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Inexistente por Drakarfox

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Notas del capitulo:

Y que ya es viernes... dios por fin termine exámenes... bueno casi porque me faltan los finales, pero ya sólo el martes y por fin podré disfrutar de mis dos semanotas de vacaciones T-T eso me hace tan feliz. 

Pues bueno chicos, estuve a punto de no subir capítulo por dos razones:

1) no tenía internet en casa, lo peor que puede pasar.

2) No me veía capaz de terminar el capítulo.

Pero heme aquí, de verdad que me sorprendo a mi misma.

Ya no los entretengo esta es la primera entrega de dos, porque recuerden que hoy son dos capítulos. XD

Capítulo VII

 

Días de niñera

 

-Así que esto es la Organización XIII- dijo haciéndose un poco hacía atrás, arrepintiéndose un poco, pero sólo un poco, de haber entrado a ese lugar. Y es que no era algo tan común ver volando un par de cuchillos, los cuales se veían que iban electrificados, en dirección a un tipo con bata blanca que corría a toda velocidad gritando por ayuda, que no quería morir en ese momento. O ver como algunos pétalos rosas iban y venían de un lado para otro cerca de un tipo de rastas que daba algo de miedo. Bien lo admitía que daba mucho miedo. De hecho hasta pudo haber aceptado la montaña de libros que parecía caerle encima a un rubio si lo hubiese visto en primer lugar, pero después de lo ocurrido sólo podía pensar una cosa “todos aquí están algo zafados”. Dio otro paso hacia atrás chocando con el cuerpo de Axel quien volvió a colocar su mano sobre su hombro, invitándole con ello a que no se arrepintiera.

-Sé lo que piensas Roxas, pero créeme; ahora están tranquilos.- dijo en un intento por tranquilizarlo, sabía que tal vez no funcionaría pero ya que había llevado al chico hasta allí, tendría que convencerlo de que sin importar las locuras que podrían observarse en la sala principal de la organización era el sitio adecuado para él.

-Claro, eso me va a tranquilizar- dijo sarcástico.

Iba a continuar con su diálogo pero un grito demasiado agudo para su gusto y demasiado cercano a ellos se lo impidió- ¡Ya te dije que dejes de intentar robarme la ropa interior!- gritó la chica molesta mientras otra tanda de cuchillos electrificados volaba en dirección al rubio que había pasado momentos antes.

-¡Bien!, con eso me he convencido, yo me voy de aquí- dijo apurado buscando la forma de pasar a Axel y salir del lugar.

-Oh, venga ya Roxas, no vas a decirme que te encuentras asustado sólo por esto.

-Axel, si estas son las personas que van a comprender el cómo me siento, creo que de verdad estoy mal de la cabeza y que mi lugar tendría que ser otro.

-Tú tranquilo, verás que es cosa rápida acostumbrarse a esto- y dicho eso lo rodeo con más fuerza para invitarle a caminar por todo ese bullicio. –Tienes suerte de que no se encuentren todos, pero no importa. Poco a poco los irás conociendo, por mientras al que tenemos que buscar es a Saix.

-¿Saix?

-Sí, él fue quien me encargo que te trajera, bueno él y Xenmas.- decía mientras buscaba alrededor a cualquiera de esos dos para darles la buena noticia de que la primera parte de su misión había terminado.- Como ves, estaban muy interesados en ti, así que hay que darles la buena noticia.

-Hey, que apenas me voy convenciendo.

-Oh, tu tranquilo Roxy, sé que te quedarás con nosotros. De eso no me cabe la menor duda.- dijo sonriente siguiendo el camino.

Después de pasar, lo que Roxas considero una  buena cantidad de puertas y pasillos, sin contar claro los constantes gritos y situaciones incómodas, llegaron a una que era demasiado blanca para su gusto. -¿A dónde me trajiste Axel?- preguntó algo nervioso a causa de lo silencioso que se encontraba  ese lugar en específico.

-Al lugar más tranquilo de todo el castillo.- dijo mientras lo soltaba y abría la puerta.- Esta es la sala de tronos.

Cuando el chico entró supo que bien podría quedarse en ese sitio sin ningún problema todo el tiempo que fuera, a diferencia de las anteriores salas que eran de color gris, esta era de un blanco demasiado brillante, desde la puerta hasta el último pedazo de muro eran del mismo color.

-¡Saix, Xenmas. He traído su encargo! – gritó mientras cerraba a puerta para quedar a un lado del rubio.

-¿Encargo?, ¿ahora soy un objeto o algo así?- preguntó cruzando los brazos y haciendo un pequeño mohín.

-Bueno Roxas, es algo así. Después de todo tú eras mi misión, así que es normal que avise que te he traído conmigo.- contestó colocando una mano en la cabeza del más chico para despeinarlo más de lo que ya estaba.

-Vaya, pues al menos espero haber sido una misión que valiera la pena.

-Y vaya que lo valiste, me has salido caro Roxas- dijo una voz detrás de ellos lo que causo que voltearan en su dirección. –Bienvenido.

-Xenmas, ¿por qué has tardado tanto?

-Estaba arreglando unos asuntos con Saix, nada fuera de lo común.

-En cambio tú, llegaste más pronto de lo que habías dicho- dijo un peli azul que estaba entrando a la sala.

-Bueno Saix, eso no ha sido del todo mi culpa,- se defendió- el chico fue más sencillo de convencer de lo que esperábamos.

