o tal vez fueron muchos más, no lo sabía, había perdido la noción del tiempo, sólo sintió como el chico se tensaba de nuevo, sintió como su cuerpo se relajaba de golpe después de llegar al punto máximo. Jadeaba tratando de sostenerse, sintiendo sus brazos temblar un poco al sostener por completo su peso, viendo fijamente al chico que también tenía una respiración acelerada, manchado como naturalmente lo había esperado. Sonrió, dando una risa también, dejándose caer de forma suave en el otro, sintiéndose feliz, por fin había llevado su relación con Roxas a otro punto. Eso era lo que había querido desde hace un tiempo.

Le rodeo con los brazos al sentir que se dejaba caer, -una buena… primera experiencia- dijo abrazándolo, cerrando un momento los ojos, todavía sentía raro tener al otro dentro de él, pero iba a dejarlo, no era como que le molestara.

-Me doy por bien servido con eso.- contestó divertido, rodeando al otro lo mejor que pudo para poder girarse y dejarlo encima de él.

-Sabes que terminaremos los dos sucios ¿verdad?- preguntó al sentir el líquido entre los dos.

-Tú ya estas más que sucio, tanto por dentro como por fuera- dijo con algo de burla. -¿quieres que lo saque?

Sintió algo de vergüenza al escuchar eso. –No era necesario que lo dijeras- contestó con un tono bajo de voz, escuchando después la pregunta. –Haz lo que quieras- dijo recostándose en el pecho del otro para evitar verlo. –Después de todo siempre haces eso.

-Eso es cruel Roxas- dijo mientras pasaba sus manos por la espalda y parte de la cintura del otro.

-Hasta tú lo sabes.

-Sí, si.- se quedó callado, pensando un momento en una duda. –Roxas, ¿tú eres el gemelo bueno o malo?- preguntó todavía pensando un poco en ello.

-¿bueno o malo?, ¿por qué preguntas?

-Porque, no me malentiendas, ha sido un buen sexo, para ser tu primero ha sido muy bueno en verdad, pero tengo duda. Porque si tú eres el gemelo bueno, no me imagino como sería el sexo con Ventus si es que él es el gemelo malo. –dijo pensando que su razonamiento estaba dentro de toda lógica.

-Axel, cierra la boca.- dijo con un tono serio. A veces pensaba que al mayor se le ocurrían cosas muy, muy raras.

 

 

Sabía que bien podía ponerse a pensar en cómo habían llegado a esa situación, eso era más que seguro, pero no era como en ese momento le fuese muy importante. Simple y sencillamente no quería pensar en ello, porque sabía que todo iba a deberse ya fuera a una palabra del otro, una apuesta, una razón, incluso una mirada. Pero sería el más mínimo detalle el causante de que justo en ese momento se encontrara hincado en la sala, entre las piernas del otro, sintiendo perfectamente las manos ajenas en su cabeza para impulsarle e indicarle el ritmo que el otro quería que siguiese. Tal vez después se preguntaría el cómo había llegado a eso, pero por el momento sólo se concentraba en darle al otro el oral que le había pedido y juraba que iba a hacerlo gemir como el que más. Era una promesa y vaya que iba a cumplirla.

-… ngh… Ven- exclamó sin soltar los rubios mechones que estaban enredados en sus dedos. Amaba cuando el rubio se ponía así. Sabía que sólo era cuestión de picarle un poco el orgullo al menor para poder llevarlo a esa posición y demonios, le encantaba verlo de rodillas, con los ojos cerrados, con una mano sobre su hombría mientras usaba esa boca para algo más que los besos y hablar. Esa linda boca que le traía loco y que le hacía maravillas, mientras que la otra mano la mantenía en su pierna. Podía sentir, con su propio pie, la dureza del otro o al menos a eso lo incitaba, a que también comenzará a excitarse, después de todo eso había comenzado el juego. Sólo había bastado un “no creo que tus mamadas sean tan buenas como tus besos” para que el rubio se levantara del sillón, le obligase abrir las piernas para poder ponerse en medio de ellas y comenzar a bajar la cremallera, desabrochando también el pantalón. A veces el orgullo “Strife” le era de utilidad. -…hgg… nngh…. Así- dijo poniendo más presión en la cabeza del chico, tratando de que llegase más a fondo, que jugara más, que lo hiciera mejor.

