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Inexistente por Drakarfox

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Notas del capitulo:

Pues otro viernes eso significa que hay actualización, vamos por el capítulo 3. Si les soy sincera, siento que estoy a punto de entrar en un lapso de inspiración nula, se me acaban las ideas... claro que también puede ser porque no he podido jugar kingdom hearts 358/2 days, pero de que les dejo nuevo capítulo, le dejo nuevo capítulo. Espero les agrade. 

Capítulo III

 

Roxas

 

-¡¿Vas a salir Roxas?!- gritó desde su habitación al escuchar como la puerta se abría.

-¡Si, iré a dar una vuelta!, ¡¿Quieren algo?!- preguntó desde la entrada, sabía que su hermano y su primo habían quedado de verse con los demás, había escuchado algo de un posible nuevo integrante y de una prueba, cosas tediosas a su parecer.

-¡Trae algunas botanas cuando regreses, no es lo mismo jugar videojuegos sin algo que comer!

-¡Sora, tú siempre estás comiendo!- escuchó que Ven le reñía.

-¡Me voy!, ¡Que les vaya bien en su prueba!- se despidió para después cerrar la puerta tras él. Tomo sus enormes audífonos para comenzar a escuchar música, entro a la biblioteca del celular y poniendo a todo el volumen la reproducción de la carpeta seleccionada comenzó. Siempre que empezaban los gritos sonreía al recordar a su madre gritándole que escuchar esa música a tan alto volumen terminaría por dejarlo sordo. Siguió su camino, quería despejar su mente un rato, quedarse tranquilo y tal vez aclarar las ideas para ir a buscar a Hayner, Pence y Olette para intentar hablar de  la situación que había sucedido con ellos cuatro. Si no para al menos intentar comprender de una vez que había hecho mal. Llegó a la torre del reloj, le gustaba mucho ese lugar, era algo así como el sitio donde podías aislarte del mundo sin dejarlo por completo.

 

-¿Entonces quién va a buscar y en dónde?- preguntaba Marluxia esperando que se dividieran los lugares para que no se buscara dos veces en el mismo lugar. -¿Y por qué diablos tenemos que buscarlo todos?

-Porque así aceleraremos la búsqueda Marluxia, por eso. ¿O acaso planeas que Demyx y yo busquemos en todo el lugar solos?- preguntó Axel en un ligero tono de fastidio.

-Además Marluxia, esto nos beneficiara a todos.- comentó Saix intentando con eso parar las intenciones de ambos chicos de comenzar una discusión.

-¡¿En serio estamos tan necesitados que iremos a buscar un niño?!- preguntó Larxene en un tono alto de voz.

-No es desesperación Larxene, es sólo el interés por buscar a más integrantes para el grupo.- comentó Xenmas. –Así que, podríamos llevar la búsqueda con calma, tal parece que el chico no tiene intenciones de entrar a algún grupo, así que si no queremos que pase lo mismo que con los keyblade hay que ir con cuidado.

-Vaya misiones que nos pides Xenmas. Bien sabes que tenemos otras cosas que hacer.

-Si Xaldin, eso lo sé. Hoy sólo busquen al chico ¿de acuerdo? Una vez lo encuentren veremos quién se hará cargo de convencerlo, ¿entendido?- Obtuvo unos pocos cabeceos de forma afirmativa por parte de unos pocos miembros mientras que el resto se centraba a murmurar por lo bajo algunos comentarios resignados. –Pues bien, cada quien puede ir a los sitios que considere adecuados para alguien como nosotros, usen la imaginación. – decía mientras se acercaba a Saix. -¿Vamos?- preguntó comenzando a alejarse de todos, ya habían elegido el lugar en el cual comenzarían la búsqueda.

-Bueno siendo así, ¿está bien si vamos juntos Zexion?- preguntaba Demyx.

-Supongo que está bien.

-Espera, espera Demyx- se quejó- ¿en serio me estás cambiando por Zexion?

-Axel, tú entiendes ¿no? A veces hay que cambiar de compañero para conocernos mejor y todo eso.

-Y una mierda con eso Demyx, ¿crees que no sé lo que planeas?

-Axel- dijo en tono bajo para que sólo el pelirrojo lo escuchará.- No vayas a arruinar nada, esta es una buena oportunidad así que más vale que cierres la boca.

