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Inexistente por Drakarfox

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Notas del capitulo:

Lamento en verdad si no subí continuación el viernes, pero de alguna forma creí que sería un capítulo corto y pues no, ha sido demasiado largo, pero heme aquí en jueves a dejarles otro capítulo, el siguiente es el epílogo, así que, sí. Podría decirse que ya casi hemos terminado con este fic y sí, ya estoy trabajando en el nuevo fic, les diré como se llama en el capítulo fina. Sin más les dejo la continuación del fic.

Capítulo XXVIII

 

Casi te pierdo

 

Apenas llegar a su piso pudo sentir como el agarre en su brazo se aflojaba, eso era lo malo, en todo el camino y vaya que era largo, el otro no lo había soltado, en parte era incómodo, en parte era humillante, así que se sentía molesto, de verdad molesto, pero decidió mantenerse con la boca cerrada, al menos por un rato más porque sabía que si decía algo, estando el otro como estaba, iba a haber una pelea y una peor de la que los otros habían presenciado hasta apenas unos minutos atrás. –Iré por tu botiquín- comentó en tono serio- espérame en el sillón.

Iba a reclamar, de verdad que iba a hacerlo, pero hizo uso de todo su autocontrol y sólo fue al sillón, relativamente había sido el que había salido con menos heridas, muchas menos heridas, así que no tenía caso revisarlo y curar las casi inexistentes heridas. Pero dejaría que Sephiroth hiciera lo que quisiese por el momento, al menos hasta que terminara por desesperarlo y eso causara otra disputa. Se quitó la chaqueta que el otro le había puesto encima y se froto la parte trasera del cuello, cerca de la nuca se sentía tenso y quería relajarse un rato, al menos ver una forma de poder lograrlo. Claro que no pudo pensarlo mucho porque sintió otro peso en el sillón de pronto. Suspiró, ya sabía lo que se venía, dejo que la mano que ahora estaba en su mejilla le ladeara el rostro, sintiendo una torunda con alcohol pasando por un pequeño rasguño cerca del pómulo.

-No hace falta decirte que lo que hiciste, hicieron- se corrigió- fue estúpido, ¿verdad?- preguntó dejando su mirada fija a la herida que limpiaba en ese momento.

-Fue similar a lo que tú hiciste cuando fueron a atacar a la Organización.- se defendió, manteniéndose quieto lo mejor que podía.

-Con nosotros no hubo disparos.- Refutó serio, tomando una bandita y poniéndola en el sitio que ya había limpiado. –ni peligro de matar a alguien.

Rodó los ojos, ese comentario le había pasado algo, demasiado, exagerado, no es como que de verdad pudiese haber llegado a mayores, así que tampoco había razón por la cual el otro debía de haberse preocupado. –Sephiroth no seas…- fue interrumpido por los labios ajenos.

-Ni siquiera vayas a decirlo- contestó dándole otro beso, uno más largo. – No te atrevas a hacerlo- continuó abrazándolo esta vez. –Esa chica no sabía usar el arma, no sabía siquiera como apuntar, de no haber reaccionado puede que hubieses salido herido, de forma grave, de forma superficial, no lo sabremos y eso me alegra, pero la vi cerca Cloud, trata de entenderme un poco.

Suspiró, bueno, no podía decir nada después de algo como eso.- vale, vale, lo siento. Si, lo que hicimos fue estúpido, temerario y eso no puedes negarlo, y por supuesto demasiado impulsivo. Pero podría decir que…

-Ni te atrevas a decir que era completamente necesario, porque ambos sabemos que no era necesario hacer algo como eso- reclamó, separándose de nuevo, tomando al oro todavía de los hombros.

-Ya, ya, no era necesario entonces, pero ve el lado bueno de todo esto, nosotros estamos bien.

-Sí, tu hermano con una herida en el brazo.

-Bueno, sí, él con una herida en el brazo.

-Y tú otro hermano a punto de sacrificarse para que Riku no saliera herido.

-Oye, mi hermano estaba dispuesto a salvar a tu primo, así que más respeto para Roxas por favor.

-Como sea, la cuestión es que ni creas que volverás a hacer algo así. Así tenga que amarrarte y dejarte encerrado en este lugar, créeme que soy capaz de hacerlo.

De alguna forma se sintió bien al escuchar eso, el ver que tu pareja esta en verdad preocupado por ti es algo que siempre va a animar a cualquiera. –Está bien, prometo que si vuelvo a pensar en hacer algo así, no pondré resistencia en lo que hagas.

-Pues más vale que no pongas resistencia desde ahora, porque voy a asegurarme de que no puedas salir de este sitio en un par de días.

-¿Vas a dejarme encerrado desde ahora?- preguntó algo incrédulo.

-No, al menos no encerrado del todo, sólo tal vez un poco adolorido, no a modo de reconciliación, sino que a modo de castigo. –concluyó dándole un beso corto en los labios. Y es que pesaba que después de tal acto “heroico”, bien podría darle una advertencia al rubio de lo que podría haberle pasado. Advertencia que sabía no iba a ser el único en aplicar, porque estaba más que seguro que Vanitas y Axel también lo llevarían a cabo, después de todo no todos los días eras testigo de cómo tu compañero podría haber salido herido de gravedad.