Estaba intentando decir algo, lo que fuese pero al ver entrar a los dos sujetos, que cabía aclarar eran más altos que él, casi de la estatura de Axel, le hacían sentirse pequeño. Demasiado pequeño para su gusto.

-Así que tú eres Roxas.- Dijo Xenmas observando un tanto divertido al más pequeño de la sala.

El chico sólo asintió, extrañando un poco a Axel quien no comprendía del todo el cambio de actitud en el rubio.

-Pues que te digo Axel, hiciste bien tu trabajo.- comento Saix acercándose específicamente al pelirrojo.

-En cuanto Roxas se haya instalado regresa para que te demos el pago.

-De acuerdo.

-Bien Roxas- dijo Xenmas llamando ahora la atención del chico- es bastante alentador saber que te unirás a la organización.- comenzó a explicar- Por hoy no podemos hacer mucho, sólo dejaremos que Axel te muestre los alrededores, te de una pequeña introducción y tal vez si el tiempo alcanza te haga una pequeña prueba para saber con qué tipo de armamento te familiarizas más.- Decía al momento que colocaba una mano sobre el hombro del chico.- Mañana podrás presentarte ante el resto de la organización y se te asignará un número.

-Eso te lo explicará después esta mancha roja.- dijo Saix con burla mientras apuntaba a Axel.

-¡Hey!- exclamo.

-Sabes que es cierto, así que ni te esfuerces en negarlo.

-El punto es- dijo el mayor en un tono alto logrando que los otros dos quedasen en silencio- que tendremos que ayudarte a acoplarte, así que mantente tranquilo, que aunque esto pueda parecer una casa de locos, todos estamos aquí por una razón. Incluso tú. Hay un algo que nos hace semejantes y diferente al mismo tiempo. Pero eso ya será para después. Por mientras lo que debes recordar para el final del día es que yo soy Xenmas y el chico de cabello azul es Saix.- dijo señalando al aludido- Si tienes algún problema puedes recurrir a nosotros.- termino de decir con una sonrisa mientras se erguía de nuevo dejando en clara evidencia su altura. –Entonces tienes que terminar tu trabajo Axel, Saix, nosotros también debemos terminar lo que estábamos haciendo.

-De acuerdo- asintió el pelirrojo mientras veía como los dos antes de salir de la sala se despedían del menor. – Hey Roxas- llamó- ¿qué fue todo eso?

-¿A qué te refieres?

-Oh, ahora si hablas- dijo con burla- a eso. Apenas aparecieron y tú te quedaste callado, me sorprendió que no corrieras a esconderte detrás de mí.

-¡Cállate!- dijo en voz alta dándole un golpe en el brazo. No iba a admitir que se había sentido un poco intimidado. –Sólo me puse algo nervioso.

Soltó una risa ante la excusa que dio el menor. -¿En serio? Pues más que nervioso yo te vi asustado.

-¡Que te calles ya!

-Bien, bien. Tienes un humor de los mil demonios- dijo para después extenderle la mano. Acto que descoloco al menor.- Bienvenido a la organización Roxas.

El chico sonrió al momento que tomaba la mano del mayor contestando el saludo.- Gracias Axel.

-Pues bien- dijo soltando la mano del rubio- vamos a enseñarte los alrededores.- Decía mientras lo guiaba a la salida de la habitación. Una vez fuera comenzó a hablar de nuevo. –Por ahora ya sabes dónde está la sala principal y la sala de tronos. Lo que debes saber de esta sala es que no sé ocupa muy a menudo, sólo es para la presentación de nuevos miembros y de alguna reunión que el jefe mande.

-¿El jefe?

-Sí, el cabecilla de la organización, ya sabes el líder y esas cosas.

-¿Y quién es?

-Bueno… acabas de conocerlo.

Se sorprendió un poco al escuchar eso, ¿ya había conocido al líder de la organización?- ¿En serio?

-Tranquilo Roxas, diste una buena impresión ante Xenmas.

-¿Xenmas? ¿Él es el líder de la organización?

-Ni más ni menos. También no te acostumbres a verlo, no está muy seguido por los alrededores, es él quien se encarga de negociar los costos de las misiones. Normalmente es Saix quien se encarga de repartirlas y de intentar controlar este lugar.

-¿De qué tipo son las misiones?

-Oh bueno, no son tan complejas, la mayoría de las veces es sólo de buscar información de ciertos sitios o de personas. Algunas más son de fuerza y estrategia entre otras cosas. Eso ya te lo iremos contando conforme a las situaciones se presenten.

-… vale.

-También debes saber que en el castillo cada uno cuenta con una habitación- decía mientras llegaba a la sección de dormitorios- de cierta forma esto nos evita el estarnos trasladando a casa después de las misiones o de apresurarnos por el transporte. Esa es una de las ventajas del castillo inexistente, está ubicado en una zona céntrica.

-Espera, espera, ¿estás diciéndome que tengo que quedarme a vivir aquí?- preguntó deteniéndose de golpe.

-Bueno… ¿no te agradaría intentarlo por algunos días?

-Vale… espera es que esto es…

-Tranquilo Roxas, no es necesario que lo hagas ahora, ni mucho menos es una obligación, pero es una gran facilidad que nos da la organización.

-… - se quedó observando al mayor por un momento, se veía animado con todo eso de mostrarle el castillo, indicarle alguna de las misiones y todo eso. -Supongo que… podría pensarlo.- Dijo por fin.

-Bien- contestó con una sonrisa continuando con el recorrido. – También por lo mismo de que técnicamente vivimos aquí- comenzó a decir- hay una cocina, por si no tienes el dinero suficiente para comprar comida y si no confías en las artes culinarias de muchos de los que vivimos aquí.