El aludido sólo respondió con una sonrisa forzada, había sido amenazado, de una forma no tan mortal pero amenazado a fin de cuentas.- Más vale que te cuides Zexion, no querrás quedar del todo involucrado con este chico.-Oh, pero claro que se vengaría.

-Axel- llamo entre dientes el chico.

-Tendré cuidado Axel, gracias por el consejo.- comentó el menor mientras comenzaba a caminar en dirección a la salida. -¿Nos vamos Demyx?- llamó cerca de la puerta.

-Ya voy- volteó una vez más para dirigirse al más alto.- En serio que a veces eres molesto hasta morir.

-Eso lo sé- contestó con una sonrisa. –Hey qué te esperan, ¿cuánto tiempo más planeas hacerlo esperar?- preguntó con burla.

-Me voy a cobrar está Axel, dalo por hecho.- comentó antes de alcanzar al otro.

El pelirrojo sólo soltó una carcajada como respuesta. Después enfrentaría a ese rubio, por ahora tendría que buscar a su objetivo. -¿Qué lugares frecuentas Roxas?- se preguntó mientras salía del castillo inexistente y se dirigía hacia el barrio de Halloween. Era un lugar demasiado lúgubre por ello era muy frecuentado por los miembros de la organización, igual que algunos incorpóreos y sin corazón.

 

Se encontraba recostado; dejando los pies colgando en el borde de la torre del reloj, llevaba cerca de una hora en ese lugar, había decidido mandarle un mensaje a Olette, preguntando si podían hablar, pero no había recibido respuesta. No le extraño, después del hecho de que Hayner hubiera acudido a su casa y no hubiera salido era obvio que actuarían de esa forma. –Pero eso no es excusa- se dijo en tono bajo, tal vez lo era, tal vez no. Pero de una u otra forma sabía que no lograría avanzar nada con ellos, al menos no ese día. Se enderezó un poco para ver mejor la hora, tal vez podría regresar aunque la pereza en ese momento podía más con su cuerpo. Decidido se dejó caer de nuevo para quedar recostado. Sora podía esperar sus botanas, por el momento se sentía tranquilo y quería seguir así.

-Vaya que esto es complicado- se quejaba al momento que llegaba a la torre del reloj, había ido al barrio de Halloween, de Agrabah e incluso al de la Bestia, pero no había dado con el rubio, había visto a varios chicos que se veían lamentables, algunos incluso se veían que eran de cuidado tal como Lexaeus o Xigbar, pero nada. Sólo en un instante cuando paseo por el barrio del coliseo del olimpo creyó haberlo encontrado, pero al percatarse de que el chico iba con Terra cayo en la cuenta de que se trataba de Ventus. –Al menos eso me sirvió para grabarme mejor su aspecto.- En ese momento lo único que quería era llegar a casa pero una muy insistente Larxene se le había aparecido diciéndole/ ordenándole, que fuera a la torre del reloj porque ella no tenía la más mínima intención de subir quien sabe cuántas escaleras para al final no encontrar nada. Sobra decir que la insulto de cabo a rabo entre dientes pero al final accedió, sabía de las habilidades de la chica y bueno, le agradaba su cuerpo tal como estaba en ese momento. Repaso el lugar en primera instancia, no encontrando nada interesante, pero si bien recordaba Larxene había comentado haber visto unos pies colgando. –Seguramente sólo lo dijo por decir.- De todas formas decidió dar una revisada mejor sólo para estar del todo seguro. Justo en ese momento se alegraba de haber decidido aquello, frente a él se encontraba el chico al cual estuvo buscando todo el día, recostado, con los audífonos puestos y los ojos cerrados. –Mira que eres difícil de encontrar.- se dijo observando al menor. Bien, ya lo había encontrado, pero ahora no sabía que iba a hacer exactamente. ¿Cómo iba a acercarse al chico sin ahuyentarlo?

 

Intentaba concentrarse en la letra de la canción, quería aprendérsela porque le había gustado nada más escucharla. De verdad que lo intentaba pero sentía cierta incomodidad; así que abrió los ojos para saber que era aquello que no le dejaba estar tranquilo. Frente a él, viéndolo con demasiada atención desde arriba había un chico pelirrojo. Se quedó quieto observándolo posiblemente con demasiada intensidad, hasta que por fin reacciono y se sentó de golpe.

-Hola- saludó el más  alto al ver la reacción del rubio.