 

Al llegar a casa, después de un trayecto en completo silencio, el cual sin duda le era de verdad incómodo, fue camino a la habitación de Van, claro el chico aun no lo soltaba así que seguía siendo arrastrado de alguna forma. Al entrar sintió como le empujaba hacía la cama, al menos no de manera tan brusca, pero si podía sentir que el otro seguía molesto y consideraba que estaba en todo su derecho. –Quítate la playera, tenemos que revisar esa herida- dijo en tono serio, yendo hacía el baño para ir por el botiquín, eso le llevaría un buen rato.

Asintió a lo dicho por el otro, quedándose sentado en la cama mientras se quitaba la prenda, tuvo algo de problemas debido a que parte de la tela comenzaba a quedarse pegada con la sangre, y aunque intento separarla de forma lenta termino por dejarla, necesitaba algo de agua para lograr despegarla y si llegaba a levantarse del sitio eso sólo iba a enfurecer al otro. Suspiró, ese era tal vez el punto más complicado a tratar. Decidió batallar otro poco, tratando de despegar de nuevo la playera cuando Vanitas entró de nuevo a la habitación. –Si intentas quitarlo de esa forma vas a lastimarte. –dijo al momento que se sentaba a un lado del chico, dejando el botiquín en la cama, sacando un poco de algodón y de alcohol. –Haber, déjame hacerlo.

Asintió de nuevo, dejando que fuese el otro quien terminara el trabajo, al menos no había explotado aún y no le había reclamado o gritado o algo por el estilo. Sentía como la tela era retirada y comenzaba a limpiarla, sintiendo un poco de ardor al sentir el alcohol entrar a la herida, siseando un poco a causa del ardor. –Arde- se quejó en tono bajo esperando no molestar más al otro.

-Pues tendrás que soportarlo- contestó sin verlo. Serio y totalmente concentrado en limpiar ahora por completo la zona para después tomar una gasa y una venda.

-Van, no tienes que estar tan molesto.

-Claro que tengo que estarlo y puedo estarlo.

-Pero no tanto.

-Ventus,- mala señal, nombre completo con ese tono sólo podrían significar problemas- si yo hubiese actuado de la misma forma en que tú lo hiciste hoy; estoy completamente seguro de que estarías más que molesto conmigo, posiblemente te hubieses marchado desde hace ya un rato, sólo me habrías acompañado a casa, regañándome todo el camino para después dejarme solo. ¿No es así?

-… no tan así- se atrevió a responder, aunque bien sabía que Vanitas llevaba parte de cierto en como hubiese reaccionado.

-Si tan así y lo sabes, así que no me digas que no puedo estar tan molesto. Porque si, lo estoy. –Por fin termino de vendar el brazo del chico, por suerte no había sido algo tan problemático, sólo un roce, pero por su cabeza pasó una idea que no le agrado en absoluto, ¿si no hubiese sido sólo un roce?, ¿si no hubiese reaccionado a tiempo?, tal vez el impacto habría dado por completo en el hombro del chico, tal vez no, pero era algo que en definitiva no quería averiguar, eso seguro.

-Lo siento- comenzó a disculparse, ya se esperaba algo así y sabía que no iba a ser el único que sufriría las consecuencias de sus actos, porque sabía muy bien que esas consecuencias iban a ser malas y de alguna forma le alegraba, nunca lo admitiría, que sus hermanos estuviesen en una situación igual o peor en la que él estaba en ese momento. -¿De acuerdo?, lamento haber actuado de forma tan impulsiva, pero de alguna forma tenía que haberlo hecho, sabes como soy cuando estoy con ellos dos.

-Sí, sí que lo sé, por eso a veces no quiero dejarte con ellos.

-Oye- llamó animándose a tomar el rostro del otro por las mejillas, la tarea de que lo perdonara iba a ser por demás complicada así que mejor apresurarse, al mal paso darle prisa; eso era lo que decían ¿no?, entonces a tomar de ejemplo ese refrán. –De verdad lamento haberte puesto en esta situación, lo digo en serio. Pero no puedo decirte que no volverá a repetirse, porque ambos sabemos que va a volver a pasar, sólo que puede que la siguiente vez me controle un poco. No puedo prometerte nada más.- terminó de decir mostrándole una pequeña sonrisa, una con la cual trataba de aligerar la culpa y disminuir el enfado del otro.

-Te va a costar más que eso el que quede en buenos términos contigo.- dijo después de unos segundos en que decidió sostenerle la mirada al otro.

-Lo sé- Un beso corto en los labios.

-Y por supuesto mucho más que eso.

-También lo sé- otro beso.

-Pero, vas por buen camino.

-Eso me alegra- un beso más.