-Bien… eso de verdad comienza a asustar.

-Sólo un poco enano- dijo entre risas –no es cosa del otro mundo, técnicamente uno aprende a vivir aquí y a cuidarse a sí mismo.

-En serio Axel, eso no ayuda mucho.

-Lo sé, lo sé. – siguieron caminando llegando a una sala completamente vacía donde podían verse distintos tipos de equipamientos. –Bueno, tal parece que tenemos tiempo para una prueba, así que me gustaría saber con qué tipo de arma te familiarizas más.

-¿Arma?

-No mal intérpretes, no es como si sólo nos encargáramos de eliminar o algo así, es sólo por mera precaución. No sabes cuándo puede llegar a pasarte lo que a mí. Así que es bueno que lleves un arma contigo sólo para defensa. – Dijo al ver como el más chico que alteraba un poco. –Aunque creo saber qué es lo que mejor te queda.- continuo mientras se acercaba al sitio donde estaban varios tipos de armas. –Si los keyblade se interesaron en ti es porque eres bueno con esto, ¿no?- decía mientras se acercaba al rubio con llave espada en mano.

-Bueno… si… pero no es como si hubiese tenido una propia- dijo mientras tomaba la llave que le extendía el pelirrojo, una muy similar a la que tenía Sora.

-Pues, podrías considerar esta como tuya. –dijo con una sonrisa cruzándose de brazos. –Serías el primero en utilizarla.

-¿El primero?- preguntó algo sorprendido.

-Bueno si, no es como que alguien de nosotros doce estuviese interesado en usarlas, no nos acoplamos muy bien a ella.

-Oh... ¿Y tú qué usas?- preguntó mientras se acoplaba mejor con lo recién adquirido.

-¿Yo? Pues, ¿has oído hablar de los chakrams?- el menor negó con la cabeza- Pues son esos que están detrás, las cosas redondas colgadas.- dijo señalando el muro donde se encontraban las armas. –Son efectivas, además de que cuando uno elige su arma esta puede ser modificada a tu gusto.

-¿En serio pueden modificarse?

-Pueden- dijo mientras comenzaba a moverse a lo largo de la sala para comenzar a acomodar unos cuantos obstáculos- todo dependiendo de lo que te guste o que tan letal quieres que sea, así como si quieres que sea más pesada o ligera, o más grande, más resistente, cosas por el estilo. – Decía moviéndose de un lado para otro colocando todo lo que él consideraba necesario.

-¿Y tú cómo cambiaste tus armas?- estaba entretenido viendo como el otro acomodaba todo para lo que el supuso sería su pequeña prueba, pero también quería conocer más al Axel de la organización y ¿qué mejor que comenzar con el tema que el mayor había sacado a flote?

-Usando algo de química, combustión y esas cosas aburridas que no tiene caso explicar. El punto es que logré que saliera algo de fuego de alrededor de ellas, algo así como un encendedor, además de dejarlas en un genialísimo color rojo.

-Adoras ese color ¿cierto?- dijo divertido.

-Cierto- contestó mientras llegaba de nuevo al lado del rubio. –Pues bien, allí está tu pista de obstáculos, ahora hay que ver cuanta habilidad tienes con eso.

El chico sonrió de forma retadora- Ya te demostraré yo mi habilidad.

-Pues bien querido Roxas, muéstrame de lo que eres capaz.

Cabe decir que la prueba fue bien para el chico, había algunas fallas que se irían puliendo con el tiempo, claro estaba, tampoco era como que esperara a que el chico fuese un experto en cuanto a los movimientos, pero si tenía que admitir que le había sorprendido por la facilidad con la que esquivaba algunas cosas y más aún al ver cómo podía blandir esa pesada llave sin ningún problema. -¿Y nunca habías tenido una propia?- preguntó sorprendido.

-No, normalmente ayudaba a Ven y a Sora a entrenar, a veces necesitaban un muñeco de pruebas.

-Tu vida de verdad que es algo extraña- dijo divertido mientras lo despeinaba un poco. –Supongo entonces que ya no hay mucho que hacer hoy. Tendrás que regresar mañana, a menos que quieras que efectué bien mi papel de niñera y vaya por ti para que no te pierdas en el camino.- dijo divertido mientras salían de la sala.

-Ja, ja ,ja, no sabes cómo me muero de la risa- contestó sarcástico. – Puedo venir por mi propia cuenta.

-Bien, pues entonces tendrás que llegar temprano.

-hgh… define temprano- pidió haciendo una mueca.

-Cerca de las diez de la mañana.

-Venga ya Axel, ¿es en serio?- reclamó ante la hora.- ¿Tan temprano?

-Hey enano, que si por mí fuera me quedaría en cama todo el día durmiendo hasta el cansancio para después despertar y darme la vuelta hasta que se me cansara el otro lado. Pero órdenes son órdenes así que no nos queda de otra.- dijo lo más serio que pudo.

-Pff… bien, estaré aquí a las diez de la mañana. Bonita forma de pasar la última semana de vacaciones.- dijo molesto.

-Hey enano, tendrías que estar feliz, la próxima semana nos veremos en algún lado de la querida universidad- dijo marcando con los dedos un par de comillas,- así que no estarás solo. Además de que conocerás a todos antes de eso.

-Sí, sí, lo que digas. Entonces vendré mañana.- Decía despidiéndose- O al menos voy a intentarlo.

-Pobre de ti si faltas Roxas.