-…hola- contestó algo extrañado mientras se quitaba los audífonos.

-Perdona, no quería molestarte, es sólo que no acostumbro a ver a alguien más aquí.- le dijo tranquilo.

-…si, yo tampoco acostumbro a ver a alguien por estos lares.- decía comenzando a levantarse. –Bueno, yo ya me iba, así que el lugar es todo tuyo.- Guardo su celular en la sudadera comenzando a caminar hacía la salida.

-Hey, espera ¿ni siquiera me das tu nombre?

-¿Por qué tendría que dártelo?- preguntó volteando sólo la mitad del cuerpo.

-Bueno…- se regañó mentalmente, tenía que pensar en algo rápido- puede que nos encontremos aquí algún otro día y creo que estaría bien conocer tu nombre para saludarte.

-Admito que tienes un buen punto- dijo después de pensarlo un poco- si eso llegase a suceder te diré mi nombre- continuó con una pequeña sonrisa- mientras tanto, no. – dijo de último para después salir de la torre.

-Ya que,- se lamentó- hoy no conocerás mi nombre Roxas, eso te pone en una gran desventaja.

 

Había considerado ese encuentro demasiado extraño, pero dejo de darle importancia en el momento en que salió de la torre. Tenía que pasar a hacer algunas compras si no quería que el castaño le gritará hasta el cansancio por olvidarse de su encargo. Tomo camino hacía la tienda más cercana, deteniéndose de golpe al ver quienes se encontraban cerca del lugar. Olette, Pence y Hayner estaban demasiado animados a su parecer con varias bolsas en mano. –No importa- se dijo antes de retomar su camino. Sólo los ignoraría, así como ellos habían hecho con él en los últimos días. Se puso los audífonos, subió el volumen al máximo para que al momento de pasar junto a ellos fuera más sencillo el fingir que no los había visto. No tenía ninguna intención de detenerse, aun así dudo un poco al ver por el rabillo del ojo el cómo los tres chicos cambiaban de actitud al momento que pasaba junto a ellos, se habían quedado callados de golpe y sólo lo observaban con intriga.

Dio unos pasos más antes de detenerse, sólo un poco alejado del pequeño grupo. Bajo los audífonos sin detener la música y se acercó al trío con una expresión seria. -¿Qué ha pasado?- preguntó de golpe.

Los chicos lo observaron sin decir nada, Olette bajo la mirada, Pence sólo ladeado un poco el rostro y Hayner lo observaba, buscaba enfrentarlo. –Dínoslo tú- dijo el chico de forma brusca cruzando los brazos.

-No lo sé… no sé qué he hecho para que ustedes actúen de esta forma.

-Nosotros no actuamos de ninguna forma distinta, eres tú quien de la noche a la mañana ha dejado de hablarnos.- contestó con un tono molesto, comenzaba a enfadarse ante la tranquilidad que el otro usaba al hablar.

-¿Yo?, - preguntó sin entender-  ¿A qué te refieres?

-Un día simplemente llegaste y ya no comentaste nada- comenzó a explicar el rubio.- comenzaste a alejarte.

-Ya no nos decías nada- continuó la chica- te veías ausente con todo.

-Nos preocupaste pero aunque quisimos ayudarte nunca supimos cómo hacerlo- terminó el castaño.

-Y… ¿no se les ocurrió preguntar qué tenía?- soltó una débil risa- perdonen pero desde mi punto de vista eso me parece lo más lógico para saber qué le sucede a alguien.

-¿Y nos hubieras dicho?- refuto Hayner- nunca nos has dicho nada, si algo te preocupa o si algo te molesta.

- ¡Claro que les hubiera dicho!- contestó algo exaltado, comenzaba a molestarse.- ¡Se supone que son mis amigos y que confió en ustedes.

-¡Pero si nunca nos dices nada!- levantó la voz la castaña. –Muchas veces te hemos preguntado el que te sucede; pero nunca nos has dicho.

-Pero ¿en qué momento me han preguntado Olette? Las indirectas no son preguntas.

-Pero si entendías las indirectas ¿por qué no decías nada?- Pence era el único que se esforzaba por mantener la calma, aunque él mismo sabía que sólo era cuestión de tiempo para que también comenzara a gritar.

-Por la misma razón que ninguno de ustedes tres reaccionaba ante ellas.- tomo algo de aire intentando bajar la sangre de su cabeza. –No pueden reclamarme por algo que los cuatro hemos hecho.