Soltó una risa, estar molesto con ese chico era inútil, de alguna forma siempre encontraba la manera de que le perdonase, además de que sabía que él también había hecho sus actos estúpidos e impulsivos, así que no podía culpar del todo al rubio. –Ven acá- dijo abrazándolo, dejando el botiquín a un lado y recostándose en la cama, llevándose al chico sobre él. –Eres un tramposo.

-No lo soy, solo me esfuerzo en conseguir lo que quiero- otro beso.

-Pero ya tienes tus trucos.

-Claro que los tengo- beso- y siempre funcionan.

-Eso ha quedado claro. Vas a quedarte esta noche conmigo.

-Me lo imagine- beso- no ibas a dejarme salir ¿o sí?- beso.

-No, te tendré prisionero en esta habitación por al menos tres días.

-¿Con comida, agua y permiso para ir al baño?- beso

-Tal vez, puede que me lo piense y ni siquiera te permita salir a eso.

-No puedes ser tan malo- beso- si ya me vas a dejar aquí, al menos déjame salir para eso. –Beso.

-De acuerdo, pero sólo para eso. No voy a perderte de vista durante el tiempo que te quedes.

-Es un trato.- Beso.

-Un buen trato- ahora fue su turno de besar al otro, más largo, más profundo, en verdad que no lo perdería de vista y tampoco lo dejaría salir, poco le importaba que el mismo Cloud fuese a verlo, aunque no le preocupaba mucho. Sephiroth ya había comentado que era lo que le haría al chico en cuanto estuviesen en su departamento. Así que en cuanto se levantara dejaría ambos celulares fuera de la habitación, no iban a usarlos en un buen tiempo.

 

 

Apenas llegar a la Organización pensó que le venía una grande, estaba metido en problemas, muchos problemas. Todavía seguía al pelirrojo en silencio y de cerca, esperando todavía el momento en que le dijese algo, pero hasta el momento nada y tampoco quería indagar mucho. Al menos le había dado oportunidad de pensar en que podría decirle en cuanto estuviesen en alguna habitación de los dos. Porque era obvio que iban a las habitaciones, así que no se extrañó en cuanto quedaron frente a la habitación del pelirrojo, al menos le hubiese gustado estar en la suya, pero no quería pelear también por eso. En cuanto Axel abrió la puerta, manteniéndola así, esperando a que el chico pasase bufo un poco molesto. No planeaba escaparse, así que no tenía por qué quedarse fuera, esperando a que entrara, de todas formas iba a hacerlo. De todas formas le dio el gusto, quedándose de pie en medio de la habitación, girándose para ver al otro y como entraba y cerraba la puerta. Con seguro. No supo definir si era bueno o malo. –Axel, ya dime algo de una maldita vez- alcanzó a decir y es que se esperaba gritos, un regaño incluso algún golpe, pero no eso. Eso en definitiva sí que lo había sorprendido. Apenas termino de hablar Axel estaba abrazándolo, besándolo con algo de desesperación, si, en definitiva no se esperaba eso, por lo mismo tardó un momento en contestar pero después de un par de segundos ya estaba correspondiendo el beso con la misma intensidad, o al menos con la más que podía. Se abrazó al otro al sentir que hacia el agarre a su cintura más firme. De pronto ya no le intereso nada, no le importaba lo que había pasado, que estaba esperando algún regaño, que incluso estuvo a punto de tomar la herida por Riku, no importaba nada, sólo importaba pasar sus piernas por la cintura de Axel, más al sentir que este le tomaba ahora del trasero y le impulsaba para que pudiese cargarlo mejor.

Apenas sintió que Roxas le rodeaba la cintura lo llevó contra la pared, dándole un buen golpe en la espalda pero que no les obligo a separarse. Sólo tenía en claro una cosa, iba a darle a Roxas una de las sesiones más pasionales de sexo que habían tenido hasta el momento. El miedo de saber que pudo perder al otro seguía presente en su cuerpo, por eso necesitaba de alguna forma quedarse con la idea de que el chico seguía ahí, que a pesar de su estupidez en esa acción todavía seguía con él. Se separó un momento, mordiendo de paso el labio inferior del chico con fuerza, causándole una abertura y una queja del otro, soltándolo de forma lenta, dejando que las piernas del chico fuesen bajando de forma lenta.

-¿Y eso?- preguntó extrañado, viéndolo buscando, no iba a mentir, más de ese contacto y también alguna explicación a ese acto tan arrebatado.

-Estuviste a punto de hacer algo estúpido- dio comenzando a quitarle la chaqueta y la playera.

-Aja… pero ¿no tendrías que estar molesto?- preguntaba al momento que se dejaba hacer por el otro, levantando los brazos para que le quitase las prendas.

-Lo estoy.-Una vez se hubo desecho de la ropa del chico se quitó también la suya, específicamente la playera. Para después bajar las manos hacía el pantalón del chico, comenzando a desabrocharlo, mientras se acercaba a besarle el cuello. –Y mucho- concluyó dándole una mordida con demasiada fuerza, quería asegurarse de dejar una buena marca. Una que le durase un par de días.

-ngh… Entonces, por eso es que muerdes tan fuerte.