Escuchó lo que el pelinegro decía, no era realmente como que pudiese hacer mucho, técnicamente tenía todo el miembro del otro dentro de su boca, llegando a su garganta, las arqueadas habían sido algo difíciles de tratar al principio, pero ya estaba logrando lidiar con ellas, pensó que tal vez podría hacer uso de su lengua también, después de todo a Vanitas parecía gustarle lo que hacía, al menos por lo que escuchaba, así que comenzó a moverla, tratando de seguir la forma del pene ajeno. Por momentos, cuando Vanitas lo soltaba un poco, lograba alejarse para así poder centrarse en el glande y causarle más al pelinegro. Había tocado su orgullo y le iba a hacer pagar. Por ratos se le ocurría succionar un poco, por ratos poner algo de presión, obviamente sin lastimar al otro. Si llegase a herirlo sabía que iba a quedarse sin sexo por al menos una semana, al menos hasta que el otro se recuperara y se le pasará el enfado. Así que tenía que tratar bien la zona. Por ello continuaba con lo que mejor sabía hacer, dentro, fuera, dentro, fuera, subiendo el ritmo, bajándolo también. Llevando sus manos a los testículos para tratar de incrementar las sensaciones. Fue con ello que en verdad logró lo que quería. –¡Ven!... hahh… ngh… ahh…continuó, por dios, continúa. –se sintió satisfecho, sumamente satisfecho. Mantuvo el ritmo, quería terminar el trabajo. No le costó mucho, tuvo que alejarse, sintiendo algo del líquido por su rostro, tendría que limpiarse, lo sabía, pero al menos le había demostrado un punto al otro. Trató de limpiarse con la manga de su chaqueta, después la lavaría. –Entonces- comenzó a decir recargándose en la pierna del otro, viendo que todavía disfrutaba del reciente orgasmo, -¿son buenas o no lo son?

Bajo la mirada para verlo, el rubio mantenía una sonrisa. –Lo admito, lo son- dijo algo agitado todavía, amaba a ese chico, en verdad que lo amaba.

 

 

-Dilo- le dijo con voz baja en su oído mientras detenía los movimientos de su cadera, viendo como el otro recargaba la frente en la fría pared, puso una de sus manos a lado de su cabeza. –Lo estoy esperando, dilo- repitió en un tono más amenazante.

-No… no voy a decirlo- contestó firme en su decisión. Sabía que no había sido del todo su culpa y por ello no iba a echarse toda la carga solo, había sido de ambos y eso el otro también lo sabía.

-Voy a obligarte a decirlo- dijo comenzando a moverse de nuevo está de vez de forma más brusca, disfrutando de las arqueadas que el otro tenía y de las veces que echaba la cabeza hacía atrás, fue en una de esas que le tomo del cuello, sintiendo como trataba de decirle algo, lo sentía por el movimiento de su garganta, acercándose, mordiéndole el hombro con fuerza. –Dilo, sabes bien que puedo hacerlo más rudo- dijo apegándolo más de la cadera con la mano que tenía en el sitio, dando una estocada con más fuerza, con más agresión, más a fondo. –No me retes.

-… No- repitió todavía con terquedad, no iba a ceder, su nombre, su orgullo estaba en juego y no iba a hacerlo, así consiguiese un fuerte dolor al día siguiente.