-Ya ha quedado claro Axel- dijo sonriendo.- Nos vemos mañana.

-Y no llegues tarde enano. – Alzó la voz puesto que el menor se había alejado.

-¡Que no!- se despidió por fin, dando vuelta para perderse de vista.

-Mira que se ve que disfrutas de ser niñera- escuchó que decían detrás de él.

-Peor sería tener que soportarte- contestó el comentario volteando a verlo.

-Que cruel- se quejó Demyx provocando en el pelirrojo una carcajada.

-Pero de que te quejas si tú eres igual.

-Supongo- dijo levantando los hombros. – Pero ¿sabes? Es raro verte tan animado, ya ni cuando salimos con Saix estas así y mira que te encanta molestarlo.

-Que te digo Demyx, tú te animas con tu ratón, yo podría animarme con el minino ese.- comentó al momento que entraba de nuevo al edificio.

-Oh… ¿y crees que el ratón y el minino se lleven bien?- preguntó yendo detrás del otro.

-Quien sabe, tendrás que esperar a mañana para averiguarlo.- dijo dirigiéndose a las habitaciones dejando a Demyx de brazos cruzados y con una sonrisa burlona.

 

Tenía hambre y sabía que no podría negarlo, pero eso no le quitaba el buen ánimo que tenía. De hecho casi podía asegurar que aunque se encontrase con los chicos ni ellos podrían quitarle el buen humor. Era cierto que al principio se sintió intimidado, bastante de hecho, al ver la situación tan fuera de lo normal que se vivía en la sala de la organización, pero el platicar con Axel, incluso haber hecho la prueba y sin olvidar que tendría una propia llave espada que podría modificar a su gusto, le habían levantado el ánimo a más no poder. Llegó a casa pensando también en el hecho de que bien podría irse a vivir al castillo, no era algo seguro pero tal vez podría intentarlo por algunos días, sólo algunos, al menos en lo que sus padres regresaban y si la experiencia le agradaba simple y sencillamente les diría que se iría de casa para comenzar a independizarse.  Saludo de forma rápida a Sora y a Riku quienes se encontraban en la sala bastante entretenidos viendo la televisión, fue directo a la cocina por algo de comer. Preguntó por Ventus camino a su habitación y al escuchar que estaba en su alcoba lo dejo estar, estaba demasiado adentrado en su mundo como para preocuparse por su hermano, por la pareja que estaba en la sala o por el mundo en general, simplemente comería algo, tal vez se daría una ducha rápida e iría a dormir, el día se le había pasado volando y ahora que eran las ocho casi nueve de la noche se había dado cuenta de lo rápido que pasaba el tiempo.

-¿Y a ese qué le pasa?- preguntó Riku al ver como el recién llegado entraba a su habitación.

-Un buen día supongo- dijo para regresar de nuevo a la posición en la que estaba.

-Si pues, demasiado bueno diría yo, hace mucho que no lo veía así.

-Estos últimos días ha mantenido esa sonrisa boba, ya no le hacemos mucho caso, aunque seguimos molestándolo con eso.

-¿Y lo soporta?

-Pues, al principio se enojaba, pero últimamente se sonroja un poco cada que tocamos el tema.

-Sora, tú querido primo anda ilusionado con alguien- sentencio al escuchar la respuesta del menor.

-Y que lo digas… creo que es… ¿cómo dijo que se llamaba?- se preguntó llevando un dedo a sus labios- ¿Axel?

-¿Axel? ¿Y ese quién es?

-Parece que es el chico pelirrojo que lo detuvo en la pelea con Hayner.

El mayor hizo memoria recordando al chico en cuestión- Oh, ese chico, ya recuerdo.

-¿Cómo es Riku?- preguntó acercándose más al otro- Ventus y yo queremos conocerlo pero Roxas dice que no. No nos lo quiere presentar.

-Pues… es alto.

-¿Cómo tú? ¿O qué tanto?

A cada pregunta que hacía se acercaba más a su cuerpo, quedando casi encima de él mientras lo tenía literalmente arrinconado en el sillón. Cosa que aunque le ponía un tanto nervioso no demostraba porque sabía que la curiosidad de Sora era algo que no podía controlar y por lo mismo siempre se dejaba llevar por eso. – Pues casi tanto como Terra, diría que la misma altura.

-Oh… entonces a Roxas le gustan altos, igual que a Ventus… me estoy quedando atrás.

-¡Hey! ¿Cómo qué te estas quedando atrás?- preguntó con un deje de molestia.

-Bueno Riku, tú no eres muy alto que digamos, al menos no tanto como Terra o como Axel según me vengo enterando.

-Vaya, pues si prefieres a alguien alto bien podrías irte con Sephiroth entonces.- dijo ladeando el rostro dejando en claro que ese comentario le había molestado.

-Si claro, voy a ir corriendo a sus brazos en este momento. No, estoy bien contigo.- dijo dejándose caer por completo en el otro, quedando recostado en su pecho.- Aunque no lo parezca no me gustan tan altos, así que tú estás bien.

-Gracias, ahora resulta que te conformas conmigo.

-Bueno- dijo levantando el rostro y mostrando una sonrisa- al no haber mejor opción no me queda de otra, además de que no tienes por qué quejarte- añadió cambiando la sonrisa por un puchero- tú al principio decías que preferías a un rubio.

-Al principio, pero ya me di cuenta que son muy problemáticos y no gracias prefiero a un castaño tranquilo a un par de rubios malhumorados.

-Si claro. Sobre todo que te encargas de recordarme todos los días que son alguien muy tranquilo- dijo sarcástico.