-Eso mismo- dijo pasando las manos por la cintura del chico, jugando con el resorte de la ropa interior de Roxas, dejando las manos un momento en el trasero del otro, apretando y acercando con eso más el cuerpo del chico al suyo. –Y  voy a hacer mucho más. –empezó a bajar la ropa del chico, con calma, procurando dejar bastantes caricias en las piernas ajenas, al menos hasta donde la longitud de sus brazos se los permitía. Dejando las marcas del cuello y pasando a los hombros.

-Axel- llamó tratando de separar al otro de sus hombros, las mordidas que hacía dolían y necesitaba al menos de unos segundos para poder recuperarse.

-No Roxas- dijo llevando de nuevo las manos hacía el trasero del chico y levantarlo de nuevo, dándole a entender de que le rodeara de nuevo la cintura con las piernas.

Comprendió lo que el mayor quería que hiciera, así que volvió de nuevo a la posición en la que estaban hasta hace unos momentos. Abrazándolo de nuevo por el cuello también. -¿En serio planeas que lo hagamos en lugar de reclamarme, regañarme o algo?- preguntó todavía con duda sobre todo lo que estaba pasando.

-En serio, pero podrías tomarlo como un castigo- sugirió hablándole al oído, buscando tenerlo más cerca, mucho más cerca. –Después de todo no planeo ser muy gentil contigo- advirtió besándolo de nuevo, acercándolo de nuevo a la pared, dándole otro nuevo golpe en la espalda contra la misma, olvidándose de nuevo de todo, sólo concentrado en recorrer el cuerpo de Roxas con rudeza, poniendo presión en distintas partes de su cuerpo, separándose por ratos para dejar de besarlo y pasar a morderlo de nuevo, quería dejar chupetones, marcas de mordidas, todo lo que pudiese para dejarle en claro al chico que lo que había hecho en verdad que le había preocupado, le había dolido, le había causado miedo. En cuanto se hubo asegurado que el chico estaba bien prensado a su cuerpo, comenzó a mover las manos, tanteando el cuerpo, buscando la entrada del rubio, quería comenzar a prepararlo, sin ocuparse mucho de que el chico estuviese excitado o no. Sólo prepararlo, sabía que se tomaría su tiempo y posiblemente sería doloroso para el otro, puesto que no tenía pensado usar nada como lubricante. Así que empezó con un pequeño masaje, moviendo su dedo de forma circular una vez hubo encontrado su objetivo, causando un sobresalto en el chico y algunos gemidos fuera de su garganta. Seguían siendo masajes aumentando de a poco las sensaciones al empezar a introducir su dedo, sólo la punta y poco a poco. Eso ocasiono que el agarre en sus hombros aumentara, podía sentir que las uñas del chico se le clavaban. Tal parecía también se llevaría sus marcas.

Roxas sólo soltaba gemidos y jadeos, esa era una forma rara de hacer todo aquello, al menos la más rara que habían tenido hasta el momento. Lo habían hecho ya una buena cantidad de veces, sí, pero normalmente siempre habían sido en la cama o en el piso, pero el punto era que siempre eran con él recostado no de esa forma, se mordió el labio al sentir a ese intruso entrar más a fondo, si, dolía pero por el momento era soportable. Sólo que si las cosas seguían así el dolor en cuanto terminaran más que “soportable” iba a ser totalmente un impedimento para que se pusiera siquiera de pie. –Axel…- llamó, buscando con sólo decir el nombre del otro que tuviese cuidado, que fuese más gentil en cuanto a lo que estaba haciendo porque no se creía capaz de soportar todo eso.

-Vas a tener que soportarlo Roxas.

-No, Axel… por favor…

-Si prometes no quejarte demasiado, puede que me piense el usar algo “adecuado” para esto.

Al menos con eso podía tener un poco de esperanza. O eso quería creer. Porque sin duda sabía que lo que seguía iba a ser por demás doloroso y complicado.

 

Estaba recostado boca abajo, abrazando la almohada y viendo hacía la pared. Le dolían las caderas y el trasero, además de que se sentía cansado y ni que decir que el peso sobre él no hacía más que cansarlo más. –Pesas- dijo en tono bajo sintiendo como Axel lo abrazaba con más fuerza.

-Ya lo sé, pero tendrás que tenerme así otro rato. –dijo ya más tranquilo, hablaba de forma suave y baja, después de todo estaban en un momento por demás íntimo.

-¿Vas a sacarlo o todavía no?-preguntó abrazándose un poco más a la almohada, sintiendo como el más mínimo movimiento del otro le ocasionaba una fricción más.

-No, todavía no- contestó dándole un beso en la nuca, -quiero quedarme otro rato así, quiero que aprendas que todo lo que hagas tiene sus consecuencias.

-Me lo has dejado claro, te lo aseguro.- dijo con un bufido. Sintiendo al momento que el otro lo soltaba de a poco, llevando una de sus manos a las del menor, buscando entrelazarlas. – Vas a tener que inventarle una buena excusa a Säix sobre el porque no voy a poder trabajar en un par de días. –comentó poniendo algo de presión en la mano del otro.