-Veremos quien termina cediendo.- tampoco tenía intenciones de rendirse, no iba a aceptarlo, merecía una disculpa, eso lo sabía, posiblemente también su pareja la merecía, pero no iba a ceder, no daría su brazo a torcer, porque sabía que Cloud cedería primero o dejaría de llamarse Sephiroth –tú sólo estas alargando más esto. –dijo retrocediendo pero sin salir por completo del otro, jalando más a otro de la cadera para que comenzara a inclinarse, ponía resistencia pero él no iba a dejarse vencer sólo con eso, después de unos forcejeos por fin lo tuvo como quería, con ambas manos en la pared, la cabeza gacha, inclinado como quería, haciendo que bajase otro poco para que sus caderas quedarán más alzadas. –Sólo dilo- repitió dando una embestida más profunda y rápida, ocasionando que el rubio levantase la cabeza de nuevo dejando escapar un fuerte gemido. –Ya no te queda nada por perder, sólo eres terco- decía mientras continuaba moviéndose. –Sólo tú estás desnudo, gimiendo como perra en celo, dejarte follar por quien decías ya no era tu novio- explico, sabía que con esas palabras no iba a lograr nada, seguramente sólo excitar más al otro y seguramente a él mismo. Pero tampoco iba a lograr nada si le hablaba con palabras dulces. Así eran sus reconciliaciones, sexo duro, palabras sucias, empotrar a Cloud contra lo que fuera, contra la mesa, contra el sillón, contra la pared. Pero en esa ocasión había sido algo mejor, había agradecido internamente por ese detalle en el edificio –Y a vista de cualquiera que levante la mirada- le dijo de nuevo mientras le daba una fuerte palmada en el trasero , sacando otro gemido -¿no te agrada que el edificio tenga ventanales?- preguntó tomándolo ahora de jalando algunos mechones rubios. –Aunque… si no lo dices, podremos hacer uso del balcón- amenazó divertido, sintiendo como el otro se tensaba. Detuvo sus movimientos, esperando a que el otro dijese algo, si lo hacía tal  vez pensaría en cambiar de posición, sino bien podría moverlo a su gusto.

No podía arriesgarse a eso, le gustaba el sitio y lo que menos quería era quedar en evidencia, pero la oferta se escuchaba tentadora, no sabía si arriesgarse, trató de hacer memoria, ¿su vecino había salido?, no lo recordaba, aunque también estaba la opción de hacerlo después, cuando estuviese seguro que su vecino no estaba, además de que podría informar a los demás habitantes del edificio y eso podría traerle problemas. -… voy a decirlo- dijo resignado esperando con ello que el otro le soltase del cabello, al menos eso indicaría n avance. –Voy a decirlo- repitió.

Sonrió más que satisfecho por esa respuesta, así que le preguntó de nuevo -¿quién es tu dueño?

-… tú Sephiroth.

Oh si, le encantaba escucharlo de sus labios, sabía bien que al otro le encantaba decirlo, aflojó el agarre que mantenía en los mechones rubios, llevando la mano que mantenía en su cadera al trasero del otro. –No vas a volver a ignorarme de la forma en que lo has hecho ¿verdad?

-No… no voy a volver a hacerlo.

-Exacto, porque si lo haces de nuevo, te irá muy mal, lo sabes ¿verdad?

-Si, lo sé.

-Bien- dijo dándole otra palmada, -eres un buen chico después de una reprimenda- dijo soltándolo por completo. Viendo como el otro bajaba de nuevo al cabeza, seguramente sintiendo algo de alivio porque ya no le tirase del cabello. –Pero sólo para cerciorarnos de que no vuelva a pasar,- salió de dentro de Cloud, acercándose a él para hacer que se levantara y tomarlo de la cintura –vamos a terminar esta lección- dijo dándole otra mordida esta vez en el cuello, abriendo el ventanal y comenzando a guiar al otro al balcón. Lo cual puso en alerta al otro. –Más vale que cooperes- dijo quedándose todavía detrás de él, tomando sus manos.

El rubio giró la cabeza dejándose guiar con algo de reticencia pero el otro. Sintiendo como lo tomaba de las manos y las ponía en el barandal. –Pero dijiste que ibas a hacerlo si no lo decía.

-Y ahora digo que es para reafirmar la lección- cuando dejo las manos del otro en el barandal volvió a tomarle de las caderas para inclinarlo de nuevo y dejarlo en posición, tal como lo tenía dentro. –Así que, terminemos con esto y podremos volver a entrar- dijo entrando de nuevo en el otro para continuar con su trabajo, con marcar al otro tanto por dentro como por fuera, los hombros, el cuello y la espalda ya estaban más que listas, también las piernas y ni qué decir del trasero del rubio. Si, Cloud Strife era suyo y eso iba a dejarlo más que en claro.  

Notas finales:

Casi media noche, muero de sueño... espero poder subir capítulo la próxima semana, no tengo mucho que decir... nos leemos luego.

 

Drakarfox. 


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