-¡Aun así, tú comenzaste a alejarte de nosotros!- decía casi gritando el rubio- ¡Comenzaste a aislarte!

-¡Ustedes comenzaron a ignorarme, era obvio que reaccionaría de esa forma!

-¡No tenías que haberlo hecho, tenías que haberte acercado y habernos contado tus problemas!

-¡¿Y para qué?! ¡Si nunca se mostraron interesados!

-¡Claro que nos interesamos Roxas!- se metió la chica. -¡Nos preocupas!

-¡Bien sabes que no Olette!- estaba apretando los puños, tenía que calmarse, eso lo sabía. Se mordió un poco los labios intentando con ello bajar el tono de voz. –Siempre era yo quien tenía que preguntar que les sucedía, siempre me dejaban fuera del tema, pero no importaba; no le daba importancia, pero el hecho de que me reclamen por no haber dicho lo que me molestaba es lo que de verdad me enoja. ¿Por qué tenía que ser yo quién sacará el tema? Quiero decir, siempre he sido el paño de lágrimas de ustedes, cuando necesitaban apoyo yo estaba con ustedes y por una vez que yo lo necesite ustedes no se aceraron, así qué, ¿qué esperabas Hayner? ¿Qué llegará llorando al “lugar de siempre” a pedirles a gritos que dejaran de ignorarme? ¿Qué me prestaran algo de atención?- dijo de forma rápida con la respiración un poco acelerada.

-¡Sí, justo eso esperaba!, ¡Maldita sea Roxas, que no somos adivinos!- gritó al momento que lo tomaba del cuello de la sudadera. -¡Si tenías algún estúpido problema simplemente debiste abrir la boca y contárnoslo!, ¡¿No era tan complicado o sí idiota?!- estaba a la defensiva. Sabía que con sólo unas palabras más ambos llegarían a los golpes.

-No, no lo es. Por lo mismo me sorprende que no hayan sido ustedes los que abrieran la boca para preguntar por mi estúpido problema. Parece que no soy yo el idiota.- Y con eso sucedió, ya sentía la tensión en su cuerpo y en el ajeno. Pero ya no quería seguir discutiendo, ya no era necesario.

El golpe le dio de lleno en la mejilla izquierda obligándolo a tambalearse un poco puesto que el agarre en que lo tenían había desaparecido. Se tocó la mejilla para sentir la punzada de dolor, eso le hizo explotar, se lanzó contra el otro sin ruido alguno sólo se lanzó devolviéndole el puñetazo en la mejilla contraria.  La pelea comenzó, golpes al estómago, algunos al rostro, intentos fallidos de dar a la barbilla. Pence reacciono rápido e intento interferir entre ambos, pero un golpe de parte de Roxas en el estómago le obligo a cambiar de opinión. Olette gritaba que se detuvieran incluso comenzaba a llorar llamando con eso la atención de la gente.

Varios ajenos a la situación de acercaron, él sólo quería desahogarse pero se vio interrumpido cuando unos brazos lo alejaron de la misma forma que al contrario le hacían lo mismo.

-Hey, calma chico. No armes tanto alboroto.- le dijeron desde arriba, aquel que lo tenía sujeto era más alto y parecía que tenía experiencia en lo de detener peleas porque lo tenía agarrado de forma que no pudiese moverse.  No dijo nada pero ya no intento moverse, sólo se quedó observado a Hayner y al chico que ahora lo sostenía. Le tomó por sorpresa identificar a Riku sosteniendo al rubio y a Terra detrás de él. “Genial” pensó, “ahora Sora y Ven sabrán lo que paso”.

-Bien, bien, ya todo está tranquilo aquí, ya pueden irse señores, si quieren ver más favor de dar una mejor paga la próxima vez- dijo con burla comenzando a jalar al menor ante las miradas de desaprobación de los ajenos. –Chico, hay que irnos, estamos llamando mucho la atención.- dijo en tono bajo intentando que el rubio cooperara con él y dejase el pleito por la paz.