-Algo se me ocurrirá.

-Pues más vale o ambos estaremos en problemas.

-Ya los estamos de hecho, así que, qué importa si nos metemos en más.

-Axel, a veces eres muy despreocupado.

-¿Y eres tú quien me lo dice? Eres la persona menos adecuada para ello.

-Sí, sí, pero ya en serio. ¿Cuánto más vas a estar dentro de mí?

-Un buen rato más, ¿por qué?

-Estoy cansado, me duelen las caderas y algo más, posiblemente este irritado y quiero dormir.

-Pues entonces duerme, yo saldré cuando quiera hacerlo.

-A veces eres un bastardo.

-Solo a veces.

 

 

Apenas entraron al castillo, buscaron una habitación libre, poco les importaba que Terra y Aqua estuviesen con los sujetos de la organización o que Kairi estuviese todavía en shock en uno de los sillones, poco le importaba todo eso. Sora tenía como prioridad atender a Riku, les llevó un buen rato, primero en ver la gravedad de la herida, segundo en detener cualquier tipo de hemorragia que pudiese haber y finalmente buscar una manera de cerrarla. Por suerte, fuera de todo aquello de “la suerte de principiante” nadie había salido de verdad herido. Pero Sora seguía ensimismado en revisar a Riku, en procurar que no le hubiese pasado nada, en revisar todo lo que pudiese.

-Sora, Sora- llamó tomando al chico de las manos, buscando detenerlo. – Tranquilo, ya estoy bien, en serio.

-Pero… quiero asegurarme, quiero saber si… si estás bien- dijo con la voz medio entrecortada, todavía sintiendo la adrenalina del momento.

-Hey, estoy bien ¿de acuerdo?, estoy aquí, contigo. Sin ningún problema realmente grave.- dijo comenzando a secarle los ojos puesto que comenzaban a acumular un poco de lágrimas en las orillas.- Así que puedes estar tranquilo, al menos puedes estar seguro que ninguno de la organización va a venir a golpearme, mucho menos, ¿cómo dijiste que se llamaba?, ¿Axel? Si Roxas se hubiese quedado en la posición que estaba, bueno, otra cosa sería.

Alejó las manos del chico mientras hablaba para poder abrazarlo, sin que fuese realmente de forma muy brusca, pero si con firmeza. –Evitaste que Roxas saliese herido.

-No podía dejar que se llevara toda la gloria… además, ver la expresión que tenía ese chico sólo me hizo pensar que tal vez tú tuvieses la misma expresión, pero no podía dejar que Roxas quedase como el héroe, no cuando se supone que lo somos nosotros.- Dijo tratando de bromear, pero si, el haber visto la expresión en el rostro del pelirrojo había sido el causante de que se decidiera a recibir él el impacto.

-Pero… tuve miedo Riku, en verdad, sin importar que vayas a pensar de mí en este momento puedo decirte que tuve miedo.

-Y eso lo sé Sora, yo también lo hubiese tenido, pero tranquilo, estoy bien. Sigo vivo- dijo separándose un poco y poder darle un beso en la frente. Buscando con ello calmar al castaño. No quería tenerlo alterado, al menos no estando él en esa situación.

-Sigo pensando en que habría pasado si el daño hubiese sido más grave- dijo viendo al mayor. –No sé que hubiese hecho Riku.

-Pero estamos bien Sora, eso es lo que importa.

-¿Pero y si no?... Riku yo… nosotros ya somos pareja, eso lo entiendo, nos hemos besado infinidad de veces, hemos salido, hemos tenido citas pero… no hemos estado del todo juntos.- Explicó bajando de a poco la mirada. –Yo… si esto volviese a pasar, no quiero arrepentirme de nada, ya sea que quien esté en peligro seas tú o yo o ambos.

-… ¿qué es lo que quieres decir entonces?

-Riku… ¿podemos estar juntos?, ¿en todas las expresiones?

-Entonces lo que quieres es…

Asintió, el lugar tal vez no fuese el adecuado, pero había una cama, ¿por qué? Porque había ocasiones en que los chicos se quedaban hasta muy tarde en el sitio y esa era una manera de poder recuperar fuerzas y energías, más que nada las veces en que los últimos trenes se iban y no lograban alcanzarlos. También estaban solos, con los demás completamente ocupados en otros asuntos o todavía en shock, así que era una buena oportunidad, no el lugar pero si el momento, o sino al menos a medias a causa de la herida del mayor. –Quiero… quiero hacerlo contigo- dijo bajando la voz conforme lo pedía. Sabía que pedía mucho en ese momento, esa herida no iba a dejar al otro moverse con mucha facilidad, así que tal vez en realidad si no era el momento adecuado, pero al sentir como el otro comenzaba a recostarlo le dio a entender justo lo contrario. Riku le beso, un beso dulce que trataba todavía de calmarlo, largo pero tierno.- Tendrás que ayudarme entonces, no puedo cargarte o algo parecido- dijo dándole otro beso, esta vez uno corto.