-Bueno- comenzó a decir llevando sus manos a la cintura del menor pegándolo más a su cuerpo- a veces, sólo a veces aclaro, tienes tus momentos de tranquilidad comparado con esos dos.

-Sí, sí. Cómo digas- levantó la cabeza quedando cerca del rostro del otro- ¿Tú también regresas mañana?

-Sí… parece que a Sephi ya no le agrada mucho el tenerme por acá, aunque fue él quien me invito en primera instancia.  

-¿Y eso a qué se debe?- preguntó dándole un beso rápido en los labios.

-A que según él su tiempo de calidad con Cloud no ha sido el mismo estando yo en casa.

-¿Cloud? Espera… ¿Sephiroth y Cloud están quedando?- preguntó levantándose un poco.

-¿Ah?... pues si… creí que lo sabías.- contestó extrañado.

-No, no lo sabía y seguramente los gemelos tampoco porque no me han comentado nada… creí que estaría con mis tíos.

-Sora, Cloud tiene ya 25 años, ¿qué te hace pensar que estaría con ellos? Según tengo entendido hace un tiempo que salió de casa.

-Sí, bueno… a veces olvido que Cloud dejo de vivir aquí.

-¿Y en qué habitación te has estado quedando?- preguntó divertido.

-Oh, cállate. Y mejor vete antes de que alguno de esos dos nos vea así.

-¿Quiénes? ¿El rubio berrinchudo o el rubio enamorado? Pero si esos dos están viviendo en su propio mundo, uno en uno muy amargo y el otro en uno lleno de color de rosa.

-Será como sea pero es tiempo de que te vayas, mañana saldremos temprano y tendrás que venir por mí.

-¿En qué momento accedí a eso?

-Me parece Riku- dijo una voz ajena- que has accedido desde el momento en que permitiste que Sora estuviese así encima de ti. – Seguía diciendo mientras se acercaba a la pareja y se recargaba en el respaldo del sillón.- ¿O es que acaso crees que todo eso era de a gratis?- preguntó divertido.- Y chicos- añadió con una sonrisa- no importa que yo esté viviendo en mi mundo lleno de color rosa, puedo darme cuenta perfectamente que el beso que se dieron fue patético- dijo con burla mientras se levantaba de nuevo- si van a darse un beso al menos que sea uno apasionado… oh y por cierto Sora- dijo viéndolos por arriba del hombro deteniéndose en el camino hacía el baño,- creo que ahora entiendo mejor lo de tu linda y enorme sonrisa boba estos últimos días.- dijo de último antes de entrar al baño para darse una ducha.

-Y allí se fuero mis últimas horas de tranquilidad- dijo escondiendo el rostro en el pecho del peli plateado.

-Te dije que se iban a enterar tarde o temprano.- comento dejando una mano sobre los cabellos alborotados del otro.

-Hubiera preferido que fuese más tarde que temprano- dijo con la voz ahogada por el poco espacio que había en el pecho del chico.

-Pues, si ya lo descubrieron, al menos vamos a hacer que hablen bien de nosotros- dijo tomando el rostro del castaño para obligarle a levantar la cabeza.

-¿A qué te…- no pudo terminar la pregunta porque sintió como el mayor había aprovechado su momento de distracción para llevar a cabo lo que vendría siendo el primer beso apasionado de ambos. Sintió como la lengua del otro hizo contacto con la suya y por fin, después de unos días, sentía ese nerviosismo recorrerlo. No esperaba eso y supuso que el otro tampoco esperaba hacerlo, pero puede que las palaras dichas por Roxas le hubiesen dado algo de valor. Intento poner un poco de resistencia debido a la impresión que había sentido al inicio pero las manos de Riku en su cintura y en su cabeza no le permitieron luchar mucho. Al final se dejó hacer participando también en aquella interacción nueva para él entre el mayor y su persona.

Riku lo estaba disfrutando más de lo que había pensado, él no quería llegar a tanto tan pronto, lo había considerado sí, pero no para ese momento, aun así aprovecho la única oportunidad que el rubio le había dado, porque sabía que eso había sido causado por el “gemelo malvado”, tenía todas las claras intenciones de haberlo sido, se recordó que tendría que agradecerle en algún futuro. Cuando sintió que el chico dejó de resistirse decidió marcar un ritmo más alto pero pausado, dejándole claro a Sora por qué había chicas que hablaban de él con entusiasmo, había prometido demostrárselo a la primera oportunidad, aunque claro esa podría tomarse como la quinta o sexta. Después de unos segundos más se separaron, ambos con las respiraciones aceleradas. Sora bajo la cabeza un poco puesto que el nerviosismo y la vergüenza no era algo que podría tratar tan a la ligera aparte de que no quería dejar del todo en evidencia el sonrojo de su rostro. -¿Por qué… fue eso?- preguntó con un tono de voz débil.

-Porque creí que ya era justo un cambio- dijo tranquilo, aunque el leve nerviosismo que se notaba en su cuerpo le hacían dudar.

-Ya… veo…- seguía desviando la mirada, no estaba del todo seguro si podría aceptarlo pero en ese momento sólo podía maldecir dentro de su cabeza por lo genial que se había sentido eso. –Supongo… entonces… que está bien…

-Eso creo- se animó a tomar el mentón del castaño para levantarle el rostro. -¿Estuvo mal?- preguntó viendo al chico a los ojos o al menos intentándolo porque el menor se negaba a ello.