Roxas desvió la mirada hacía Pence quien seguía sobándose el estómago por el golpe, diviso a Olette que había estallado en llanto al no poderse meter en la pelea para detenerla. Sabía del estado de Hayner pero de todas formas volvió de nuevo su atención a él. Sabía que el labio estaría hinchado, que el lindo moretón que le había dejado en el ojo le duraría unos días, esos golpes en la mejilla también serían un buen recuerdo. Finalmente se fijó en Riku y Terra que lo veían con algo de asombro. ¿De qué se sorprendían? ¿Qué no se suponía que apenas el día anterior habían querido que se les uniera? Si no podían procesar aquello, que él, que Roxas, el lindo gemelo de Ven; también era capaz de defenderse con los puños… bueno no podrían haberlo aguantado mucho tiempo en su grupo. -¿Chico?- escuchó que le llamaban, asintió con la cabeza dando a entender que tenían que irse. Sintió como lo soltaban de forma lenta tal vez esperando a que saltase de nuevo contra el otro en la primera oportunidad que tuviera. Cuando estuvo libre se volvió hacía quien lo había detenido, abrió lo más que pudo los ojos al ver de quien se trataba. -¿Tú?- preguntó ganándose una sonrisa por parte del otro.

 

Espero un momento para que el chico bajará por completo de la torre, no quería que pensara que lo seguían, en cuanto vio que salió tomo su celular y marcó el número de Xenmas. –Hey, más vale que seas agradecido.

-¿Por qué tendría que serlo?

-Acabo de encontrar al chico.

-¿En serio?

-Sí, vaya que es idéntico a su gemelo, como sea, parece que ya sé qué lugar frecuenta más.

-Bueno Axel, puesto que has logrado dar con el objetivo ¿por qué no tomas la misión e intentas convencerlo de que se nos una?

­Sonrió, esperaba esa pregunta y ya tenía bien planeada su respuesta. –No lo sé Xenmas, ¿exactamente de cuánto estamos hablando? Ya sabes, no vivo sólo de aire y sinceramente necesito que mi situación económica cambie un poco.

-… ya lo tenías pensado ¿cierto?

-Si, después de todo no me has dado ninguna misión y el dinero se acaba Xenmas, se acaba. Además está no sería una misión de alguien ajeno a nosotros, sino que más bien sería a petición tuya.

-Sabes que nos beneficiara a todos ¿verdad? Por ende no tendría que pagarte nada.

-Oh, pero yo sé que lo harás.- se quedó en silencio esperando una respuesta del otro lado de la línea. Escuchó un suspiro y sonrió con más ganas, había ganado.

-No puedo pagarte como si fuese una misión y eso lo sabes, porque esto es algo que nos involucra a nosotros, así que sólo puedo ofrecerte una paga de cuatro cifras.

-¿Y de cuánto hablamos?, ¿2000, 3000?

-1500, pero tendrás que ser quien cuide del chico los primeros días, adecuarlo para la organización, que conozca nuestro trabajo y nuestro entorno.

-Espera, espera ¿estás diciendo que tendré que ser su niñera?- preguntó incrédulo, vale que Xenmas se la había aplicado y bien.

-Si quieres verlo de esa forma, supongo que sí.

Ya podía imaginarse al otro sonriendo a causa de su triunfo.-… pues vale, acepto la misión entonces.- no podía rechazarla, dinero era dinero y las cuentas no se pagaban sólo por su linda cara, bueno sólo algunas.

-Bien Axel, entonces es un trato.- Y sin más, colgó.

-Ya decía yo que había ganado muy fácil.- guardo el celular en la bolsa del pantalón mientras doblaba las mangas de la sudadera roja que llevaba puesta.-Entonces es hora de trabajar. Investiguemos un poco más de tus pasatiempos Roxas-se decía mientras comenzaba a bajar las escaleras.

 