Asintió comenzando a sentir como la sangre se le subía al rostro. Pues ya había dicho lo que había dicho, así que no podía echarse para atrás. –De acuerdo… sólo, tendrás que guiarme, nunca he hecho esto.

-Yo tampoco, tendremos que irnos guiando los dos.- dijo dándole otro beso corto, de ahí pasar a las mejillas, al cuello y comenzar a subir la playera del chico. –Sólo déjate llevar y puede que lleguemos a algo- le susurro, esperando a que el otro subiese los brazos y le permitiera desnudarlo de forma lenta, al menos la parte del torso.

Se dejó hacer, se dejó llevar, permitiendo que el otro hiciese lo que quisiera, participando también aunque con la mayor delicadeza posible, lo último que quería era que la herida se abriera de nuevo y tener que batallar una vez más con eso. Sentía como Riku comenzaba a dejar una especie de camino de besos desde su cuello hasta su abdomen, pasando por todo su torso, regresando de nuevo, esta vez a sus pezones, mordiéndolos de forma suave, lo que le causaba que, aparte de sentirse por demás extraño se arquease un poco. –Ahh… Riku- y procuraba cuidar su tono de voz, por ello era que apenas y se lograba escuchar lo que decía, todo era casi como un susurro y para Riku no había cosa más sensual que pudiese escuchar. Volvió de nuevo su atención al chico, succionando ahora la misma parte del cuerpo, quería que los pezones resaltaran, que se abultaran tanto por el trabajo que hacía como por la excitación que planeaba provocarle al otro, mientras sentía como Sora pasaba sus dedos en una caricia por demás gentil, confundida casi con un roce, por su espalda y hombros. –nngh… haah…- y esa voz tenue causo que se pegase más, que mientras atendía un pezón con la boca y otro con su otra mano; la mano libre jugase un poco con sus caderas, con la pelvis y comenzase a trabajar con el botón del pantalón del chico. Buscando darle más acceso, más libertad, pero sólo para introducir la mano en el momento en que lo decidiera, dejó su tarea con la boca un momento para subir de nuevo a los labios del castaño, también se sentía nervioso,  tenía que admitirlo, pero en ese momento si no era él quien se mostraba seguro sabía que no iban a poder conseguir nada. –Aquí, Sora- dijo al momento que se separaba del beso, dejando ahora el otro pezón y tomando la mano de Sora y llevándolo hacía esa misma zona. –Voy a atenderte en otra zona, quiero que mientras sigas trabajando aquí.

Sólo se dejaba hacer, sólo podía dejarse hacer, así que cuando sintió que el otro dejaba su mano en su pecho comenzó a hacer lo mismo que había sentido el otro le hacía. No se sentía igual pero al saber que Riku lo observaba podía sentir también algo placentero. Aunque la sensación aumento al momento en que el mayor empezó a frotar su entrepierna con la de él, causando una fricción por demás deliciosa para él. –Riku…

-Eso Sora, no te detengas- decía refiriéndose a los movimiento que veía el otro hacía todavía en su pezón, decidiéndose a tomar la otra mano del chico y llevarla justo en el punto donde sus miembros se tocaban.- ¿Lo sientes Sora?, los dos lo disfrutamos y puedo asegurarte, al menos con lo que me he molestado en aprender, que lo disfrutaremos aún más.

No hizo falta que le contestara, estaba muy ocupado centrándose en sentir todo lo que podía, lo más que podía, por ello cuando la fricción termino apenas y pudo reaccionar, sobre todo porque era momento de que los pantalones desaparecieran. Levantó un poco la cadera sin dejar de atenderse a si mismo, sintiendo una vez más como Riku volvía a juntar sus manos, esta vez adentrándolas en sus interiores, claro que lo hizo una vez él también se hubo despojado de sus propios pantalones. Sintió el contacto de piel a piel en su miembro, la mano de Riku era caliente, demasiado caliente y eso sólo le causaba más y más jadeos, tuvo que llevar ambas manos hacia su erección y la de Riku, una mano estando en la suya, la otra buscando tomar la del otro. Sólo que cuando estaba por tomarla el otro le detuvo. –No Sora, no puedes descuidar la zona- dijo tomando la mano del castaño, llevándola a sus labios y dando un beso- tienes que seguir atendiéndote hasta que vayamos a otro nivel- dijo para volver a poner la mano del chico donde estaba hace un momento. Y aunque disfrutaba de lo que hacía, sabía que quería más, así que no tardó demasiado en deshacerse de la última prenda que ambos tenían, quedando a la par, desnudos y calientes. Los roces aumentaron, la unión también hasta el punto en el que ambos se quedaron quietos, sabiendo bien que era lo que seguía. El punto era como llegar a él.

-¿Y ahora?- preguntó con la respiración acelerada, agitado, esperando a que el otro le dijese que hacer. O que se suponía que hicieran ahora, como tenía que ayudar o algo.