-N-no- dijo un poco dubitativo –No… estuvo mal…

-A eso se le llama un buen beso- dijeron saliendo de su habitación y tomando camino rumbo a la cocina,- me encantaría decir que eso era obvio, pero estaban tardando tanto que creí de verdad que sólo habían sido alucinaciones mías.- Se quedó parado cerca de la sala para ver como Sora tenía una mano sobre sus ojos, maldiciendo por lo bajo por haber sido descubierto mostrando todavía un sonrojo por demás notorio y a Riku que sólo ladeo el rostro hacía la entrada principal. – De verdad, ¿en qué momento pensaron que sería buena idea estar de esa forma en la sala de una casa que no es la suya, recordando que los primos de Sora por demás molestos están también?- preguntó para después darle un trago a la botella de agua que había tomado del refrigerador.

-No sé en qué momento pareció una maldita buena idea.- dijo Sora sin levantar el rostro o alejar la palma de su mano de su rostro.

-¿Y bien?

-¿Bien qué?

-¿Desde cuándo están juntos?

-¿Importa?

El chico levantó los hombros al escuchar la pregunta del castaño- realmente no, supongo… pues yo voy de regreso a mi habitación, si van a continuar así ¿no sería mejor si fuesen a tu habitación Sora? Creo que ahí no los interrumpiríamos, porque estoy seguro que mi lado malvado que está ahora en el baño ya ha hecho su trabajo ¿no es así?- preguntó finalmente para darles la espalda y regresar a la alcoba.- ¡Ah!, por cierto Sora- dijo volteando para verlos de nuevo- si necesitan condones, vengan a pedirme, creo que tengo unos pocos- dijo con burla antes de desaparecer de nuevo tras la puerta.

El sonrojo del chico aumento, después de que le costó trabajo bajarlo un poco. –Y es así como aparte de quedar en evidencia frente a Roxas y Ventus, también nos enteramos de que tiene ciertas reservas para pasar el rato con alguien.- dijo en tono bajo.

-Pues… a mi parecer, cuando quieren ambos son los malvados.

-¿Tú crees?- preguntó por fin levantando el rostro. –A mí no me lo parece-comento con sarcasmo.

Sonrió, fue una sonrisa sincera y un tanto divertida causada por la respuesta que había dado el chico, si en definitiva esos dos eran los malvados pero cuando el castaño quería serlo, ¡oh!, vaya que lo era y en algún punto llegaba a creer que era peor que los dos juntos, aunque no estaba del todo seguro. Se levantó un poco para poder besarle la cabeza a modo de despedida.- Es hora de irme- dijo tranquilo.

-¡Claro!- exclamó- Vete ahora que esos dos ya nos han visto.- dijo molesto mientras se levantaba de encima del mayor.

-Vendré por ti temprano mañana- dijo todavía con la sonrisa depositando otro beso, esta vez en los labios, uno rápido.

-De acuerdo- contestó enfurruñado, cruzando los brazos y quedándose arrodillado en el sofá.

-Nos vemos Sora.

-Sí, sí… nos vemos.- se despidió justo antes de que el otro cerrase la puerta principal tras él. No supo en qué momento se había alejado de su persona, pero al menos se habían despedido, quería creer, sin ninguna interrupción. Se levantó de forma perezosa, se sacudió un poco la ropa y camino a su habitación después de apagar las luces de la sala y la cocina, dejando todo a oscuras. Era tarde, tal vez no tanto, pero se sentía cansado, además de que no quería soportar a dos rubios molestos por los alrededores. Con prisa llegó a la que anteriormente era la habitación de Cloud y por ese mes paso a ser suya. Cerró lo más rápido posible, sólo quería quedarse en la cama y dormir lo más que pudiera.

 

Escuchó cuando Riku salió de la casa, esa era una de las ventajas- aunque a veces se volvía una desventaja- de que desde el baño pudiese escucharse cierta clase de sonidos, estaba bajo la regadera intentando calmar los ánimos. Pensando en lo que Riku le había dicho a su primo sobre él. Tal vez si estaba enamorado, tal vez no. Él seguía creyendo que era sólo la emoción del momento, que estaba feliz de estar con Axel, que le había caído bien y que entre los dos sólo había una amistad que se había formado a gran velocidad, pero nada que fuera otra cosa. Llevo su mano a la altura de los ojos, la abrió y cerró sin ninguna intención en particular, sólo pensaba que tal vez la persona que le había quitado por unos momentos ese sentimiento de no pertenecer a ningún lugar había sido más allá que un salvador. Se aventuró a imaginar, cerró los ojos dejando que el agua siguiese corriendo y tuvo el atrevimiento de verse junto a Axel, era bueno, eso era demasiado bueno. Tanto que le asusto. Nada en la vida podía ser del todo bueno y eso Cloud se lo había dicho antes de una situación que sufrió “cuando todo en la vida va bien, hay que preparase porque pronto va a llegar un golpe realmente fuerte” les había dicho a él y a Ventus. Pero con Ven su vida siempre había ido bien, en la de Cloud tenía altas y bajas. Más altas que bajas, caso contrario a la suya. Por eso cuando el menor de los tres no estaba presente Cloud entró a su habitación y hablo de la forma más seria que lo vio jamás. “Roxas, tú vida es un asco, eso lo sabemos ambos, pero por lo mismo no quiero que decaigas, quiero que aprendas a sobrellevar los malos momentos, a que no te quedes encerrado sólo en el pasado y siempre estés viendo lo que pudo haber sido y no fue. Piensa y grábatelo a pulso, no tienes que depender de nadie, sólo de ti y de nadie más. Tú tienes la suficiente fortaleza para salir adelante y para valerte por ti mismo. No quiero que nada de lo que te digan te obligue a cambiar tus ideales, cuídate y protégete a capa y espada y sobre todo no olvides, nunca olvides quien eres en verdad. No te traiciones y si en algún punto necesitas de alguien, necesitas ayuda; puedes acudir a mí. Si no quieres que Ven se entere ven conmigo y haré lo posible por ayudarte” no sabía cómo era posible que recordara todo el discurso que su hermano mayor le dio, en ese momento él tenía quince años, por ende Cloud tenía veintidós. Tampoco sabía porque le había dicho eso, pero ya lo descubriría al día siguiente. Cuando se enteró que Cloud se iba por una pelea que había tenido con sus padres. Los dejaba, dejaba la casa, pero antes de irse le había dicho que siempre contarían con él.