Justo en ese momento maldecía el haber tardado tanto, no sabía que rumbo había tomado el menor, confiaba que no se iría tan rápido pero ahí radicaba el problema, se había confiado mucho. Siguió caminando sin rumbo fijo, paso cerca de tres veces por un sitio donde escuchaba a un grupo de chicos discutir, pero sabiendo que si se metía en la discusión podría salir mal parado, teoría ya comprobada en Agrabah, paso de largo sin detenerse un momento a ver quién estaba en el sitio. Fue hasta que los gritos se hicieron más fuertes y que una chica pedía ayuda que decidió intervenir. Podría ser un miembro de la organización pero no quitaba que fuera alguien cortés y caballeroso por eso fue que decidió ayudar a la “damisela en apuros” y detener la pelea que tanto le aquejaba, cuando se decidió a intervenir se percató de que alguien más había decidido lo mismo al tomar a un rubio por los brazos mientras él se encargaba del otro. Bueno, no había podido quedarse con toda la gloria pero había salido bien recompensado al identificar a quien tenía ahora preso para que no saltará de nuevo a repartir golpes. ”Es fuerte” pensó al sentir los jaloneos de Roxas para zafarse del agarre, “pero todavía le falta mejorar” lo sujeto con más firmeza. -Hey, calma chico. No armes tanto alboroto.- observo al contrario, vaya que le había dado con ganas, se había encargado de dejarle marcado el rostro de la mejor forma posible. “Sabe pelear”. Quería seguir con su análisis pero los murmullos de los chismosos comenzaban a molestarlo. -Bien, bien, ya todo está tranquilo aquí, ya pueden irse señores, si quieren ver más favor de dar una mejor paga la próxima vez.- dijo buscando con ello que el lugar comenzará a despejarse, quería verificar el estado el otro pero no podía si seguía alrededor de tantas personas. –Chico, hay que irnos, estamos llamando mucho la atención.- llamó pero el menor parecía no responder a su petición, decidió dar otro vistazo rápido alrededor, la gente comenzaba a irse, vio a un chico castaño que tenía una mano en el estómago, “posiblemente intento intervenir”, siguió con su observación llegando por fin a los dos chicos que estaban con los otros, “Terra y… Riku si mal no recuerdo”. Eso era malo, tenía que irse de ahí.- ¿Chico?- por fin obtuvo una respuesta, no fue verbal pero fue una respuesta al fin y al cabo. Con algo de cautela comenzó a soltar al chico, no quería que regresará a la pelea tan rápido así que mejor ser cuidadoso. Cuando por fin lo soltó por completo el menor dio la vuelta para encararlo- ¿Tú?- y era ahí donde entraba esa particular sonrisa suya, la cual le ayudaba a salir de muchos problemas. –Hey, ¿qué te parece? Dos veces en un día, creo que ahora si tendrás que decirme tu nombre.

Se quedó callado, vale que esperaba incluso que hubiese sido Terra quien lo separara de Hayner pero no a ese chico del cual no sabía ni su nombre. Comenzó a escuchar murmullos de nuevo, posiblemente en cualquier momento tendría a Olette junto a él pidiéndole que se quedara que tenían que charlar y arreglar el asunto acompañada de Pence que se quedaría en silencio esperando a que los demás fuesen quienes hablaran. Y ni que decir de Terra y Riku, seguro que le pedirían una explicación.

-Si quieres podemos ir a otro lugar.- dijo llamando su atención, ya se había percatado de la expresión del más chico y él también quería irse de ahí lo más rápido posible. Ya se había mostrado mucho por ese día.

-…vamos- dijo después de un momento, no quería estar solo y según había escuchado era mejor hablar con un extraño que con alguien conocido. -¿Conoces el barrio de Halloween?

Sonrío. –Claro que lo conozco, hay un sitio que nos caería bien ahora mismo.- decía comenzando a caminar con Roxas a un lado de él. -¿Conoces el “cementerio”? ya sabes ese club escondido del barrio.

Asintió antes de contestar. –Lo conozco. A veces voy allá.

-Entonces está bien para ambos.

-Si.

-¡Roxas!- gritó la chica antes de que se alejara más. -¡Vi tu mensaje, pero no sabía que responder!

Detuvo los pasos por unos segundos y retomo su camino, no iba a voltear ni a decirle nada a los chicos, ya no había nada que decir.

-Oh,- dijo mientras veía a la chica de forma rápida y retomaba su camino junto al otro.- ¿no vas a responderle nada, Roxas?

-No.- Contestó tajante para seguir su camino.

El pelirrojo pronuncio más la sonrisa. No había duda Roxas pertenecía a ellos. –Pero eso puede darte la imagen de alguien cruel ¿no crees?

-¿Quieres ir a donde habías dicho o no?- preguntó molesto con la vista enfrente y marcando el paso.

-Vale, vale, Roxas. Pero no te molestes que apenas te voy conociendo.

No tardaron mucho en alejarse del lugar para por fin tener algo de silencio. –A todo esto tú no me has dicho cómo te llamas.- dijo de repente deteniéndose a sólo unas calles antes de llegar al barrio que buscaban.