-Esto va a doler, así que trataré de hacerlo con cuidado y lento. Pero como no tenemos nada que hacer… voy a necesitar de tu ayuda aquí- dijo llevando sus dedos hacía los labios del otro, acariciando el labio inferior del chico con su pulgar, -¿estás de acuerdo?

-Si… lo estoy- dijo dejando que el otro metiese los dedos a su boca, por instinto o por lógica, no sabía bien que fue, comenzó a lamerlos, con demasiada concentración, viendo por ratos la mano del otro y de ahí a sus labio. No supo si tardó mucho o no, sólo supo que en cuanto el otro sacó sus dedos y los cambio por sus labios sintió una especie de corriente. Riku acababa de rozar su entrada con uno sólo de sus dedos, comenzó a sentirse acelerado, nervioso y adolorido, más cuando el dedo entró, no era normal, demonios que eso no lo era, pero aunque dolía y de verdad lo hacía, también se sentía incómodo, raro o al menos eso pensaba hasta que sintió un segundo dedo. No, eso sí que se sentía incómodo y raro, pero no creía que la sensación cambiase o aumentará, estaba equivocado. Llegó el tercero, con ese sí que gimió, llevó sus manos a los brazos del otro, todo eso se sentía tan extraño y dolía, pero de alguna forma comenzaba a sentir que necesitaba de más y su cuerpo se lo dejo más que claro al mayor, puesto que pedía más, succionaba los dedos del mayor, quería sentir más.

-Estás impaciente- dijo burlón al momento que sacaba los dedos, era momento para algo más grande.

-No… espera, se siente bien.

-Lo sé, lo sé- dijo agachándose dándole una mordida en la oreja –pero  llegó el momento en el que te sentirás mejor.

Dejó que el otro le levantará las piernas para dejarlas en su cintura, era la mejor que se podía hacer por el momento, se adelantó tomando lo que tuviese bajo él en las manos, estaba seguro de que sería algo único, sí, pero también algo que le pasaría una gran factura en la mañana.

-Iré lento, lo prometo.- aclaró comenzando a acercarse a la zona preparada, tomo aire, iría lento, lo había dicho, así que comenzó con un roce, uno que hizo que ambos se sintieran bien, demasiado bien, Sora se arqueó un poco, Riku mordió su labio, si eso había pasado con sólo un roce ¿qué iba a pasar cuando entrara? Decidió averiguarlo, otro roce, comenzando a entrar o al menos intentándolo. Poco a poco, lento, tranquilo, lo más controlado que podía, escuchaba a Sora quejarse, gemir, jadear, incluso lo vio dejar salir un par de lágrimas, supuso que en verdad dolía una entrada así, pero no podía detenerse, se apresuró, se dio ánimos y por fin entró, al final entró. Sora dio una arqueada más pronunciada, Riku echó la cabeza hacía atrás eso se sentía tan endemoniadamente bien que no sabía muy bien que hacer. Trató de pensar, ¿tenía que moverse ya? Se moría por hacerlo, pero no sabía si el chico estaba listo, ¿lo hacía, no lo hacía? Trató de enfocar a Sora. El chico estaba con los ojos cerrados, apretando los dientes y con la respiración en verdad acelerada. Trataba de calmarse y poco a poco lo iba logrando. Logró enfocar también al otro. Fue el momento en el que las miradas se encontraron que Riku lo comprendió y empezó con un vaivén lento, tenía que encontrar su ritmo, los movimientos concisos, pero había algo que era seguro, aunque la primera vez no fuese la mejor, se sentía bien para ellos, al menos en ese momento.

Conforme se iban acostumbrando las embestidas aumentaban o disminuían, las sensaciones también, había placer y en algunos momentos los tonos de voz de ambos subían en intensidad, en otros sentían que la voz se les cortaba por lo que sentían. No hubo una masturbación después de la penetración, no hubo algún método que ayudase a que el castaño alcanzara el orgasmo, tampoco para que Riku dejase su esencia dentro del chico. Simplemente llegaron, uno después del otro, tratando de recobrarse, tratando de recordar que seguía en esos momentos. Sora consciente de que apenas terminaran al día siguiente estaría más que avergonzado, se había mostrado por completo a Riku, se había entregado totalmente a él. Y Riku sólo pensaría en que ahora de verdad que Sora sería sólo suyo y había que tomar responsabilidad de todo lo que había hecho, todo claro dependiendo de a lo que llegara Terra. Pero todo eso lo dejo de lado al momento de sentir que algo corría por su espalda, la herida se había abierto de nuevo. Suspiró, lo mejor que podía hacer era salir de dentro de Sora. –Hay que cerrar la herida de nuevo.

El castaño asintió, poniéndose de pie, aprovechando que la sensación del momento seguía, en cuanto su cuerpo se relajara llegarían las molestias y eso sí que lo sabía, todo gracias a Ventus. –Iré por el botiquín. –Eso iba a llevarles un buen rato.

 

 

 

-Hablemos claro- dijo al momento que tomaba asiento en la habitación donde los había llevado el castaño, al menos contaban con una mesa y sillas, era algo así como una sala de juntas. –Lo que han hecho a mis chicos, el número trece y al número ocho ha sido un acto totalmente estúpido, ni heroico ni tenaz, sólo uno idiota.