Cerró el grifo del agua, por eso estaba asustado, porque todo iba demasiado bien. Tal vez no tanto como para preocuparse, pero aun así no bajaría la guardia. Porque sabía que bajarla podría ser un grave error. Salió del baño con sólo una toalla amarrada a su cintura, se extrañó un poco al ver las luces apagadas pero decidió dejarlo, quería ir a dormir, tenía que despertar temprano para llegar al nuevo grupo. –Nuevo grupo- dijo en voz baja, de alguna forma se sentía bien el decirlo, se sentía algo relajado pero también ansioso, quería conocerlos a todos, por muy atemorizantes que parecieran. –Tal vez se me pegue un poco su locura- y fue ese pensamiento que por primera vez alejo la idea que en un tiempo atrás Cloud le comento y él se empeñó a creerlo, tal vez no era tan miserable como había creído. Cuando entró a su habitación se percató de que la pantalla de su celular estaba encendida. “Recuerda llegar temprano mañana o me molestaran por no hacer bien el trabajo de niñera, no quiero cuidarte otra semana :P”. Se soltó a reír cuando termino de leer el mensaje, vaya que tenía una niñera muy molesta. “¡Diablos! La idea de hacer que te molesten es demasiado tentadora, pero soportarte por dos semanas no tanto… ahora estoy en un dilema : /”

Dejo de lado el aparato para vestirse e irse a dormir, sabía que el otro le contestaría en cualquier momento pero no vería el mensaje hasta la mañana, al menos quería despertar y ver algo bueno para comenzar el día.

       

-Así que si quieres puedes llegar temprano- dijo cuando vio al rubio llegar con unos minutos de sobra.

-Si bueno, tampoco es buena idea llegar a un lugar que apenas y conoces con el tiempo medido.- Se quejó en cuanto llegó a la entrada- creo que di una vuelta mal dos veces y lo peor es que no sé si fue la misma o no.- Dijo con el ceño fruncido viendo hacía el camino por el que había llegado.

Soltó una carcajada al escuchar eso. Ya sabía que le sería algo complicado llegar al menor, pero por lo menos lo había logrado. – Bueno, has llegado más lejos de lo que algunos otros integrantes llegaron. Demyx tardó dos horas en dar con el camino correcto.- contaba mientras tomaba camino hacia el interior del lugar.

-¿Y tú cuánto tardaste?- preguntó yendo detrás del mayor.

-Cerca de 10 minutos, no recordaba muy bien si tenía que dar la vuelta a la izquierda o a la derecha, así que por eso llegue tarde.

-Si claro. Presumido.

-Tú preguntaste, así que ahora no me juzgues.

-Bien, bien… ¿y qué va a pasar hoy?

-Pues,- detuvo su caminata para voltear a ver al chico antes de llegar a la sala de tronos- vas a ser presentado al resto de la organización, cada uno está sentado a una altura diferente y no llevan un orden en cuanto al número que les fue dado. Se te dará un número y también va a decirse que tipo de armas utilizarás. Realmente tú no tendrás que decir nada. – Dijo posicionándose detrás de él.- Así que puedes mantenerte tranquilo. – termino de decir mientras lo empujaba de forma suave por los hombros. – Anda, que nos esperan.

Cuando entró de nuevo a la sala se sintió igual o peor que la primera vez. En esta ocasión estaban todos y cada uno de los doce miembros de la organización, cosa que le puso un poco nervioso. Ladeo un poco el rostro para ver a Axel detrás de él. Se relajó un poco al ver que el otro le sonreía a modo de tranquilizarlo.

-¿Y bien?, ¿Quién es el chico?- preguntó Xaldin al ver que ni Xenmas ni Axel hablaban.

-Calma Xaldin, no hay prisa- dijo Demyx.

-Si la hay, tengo cosas que hacer.

-¿Cómo qué?- preguntó burlona Larxene.

-¿Tú no tienes que ir a cuidar tu ropa interior Lar?- contestó con otra pregunta en tono de mofa, provocando que la chica lanzase una maldición a su persona.

-Silencio- dijo Saix buscando poner orden, -el chico aquí presente se llama Roxas.- Se quedó callado esperando a ver las reacciones de los otros, pero no hubo nada que lo alertara- a partir de hoy él forma parte de la organización XIII y puesto que es recién ingresado, su número será el XIII.

-Oh, vaya honor que le has dado.- dijo la chica con sarcasmo.

-Silencio Larxene- espetó Xenmas provocando el efecto deseado. –Este chico nos será de mucha ayuda. Axel- llamo al mayor- ¿qué arma ha elegido?