-Ah, cierto. Buena observación.- decía mientras ponía una mano en su barbilla.- Pues bien Roxas, yo soy Axel, todo un gusto.- se presentó extendiendo una mano al menor a modo de saludo.

Contestó el saludo lo más educado que pudo, todavía sentía cierto recelo. –Claro, un gusto Axel.

-Entonces ya que conocemos el nombre del otro, ¿quisieras decime que paso allá?- preguntó siguiendo su camino.

-… no mucho, sólo una diferencia de opiniones.

Se detuvo de golpe para quedar frente al chico. –Perdona Roxas pero esto- decía mientras tomaba la mejilla del rubio y tiraba de ella –no es sólo por una diferencia de opiniones. La chica estaba gritando y llorando para que se detuvieran y el otro chico se tocaba el estómago intentando, supongo, calmar el dolor.

-¿No estás tomando mucha confianza demasiado rápido?- preguntó alejándose del agarre.

-Oh, perdona perdona. Pero es que se ve que debió dolerte.

Se quedó callado, el chico frente a él tenía algo, lo sabía, podía verlo. Era un algo que él mismo tenía, se parecían mucho en esencia. Suspiro, ese mismo algo le invitaba a contarle al chico lo que había pasado. -¿Te parece si vamos “al cementerio”? Ahí podré contarte.

-¿Y el qué se toma demasiadas confianzas soy yo?- preguntó divertido mientras retomaban el camino.

-Tal vez los dos.

 

-Entonces eso fue lo que paso- decía mientras le daba un trago a su bebida. Ya hace un rato que habían llegado al lugar, por fin Axel había escudriñado bien el rostro del rubio percatándose, a pesar de la poca iluminación del lugar, de los golpes recibidos.

-En parte.

-Era en serio lo de que era una diferencia de opiniones.

-¿Y qué hacías por los alrededores Axel? Creí haberte dejado la torre del reloj para ti solo.

-Si bueno, sólo había ido por petición de una conocida.- comentó sin importancia quitándole todo el interés en esa parte.- Pero hay algo que admito Roxas.

-¿Qué?

-Eres bueno en las peleas. Tienes fuerza y buena técnica.

-¿Y lograste deducir eso sólo con ver el resultado de la pelea?- preguntó con una media sonrisa.

-Si sabes observar los pequeños detalles, te puedes enterar de muchas cosas, ¿lo captas?- termino de decir señalando su sien junto con un guiño.

-Ya veo, entonces intentaré aprender eso.

-Oye, no quería decir nada pero, desde hace un buen rato que la música suena en los audífonos.

-¿Eh?, ah es verdad.- decía sacando el celular y deteniendo la reproducción. – también la escuchaba pero creo que estoy tan acostumbrado a escucharla que no le preste mucha atención.

-¿Qué tipo de música escuchas Roxas? Sé que es algo pesado por lo que alcance a escuchar.

-Realmente escuchó distintos géneros, algo de jazz y blues por ejemplo, pero mi favorito es el death metal o el death core.

-Si, en definitiva es algo muy pesado. ¿A quién escuchabas?

-Suicide silence, ¿y tú Axel? ¿Qué escuchas?

-También algo de metal, específicamente a Lordi, pero digamos que tengo un grupo de conocidos donde se escucha rock, metal, el jazz& blues a más no poder, a final de cuentas creo que terminas por aprender muchas canciones distintas y a tomarle cierto aprecio a los distintos géneros.

-¿Un grupo de conocidos? ¿De cuántos aproximadamente?- preguntó en tono divertido- lo dices como si se tratase de una docena de personas.

-Amm… algo así.

-Oh… pero al menos te llevas bien con todos ¿no?

-Algo así- repitió- bueno Roxas tengo que irme,- decía sacando su cartera- puesto que tu tarde no fue muy buena al inicio hoy invito yo.

-Vaya, que amable que eres Axel.- decía poniéndose de pie.

-Hey, no creas que se quedará así- advirtió- nos volveremos a ver eso tenlo por seguro y entonces será tu turno de pagar.

Soltó una risa ante la amenaza, -vale entonces comenzaré a cargar con dinero suficiente para dos.

-Sería lo mejor, entonces nos vemos enano, cúrate esas heridas- le dijo una vez estuvieron fuera del lugar poniendo una mano en la cabeza del chico revolviéndole un poco los cabellos.

-No me digas enano- se quejó separándose del otro -yo no soy el pequeño, tú eres un fenómeno demasiado alto.