-¿Y a qué es lo que quieres llegar?- preguntó observando al mayor, atento a sus reacciones, buscando alguna forma de averiguar  qué era lo que quería.

-Oficialmente no nos conoces, no sabes de lo que cada uno es capaz. Nosotros en cambio sabemos todo de ustedes Terra, los malos momentos que han pasado Riku y tú, lo que puede hacer Aqua, sus fortalezas, sus debilidades, las habilidades que tienen y que pueden aprender. Las habilidades de Sora de Riku, de Kairi, las tuyas. Sabemos que en un combate cuerpo a cuerpo quien tiene las más altas posibilidades de vencer son Riku y tú, con un 76 y 79% por cierto cada uno. Si se enfrentasen a algunos de mis chicos, sobre todo los que están especializados en ataques de largo alcance sin duda ganarían, ellos tiene un porcentaje de triunfo de un 50 y 53%, lo cual no es mucho, pero si se enfrentaran como por ejemplo con Roxas, estando calmado y con la Organización al completo, las posibilidades del chico vendrían siendo de un 78%, igual que alguno de mis otros chicos que llegan a tener una probabilidad del 80%. Ahora que si hablamos de sus habilidades con la armas, Aqua y Kairi tienen un porcentaje de victoria más allá del 80%, cerca del 85%, pero tengo cerca de seis chicos que tienen un porcentaje del 87 al 94% de victoria.- explicaba con los datos que Säix le iba pasando. Claro que conocía lo que tenía y por supuesto que también conocía las habilidades de cada uno. –Así que no tiene mucho para ganar. Y si es en la puntería de la chica con armas de fuego, bueno Kairi tiene una probabilidad del 57%, mientras que la chica que la hirió en el momento que nos declararon la guerra en nuestro propio territorio tiene una probabilidad de herir a su enemigo de gravedad de un 96%. Podría continuar con todo esto, pero creo que el punto ha quedado claro ¿no es así? Con armas blancas somos peligrosos Terra, todos, absolutamente todos, pero con armas de fuego, ¿de verdad quieres enfrentarte a personas de los barrios de mala muerte armadas con eso?-preguntó viendo al otro, dejando un par de hojas sobre la mesa y pasándoselas a un Terra y Aqua que estaba sorprendidos por toda esa información.

-¿qué es esto?

-Todas y cada una de las habilidades de tus chicos, sus probabilidades de éxito, sus puntos débiles, sus rutinas, sus modos de entrenamiento, sus mejores tácticas de combate, todo está en esas hojas. Nosotros recopilamos información Terra, algo que ustedes nunca lograran, al menos no a nuestro nivel. Si quieres una pelea justa no vas a tenerla. Podemos tomar medidas contra ustedes gracias a esto. Así que, ¿qué te parece la idea de llegar a un acuerdo?

Estaba molesto, los conocían perfectamente, todo estaba en esos documentos, eso era obvio con sólo verlo. -¿Qué clase de acuerdo?

-Tienes dos opciones- dijo recargándose por completo en la silla, demasiado tranquilo para gusto de Terra. –la primera es que respetes nuestras normas, pondremos nuestros límites, tus territorios y los nuestros, habrá un punto neutral, pero si alguno de ustedes llegase a aparecerse en donde no les es permitido con intenciones hostiles de cualquier tipo ten por seguro que nos tendrán sobre él, nos tendrás en la entrada de este sitio con las intenciones de eliminarlos, apoderarnos de todo y te puedo asegurar que perderán.

-¿Y la segunda opción?- preguntó pensando en que podría ser peor. Ese tipo no se iba con juegos y eso le estaba irritando.

-Los KM se disuelven, con el paso del tiempo todos olvidarán a las leyendas y a los héroes.

Apretó los puños, pensando en que podría hacer, el grupo no podía disolverse, ellos cuidaban a las personas, los cuidaban justamente de chicos como la Organización. Pero no podía arriesgar a los chicos, ya había perdido a Ventus, no quería perder al alguien más. Se giró a ver a Aqua, la chica asintió, no había más opción, era eso o nada. –Aceptó la primera opción.

Xenmas sonrió, -buena elección- sólo quedaba decirle a sus chicos. –Confiaré en que les dirás al resto de los KM  lo de nuestro acuerdo…- dijo poniéndose de pie junto a Saix, Demyx y Zexion seguían fuera de la sala –Ah y harías bien en reclutar de nuevo a Ventus, ese chico sí que logra mantener sus principios contra quien sea, incluso contra ustedes.  – Y sin más salió de la sala, dejando a un Terra furioso, derrotado y a Aqua sorprendida por todo el rumbo que había tomado la situación. Tal parecía sus enemigos habían sido más de lo que esperaban. 

Notas finales:

Espero poder darles continuación mañana, pero si no puede que el sábado, no sé, todo dependerá de cuanta inspiración tenga y miren que últimamente he tenido bastante. 


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