-La llave espada- dijo el aludido tranquilo- se le da muy bien el manejo, aunque estoy seguro puede mejorar.- dijo con algo de orgullo.

-Entonces Roxas- el chico levantó la vista hacía Xenmas- tendrás que esforzarte mucho para mejorar todos los aspectos que puedan servirnos. Oficialmente eres uno de nosotros. – el rubio sólo asintió manteniendo las manos en los bolsillos del pantalón. – Bien, entonces tendrás toda esta semana para ir conociendo las tácticas y los modos en los cuales trabajamos. Ahora, todos podemos regresar a nuestros asuntos, Xigbar, Larxene, Marluxia, tienen nuevas misiones así que pasen con Saix para que les indique el lugar al cual tendrán que ir. Vexen puedes pasar después por tu pago.- Dijo de último antes de bajar de su asiento y dirigirse hacia la salida de la sala. –Axel, eres el encargado de instruirlo.- Dijo deteniéndose a un lado de la pareja antes de salir por completo.

-De acuerdo.

Esperaron a que todos salieran del lugar quedándose por fin solos. –Pues bueno Roxas, hoy es tu primer día aquí, así que sería bueno si te dijera de qué diablos vivimos.

-Sí, sería una buena idea.

-Pues bueno- lo tomo del hombro para salir también de la sala. –Las misiones que normalmente nos dan son el buscar cierta información sobre alguien. O de algunos sitios. Todo dependiendo de lo que el cliente nos pida.

-¿Cliente?

-Verás Roxas, nuestro trabajo no es exactamente algo muy limpio como para quedar en evidencia, pero tampoco es tan oscuro como para mantenerlo en las sombras. Es cuestión de saber a quién contarle de nuestra organización. Nosotros trabajamos para los barrios de mala muerte. Si alguien viene aquí buscando información sobre un personaje en específico y no la tenemos; la conseguimos. Pero no existimos.

-¿Cómo?

-No existimos Roxas, nadie puede vernos cuando estamos trabajando, tenemos que pasar todo lo desapercibidos que podamos, la organización es secreta, eso debes de tenerlo claro, por ello nadie sabe de ella, al menos no aquellos que no viven entre callejones. Hay rumores en el mundo de arriba pero nadie ha confirmado nada y aunque nosotros manejamos toda la información posible y la modificamos a nuestro gusto ellos no pueden describir nada de nosotros ¿lo captas?

-Eso creo.

-Eres alguien aquí Roxas, eres el número trece pero allá arriba no eres nadie, ya no puedes ser alguien. Simplemente un punto más. Y debes saber que utilizar y que no porque aunque no lo parezca hay algunos que tienen cuidado con lo que dicen.

-Entonces… todo se trata de información.

-Todo siempre se trata de información y de nada más.- Se detuvo cuando llegaron a la habitación del más chico. –Esta es tu habitación Roxas.- dijo mientras abría la puerta.- Tiene lo básico, una cama, un armario, un baño, un mueble de noche.- comentaba señalando cada uno de los muebles y cuartos. –También están esas cajas, ¿las ves?- preguntó mientras entraba y se sentaba en el colchón desnudo de la cama. –Eso es todo lo que puedes utilizar para tu llave espada, por si quieres cambiarla. Hay piezas de todo tipo, ya sabes algo así como un rompecabezas.

-De verdad que viven aquí.

-Lo hacemos.

-Y cada cuarto tiene su baño.

-Si no fuera así, créeme que se desataría Troya, ya nos pasó una vez por ello es que se decidió este cambio.- dijo dejando los brazos como soporte en el sillón. –Te enseñaré algunas tácticas que he aprendido aquí, pero tú tendrás que crear las tuyas.- se levantó dirigiéndose a la puerta. –Por mientras vamos a entrenar un poco, mañana nos iremos de misión.- se detuvo al recordar que tenía que agregar algo más de las misiones. – Por cierto, en las misiones, habrá ocasiones en las que vayas con alguien, de momento supongo que va a ser así, pero también va a haber ocasiones en las que tendrás que ir solo. Es en ese tipo de misiones en las que  se verá cuanto has mejorado, así que asegúrate de hacerlo bien. También dependiendo del tipo de misión se te va a pagar. Afortunadamente hay tantas personas que buscan los servicios de la organización que tenemos misiones casi a diario. En algunas otras sólo es para tener algo de base para algún lugar y completarle cuando llegue una misión del mismo.

-¿Entonces van a pagarme por ir a buscar algo de alguien?- preguntó algo sorprendido.

-Eso mismo, aunque no es tan sencillo como se escucha, no tienes que ser visto por nadie o al menos no deben de percatarse que tú estás buscando información de algo, porque si eso sucede todo el trabajo podría irse al traste.

-…Ya veo… bueno entonces comencemos con tus días de niñera Axel.- le dijo adelantándolo y saliendo de la habitación.- Tal vez así no se te haga tan pesada toda la semana.- dijo divertido.

-Será pesada, pero ten por seguro que te llevaré a un sitio cuando la semana termine.

-¿Así? ¿A dónde?

-Es una sorpresa.- Dijo negándose a dar una respuesta mientras se dirigían al sitio para entrenar un poco, siguieron platicando de cosas que para Axel eran importantes que el chico supiera. Y el menor sólo escuchaba pensando cada tanto, que no había sido tan mala idea entrar a la organización. 

Notas finales:

Largo, largo ¡Es el capitulo más largo hasta ahora! Espero les gustara, el siguiente es un poco más corto, pero creo que de alguna forma lograron compensarse. 

 

Drakarfox


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