-Oh, vaya confianzas que empiezas a tomarte.

-Tú empezaste.

-Bien, bien, nos veremos después Roxas. Porque créeme habrá un después.- dijo de último para marcharse.

Se quedó observado como el pelirrojo se perdía, de alguna forma el haber hablado con él le había servido, no le había comentado todo, sólo que había tenido una discusión con los chicos y de repente los reclamos se volvieron gritos y los gritos golpes, nada del otro mundo. Tomo camino hacía su casa, le esperaría una reprimenda de Ven y Sora juntos, eso lo sabía. El simple hecho de haber visto a Terra y a Riku en el lugar había sido suficiente para alertarlo. De todas formas decidió pasar antes a una tienda para comprarle al castaño lo que había pedido si ya le iban a gritar, de nuevo, al menos que no fuera por haber olvidado comprar la botana. –Y mira que estoy que me lleva el diablo.

 

-¡¿Pero qué te paso?!- fue lo primero que le preguntaron a penas entrar a la casa. -¡¿Qué diablos estabas haciendo Roxas?!

-Ven, en serio, te lo pido. No grites, tengo un dolor de cabeza horrible y no hace falta que lo acrecientes con tus gritos.

-¡Pero Roxas! ¡¿Cómo es posible que te pongas a pelear a media calle con Hayner?! ¡Y por dios, con Hayner!

-Sora, ¿tú también?- intento pasar de largo a los dos chicos para dirigirse al baño, quería asearse un poco y curar las heridas. -De verdad chicos, les contaré lo que quieran pero ya no griten por favor. –pidió al ver que no le darían la oportunidad de escapar de la situación.

Ven miro a Sora de forma rápida dando a entender que ese acuerdo le parecía bien. –De acuerdo, entonces, ¿qué sucedió?

-Bien- ladeo un poco el rostro antes de continuar-¿puedo ir a sentarme?

Los otros dos se movieron para dejarle paso, de verdad que estaban extrañados por la conducta de Roxas, él siempre había sido un chico tranquilo por ello les sorprendía de sobremanera que se hubiese visto involucrado en una pelea. - ¿Y bien?- preguntó quedándose frente a Roxas junto con Sora.

-No fue cosa del otro mundo, vi a los chicos cuando venía de regreso, quise hablar con ellos para intentar aclarar la situación y de una u otra forma las palabras se volvieron gritos y como han de suponer los gritos se volvieron golpes. No sé, los cuatros estábamos tensos, demasiado y al final de cuentas todos estallamos.

-Olette estaba gritando- comentó serio Ven.

-Golpeaste a Pence- secundo Sora.

-Si bueno, Pence intento detenernos y Olette, ella simplemente se desesperó.- se justificó.

-Terra y Riku tuvieron que intervenir.

-Y parece que otro chico también, según nos comentaron.

-De acuerdo, escuchen. Si, tuve una pelea, si fue algo complicado y si termine mal con Hayner, Pence y Olette pero ese es MI problema- enfatizo- ustedes tienen sus problemas y yo no me entrometo en ellos, así que ahora no me importa lo que les hayan contado. Lo repito es MI problema.- dijo para después levantarse un poco molesto y caminar hacía el baño.

Ven suspiro al escuchar el portazo dado por su hermano en el baño. –De verdad que no lo entiendo.

-No sé porque.

-¿Por qué lo dices?

El castaño llevó las manos detrás de su cabeza –si te pones a pensarlo, ambos tienen el mismo carácter, a él lo he visto más seguido de esa forma pero tú no te quedas atrás.

-Sí, ya. Como digas.

-Dejarían de ser hermanos.  

Notas finales:

Van tres capítulos y no puedo estar más orgullosa de como va quedando el fic, la verdad es que me estoy liberando de muchas cargas en este escrito, demasiadas y comeinzo a sentirme bien con mi trabajo XD.

Por cierto en el próximo capítulo saldrá otra personaje, uno que prometí ver como introducía a la historia y ¡vaya sorpresa la mía! lo he logrado, logré meter a este personaje, además lo había prometido en un review. 

Pues nos leemos el próximo viernes... bueno ¿saben qué?

La próxima semana habra dos actualizaciónes, una el miércoles y la otra el viernes, igual entre 6 y 7. Y ¿por qué? ¡Porque son vacaciones gente! Por eso. 

 

Drakarfox


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